jueves, 23 de septiembre de 2021

lunes, 5 de julio de 2021

La prensa argentina financiada por los nazis: de "Caras y Caretas" a "Clarín", el ascenso de Roberto Noble

Contactos con influyentes agentes del Partido Nazi, oportunismo y complicidad con el mundo de la política. Así, parte de la prensa en la Argentina se plegó al bando de los seguidores de Adolf Hitler. Muchos fueron los forjadores de esa peligrosa relación entre las noticias y el nazismo, con el marco de fuertes intereses, acuerdos y traiciones, pero tal vez uno de las historias más destacadas sea la de Roberto Noble, primero como colaborador de la revista Caras y Caretas; y luego socio del ultra nacionalista Carlos Silveyra en Clarinada, hasta convertirse en fundador del diario Clarín.

Clarinada, Caras y Caretas, Clarín, Roberto Noble y los nazis.


Cuando en 1931 el Partido Nazi hizo pie en la Argentina, una de las premisas fue tomar por asalto a la prensa local. Sin embargo, pese a los usos y costumbres de la rabiosa agrupación política conducida por Adolf Hitler (que aún no era ni presidente ni canciller alemán, sino jefe partidario), las cosas no fueron sencillas. De hecho, desde un principio resultó evidente que los principales medios periodísticos argentinos se mostraron reacios a plegarse a las filas del intolerante nacionalsocialismo y, con ese marco, la Auslands Organisation der NSDAP (Organizazión en el Exterior del Partido Nazi) que funcionaba desde Berlín, en conjunto con los jefes del Landesgrüppe Argentinen der NSDAP (Grupo Argentino del Partido Nazi) debieron replantear sus métodos de propaganda.


Coincidiendo con el ascenso del Führer Adolf Hitler al poder de la Alemania del Tercer Reich, y cuando fue designado para cumplir funciones en Buenos Aires desde 1933, el barón Edmund von Thermann, embajador nazi en la Argentina, debió meterse en el asunto e informó sobre el estado de sitaución con la prensa directamente al ministerio de Relaciones Exteriores en Alemania. Lo hizo en los siguientes términos: “Los periódicos realmente influyentes como La Prensa, La Nación o El Mundo no son comprables, ni siquiera por sumas millonarias”. También agregaba en su comunicación a Berlín que el dinero invertido en El Pampero (diario argentino, inocultablemente nacionalista) comenzaba a verse reflejado en los hechos, y que había logrado aumentar su tirada diaria. 


En la Argentina, sólo el diario La Razón, en abril de 1933, apenas comenzado el proceso de nazificación de Alemania, dedicó gran espacio al nuevo régimen imperante y al Tercer Reich, mediante la publicación de un artículo en el que se leyó: “Por espacio de siglos el pueblo alemán opuso la muralla de sus pechos y sus lanzas a las masas; semi eslavas, semi asiáticas (...). Nuevamente, Alemania se encuentra de centinela avanzado contra Oriente (...). Como se dice en otro lugar, Alemania es el principal baluarte que puede oponer la civilización moderna al avance de las ideas oscurantistas, retrógradas y asiáticas del comunismo oriental, que ha asentado sus reales en Rusia. El mundo debe sentirse solidario con la acción que desarrolla el gran caudillo alemán (...).”(1)


Claro que el caso de La Razón había sido uno de los pocos medios periodísticos locales que se habían plegado en cierta medida al violento Gobierno del Führer, de modo tal que las firmas alemanas establecidas en la Argentina se veían seriamente resentidas y acusaban el duro golpe que implicaba la limitación para hacer publicidad, después de todo, la promoción (y venta) de lo que producían y ofrecían al mercado local quedaba realmente muy limitada, debido a la poca tirada de los diarios pro nazis en el país. Este tipo de problemas saltaba a la vista ante la prohibición de publicar avisos en el Argentinisches Tageblatt. Este periódico se había convertido en el medio periodístico de la comunidad alemana que más férrea oposición mostró ante el régimen de Hitler desde el mismo momento en que los nazis llegaron al poder en Alemania en 1933. Por este motivo, es que el Führer prohibió tajantemente la circulación del Argentinisches Tageblatt en los territorios del Tercer Reich desde abril de ese mismo año.(2)


El nazi Hans Gert Winter hablando con reportero de Caras y Caretas, año 1937. Foto: Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas del Congreso, 
Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

 

En ese complicado contexto para la difusión de las ideas del nazismo, la práctica mayoría de las publicaciones de noticias en el país eran contrarias al nazismo y solo algunos pocos órganos nacionalistas -de menor importancia y poca llegada al público- como Bandera Argentina, Crisol y el mencionado El Pampero, se mostraban favorables a los postulados del NSDAP. Pero también se plegaron a los intereses de los nazis en la Argentina, la revista Clarinada y también la tradicional Caras y Caretas, un conocido semanario cuya primera y más exitosa etapa de publicación se dio entre los años 1898 y 1939.(3) El aparato de propaganda nazi en la Argentina tenía a varios destacados personajes, que eran clave para que el "mensaje" de Hitler llegara, muchas veces de manera directa y frontal (tal el caso de Clarinada) y en otras oportunidades de un modo más disimulado (Caras y Caretas). 


En el caso de la revista Caras y Caretas, la financiación también llegaba directamente de la embajada alemana en Buenos Aires. Los nazis depositaban el dinero en cuentas del Banco Nación y el Banco Alemán Transatlántico. Además, la publicación se beneficiaba de la inyección de dinero proveniente de la publicidad de las 300 empresas pro nazis en el país. Como era previsible, Caras y Caretas apoyó (y fogoneó) la candidatura del nazi Manuel Fresco como gobernador de la Provincia de Buenos Aires.


Nazis y argentinos, unidos, año 1937. Foto: Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas del Congreso, Honorable Cámara de Diputados de la Nación.


Los  principales involucrados en estas operaciones desde ámbitos oficiales de la Alemania nazi en el país fueron Edmund von Thermann, ambajador alemán; Gottfried Sandstede, que cumplía funciones en la embajada germana como Encargado de prensa; y también Hans Gert Winter, quien no solo era jefe de enlace de los nazis en la empresa "Ferrocariles Alemanes", sino que era uno de los más activos efectivos de la Ettapendienst, la organización secreta de inteligencia -creada en 1911- cuya misión era la de recoger información sobre buques mercantes y de guerra (enemigos) que amarrasen en puertos extranjeros donde hubiera agentes alemanes destacados. A ellos se sumaba la presencia permanente -en cada reunión que se presentaba- del General Juan Bautista Sosa Molina, uno de los más entusiastas difusores del nazismo en el seno del Ejército Argentino. 


Apoyo del nazismo al periodismo cómplice en la Argentina, año 1937. Foto: Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas del Congreso, 
Honorable Cámara de Diputados de la Nación.


Pero no estaban solos, y también formaban parte de ese círculo de extrema confianza (casi una "Omertá"), otros adeptos vernáculos como Manuel Fresco -gobernador de la Provincia de Buenos Aires entre 1936 y 1940, un ferviente filonazi-, Antonio Delfino -propietario de la empresa naviera “A.N. Delfino y Cía.”, de la cual también era accionista Sandtsede-, Carlos Silveyra -director de la revista Clarinada- y Roberto Noble (que, casualmente, era ahijado de Fresco). Delfino, vale destacarlo, trabajaba codo a codo con Winter, cerebro en Hamburgo (Alemania) del traslado del dinero expoliado por los nazis en las sacas que se transportaban a través de la Hamburg Süd de su propia compañía.


Silveyra, por su lado, se había destacado previamente por su odio al comunismo publicando el libro "El Comunismo en la Argentina" y por la fundación de la "Comisión Popular Argentina contra el Comunismo". Esa rabia al comunismo era acompañada por sus ideas sobre una conspiración mundial judía para destruir la civilización cristiana. En el lamentable primer editorial de Clarinada (publicada sin inconvenientes entre 1937 y 1945) podía leerse lo siguiente: “Programa de lucha sin cuartel contra ese ejército de alimañas, integrados por fuerzas aparentemente heterogéneas: materialismo, liberalismo, marxismo, comunismo, socialismo, anarquismo, ateísmo, masonería, etc., pero que están unidas en la misma finalidad : la destrucción de la civilización cristiana y que obedecen al mismo comando que las dirige desde las tinieblas: el judaísmo.” (Nº1, mayo de 1937).


Denuncia contra Carlos Silveyra y la editorial de la revista Clarinada, año 1943. 
Foliación 13, caja 19, Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas del Congreso, 
Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

El nombre de Clarinada fue propuesto por el general Juan Bautista Sosa Molina a Carlos Silveyra, y surgió a raíz del apodo de de "Clarín" por el que se conocía al escritor Leopoldo Arias -ultra nacionalista y de derecha-, que colaboraba activamente con la publicación; y era muy cercano a los filo nazis Manuel Fresco y Roberto Noble.  


Sin embargo, el director de Clarinada también pasó momentos de zozobra por sus cuestionables actividades. Así quedó demostrado cuando -entre enero y febrero de 1943- fue citado a declarar ante la Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas en el Congreso de la Nación. Pese a su abarcativo nombre, esa comisión de diputados apuntaba muy concretamente contra las operaciones del nazismo en el país. De todos modos, la red de protección estaba extendida y Silveyra (a quien se le envió un extenso cuestionario previamente) logró eludir perfectamente el incómodo interrogatorio al que iba a ser sometido.

Telegrama de Carlos Silveyra al Congreso, 13 de febrero de 1943. Foliación 61, caja 19, Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas del Congreso, Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

Respecto de Noble, vale decir que tampoco era un cualquiera en el laberíntico ambiente filo nazi-fascista local; ya que cuando Fresco fue electo gobernador, asumió como Ministro de Gobierno, un importante cargo que ejerció hasta que en 1939 se vio obligado a renunciar por exigencias del nuevo presidente Roberto Ortíz, quien lo acusó del manejo discrecional de fondos públicos, además de hacerlo directamente responsable por la manipulación intencionada de votos en las recientes elecciones. Noble había trabajado en la sección deportiva del diario La Nación, fue uno de los fundadores del semanario Crítica Social y (militando en el partido Socialista Independiente) fue subdirector y -posteriormente- director del periódico Libertad. También trabajó en el diario Concordancia, el órgano del bloque de diputados socialistas creado tras el golpe militar de 1930 a manos del general José Félix Uriburu. Pero con el fortalecimiento de los nazis en la Argentina, todo cambió. Su ingreso a la redacción de la revista Caras y Caretas, marcó un antes y un después, y un cambio de rumbo que ya no abandonaría jamás. En 1937 ya era un destacado colaborador de la publicación., en tanto que las reuniones en la redacción de la revista eran cosa de todos los días, con encuentros que -en su mayoría- se daban junto al intimidante Hans Gert Winter, aunque también se encontraban en otros lugares, como el Club Alemán de Buenos Aires. Con ese marco es que Noble en 1938 se mostró -firme y orgulloso- junto a Fresco y von Thermann en las gradas del estadio Luna Park de Buenos Aires, durante el más multitudinario acto nazi llevado a cabo fuera de las fronteras germanas, para celebrar el "Anschluss", la anexión de Austria a la Alemania nazi. Junto a todos los nombrados, conformó un tándem imparable. 


Despedida del agente nazi Hans Gert Winter por su viaje a Villa La Angostura. Rodeado por su círculo de confianza, entre ellos Roberto Noble. Foto: Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas del Congreso, Honorable Cámara de Diputados de la Nación.


La protección de la que gozaba Noble se notó de muchas diferentes maneras, pero una en especial fue digna de destaque. El 28 de Octubre de 1942, se vio obligado a publicar una solicitada en varios periódicos negando las acusaciones que lo sindicaban como uno de los organizadores de orgías con jóvenes cadetes del Colegio Militar, un escándalo de proporciones que pudo haber sido su final. De todos modos, pudo zafar amparado por fuertes intereses -económicos- que lo ayudaron a "limpiar" su manchada reputación. El poder local de los nazis fue fundamental para lograr esa salvación.(4)


Claro que cuando el telón de la Segunda Guerra Mundial cayó implacable en forma de dura derrota sobre la Alemania nazi de Hitler, hubo que mover las fichas luego de que los Aliados patearan el tablero. Así las cosas, y tras la falsa, tardía (e inútil) declaración de guerra de Argentina al Eje (Alemania-Italia-Japón) en marzo de 1945, se determinó que también los medios que habían apoyado la barbarie, la intolerancia y la violencia sin razón del nazismo, debían camuflarse y cambiar de piel. Cambiar para que nada cambie. Con la premura que ameritaban las circunstacias, el martes 28 de Agosto de 1945 (apenas tres meses después del cierre de Clarinada) salió a las calles una publicación que -con su nombre y emblema- rendía el más sincero homenaje a la desaparecida revista de tendencia nacionalsocialista: se publicaba por primera vez el Diario Clarín, y su director era -nadie menos que- el camaleónico Roberto Noble.


Detalle de movimientos de cuenta de Roberto Noble.
Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas del Congreso, 
Honorable Cámara de Diputados de la Nación


Fue el filonazi Manuel Fresco quien -poco después- intercedió para que todo lo que se había expropiado de Clarinada -en el edificio del BaNaDe (Banco Nacional de Desarrollo) ex Banco Germánico de América del Sud- pasara a manos de Noble. Las máquinas impresoras alemanas, marca "Heilderberg", que estaban en el subsuelo del edificio de 25 de mayo 170 (la sede nazista) eran tres en total, mediante las cuales se imprimía Clarinada, material del Banco Germánico de América del Sud, del Banco Alemán Transatlántico, de la Embajada nazi y de Ferrocarriles Alemanes. 


De allí en más, nada ni nadie pudo detener el andar de Roberto Noble. El empresario que tan rápido ascendió gracias a sus simpatías germanófilas y filo nazis, usó el mismo crédito que Clarinada tenía en el Banco Germánico y el Banco Nación para financiar su nuevo proyecto, y se quedó con dos de las costosas máquinas impresoras y la linotipia de Clarinada, que utilizó a su provecho y con "guiño" de las autoridades nacionales (el gobierno de facto de Farrell-Perón) para levantar un auténtico imperio con el diaro Clarín, que aún continúa.



Instagram: @marcelo.garcia.escritor

Twitter: @mdGarciaOficial


El artículo no expresa ideología política, solo investigación histórica. 

Un agradecimiento especial al ingeniero Pedro Alberto Filipuzzi, autor del libro "La ruta del dinero de los nazis argentinos" (Dunken, Argentina, 2020), auspiciado por el Centro Simón Wiesenthal. Aporte de información y fotos para este artículo.

Notas/Referencias:

(1): La Razón, 3 de abril de 1933, citado en: Ebel, A., p. 84.

(2): Argentinisches Tageblatt, 24 de abril de 1933.

(3): Posteriormente volvió a publicarse en la Argentina en septiembre de 1951 (números 2140 al 2186), en 1982, y desde 2005 hasta el presente.

(4): "Perón y la raza Argentina" - Marcelo García, Ediciones B, Argentina, 2019.

Fotos y documentos: 

Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas del Congreso, Honorable Cámara de Diputados de la Nación.



jueves, 1 de julio de 2021

Entrevista a Marcelo García en "No Culpes a la Noche", Canal 9 de Mendoza: El nazi de Ugarteche

El misterioso asesinato en Mendoza del biólogo nazi Heinz Brücher, el ex SS que planeaba erradicar la cocaína. Entrevista a Marcelo García en "No Culpes a la Noche", por Canal 9 Mendoza. 1 de julio de 2021.

Podés leer sobre el caso en: 

http://historiasladob.blogspot.com/2020/02/el-misterioso-asesinato-en-mendoza-del.html

viernes, 11 de junio de 2021

Entrevista a Marcelo García: “Cuando el periodismo en la Argentina también fue nazi”


Artículo original:

Entrevista a Marcelo García: “Cuando el periodismo en la Argentina también fue nazi”

https://www.radiojai.com/index.php/2021/06/11/103562/entrevista-a-marcelo-garcia-cuando-el-periodismo-en-la-argentina-tambien-fue-nazi/


Marcelo García cuenta a los oyentes de Radio Jai el por detrás de su nota titulada “Revista ‘Clarinada’: cuando el periodismo en la Argentina también fue nazi”, explicando el gran tamaño del movimiento filonazi en la República Argentina con el visto bueno de los sucesivos gobiernos y de la iglesia.

En entrevistado destaca la gran cantidad de publicaciones con ideologías vinculadas al nazismo que existieron durante entre el periodo de posguerra y el fin de la Segunda Guerra Mundial en el país. Da como ejemplo el Deutsche La Plata Zeitung, un diario en idioma alemán que en “1931 fogoneó desde sus páginas la filial del partido Nazi en la Argentina”, la primera filial del partido nacional socialista fuera de Alemania habilitado oficialmente desde la central del partido. Menciona también otros dos periódicos en alemán de misma ideología: Der Trommler (el Tamborilero) y El Alemán en Argentina, a los que suma una larga lista de publicaciones en español como Bandera Argentina, Crisol y El Pampero, este último “financiado directamente por Alemania [Nazi] a través de la embajada”. García remarca también, la participación del diario La Razón en la promoción de esta ideología de odio, mencionando una “editorial de abril de 1933… [en la que] se hablan loas del régimen de Hitler”.

En cuanto al conocimiento del público general argentino acerca de lo que realmente planeaba el Partido Nazi, García aclara que a pesar de que “no tenía detalle fino de las atrocidades, las barbaridades, los crímenes que se cometían en los campos de concentración, de exterminio; de ninguna manera puede decirse que el ideario nacional socialista no era conocido en la Argentina, sus conceptos, sus planeamientos básicos, violentos, antijudíos, anticomunistas, intolerantes, lejanos a las ideas de la democracia”. Incluso, declara que “en Argentina sucedían cosas que luego sucedieron en Europa”.

Según Marcelo García, en Argentina se pudo ver con anticipación, lo que la ideología nazi generaría poco después en Europa a gran escala: “Durante los festejo del centenario de la República Argentina en 1910, se cometieron atrocidades contra la comunidad judía en diferentes barrios, el barrio de Once, se hicieron pogroms, como luego se hicieron en Europa”, nueve años después, durante la Semana Trágica se desató una gran ola de violencia “contra gente de izquierda y sobre todo contra inmigrantes y sobre todo contra la comunidad judía”. Además, resalta que “en la plaza del congreso se llegó a hacer una quema de libros, y eso todavía no había sucedido ni en la Italia Racista de Mussolini ni en la Alemania Nazi, porque Hitler todavía no estaba en el poder”.

En lo que refiere en específico a Clarinada, la revista sobre la que escribe su artículo, el periodista explica que fue una revista mensual, que se publicó entre mayo de 1937 y 1945, año en que dejó de imprimirse debido a la presión internacional a la que se vio expuesta Argentina, impulsándola a declararle la guerra al eje cuando el mismo ya había sido derrotado.

Explana que: “La bajada de línea de la revista se resumía con una especie de slogan que salía publicado en su portada [que] decía escuetamente ‘Revista anticomunista y antijudía’”. Su contenido, era administrado por su director, Carlos Silveyra, quien al igual que la mayoría del staff de la revista, pertenecía a la Comisión Popular Argentina contra el Comunismo; un organismo que seguía la tendencia de asociar el comunismo con el judaísmo, por lo que también era de carácter antisemita.

Por último, García aclara que el apoyo hacia revistas como Clarinada no provenía únicamente de sectores expresamente filonazis, sino también del gobierno y la iglesia. El primero de ellos a través de un “fuerte apoyo económico” a través de “avisos publicitarios que le permitían a la revista subsistir económicamente” y la segunda a través de apoyo ideológico, debido a que entendía a la lucha contra el comunismo como una lucha contra el ateísmo.

Por TP/RJ


Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai



viernes, 2 de abril de 2021

El Gran Reinicio: el oscuro plan de la élite mundial para "resetear" la economía tras la pandemia

Quienes manejan los hilos ocultos del poder han encontrado el "lado positivo" de la letal pandemia de coronavirus que azota al mundo entero. Los "elegidos" diseñaron un plan al que llamaron "El Gran Reinicio" (The Great Reset) al que ya pusieron en marcha. China, en el centro de la escena. El Príncipe Carlos de Inglaterra, el director del Foro Económico Mundial y -hasta- Joe Biden y Donald Trump, son algunos de los involucrados en la trama.

Artículo original: https://www.diario26.com/298016--el-gran-reinicio-el-oscuro-plan-de-la-elite-mundial-para-resetear-la-economia-tras-la-pandemia

"El Gran Reinicio" y algunos de los actores principales.

Desde el comienzo mismo de la pandemia de coronavirus, detectada en la ciudad china de Wuhan en diciembre de 2019, fueron muchas -tal vez demasiadas- las versiones echadas a correr en torno al origen de la misma, y fue así que (ante la evidente imposibilidad de encontrar respuesta alguna) surgió una incontenible catarata de pronósticos sobre lo que sucedería "el día después", cuando el mundo entero regrese a la tan ansiada "normalidad". Pero claro que la duda queda reservada exclusivamente a los simples mortales, que no son precisamente quienes manejan los hilos ocultos del poder. Del otro lado está la elite, la crema y nata de la dominación mundial, y entre sus más preciadas prioridades está la economía, sobre todo la suya.

Nada, absolutamente nada, puede escapar al control de un reducido grupo de personajes -todos poderosos e influyentes- que necesitan en exclusivo beneficio personal, saber exactamente cómo será cada minuto en el mundo que se viene. Porque lo que nadie puede dudar a esta altura de las circunstancias, es que algo "pesado" se viene. Para comprender cabalmente de qué estamos hablando, hay que remontarse hasta no hace mucho tiempo atrás, a mayo de 2020, cuando el oscuro plan fue presentado -ante unos pocos "elegidos"- por el Príncipe Carlos de Inglaterra y Klaus Schwab, el director del Foro Económico Mundial (FEM).

El título -y el objetivo- del encuentro fue tan enigmático como aterrador: "El Gran Reinicio" (The Great Reset). 

Mareados apenas iniciado este maquiavélico juego de humo y espejos en que nos meten a la fuerza, es necesario advertir por anticipado que para que algo "reinicie", debe ser previamente "apagado", o si se quiere "desconectado". Y de eso se trata: del desenchufe de la economía mundial, para que puedan juntarse los naipes, mezclarlos y volverlos a repartir. Aunque -se sabe- que la elite mundial juega siempre (siempre) con las cartas marcadas y un as oculto en la manga. De modo que, para ellos, de azar nada de nada. Dicho de otro modo; "El Gran Reinicio" es una propuesta del Foro Económico Mundial (FEM) para "reconstruir" la economía de manera sostenible (para ellos) tras la pandemia de Covid-19.

La inauguración de "El Gran Reinicio" tuvo lugar el 21 de enero del 2021, con la reunión de toda la élite financiera, tecnológica y política mundial. El lugar de encuentro fue la ciudad de Davos, en Suiza, y el mismísimo Príncipe Carlos fue quien se dio el gusto de dar el puntapié inicial. Se trata de aprovechar el asombroso impacto del coronavirus para avanzar en una agenda específica, la cual encaja perfectamente con otra similar: la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. A todas luces suena -al menos- irónico que el principal foro de las más importantes empresas del mundo, que impulsó el programa de globalización empresarial desde el decenio de 1990, adopte ahora lo que llaman "desarrollo sostenible". ¿Qué pretenden el Foro Económico Mundial y sus socios?


Klaus Schwab y el Príncipe Carlos de Inglaterra. Foto: Reuters.

El 3 de junio el presidente del FEM, Klaus Schwab, empezó a hacerlo (más o menos) público y lanzó un video en la web oficial del Foro Económico Mundial anunciando que el tema anual para 2021 era, sí o sí, "El Gran Reinicio". Los portavoces del FEM enmarcan el "reinicio" de la economía mundial en el contexto del coronavirus y el consiguiente colapso de la economía industrial mundial. Curioso. 

El sitio web del FEM afirma: "Hay muchas razones para llevar a cabo un Gran Reinicio, pero la más urgente es el Covid-19". En otras palabras: "El Gran Reinicio" de la economía mundial surge del drama del coronavirus, el sufrimiento de millones de personas y la "oportunidad" inmejorable que se le presenta a los popes del poder oculto mundial.


El "anuncio" en la web del Foro Económico Mundial.


¿Cuál es la idea? Según el Foro Económico Mundial, la pandemia de coronavirus supone una buena chance para dar forma a una recuperación económica y a la futura dirección de las relaciones globales, de las economías y las prioridades.​ Cuando el Príncipe Carlos presentó el plan, tuvo el tupé de decir (sin ponerse colorado) que sólo será implementado si la gente lo quiere.​ De acuerdo al heredero de la Corona británica, la recuperación económica debe poner al mundo en el camino hacia la sostenibilidad, con sistemas rediseñados para ayudar. El precio de las emisiones fue mencionado como un modo de ayudar a lograr la sostenibilidad. También destacó que la innovación, la ciencia y la tecnología necesitan ser revitalizadas para que podamos lograr avances significativos que nos ayuden a hacer que las ideas sean más rentables.​ Del mismo mdo, deberíamos adaptarnos a la realidad actual dirigiendo el mercado hacia resultados más justos, garantizando que las inversiones estén dirigidas al progreso mutuo, incluida la aceleración de inversiones respetuosas con el medio ambiente y, además, comenzando una cuarta revolución industrial que cree economía digital e infraestructura pública. El Príncipe Carlos enfatizó que el sector privado sería el principal impulsor del plan.​ Todo muy lindo, en la teoría y las palabras.

Para reforzar los conceptos y que la letra entre (¿acaso con sangre?) se ha publicado un libro en el que Schwab y el economista Thierry Malleret detallaban, con lujo de detalles, el siniestro plan.​  


El libro de Klaus Schwab y Thierry Malleret: "Covid-19: The Great Reset".

Con su libro "Covid-19: The Great Reset" bajo el brazo, Schwab se animó a contar más claramente su idea: "...un aspecto positivo de la pandemia es que ha demostrado lo rápido que podemos hacer cambios radicales en nuestro estilo de vida. Casi instantáneamente, la crisis obligó a las empresas y a los individuos a abandonar prácticas que durante mucho tiempo se consideraron esenciales, desde los frecuentes viajes en avión hasta el trabajo en una oficina".

La propuestas más importante de esa publicación tiene aspecto de un siniestro "lavado de cabezas" y reza: "No poseerás nada y serás felíz". ¿Más clarito, échele agua?

Aunque claro que no es el único libro en el que la élite mundial se ha "inspirado". Hay otro -muy interesante- y, lo asombroso (o no tanto), es que fue escrito por David Harvey en 2010, hace ya largos 11 años. El libro se llama "A companion to Marx's capital" ("Un compañero del capital de Marx") y en una de sus páginas puede leerse algo casi premonitorio. 

Allí se dice: "Si el tiempo de circulación (de las mercancías) se prolonga por alguna razón (por ejemplo, el Canal de Suez se bloquea), entonces "habrá que obtener capital adicional ... del mercado monetario", y si esto es generalizado, entonces puede "ejercer presión sobre el mercado monetario", con lo que Marx presumiblemente quiere decir que la demanda adicional de capital monetario, en igualdad de condiciones, elevará las tasas de interés. Esto tendrá un impacto definitivo sobre la oferta y la demanda de capital monetario que, como vimos anteriormente, es el determinante clave de las tasas de interés".


El libro "A companion to Marx's capital" y su extraña mención al bloqueo al Canal de Suez.


Digno de destacar: en 2010 este hombre ya planteaba la idea de complicar el comercio mundial interrumpiendo el paso por el Canal de Suez, algo que en efecto sucedió durante el mes de marzo de 2021 con un gigantesco buque portacontendores de la empresa EverGreen, cuyos capitales son... chinos.

Y como siempre, sobre todo teniendo en cuenta que China está de por medio, está el lado B de esta conspiración mundial. La teoría alternativa es también arriesgada, pero no por eso, menos creíble. Los cerebros de "El Gran Reinicio" aseguran que la Organización Mundial de Salud (OMS) está bajo el control del Partido Comunista de China, y que planearon una pandemia, creando el coronavirus para establecer las condiciones necesarias para llevar a cabo una reestructuración de los gobiernos de todo el mundo. También afirman que los objetivos principales son los de tomar el control económico global e instaurar en el mundo un régimen totalitario comunista, por ende, un Nuevo Orden Mundial por parte de China. Tal régimen eliminaría libertades y los derechos de propiedad, enviaría el ejército a las ciudades, impondría la vacunación obligatoria y crearía campamentos de aislamiento para aquellos que se resistan.​ 

Entre las muchas cosas que los defensores de esta teoría señalan como la evidencia de una realidad se encuentra un tuit de 2016, ya borrado, que entonces describía cómo podría ser la vida en 2030 (muy similar a todo lo anteriormente relatado); y -más recientemente- el eslogan de la campaña presidencial del demócrata de Joe Biden para llegar a la presidencia de los Estados Unidos: "Build Back Better" ("Reconstruir mejor"). 


Masiva protesta contra "El Gran Reinicio". Foto: Reuters.

Pero hay más: quienes abonan a esta teoría, insisten en destacar que el expresidente estadounidense Donald Trump es el único dirigente mundial con la intención de evitar que el plan se concrete. El modo en que se produjo su salida de la Casa Blanca -más allá de aciertos y errores propios- amerita considerar seriamente esta posibilidad. Todos mezclados. Los de un lado y los de otro. Como los naipes en el maso.

Señoras, señores, niñas y niños; pongan su dedo en el botón de "Restart" y... bienvenidos a la guerra.

​ 

Consulta y referencias: https://www.weforum.org/great-reset/


jueves, 18 de marzo de 2021

El fantasma de los marineros del acorazado nazi Graf Spee en una vieja mueblería abandonada

Una caminata, la aparición de un misterioso informante y la curiosa historia que se esconde en el edificio abandonado de "Barthel Muebles", en el barrio porteño de Coghlan. Un relato signado por la presencia de fantasmas legendarios.

La vieja mueblería abandonada en Coghlan. Foto: Marcelo García.


Mi padre tenía una sana y sagrada costumbre: amaba salir a caminar. Eran largas caminatas desde su querido barrio porteño de Villa Urquiza con rumbo a zonas -a veces- algo lejanas. En cierto modo, se debaja llevar. El ritual duraba horas, desde pasado el mediodía hasta bien entrada la noche, cuando sentía que llegaba el momento que lo forzaba a regresar. Así armó un archivo envidiable, con datos, historias curiosas, alguna que otra leyenda, fotografías y un sin fín de maravillosas ilustraciones que él mismo hacía de los lugares por donde solía pasar.


Una de sus aventuras -que no ran un escape, sino un encuentro con sí mismo- lo llevó hasta el barrio de Coghlan, cuando se encontró frente a una bella propiedad en la calle Freire 3065, casi esquina Iberá. Se trataba de un magnífico complejo de edificaciones que albergó a la firma "Barthel Muebles" y que -milagrosamente- aún se encuentra en pie, pese a que hace muchos años dejó de funcionar. Pasar por allí y no detenerse es sencillamente imposible.


A principios del Siglo XX, la zona era parte de un corredor ubicado al noroeste de la Ciudad de Buenos Aires, que se transformó en uno de los principales polos industriales de aquellos tiempos, con inmejorables oportunidades para hacer negocios. En 1921, Enrique Barthel fundó allí su propia compañía, que empezó fabricando mobiliario de estilo y, luego, se especializó en la restauración de muebles antiguos. 


La entrada a "Barthel Muebles", un lugar lleno de misterios. Foto: Marcelo García.


"Barthel Muebles" fue una de las primeras compañías asentadas en el -por entonces- incipiente barrio de Coghlan; incluso antes de la llegada de la "Nestlé" y la poderosa "Sedalana", una empresa dedicada a la exportación de lanas desde la Patagonia, con fuerte inyección de intereses alemanes, luego nazificada, y perteneciente al poderoso consorcio "Lahusen".


La mueblería creció haciendo trabajos a pedido para otros negocios del ramo, pero sobre todo vendiendo muebles a importantes bancos y embajadas, entre ellas la de la Alemania nazi. Para el año 1940, empelaba a unas setenta personas. 


La mueblería que resiste el paso del tiempo. Foto: Marcelo García.


Mi padre quedó maravillado frente al viejo portón de madera que -celoso- aún franquea la entrada. Por las vueltas del destino (o vaya uno a saber por qué) apareció un hombre entrado en años, casi como él, y -como no podía ser de otro modo, tratándose de mi padre- surgió la conversación. El "aparecido", posiblemente un cuidador, señaló la construcción (de un piso, con bella galería) al fondo del terreno y largó lo más interesante: "Allí es donde se escondían los alemanes". Y el dato, llevó a la pregunta inevitable: "¿Qué alemanes?"


La parte trasera del inmueble, donde vivían "los alemanes". Foto: Marcelo García.


El inesperado "informante" se despachó como si nada, y sin dar vueltas a la atrapante cuestión, le contó sobre un grupo de marineros del Panzerschiff Admiral Graf Spee, el legendario acorazado de bolsillo de la Kriegsmarine (Marina) nazi, autohundido por su capitán Hans Langsdorff tras la épica Batalla del Río de la Plata el 17 de diciembre de 1939, entre las costas de Buenos Aires y Montevideo (Uruguay) tras verse rodeado de los destructores británicos HMS Achilles, HMS Exeter y HMS Ajax.


Los tripulantes del Graf Spee internados en la Argentina en ese momento han sido 1.055 en total, muchos de los cuales fueron llevados a las provincias de Córdoba y Mendoza, y varios a la localidad bonaerense de Sierra de la Ventana, mientras que otros tantos se apoyaron en las redes desplegadas por la Abwehr (la inteligencia del régimen de Adolf Hitler) para volver a Alemania. 


Autohundimiento del "Graf Spee" y ficha de los marineros. Archivo: Marcelo García.


Sin embargo, fueron varios los que se mezclaron con el argentino común y rehicieron sus vidas, entre ellos los alemanes que vivieron y trabajaron en la mueblería de Barthel. El lugar estuvo activo hasta no hace muchos años, y luego quedó mudo y abandonado, aunque nadie se atrevió jamás a demolerlo.


Vieja ilustración de "Barthel Muebles" en sus días de gloria. Archivo: Marcelo García.


Tal vez sean los inquietos fantasmas de esos mismos marineros -devenidos en insospechados operarios de una vieja fábrica de muebles- los que logran, cada día, que ese magnético espacio se resista a desaparecer.


Artículo original de mi autoría:

https://www.diario26.com/297133--el-fantasma-de-los-marineros-del-acorazado-nazi-graf-spee-en-una-vieja-muebleria-abandonada


Instagram: @marcelo.garcia.escritor

Twitter: @mdGarciaOficial

Nota: El artículo no expresa ideología política. Solo investigación histórica.




domingo, 14 de febrero de 2021

La Ruta del dinero nazi al descubierto: el documento del Credit Suisse que confirma el sistema de lavado de Argentina a Suiza

La carta del Credit Suisse, listas de afiliados nazis en Argentina. Diario 26.


Pedro Filipuzzi, escritor auspiciado por el Centro Simon Wiesenthal, fue el responsable del hallazgo de documentos originales que demuestran el modo en que los nazis lavaron el dinero y los bienes expoliados durante el Holocausto, triangulando entre Europa, Argentina y Suiza. Esos papeles estaban a punto de ser destruídos. Hoy, un DOCUMENTO EXCLUSIVO de DIARIO 26 confirma la existencia de una cuenta millonaria única en el Credit Suisse. 

Publicación original: https://www.diario26.com/294793--la-ruta-del-dinero-nazi-al-descubierto-el-documento-del-credit-suisse-que-confirma-el-sistema-de-lavado-de-argentina-a-suiza

Por Marcelo García.*


Como tantas cosas en la vida, el sorprendente descubrimiento se produjo gracias a un inesperado giro del destino y, casi, por casualidad. En 1984, sin siquiera sospecharlo por entonces, un joven llamado Pedro Filipuzzi se convirtió en auténtico protagonista de la historia que hoy cobra inusitada relevancia. Acababa de toparse con una valiosa documentación que iba a cambiar su vida para siempre y, posiblemente, la de muchos. Su jefe en la Oficina de Liquidaciones del Departamento de Compras y Suministros del Banco Nacional de Desarrollo (BaNaDe) era Olegario Brest; un bancario veterano que -a punto de jubilarse como 2º Jefe de División- revisaba viejos papeles en la biblioteca de la institución, de la que era jefe un tal Sr. Eguía, con la inestimable colaboración de un asistente de apellido Ildarraz. 

La biblioteca (a la que se accedía por un pasillo bastante disimulado) se ubicaba en el cuarto piso del banco y, al respecto hay dos detalles, en absoluto menores: primero, el edificio del BaNaDe es el mismo que ocupó desde principios del siglo XX el Banco Germánico de América del Sud, el principal centro financiero de los nazis en Argentina y casi toda Sudamérica. Y segundo, en el mismo cuarto piso se habían ubicado las oficinas centrales del Partido Nazi en el ámbito local. Ese era el lugar donde se reunía toda la información -detallada, precisa y fidedigna- sobre los negocios del nazismo a partir de la llegada de Adolf Hitler al poder en Alemania. Fue ese el sitio en donde quedó asentada la documentación encontrada por Filipuzzi.

El revelador documento, con fecha de fines de los años '30 e inicios de los años '40, saca a la luz los nombres de 12.000 personas (con nombres, apellidos, fechas y fichas de afiliación) y empresas adheridas a la filial local del Partido Nazi, y revela que todos sus fondos fueron depositados en una cuenta única del banco suizo hoy conocido como Credit Suisse (por entonces llamado Schweizerische Kreditanstalt). Se presume -aunque prácticamente estaría demostrado- que ese dinero fue producto del expolio a los judíos alemanes y de otros países del mundo durante los días del régimen de Adolf Hitler.

Banco Germánico de América del Sur, fotos de 1939: entradas por calle 25 de Mayo 145 (izquierda) y Av. Leandro N. Alem 168 (derecha).


El descubrimiento de la importante documentación que aquí presenta DIARIO 26 en EXCLUSIVA (con el documento original enviado desde Suiza), derivó en que Pedro Filipuzzi activara una investigación cursada en nota escrita, remitida a Christian Küng (vicepresidente del Credit Suisse) para descubrir el laberíntico sistema de la "Ruta del Dinero nazi" y la existencia de esa multimillonaria cuenta única ante la entidad bancaria.

Entre tanto, para el Credit Suisse, ahora surge un gran problema: el sistema de lavado, suponía la necesidad de haber hecho desaparecer la información sobre esta cuenta millonaria hace -al menos- 80 años. Esto, claramente, no sucedió; pese a que el Gobierno de facto en Argentina, a cargo del GOU (Grupo de Oficiales Unidos) quemó copias de la documentación en 1943. Sin embargo, el original de esas operaciones logró sobrevivir y esa es la que se conservó en el BaNaDe.

La sede del Schweizerische Kreditanstalt en los años '30, hoy Credit Suisse.


DIARIO 26 habló en ENTREVISTA EXCLUSIVA con Pedro Filipuzzi. Aquí, el contenido de la reveladora conversación.

Diario26: ¿De qué modo se relacionó con las investigaciones sobre la actividad económica del Partido Nazi en la Argentina?

Pedro Filipuzzi: "Por medio de un informe que encontré en la biblioteca del BaNaDe, gracias a las indicaciones de mi -entonces- jefe, el Sr. Olegario Brest. Es el informe oficial N°5 de la Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas del Congreso de la Nación Argentina, presidida por el Diputado Damonte Taborda. Ahí está descripto los aportes de las compañías alemanas en la Argentina al régimen de Adolfo Hitler. Ese aporte estaba organizado y gestionado por la organización nazi (que era brazo del Partido Nacionalsocialista) Unión Alemana de Gremios (antes se llamaba Frente Alemán de Trabajo o Deutsche Arbeit Front). En esa descripción lograda por el Congreso de la Nación Argentina, está incluído el infame consorcio alemán IG Farben, que diseñó el gas Zyklon-B con que gasearon a miles y miles de judíos en los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial. Ahí se describe taxtativamente los números de cuenta origen y destino de los movimientos económicos efectuados por los nazis entre el offshore Buenos Aires y el Schweizerische Kreditanstalt (hoy Credit Suisse)."

Diario26: ¿Qué pudo haber sucedido con esa importante documentación si usted no la hubiese encontrado y cómo debió proceder usted para conservarla? No debe haber sido tarea sencilla.

Pedro Filipuzzi: "Probablemente hubiera quedado olvidada en los pliegues de la historia. Iba a ser destruida como papel viejo y pedí conservarla al ver el listado de afiliados al nazismo de la Unión Alemana de Gremios, junto con los números de cuentas involucrados. Mantuve el listado en mi hogar y se lo mostré sólo a mi padre y al Sr. Andrew Graham-Yooll que era amigo de mi familia".

Diario26: Las listas sacan a la luz destacados nombres de la comunidad alemana en nuestro país, algo que también demuestra que si bien no todos estaban afiliados al Partido Nazi, sí lo estaban a diferentes organizaciones como -por ejemplo- la Unión Alemana de Gremios, uno de los apéndices más fuertes del Nacionalsocialismo en el ámbito local. ¿Es esto así?

Pedro Filipuzzi: "Sí, es así. La Unión Alemana de Gremios era una organización nazi definida como tal en sus estatutos y estudiada profundamente en el informe N°5 de la Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas del Congreso Nacional. Esta Comisión estaba presidida por el Diputado Damonte Taborda. La organización cambió de nombre sucesivamente en la Argentina a medida que el Poder Ejecutivo Nacional la declaraba proscripta por su virulento perfil nazi. Primero se llamó Deutsche Arbeit Front (Frente Alemán de Trabajo) y luego de ser prohibido su accionar durante el gobierno del presidente Ortiz pasó a llamarse Unión Alemana de Gremios. Siguió conservando sus jefes y afiliados, continuando sus operaciones en el domicilio de la calle Alsina 1250 (Ciudad de Buenos Aires) donde aún se conserva intacta su fachada media superior. Era una prolongación del Partido Nazi como lo perfila el decreto presidencial que dio origen a su revocación como mutual gremial. Recaudaba fondos de empresas alemanas (eran más de 300) y de 12.000 afiliados que eran depositados en la cuenta 4063 del Banco Germánico de América del Sud (un banco de capitales nazis ubicado en 25 de mayo 145, de la Ciudad de Buenos Aires, en cuyo cuarto piso estaban las oficinas del Partido Nazi). 

Precisamente esos 12.000 afiliados fueron los que llenaron las gradas del Luna Park en 1938 en celebración de la anexión de Austria por el Tercer Reich. Esa reunión fue retratada en una conocida fotografía captada por el fotógrafo de la embajada nazi de apellido Schumaker, donde se ven banderas nazis junto al pabellón nacional enmarcando una enorme rueda dentada con una cruz esvástica en su centro. Ese era el símbolo del Frente Alemán de Trabajo. El símbolo se conservó, retirándose la esvástica para ser transferido a la Unión Alemana de Gremios que en 1945 fue definitivamente clausurada por ser una organización nazi. Todas sus instalaciones terminaron allanadas en calidad de propiedad del enemigo. La Argentina de la dupla Perón-Farrell la había expropiado en 1945 por ser considerada un bastión de la Alemania nazi en Buenos Aires y en toda la Argentina."

Pedro Filipuzzi y parte de los documentos sobre los listados de nazis en Argentina, 
descubiertos en el exBanco Germánico de América del Sud.


Diario26: ¿De qué manera se recaudaba ese dinero nazi en la Argentina? ¿Cuál era su origen y de qué modo se ha llevó a Europa? Cuéntenos sobre la "Ruta del dinero nazi".

Pedro Filipuzzi: "Existía en la Argentina durante las décadas del ’30 y ’40 la “Comunidad de Empresas”, que era una asociación pangermánica organizada con el sistema de los Gaus (regiones) alemanes. Esas empresas depositaban dinero en el Banco Germánico de América del Sud en Buenos Aires y luego lo giraban -via el Banco Alemán Transatlántico- a Suiza con destino final el Schweizerische Kreditanstalt (hoy Credit Suisse). Un vector de traslado era la Asociación de Ayuda de Invierno a la Alemania Nazi.

La cuenta Nº4063 del Banco Germánico de América del Sud  donde se depositaba los dineros aportados por empresas alemanas estaba gestionada por el Gerente Richard Leute, un nazi con papeles que no sólo estaba afiliado al Partido Nazi, sino que además estaba afiliado a la Unión Alemana de Gremios y era en su momento considerado como uno de los agentes nazis más importantes en la Buenos Aires de los años ’40. Su tumba esta en el cementerio alemán de Buenos Aires donde fue enterrado con honores militares. Luego, esa cuenta iba al Banco Alemán Trasnatlántico (ubicado en la esquina de Bartolomé Mitre y Reconquista, a metros del Banco Germánico de América del Sud) para ser enviada, en marcos suizos y dólares, a la cuenta N°2 del Deutsche Arbeit Bank ubicada en el Schweizerische Kreditanstalt en la Suiza “neutral”.

En el Banco Alemán Transatlántico operaba Ludwig Freude (afiliado Nº405 a la organización nazi Unión Alemana de Gremios) como Presidente de la Ayuda al Invierno. Una colecta empresarial de notable importancia cuya recaudación iba directamente a la Alemania Nazi. Este industrial alemán fue condecorado por el  embajador y agente nazi, barón Edmund Von Thermann  con el Águila Alemana al Mérito Industrial, como reconocimiento directo de la Alemania de Adolf Hitler por su servicio "excepcional" a los intereses del Tercer Reich. Similar condecoración recibió, en su momento, el industrial norteamericano Henry Ford (autor además del libelo virulentamente antisemita intitulado "El judío internacional"). Ese material antijudío es, al día de hoy, libro de cabecera de grupos supremacistas blancos en América del Norte, como los que tomaron por asalto el Capitolio norteamericano el 6 de enero del 2021.

Según el informe N°1 a N°5 de la Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas del Congreso Nacional, existen remitos donde se registra la llegada de enormes bultos por medio de la naviera Hamburg Süd, propiedad de Antonio Delfino, donde llegaban las sacas de la organización Ferrocarriles Alemanes, de los que también era dueño. Esta última era una tapadera de los nazis utilizada para el transporte de bienes y dinero. Una de sus sacas fue razgada por un agente del servicio secreto inglés antes de ser introducida al Banco Germánico de América del Sud por la entrada de Leandro N. Alem 168, en la Ciudad de Buenos Aires, encontrándose moneda de numeración polaca producto del expolio nazi en 1939. Esto, junto con la excusa de tener en propiedad un transmisor para operaciones de espionaje no declarado, generó la expulsión de embajador Edmund von Thermann, quedando la embajada de la Alemania nazi a cargo del industrial Ludwig Freude."

Documentos de afiliados nazis en Argentina y Pedro Filipuzzi, el investigador.


Diario26: ¿Cuál fue el rol de Ludwig y Rodolfo Freude en la "Ruta del dinero nazi" y cuál el papel jugado actualmente por sus herederos en esta historia?

Pedro Filipuzzi: Ludwig Freude era el afiliado Nº405 a la organización nazi Unión Alemana de Gremios, directivo del Banco Alemán Transatlántico y Presidente de la Ayuda de Invierno a la Alemania Nazi. Rodolfo Freude era su hijo (en el ’42 era un jovencito adolescente de 19 años). Ludwig Freude quedó a cargo de la embajada de la Alemania nazi cuando el embajador Edmund von Thermann fue expulsado por agente nazi de la Argentina.

Diario26: ¿Podría decirse que el Credit Suisse se levantó gracias al dinero robado a los judíos desde el final de la Sergunda Guerra Mundial y que la Argentina fue determinante para que así suceda?

Pedro Filipuzzi: El Credit Suisse nació del banco donde los nazis depositaban dinero llamado Schweizerische Kreditanstalt. Este banco era el preferido por los nazis en Suiza. La Argentina era un offshore nazi como lo fueron la mayoría de los países latinoamericanos donde existía la dupla Banco Germánico de América del Sud / Banco Alemán Transatlántico. El primero efectuaba operaciones de cabotaje y el segundo operaba ea nivel internacional.  Recibían y enviaban dinero a la Alemania nazi antes y durante el conflicto de la Segunda Guerra Mundial.

Diario26: ¿Hubo respuesta del Credit Suisse tras hacerse pública su detallada investigación sobre el dinero nazi en la Argentina?

Pedro Filipuzzi: Sí. Enviaron una misiva al estudio Pestalozzi, de Suiza, respecto de la herencia de alemanes mencionada en la investigación. En particular, la correspondiente a Ludwig Freude, que hoy está en manos del Centro Simon Wiesenthal.

Diario26: ¿Qué puede decir sobre la participación del Centro Simón Wiesenthal y el Congreso Judío Mundial en este proceso que intenta recuperar esos bienes millonarios depositados en el exterior?

Pedro Filipuzzi: El Centro Simon Wiesenthal está llevando adelante una muy importante investigación en el Credit Suisse respecto a las cuentas en cuestión, apoyándose en información entregada por la Familia Freude / Koennecke, que utilizó a mi interpósita persona como “bridge” entre ellos y el propio Centro Simon Wiesenthal. Hay que destacar la enorme ayuda de Alfredo “Alfred” Freude, Mónica “Moni” Freude, Ingrid Freude de Liendo, Margarita “Margot” Koennecke (que hizo el pedido en alemán al estudio Pestalozzi, del que está a cargo Oliver Widmer, mencionado en el documento que DIARIO 26 presenta a continuación) y Rodolfo “Rolf” Koennecke, para que el Centro Simon Wiesenthal (que -desde Buenos Aires- encabeza para toda Sudamérica el Sr. Ariel Gelblung) pueda destrabar las cuentas que dieron origen al Credit Suisse provenientes del Schweitzerische Kreditanstalt, el banco preferido por Adolf Hitler en Suiza. Esto es muy importante de destacar: la Familia Freude-Koennecke está en las antípodas del perfil de Ludwig Freude y su intención es ayudar a la colectividad judía a la apertura total de las cuentas del Credit Suisse, que hoy están cuestionadas.

Durante la década de los años '90, Rodolfo "Rudi" Freude (hijo de Ludwig), hizo 14 presentaciones ante el Credit Suisse sin suerte. El mérito de saber la suma actual de esos depósitos -estimados en torno a los 33.000 millones de euros-, le corresponde al periodista anglo argentino Andrew Graham-Yooll. Finalmente, otra llamativa curiosidad: en el Credit Suisse, el manejo de las cuentas se transmite entre generaciones de administradores. Los Küng y los Hösli (en este caso, Reto Hösli -Director del Credit Suisse- y Christian Küng -Vice Presidente Asistente- ambos firmantes del documento), vienen desde los años '30 a cargo de las mismas.

A continuación, el DOCUMENTO EXCLUSIVO de DIARIO 26, con la respuesta del Credit Suisse, confirmando la existencia de la cuenta bancaria (y luego su traducción), gentileza de Pedro Filipuzzi:


Traducción del documento:

Consejo General 

Core Banking & Standard Lending, YSPF 1

Christian Küng, Abogado, Vice Presidente asistente.

Pestalozzi Rechtsanwalte AG RA Oliver Widmer Lowenstrasse 1 

8001, Zürich. 

7 de enero de 2020.

Herencia de Ludwig (Ludovico) Freude.

Estimado Sr. Widmer:

Nos referimos a su carta fechada el 23 de diciembre de 2019 en el estado anterior.

En principio, el banco solo puede proporcionar información a una parte contratante (o su representante o sucesor legal) sobre cualquier relación bancaria existente o anterior de la parte contratante. Por lo tanto, no tenemos derecho a proporcionarle información sobre ninguna relación de cliente con Credit Suisse AG en un tercero, incluso si el testador hubiera sido el beneficiario efectivo de esto. Nuestra posición al respecto permanece sin cambios.

En este caso, los herederos deberán ponerse en contacto directamente con el tercero para mayor información o, en el caso de las empresas, sus órganos, o alternativamente llamar a los tribunales competentes en derecho internacional privado para obtener la información requerida sobre la asistencia o reconocimiento legal (en el caso de jurisdicción extranjera) o a través de los tribunales suizos (en el caso de jurisdicción suiza).

También nos referimos a nuestra carta anterior con fecha del 15 de julio de 2019. Si tiene alguna pregunta, el Sr. Christian Küng estará encantado de ayudarle.


Freundliche Grüsse 

CREDIT SUISSE AG


Firmas:

Reto Hösli / Director

Christian Küng / Vice Presidente Asistente 



Nota: El ingeniero Pedro Alberto Filipuzzi es autor de "La ruta del dinero de los nazis argentinos", Editorial Dunken, Buenos Aires, Argentina, 2020.

*Periodista de Diario26 y escritor.



miércoles, 20 de enero de 2021

viernes, 15 de enero de 2021

Pedro Filipuzzi en "GPS" con Rolando Graña: Revelaciones sobre el lavado de dinero Nazi en la Argentina

 Entrevista a Pedro Filipuzzi en "GPS".


Pedro Filipuzzi fue el responsable del hallazgo de documentos originales que demuestran el modo en que los nazis lavaron el dinero y los bienes expoliados durante el Holocausto, triangulando entre varios países de Europa, Argentina y Suiza. Esos papeles estaban a punto de ser destruidos pero fueron rescatados y desatraon un escándalo internacional que puso en jaque al poderoso Credit Suisse. El 15 de enero de 2021, Filipuzzi contó todo durante una entrevista con el periodista Rolando Graña en su programa "GPS", por A24. Mirá el video.



Leer más sobre el tema

La Ruta del dinero nazi al descubierto: el documento del Credit Suisse que confirma el sistema de lavado de Argentina a Suiza


domingo, 3 de enero de 2021

"La raza argentina": Tercera y última parte de la entrevista a Marcelo García, por Mauro Castro

Aquí la tercera y última parte de la entrevista a Marcelo García, por el periodista e historiador Mauro Castro, en exclusiva para su canal en Youtube. En este caso, hablando en detalle sobre el libro "Perón y la raza argentina" (Marcelo García, Ediciones B, 2019). Mirá la entrevista en el video a continuación.

Visitá el canal de Youtube: Mau Castro. Muchas gracias Mauro.