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viernes, 17 de octubre de 2014

Recordando el 17 de Octubre de 1945: Fase 2 del Plan...

Las cosas y los acontecimientos históricos cambian de acuerdo al cristal con que se miren. Conmemoración por el 69º Aniversario del 17 de Octubre de 1945, el inicio de la Fase 2 del Plan.


miércoles, 2 de julio de 2014

Ruedas de metal para Perón


En la patria peronista, la de los albores del segundo gobierno de Juan Domingo Perón, todo parecía posible. A fuerza de una intencionada, machacada hasta el hartazgo y falaz bajada de línea que pretendía mostrar al "líder" como si fuera el primer trabajador, uno más entre los humildes trabajadores, no pocos sentían que su gran oportunidad había llegado y que en la Argentina industrializada estaba su verdadero lugar en el mundo. En algunas cosas no estaban tan equivocados, en otras no andaban tan en lo cierto. El inobjetable carisma de aquel Perón de 1953 colaboraba con todo eso. El mismo Perón que se empezaba a debilitar tras la muerte de la compañera Eva y que comenzaba a mostrar que su habitual pragmatismo no alcanzaba para salvarlo de una debacle anunciada, permitían -sin embargo- un inusitado acercamiento del conductor con su pueblo. Los tiempos de la desinteresada Eva receptora de cartas y pedidos ya habían quedado atrás, muy atrás, pero aún se daban cosas como las planteadas en esta carta. La gente creía -con motivos o sin ellos- en el proyecto de la patria peronista, en la tercera posición justicialista, en la quijotesca patriada de Perón frente a aquellos que pretendían torcerle el brazo. Había que ayudar a Perón y, entonces, a un tal Julio I. Calvo le hacía llegar una pintoresca propuesta al General... Ruedas de metal para hacer andar al pueblo peronista.
Decía en su carta...

Aldo Bonzi 7 de enero 1953
Exmo. Presidente Gral. Juan D. Perón
Molesto su atención a fin de solicitarle me conceda audiencia para exponerle un invento, se trata de una rueda metálica para tractores, camiones y jeep, con este invento se economizaría la totalidad de caucho que llevan dichos neumáticos y muchos beneficios mas que serían largo de enumerar, soy empleado y con el sueldo que gano no puedo realizar mi sueño, Sr. Presidente le rogaría me diera una oportunidad a lo solicitado y asi explicrle más detenidamente este proyecto.
Sin otro particular espero me sepa interpretar y disculpar el atrevimiento.

Julio I. Calvo
Darregueira 1894
Aldo Bonzi FCNGB



Carta de un ciudadano al presidente Perón, 7 de enero de 1953.
Documentos Escritos. Fondo Secretaría Técnica 1a. y 2a. presidencia del Tte. Gral. Juan Domingo Perón. 

Foto: Archivo General de la Nación

sábado, 26 de octubre de 2013

Juan Domingo Perón, socios de dudosa reputación y el buque ballenero más grande del mundo

Megalomanía, habilidad comercial y marcados deseos de conquista en su máxima expresión. Durante el primer gobierno Justicialista, Juan Domingo Perón se puso una idea fija entre ceja y ceja: acaparar, en el complicado y hambriento mundo de posguerra, el negocio de la pesca de ballenas y la manufactura de aceites en la mismísima Antártida con el buque ballenero/factoría más grande jamás construído hasta entonces. Para lograr su cometido se valió de no pocos contactos de dudosa reputación, en su gran mayoría cercanos al "desaparecido" Adolf Hitler, fondos estatales a discreción, los servicios de efectivos testaferros, una alta dosis de sigilo y el guante lanzado al rostro de grandes empresas multinacionales que tenían el mismo objetivo comercial y estratégico que el presidente argentino. Conflicto en puerta y una conspiración. Esta es la historia del "Juan Perón", el buque factoría más grande y ambicioso del mundo. Pulgares hacia abajo de las grandes potencias, que jamás le perdonarían a Perón semejante atrevimiento.

Por Marcelo D. García para Historias Lado B.

Buque "Juan Perón", el ballenero / factoría más grande del mundo.


Reflotar una vieja idea.
La Marina de Guerra de Argentina lo tenía entre sus planes de inmediata concreción desde principios del Siglo XX: la idea de avanzar sobre el continente Antártico y adueñarse de la caza y el comercio de ballenas en la zona más austral del planeta era algo que desde hacía rato se veía con muy buenos ojos. Por eso mismo no habrá sorprendido a muchos cuando una vez establecido con el poder real, total y absoluto de su primer gobierno, Juan Domingo Perón reflotó aquel viejo anhelo.
Perón recuperó la idea de la creación de una importante flota mercante en 1946, valiéndose de un argumento por demás contundente: la industria naval se encontraba en un pozo profundo por aquel entonces, tras los desastres de la Segunda Guerra Mundial y entonces dar nacimiento a una poderosa flota mercante argentina auspiciada por Perón resultaba más que viable e interesante.
El presidente argentino decide entonces convocar a conspícuos y efectivos hombres de negocios para que la flota mercante, ballenera concretamente, se pueda hacer realidad, al tiempo que las agencias de espionaje de Estados Unidos y Gran Bretaña comenzaban a mirar a Perón con una atención muy especial...

Los elegidos de Perón.
Uno de los empresarios elegidos por Perón fue Alberto Dodero, de una familia genovesa residente en Montevideo, Uruguay. Dodero se venía encargando, desde el final de la guerra, de adquirir viejos buques fuera de servicio a muy bajo costo, y lejos de comercializarlos como chatarras se encargó de dejarlos en condiciones para darle forma a una poderosa flota de transporte de pasajeros que cubría fundamentalmente el trayecto entre Europa (Génova, Italia más precisamente) y la Argentina. Dodero tendría vital importancia en la "Gira del Arco Iris" que en 1947 llevó a Eva Perón a Europa para un misterioso viaje que más allá de forzar cálidos recibimientos de autoridades europeas, tenía como principal finalidad la concreción de turbios negocios y asegurarse un buen pasar.
Dodero, una vez convocado por Perón, generó el interés de Aristóteles Onassis, el magnate naviero griego nacido en Turquía, que se había visto involucrado en un verdadero escándalo internacional durante la Segunda Guerra Mundial cuando fue detenido un agente nazi camino a Berlín, quien iba a conseguir el salvoconduto para que un buque de Onassis con bandera de Argentina fuera "liberado" en Suecia y pueda volver al país de bandera.

Fritz Mandl (izquierda) y Arsitóteles Onassis (derecha): dos de los socios de Perón.


Al "equipo de elegidos" se le uniría el controvertido Fritz Mandl, fabricante (y traficante) de municiones austríaco. Mandl era un caso (no tan) atípico: era judío y era además socio y protegido de los nazis (durante la Segunda Guerra Mundial y después de la misma). Mandl era maigo personal de Benito Mussolini y Francisco Franco, a quien le había suministrado armas para su bando durante la Guerra Civil Española.
Finalmente se conseguiría la participación de Alfredo Ryan, un empresario marítimo de los Talleres de Reparaciones del Río de la Plata, de familia irlandesa, nacido en Gibraltar. Ryan se encontraba en el momento de ser convocado por Perón, en la lista negra de los Estados Unidos por ser considerado colaboracionista nazi. Sin embargo en el Curículum Vitae de este tan particular y camaleónico empresario figuraba el traslado junto a sus equipos, obreros y colaboradores hasta Montevideo, Uruguay, para reparar los buques británicos Achiles, Exeter y Ajax, tras su feroz combate en aguas del Río de la Plata contra el acorazado alemán Graf Spee. Ryan era empleado del servicio secreto británico y los ferrocarriles británicos (en Argentina) le pagaban con acciones. Cuando Perón nacionalizó los ferrocarriles, Ryan vendió todas sus acciones y se lanzó a la especulación financiera en Wall Street, Londres y Rotterdam. Ryan además recibía desde finales de la Segunda Guerra Mundial, ayuda directa y colaboración técnica en sus talleres de parte de Siemens, Thyssen y Manesman, todos fuertes grupos industriales nazis. Un personaje "pintoresco" sin lugar a dudas. Lo dicho: camaleónico.

Mayo de 1949: estatización del Grupo Dodero. En la foto, Perón junto a Dodero (anteojos en mano).


Los elegidos de Perón, un verdadero "seleccionado de notables", reunían, todos ellos, más de una ventaja y unos cuantos denominadores comunes, a saber: tanto Dodero, como Mandl, Onassis y Ryan tenían y habían tenido muy estrechas y excelentes relaciones con la Alemania nazi y sus jerarcas y empresarios devotos. Los cuatro seguían manteniendo esas excelentes relaciones y trato aún después de la finalización de la guerra. Los cuatro tenían nacionalidad argentina desde antes de la Segunda Guerra Mundial y, como si fuera poco, los cuatro eran especialistas en negocios descomunales y en la "atención" (léase: manejo) de capitales nazis en la posguerra.
Con este equipo casi infalible y ultra influyente, con testaferros de importancia, con apoyos de cuestionable reputación, unas ansias de poder expansionista inigualables y, por supuesto, el uso y abuso de medios del Estado argentino a discreción, Perón se embarcó en esta empresa asombrosa: la conquista de la caza, el mercado y comercio de ballenas y todos sus importantes y valiosos derivados, en una de las zonas más requeridas por las grandes potencias y los conglomerados industriales multinacionales, con su flota de buques peronistas. A nadie le gusta que le "mojen la oreja". A las grandes potencias dominantes y a los intereses internacionales, menos... Y eso hizo Perón.

La construcción el buque "Juan Perón".
Ryan viajó a Inglaterra para supervisar personalmente la construcción del buque soñado por Perón. En 1948 la Compañía Argentina de Pesca (presidida por Ryan) entrega los planos del gigantesco buque factoría a los astilleros "Harland & Wolff" (los mismos en los que se había construído el famoso "Titanic"). Se trataba de un infernal buque de 25.000 toneladas brutas que estaría preparado para transportar petróleo cuando no se estuviese en temporada de caza de ballenas. En el buque se podría llegar a faenar la ballena completa. Se procesarían la carne y el aceite y todo (2.000 toneladas de carga) se acomodarían en sus bodegas frigoríficas. El buque estaba pensado para ser de lo más versátil que se haya visto, siendo apto también para el transporte de aceites comestibles de girasol y lino, como así también combustible líquido y otros.


Entrada a los astilleros "Harland & Wolff" en Irlanda.


El gobierno argentino (Perón) se comprometió con los astilleros "Harland & Wolff" y permitió que Ryan se instale en la ciudad irlandesa de Belfast. Desde allí se dedicó a la supervisión de la construcción del buque y a pasar toda la información requerida por Perón practicamente a diario. El costo de producción del buque "Juan Perón" fue de cerca de 3 millones de libras esterlinas.
Pero los planes y los sueños desmedidos no culminaban allí y así las cosas Perón le ordenó a Ryan que prometa la construcción de otras 15 embarcaciones pequeñas más, llamadas "catchers" destinadas a acompañar las tareas del enorme buque ballenero. La promesa fue realizada en simultáneo a astilleros de Alemania, Italia y Holanda. Quedar bien con varios a la vez, otra de las grandes habilidades de Perón.


Astilleros "Harland & Wolff".


La desgracia sobrevuela al buque "Juan Perón".
En el ambiente de la navegación y, principalmente, en el de la construcción de buques hay determinados signos, ciertas señales, que se asocian indefectiblemente a la desgracia y a la mala fortuna que puede llegar a tener un buque. En ese sentido el buque "Juan Perón" no logró escapar a esos fantasmas cuando un accidente durante la construcción provocó la trágica muerte de varios operarios del astillero. En la mitología naviera, eso se relaciona sin más vueltas con la mala fortuna, la mala suerte. El barco de Perón había nacido torcido y un tiempo más tarde, ya en 1951, esa mala fama se acrecentó cuando a punto de cargar unas 22.000 toneladas de combustible, se abrieron las compuertas del buque golpeando bruscamente el muelle. La desgracia seguía sobrevolando la cubierta del "Juan Perón".
Tras un interés inicial, Onassis, Dodero y Mandl no tomaron parte en el negocio y dejaron a Perón tan sólo acompañado por Ryan en esta complicada empresa. Fue el mismo Onassis quien le recomendó a Ryan que no lleve ese buque a la Argentina, pero finalmente el "Juan Perón" llegó a Buenos Aires en 1951, algo sobre lo que profundizaremos más adelante.


El ballenero "Juan Perón".


Perón recurre a asesores e inversionsitas nazis.
Con la "salida" del tandem Onassis-Dodero-Mandl del mega proyecto del buque ballenero más grande del mundo, Perón se aseguró finalmente los "servicios" de Lars Andersen, un legendario cazador de ballenas noruego, el mejor harponero del mundo. Andersen, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, recaló en Buenos Aires, Argentina, se naturalizó argentino y se radicó en la capital de Argentina tras haber escapado de Noruega (mediante un suculento "pago" a las autoridades locales). Andersen era un colaboracionista nazi en Noruega y era intensamente buscado. Una vez instalado cómoda y plácidamente en la siempre receptiva Argentina de Perón, Andersen comenzó a "llenarle la cabeza" al presidente argentino sobre las bondades, ventajas y beneficios del negocio ballenero.
Demanda mundial de materias primas en un mundo de posguerra, buenas posibilidades de comercialización de aceite de ballena, derivaciones importantes hacia el mercado de las margarinas, carne de ballena congelada y enlatada por toneladas para ser ofrecida a un hambriento mundo que recién salía de la Segunda Guerra Mundial. Andersen le había aportado otro dato más a Perón para convencerlo de seguir adelante: en 1938, para citar un ejemplo, el ballenero nazi "Unitas" había capturado en la Antártida unas 1700 ballenas, produciendo 120.00 barriles e aceite y 20.000 secciones de carne para exportar.
Todos esos argumentos resultaron más que aceptables y tentadores para un Perón que por nada del mundo dejaba de lado sus intentonas expansionistas en todas las áreas y de todos los modos posibles.
Perón , lejos de amilanarse y retraerse tras la negativa de Dodero, Mandl y Onassis de participar en esta aventura, logró otro contacto sumamente importante. Ese contacto llegó de la mano de un amigo personal de Andersen.

Hjalmar Schacht, asesor de Perón y banquero de Adolf Hitler.


Se trataba ni más ni menos que de Hjalmar Schacht. Schacht había sido desde los años '30 y hasta llegado el final de la Segunda Guerra Mundial, financista y banquero de Adolf Hitler. Extrañamente "absuelto" por los Aliados tras los juicios a los nazis en 1946, Hjalmar Schacht era una de las cabezas visibles de la reconstrucción alemana de la posguerra (para darse una idea de quien era Schacht recordemos la Conferencia de Estrasburgo de 1943. http://historiasladob.blogspot.com.ar/2013/08/el-nacimiento-del-iv-reich-en.html). No resulta un dato menor el hecho de saber que Hjalmar Schacht basaba su plan de reconstrucción económica de Alemania precisamente en la industria naval y...la caza de ballenas. Para conocer un poco mejor a Hjalmar Schacht vale recordar que fue uno de los principales responsables de contactar personalmente a Adolf Hitler con un importante y fructífero grupo de industriales alemanes y que para 1936 ocupaba un cargo de ministro en el gabinete nazi. Schacht fue el impulsor directo de la organización de la flota ballenera de la Alemania nazi y el propulsor de las acciones y medidas que desbancaron del negocio ballenero y sus derivados al gigante conglomerado anglo-holandés Unilever (mayor comprador mundial de aceite de ballena por aquel entonces). Schacht bloqueó las ganancias de Unilever en Alemania y amenazó al gigante Unilever con reducir su cuota de importación de margarina si no financiaba (Unilever) la construcción de la flota ballenera nazi. Finalmente Schacht optó por quedarse con Onassis, quien en su buque factoría "Olimpic Challenger" tenía como capitán a un oficial de la Kriesgmarine, la Marina de Guerra de la Alemania nazi. De todos modos, Hjalmar Schacht, y a pesar de unirse a la flota de Aristóteles Onassis, no había dejado pasar la oportunidad para abrir "otro frente" y asesorar personalmente a Ryan y a Perón.
Y un dato más... fue el mismísimo Hjalmar Schacht quien se reunió con Eva Perón cuando ésta realizó su famosa y misteriosa "Gira del Arco Iris" por Europa en el año 1947. Casualidades. Meras casualidades.

Crónica de un final anunciado.
El buque "Juan Perón" rebautizado como "Cruz del Sur" en épocas de la Revolución Libertadora de 1955.


La historia del "Juan Perón", el buque ballenero / factoría más grande y ambicioso del mundo, símbolo de la desmesurada ambición de Juan Domingo Perón y consecuencia directa de los negocios sucios y poco claros y la participación de no pocos personajes de más que dudosa reputación, estaba llegando a un final anunciado. Había nacido mal y seguramente todo terminaría del mismo modo. En 1951 el buque es confiscado por el Banco Central de la República Argentina. El desenlace de esta trama es digno de una película de cine negro: el buque "Juan Perón" estaba inscripto a nombre del propio Ryan y así las cosas es "adquirido" por el Estado Argentino por órdenes de Perón (¿y el dinero quién lo puso y a qué cuenta ha ido a parar?) en 1952 y en 1953 es transferido finalmente a YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) para ser utilizado como buque de transporte de combustibles. Sin embargo en otra movida muy poco clara, Perón volvió a insistir sobre el tema pesquero y finalmente en 1955, sobre el final de su segundo gobierno, firma importantes acuerdos pesqueros con el Grupo Krupp (uno de los principales grupos ecónomicos sostenedores de Hitler en sus años de "gloria"). Los acuerdos incluían extrañamente la utilización del "Juan Perón" nuevamente cumpliendo funciones de buque factoría con miras a la temporada pesquera de 1956/1957. Pero la llamada "Revolución Libertadora", régimen (también) militar y dictatorial como el de Perón, se encargó de que el segundo mandato de Perón no llegue a buen térrmino y el derrocamiento del líder Justicialista hizo que muchos planes y proyectos, también el de la continuidad del "Juan Perón" como buque ballenero / factoría, queden truncos.
La "Revolución Libertadora" derrocadora de Perón, cambió el nombre del buque rebautizándolo como "Cruz del Sur" para comenzar a utilizarlo exclusivamente como transporte de combustible hacia los puertos argentinos.

El imponente buque ballenero "Juan Perón".


Tras pasar por varias manos, el buque culmina sus días en Argentina amarrado y fuera de servicio, cosa que sucedió en 1963. Fue vendido varias veces y enarboló repetidamente la bandera nacional de muchos países.
Veamos a continuación, en resumidas cuentas, la historia de principio a fin del buque "Juan Perón":
1951. Octubre. Construido para la Compañía Argentina de Pesca (Argentina) a un costo de ₤ 2,8 millones.
1952. Febrero. Transferido a la Flota Mercante del Estado (Argentina) y amarrado en Buenos Aires.
1953. 15 de Marzo. Vendido a YPF  (Argentina) en $ 70 millones.
1955. Re bautizado "Cruz del Sur".
1967. Rematado en U$S 810.000 a Fluor Corporation (Middle East Fluor S. A. de Panamá) (Liberiana).
1968. Vendido a Southern Cross Operating Co Ltd de Liberia (adm. Fluor Corporation de Los Angeles) para ser convertido en buque de perforaciones petroleras pero utilizado como buque tanque administrado por Hendy International Co.
1969. Cortado y convertido en 2 unidades en Yokohama. Con la proa se construyó en el astillero Mitsubishi H. I. una barcaza sin propulsión destinada a perforaciones (446 x 40 x 28) 9.457 TRG bautizada "Western Offshore VII".
1972. Registrada por Fluor Corp.
1989. Re bautizada "Ismaya" y utilizada como pontón.
1974. Con la sección de popa se construyó una unidad de perforaciones petroleras en un astillero de Taiwán. Bautizada "Western Offshore VIII".
1985. Transferido a la Western Offshore Drilling & Exploring Co. (Fluor Drilling Services Inc. mngr)
1988. Vendida  a Frigg Shipping Ltd (J. Lauritzen A/S, mngr) re bautizado "DeepSea Duchess".

El "Juan Perón", el más grande buque ballenero / factoría de aquellos años, el símbolo de la megalomanía galopante del presidente Perón, pasaba así sin pena ni gloria, sin haber sido útil a la Argentina casi en ninguno de los proyectos trazados, pero siendo un firme estandarte de los negocios sucios que involucran al poder. El buque "Juan Perón" ha sido el símbolo de una historia oscura, corrupta, ambiciosa y que nada tuvo que ver con los deseos de bienestar y progreso para la Nación Argentina, pero que sí fue la concreción de negocios que el gobierno nacional, Perón puntualmente, hizo no sólo usufructuando dinero que no le pertenecía, sino además rodeándose de personajes que lisa y llanamente deberían haber estado, por aquel entonces, en la cárcel, unos como delincuentes económicos y otros (los más) como socios y financistas de criminales de guerra.



Bibliografía y textos consultados:
- Clarin.com - Edición digital 18 de Junio de 2000
- "Últimas noticias de Perón y su tiempo" (Rogelio García Lupo - Vergara, Grupo Zeta - 2006)
- FlotaYPF.com.ar

jueves, 9 de mayo de 2013

Perón y la recuperación de las Islas Malvinas: el acuerdo secreto con Gran Bretaña

Juan Domingo Perón. 1974.


La propuesta secreta de los ingleses a Perón por las Malvinas.
El ex embajador Ortiz de Rozas revela detalles de las negociaciones de 1974 con Gran Bretaña para establecer un condominio sobre las islas; qué decía el documento presentado por los británicos al ex presidente
Por Maia Jastreblansky | LA NACION

Fue testigo de una parte crucial de la historia bilateral y revela detalles de gestiones desconocidas porMalvinas . El 11 de junio de 1974, Gran Bretaña le propuso a Juan Domingo Perón una administración compartida sobre las islas. Ese día, el ex presidente proyectó el camino para recuperarlas definitivamente. De aquella situación hoy da testimonio el ex embajador Carlos Ortiz de Rozas, un diplomático de más de 45 años de carrera que estuvo cerca de numerosas negociaciones diplomáticas en torno al archipiélago.
"Si ponemos un pie sobre las islas, no nos sacan más", le confió Perón, por entonces, a su canciller, según relata Ortiz de Rozas a La Nación. Un condominio entre los dos países resultaba una salida controvertida si lo que se quería era obtener la soberanía inmediata.
La historia quiso que el presidente falleciera tres semanas después y las negociaciones se desvanecieron durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón. Después llegaría el gobierno de facto, la guerra de 1982 y la relación bilateral daría un vuelco difícil de revertir.

LA PROPUESTA
Quienes conocen los corrillos diplomáticos aseguran que la propuesta británica a Perón de 1974 está archivada en algún lugar de la Cancillería. Se trata de un non-paper (documento no oficial) a cuya copia pudo acceder este medio, que le proponía un condominio sobre las islas. La intención, dice el escrito, era "poner fin a la disputa sobre la soberanía" y "crear una atmósfera favorable dentro de la cual los isleños podrían desarrollarse de acuerdo a sus intereses".
Aquel texto fue entregado por el entonces embajador británico en Buenos Aires, James Hutton, a Perón y a su ministro de Relaciones Exteriores, Alberto Vignes, en una reunión confidencial.
Entre otros puntos, proponía que las banderas de Gran Bretaña y Argentina fueran "enarboladas juntas" en tierra malvinense, que allí convivieran el inglés y el castellano como idiomas oficiales y que el gobernador de las islas fuera "designado de manera alternada por la Reina y el presidente argentino".
"Sobre estas bases, el gobierno de Su Majestad propone que, si el gobierno argentino está de acuerdo, deberían realizarse conversaciones oficiales o preliminares en Buenos Aires lo antes posible", concluye el texto.
Una copia del non-paper con la propuesta británica.

 El texto en inglés de la propuesta británica a Perón.


EN LA AGENDA DE PERÓN
Ortiz de Rozas es una de las pocas personas que supo de aquel encuentro. Este ex embajador en Gran Bretaña, Austria, Francia y Estados Unidos, ex presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y jefe de la misión para las negociaciones con Chile bajo la mediación del Papa Juan Pablo II, intervino en distintas negociaciones confidenciales sobre las islas, algunas de las cuales reveló en su libro, Confidencias diplomáticas, editado en junio del año pasado.
Estaba cumpliendo funciones en la ONU, cuando Vignes le participó la propuesta británica de condominio y, en estricta reserva, le entregó una copia del non-paper. "Me confió que Perón le había expresado: «Aceptemos. Una vez que pongamos pie en las Malvinas no nos saca nadie y poco tiempo después la soberanía será argentina por completo», relata a La Nación.
Pero el 1° de julio de 1974, tres semanas después de la reunión con la comitiva inglesa, Perón falleció. Su viuda, Isabel Martínez de Perón, heredó la presidencia y el asunto del condominio quedó sin resolver. "Isabelita no habrá querido avanzar porque temía a algunos sectores que pretendían una posición más dura con Gran Bretaña", reflexiona Ortiz de Rozas, a sus 85 años.
No obstante, un documento fechado el 20 de diciembre de 1974 revela que el proyecto no había sido borrado de la agenda. El texto consiste en una versión en castellano del non-paper británico, firmada y sellada por el Departamento de traducciones de la Cancillería argentina. "Pero los ingleses se dieron cuenta que sin Perón la iniciativa no iba a ningún lado, y retiraron la propuesta", señala Ortiz de Rozas.
La traducción del documento tras la muerte de Perón.

 Traducción de la propuesta británica realizada tras la muerte de Perón.


El gobierno de Isabelita pronto se vería sumido en serios conflictos políticos internos y ni Argentina ni Gran Bretaña volvieron a dar señales con respecto al condominio. Mucho menos después del golpe de la Junta Militar, cuando empezó a tomar fuerza el camino bélico.
"Camino equivocado".

Ortiz de Rozas estaba en la embajada argentina en Londres cuando, en la madrugada del 2 de abril de 1982, se conoció el desembarco argentino en Malvinas. "Apenas me enteré, supe que el trabajo de años se venía abajo. Lo único que logró [Leopoldo] Galtieri fue darle la oportunidad a Margaret Tatcher de no ser eyectada del gobierno británico", opina entre las fotografías y condecoraciones que decoran su amplísimo departamento de la Recoleta.
"Además de trágico, el de la guerra fue un camino equivocado, porque se habían dado pasos concretos para resolver el problema de la soberanía por la vía pacífica", reflexiona.
Y recuerda: "En 1966 Henry Hohler, subsecretario del Foreign Office para Asuntos de América del Sur, me invitó a un restaurante muy bueno de Londres y en términos confidenciales me informó que las islas ya no tenían el valor estratégico de antaño y que tarde o temprano iban a integrarse con Argentina. Me recomendaron hacer lo posible para conquistar la mente y el corazón de los isleños", agrega.
"Incluso en febrero de 1982, días antes de la guerra, en las rondas de la ONU se discutió la posibilidad de un retroarriendo, para que los ingleses se comprometieran administrar las Malvinas por un determinado número de generaciones y luego cedieran la soberanía", manifiesta Rozas.
Considera que "la historia hubiera sido distinta si se hubiesen dado pasos para que los isleños sintieran que la tutela argentina era lo mejor para sus intereses".


Harold Wilson, primer ministro británico en 1974, y Perón.

  

Por Maia Jastreblansky | LA NACION

martes, 5 de marzo de 2013

Perón y la "materia gris" alemana en Argentina

Juan Domingo Perón.


Hablar sobre Juan Domingo Perón es hablar de uno de los más grandes y emblemáticos políticos/militares de la historia argentina. Su huella y su impronta son, aún hoy en día, innegables e imborrables, con todo lo bueno y todo lo malo que ello conlleva. Perón sabía lo que quería y aunque en la mayoría de los casos sus acciones tuvieron una relativamente buena intención y redundaron en ciertos beneficios para la masa trabajadora, su plan era defonitivamente otro: el poder absoluto. Hacer de la República Argentina una potencia política, económica, tecnológica y militar que emulara (y le hiciera sombra) a las naciones fascistas y nazis de la vieja Europa a las que él mismo tanto admiraba.
Con esa idea en mente el caudillo argentino se propuso rearmar aquel mundo populista, demagogo, industrial y militarista con lo que iba quedando de Alemania (que no era poco) tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Perón "leía" muy bien el mapa geopolítico de entonces, era capaz y lo suficientemente inteligente (desde su óptica y la de sus seguidores) como para hacer que el maltrecho Ave Féniz "alemán" reviviera de entre las cenizas de la Alemania nazi vencida (sólo en los campos de batalla) por los Aliados y así las cosas se propuso firmemente recuperar (para su beneficio y su intento de eternización política y militar) "todo lo bueno" que pudiera aportar Alemania para la Argentina y toda la región...
Las circunstancias obligaron a Perón a acordar con los nazis el "traspaso" de todas aquellas "cosas buenas que pudieran aportar" para el entonces Granero del Mundo (tal como se la llamaba a la Argentina). Perón comunicó secretamente a los nazis que Argentina les declararía (falsamente) la guerra (sobre el mismísimo final de la contienda) y de inmediato, tras esa cortina de humo y millones, se comenzaron a tejer las redes de la nefasta organización Odessa, con la inestimable colaboración y protección de parte de Perón. El líder argentino fue fundamental a la hora de lograr el escape de los nazis de la Europa destruída y brindar protección total e impunidad para ellos en esta nueva tierra que los recibía tan afectuosamente. Todo lo demás es para otra historia, pero lo concreto es lo que pensaba Perón, cosa que se encargó de transmitir y dejar bien en claro...

Ésto decía Perón por aquel entonces:

"Mucho antes que terminara la guerra, nosotros nos habíamos preparado ya para la posguerra. Alemania estaba derrotada, eso lo sabíamos. Y los vencedores se querían aprovechar del enorme esfuerzo tecnológico que había hecho ese país durante más de diez años. Aprovechar la maquinaria no se podía porque estaba destruída. Lo único que se podía aprovechar eran los hombres. A nosotros también nos interesaba eso. Les hicimos saber a los alemanes que les íbamos a declarar la guerra para salvar miles de vidas. Intercambiamos mensajes con ellos a través de Suiza y España. Franco entendió de inmediato nuestra intención y nos ayudó. Los alemanes también estuvieron de acuerdo. Cuando terminó la guerra, esos alemanes útiles nos ayudaron a levantar nuestras fábricas y a mejorar las que ya teníamos. Y de paso, se ayudaron a ellos mismos..."

viernes, 5 de octubre de 2012

El ataque del ERP a la Guarnición Militar de Azul y la respuesta de Perón


El radiograma de Perón tras el ataque del E.R.P. en Azul.


El 19 de enero de 1974 los argentinos se desayunaban con el ataque que "La Compañía de Héroes de Trelew" del Ejército Revolucionario del Pueblo (E.R.P.) desataba sobre la Guarnición Militar de Azul. Apenas cuatro meses después de que Juan Domingo Perón asumiera su tercera presidencia con el contundente apoyo del 61,85% de los votos, el E.R.P. le propinaba un golpe no sólo al veterano líder, sino a la sociedad toda. Días violentos como pocas veces se han vivido, de un lado y del otro, las acciones no se hacían esperar y las consecuencias siguen doliendo hasta nuestros días.

Momentos posteriores al ataque a la Guarnición Militar de Azul.


La derecha y la izquierda, que tanto (inexplicablemente) "convivían" dentro del partido gobernante se trenzaban en un enfrentamiento en el que ninguna de las partes supo tener miramientos. La experiencia vivida, en éste y en tantos otros lamentables hechos de la historia, nos demuestra a las claras que nada bueno ha surgido de todo aquello. Quienes dicen que aquello (y tanto que vino después) no fue una guerra, se equivocan. Cuando nos preguntamos hoy en día, a tantos años del hecho y con tanta sangre derramada, ¿quién ha ordenado la eliminación "uno a uno" de los responsables de ese hecho de terrorismo criminal (uno más en la cadena de tantos otros anteriores y posteriores), tal vez encontremos la respuesta en este comunicado redactado por el mismísimo Perón...


Radiograma G6777 132/74.
 Lunes 21 de enero  de 1974
A todos los comandos, organismos y unidades de las Fuerzas Armadas de la Nación Argentina.
Prioridad "F"TXT:

"Como comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y soldado experimentado luego de más de sesenta años de vida en la  Institución, quiero llegar directamente a ustedes para expresarles mis  felicitaciones por el heroico y leal comportamiento con que han afrontado el  traicionero ataque de la noche del sábado 19 de enero de 1974.
Los ejemplos  dados por los jefes y oficiales que han llegado hasta ofrendar sus vidas, tuvo  la misma repercusión en los suboficiales y soldados que- con su valentía y  espíritu de lucha- repelieron la agresión, con la colaboración de la Armada y  la Fuerza Aérea.
Quiero asimismo hacerles presente que esta lucha en la que  estamos empeñados, es larga y requiere en consecuencia una estrategia sin  tiempo. El objetivo perseguido por estos grupos minoritarios es el pueblo  argentino, y para ello llevan a cabo una agresión integral.
Por ello, sepan  ustedes que en esta lucha no están solos, sino que es todo el pueblo que está  empeñado en exterminar este mal, y será el accionar de todos el que impedirá  que ocurran más agresiones y secuestros.
La estrategia integral que conducimos  desde el gobierno, nos lleva a actuar profundamente sobre las causas de la  violencia y la subversión, quedando la lucha contra los efectos a cargo de  toda la población, fuerzas policiales y de seguridad, y si es necesario de las  Fuerzas Armadas.
Teniendo en nuestras manos las grandes banderas o causas que  hasta el 25 de mayo de 1973 pudieron esgrimir, la decisión soberana de las  grandes mayorías nacionales de protagonizar una revolución en paz y el repudio  unánime de la ciudadanía, harán  que el reducido número de psicópatas que va  quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la  República.
Vaya mi palabra de consuelo para los familiares que  perdieron a sus seres queridos, de aliento para los heridos y de esperanza  para las familias del Coronel Gay y Teniente Coronel Ibarzábal. Tengan la  certeza de que todo el poder del Estado está siendo empleado para lograr su  liberación.
Quiera Dios que el heroico desempeño de todos ustedes nos sirva  siempre de ejemplo". 

Firmado: 
Tte. Gral. Juan Domingo Perón
Presidente de la Nación.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Perón y su pensamiento en el primer comunicado del G.O.U.


El sólo hecho de nombrar a Juan Domingo Perón hace que la memoria colectiva de los argentinos se retrotraiga en el tiempo y rememore aquellas jornadas peronistas en las que el amor del líder y su pueblo era algo mágico, puro e inquebrantable. Aquel caudillo que tanta prensa favorable venía recibiendo desde que era un ignoto ministro dentro de un gobierno de facto iba hilvanando acontecimientos que lo llevarían inexorablemente a la cúspide del poder y en ese trayecto esgrimía, aunque sea en sus círculos íntimos y cercanos, sus verdaderos argumentos y expresaba su verdadera manera de pensar.
El G.O.U. (Grupo de Oficiales Unidos) era una logia que Perón ayudó a levantar a espaldas de la sociedad y de la cual formó parte indispensable, a tal punto de ser el autor (o supervisor directo) de su primera proclama, la cual se trataba de una auténtica declaración de principios, un "Manifiesto secreto" fechado el 3 de mayo de 1943 en donde Perón se despachó a sus anchas dejando bien en claro su verdadera postura ante la sociedad, el poder, la manera de hacer un gobierno, la Alemania nazi y tantos otros temas que se encargó de tocar. Perón sostenía que en Sudamérica debía haber una nación "rectora" sobre las otras, el "ejemplo" de Hitler no le había pasado desapercibido y su paso por Europa hizo que sus contactos y amistades fascistas y nazis dejaran huella. Así como en Europa la Alemania de Hitler "marcaba el paso" y en América del Norte los Estados Unidos hacían lo propio, aquí se comenzaban a esbozar los planes para que Argentina sea la nación dominante y Perón sabía como conseguirlo.

A continuación el "revelador" primer documento del G.O.U. (Grupo de Oficiales Unidos) redactado por el democrático Juan Domingo Perón.

"Camaradas:

La guerra ha demostrado palmariamente que las naciones no pueden ya, defenderse solas. De ahí el juego inseguro de las alianzas, que mitigan, pero no corrigen el grave mal. La era de la Nación va siendo substituida paulatinamente por la era del Continente. Ayer los feudos se unieron para formar la nación. Hoy, las naciones se unen para formar el Continente. Esa es la finalidad de esta guerra.

Alemania realiza un esfuerzo titánico para unificar el continente europeo. La nación mayor y mejor equipada deberá regir los destinos del continente. En Europa será Alemania.
En América del Norte la nación monitora por un tiempo será Estados Unidos.
Pero en el sur no hay nación lo suficientemente fuerte para que sin discusión se admita su tutoría. Sólo hay dos que podrían tomarlas: Argentina y Brasil.

Nuestra misión es hacer posible e indiscutible nuestra tutoría.
La tarea es inmensa y llena de sacrificios. Pero no se hace patria sin sacrificarlo todo. Los titanes de nuestra independencia sacrificaron bienes y vida. En nuestro tiempo, Alemania ha dado a la vida un sentido heroico. Esos serán nuestros ejemplos.

Para realizar el paso que los llevará a una Argentina grande y poderosa, debemos apoderarnos del poder. Jamás un civil comprenderá la grandeza de nuestro ideal, habrá pues, que eliminarlos del gobierno y darles una única misión que les corresponde: trabajo y obediencia.

Conquistado el poder, nuestra misión será ser fuertes: más fuertes que todos los otros países reunidos. Habrá que armarse, armarse siempre, venciendo dificultades contra las circunstancias interiores y exteriores. La lucha de Hitler en la paz y en la guerra nos servirá de guía. Tenemos ya al Paraguay; tendremos a Bolivia y a Chile. Con la Argentina, Paraguay, Bolivia y Chile nos será fácil presionar al Uruguay. Luego, las cinco naciones unidas atraerán al Brasil, fácilmente, debido a su forma de gobierno y a grandes núcleos de alemanes. Entregado el Brasil el continente sudamericano será nuestro. nuestra tutoría será un hecho grandioso, sin precedentes, realizado por el genio político y el heroísmo del Ejército argentino.

¿Mirajes? ¿Utopías? Se dirá. Sin embargo, dirigimos de nuevo nuestras miradas hacia Alemania. Vencida se le ve firmar en 1919 el Tratado de Versailles que la mantendría bajo el yugo aliado en calidad de potencia de segundo orden por lo menos cincuenta años. En menos de veinte años recorrió fantástico camino. Antes de 1939, estaba armada como ninguna otra nación y en plena paz había anexado a Austria y a Checoslovaquia. Luego en la guerra se plegó a su voluntad la Europa entera. Pero no fue sin duros sacrificios. Fue necesario una dictadura férrea para imponer al pueblo los renunciamientos necesarios al formidable programa. Así será en Argentina.

Nuestro Gobierno será una dictadura inflexible aunque al comienzo hará concesiones necesarias para afianzarse sólidamente. Al pueblo se lo atraerá, pero fatalmente tendrá que trabajar,privarse y obedecer. Trabajar más, privarse más que cualquier otro pueblo. Sólo así podrá llevar a cabo el programa de armamento indispensable para la conquista del continente. El ejemplo de Alemania: por la radio, y por la educación se inculcará al pueblo el espíritu favorable para emprender el camino heroico que se le hará recorrer. Sólo así llegará a renunciar a la vida cómoda que ahora lleva. Nuestra generación será una generación sacrificada en aras de un bien más alto: la patria argentina, que más tarde brillará con luz inigualada del continente y de la humanidad toda.

¡Viva la Patria! ¡Arriba los corazones!"

miércoles, 4 de julio de 2012

La inocultable amistad entre Juan Domingo Perón y el nazi Hans Ulrich Rudel

MUCHO SE HA DICHO SOBRE LA LLEGADA Y PRESENCIA DE LOS NAZIS A LA ARGENTINA. NO POCOS HAN SIDO LOS QUE TRATARON DE OCULTAR LO INOCULTABLE Y OTROS TANTOS SON LOS QUE SIMPLEMENTE MIRAN HACIA OTRO LADO. SIN EMBARGO, "LA UNICA VERDAD ES LA REALIDAD" HA DICHO ALGUIEN ALGUNA VEZ.

Hans Ulrich Rudel y Juan Domingo Perón en Buenos Aires, 1974.


El final de la Segunda Guerra Mundial significó no sólamente la caída del Tercer Reich y el triunfo de los aliados, sino también marcó el comienzo de una etapa que (también) tendría como protagonistas a los nazis que comenzaron (bajo la protección de una vasta y muy extendida red internacional) a huír hacia diferentes puntos del planeta. Sobre este tema mucho se ha escrito y mucho se ha dicho, debatiéndose siempre sobre la posibilidad de encontrar el límite entre la realidad y la leyenda.
Muchos jerarcas nazis han llegado a estas tierras desde 1946 en adelante. No han sido nazis de segunda línea ni mucho menos (que también los hubo) y así las cosas, tenemos los concretos casos de personajes entre los que podemos destacar a Adolf Eichmann, Erich Priebke, Martin Bormann, Josef Menguele, Joseph Schwammberger y tantos otros.
La lista, claro está, puede completarse con otros nazis llegados a la Argentina y amparados debidamente por un régimen que les resultó más que amigable como el imperante en la Argentina bajo el mando de Juan Domingo Perón. Allí están los casos de Adolf Galand, Kurt Tank, Ante Pavelic (el líder de la Croacia nazi y asesor de Perón) y finalmente el caso de  Hans Ulrich Rudel.

¿Y quién era  Hans Ulrich Rudel? Se trataba, ni más ni menos, que de uno de los soldados más bravos (en todo sentido), con más arrojo y más condecorado de la Segunda Guerra Mundial. Rudel "atesoraba" en su palmarés una lista negra de bajas por él producidas en la contienda. Rudel fue coronel de la Luftwaffe desde sus 26 años de edad siendo el único responsable de 2.530 vuelos de combate, 519 tanques de guerra y blindados destrozados, 150 destacamentos artillados totalmente destruídos, 70 buques de guerra enemigos hundidos y 800 vehículos militares de todo tipo puestos fuera de circulación. Como "frutilla de la torta", su heróico regreso de una misión en la que fue tan seriamente herido razón por la cual perdió una pierna a pesar de no "acusar recibo" y seguir peleando.

Adolf Hitler y Hans Ulrich Rudel.


Para un "soldado" del Tercer Reich eso era algo para enorgullecerse, era algo grande, cosa que le valió ser el único soldado alemán en quedarse con el más que dudoso privilegio de llevar en su chaqueta la "Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble Doradas y con Espadas y Brillantes". Sus encuentros con Adolf Hitler y la nefasta admiración que el sangriento dictador alemán profesaba por Rudel hablan por sí solas de este hombre...
Pero no sólo Adolf Hitler lo admiraba, lo respetaba y le dio su "amistad". Por este lado del mundo también supo ser merecedor de todo eso y Juan Domingo Perón fue el abanderado de los que disfrutaban de contarlo entre sus amistades...
Perón gozó de su presencia (la de Rudel) en la Argentina y consiguió que el nazi se convirtiera en mucho más que su amigo personal y consejero. Perón logró que Hans Ulrich Rudel fuera uno de los creadores de la Fuerza Aérea Argentina y miembro activo de IAME, institución estatal que produjo en la Argentina el primer avión a reacción fabricado en el país, con tecnología (obviamente) "alemana".

Felicitado y admirado por la plana mayor de los nazis.


La amistad y colaboración de Rudel (considerado por los neo nazis en la "reformada" Alemania de posguerra, como el nuevo Führer) y Perón se prolongó en el tiempo y así las cosas, los dos pudieron volver a encontrarse en 1974, poco antes de la muerte de Perón en la residencia que el tres veces presidente de Argentina tenía ubicada en la calle Gaspar Campos, en la localidad de Vicente López, Buenos Aires (Ver primera foto de este post).


Un Perón entrado en años junto a Rudel. No fue sólo una relación de amistad momentánea.


Hans Ulrich Rudel ha sido un nacionalsocialista que nunca renegó de sus ideas y que siempre trató de imponerlas sea donde sea. Nunca retrocedió y nunca sintió la más mínima culpa por haber sido uno de los estandartes indiscutidos del poderío bélico y destructivo del Tercer Reich. Tal vez por eso mismo haya tenido tan buen recibimiento en Argentina.
Murió en Rosenheim, Alemania, el 20 de diciembre de 1982. Más de uno en Argentina seguramente se habrá lamentado.




martes, 29 de mayo de 2012

Carlos Horst Alberto Fuldner: Un argentino en las SS y... en la casa de gobierno con Perón

Carlos Fuldner.


Allá lejos y hace tiempo, durante los oscuros y nefastos días de la Segunda Guerra Mundial, no eran pocos los que tenían una visión demasiado "romántica" de la Argentina de entonces. El país era el granero del mundo y proveía no sólo de toneladas de trigo a los hambrientos pueblos europeos, sino que además exportaba material humano que supo hacer de las suyas en la contienda bélica más tremenda de la historia de la humanidad pero luego regresaron al país para "seguir aportando" desde la Argentina, vaya uno a saber a la causa de quién...

Hoy en día resulta imposible mirar hacia otro lado. ¿Era factible que ninguna de las dictaduras reinantes en América Latina en la época de la guerra se "perdiera la oportunidad" de enviar ayuda al Tercer Reich? ¿Se iban a quedar con las ganas? Argentina no se quedó con las ganas y así fue que Carlos Horst Alberto Fuldner (fotos de la nota), un muchacho bien parecido, rubiecito y de aspecto prolijo, nacido en Buenos Aires un 16 de diciembre de 1910, un buen día hizo sus valijas y partió hacia Europa para afiliarse sin ponerse colorado al Partido Nacional Socialista y prestar sus impagables servicios en las SS hitlerianas. No conforme con su currículum por entonces, se enroló en la División Azul del generalísimo tirano Francisco Franco y combatió a destajo en el frente ruso

Su palmarés se acrecentaba en cada paso que daba pero pensaba y soñaba con un regreso triunfal a su querida Argentina. Fuldner, no sólo metió mano (y bala) como fuerza de choque militar al servicio de Adolf Hitler, sino que además fue parte fundamental del Consorcio Sofindus en España
Este Consorcio era, dicho sea de paso, un conglomerado de empresas creadas por el Tercer Reich alemán en España con un claro objetivo: manejar los intereses económicos alemanes en tierra española. Esa experiencia, le valió a Fuldner, hacerse de las herramientas necesarias para pensar en algo similar en la Argentina (previa llegada en 1944 a Madrid como agente secreto del servicio de inteligencia alemán de Hitler).

En 1947, tras zafar increíblemente a pesar de figurar en los listados de los Juicios de Nuremberg, Fuldner puso sus pies nuevamente en Argentina y de inmediato, gracias a sus poderosos contactos y su gran experiencia adquirida (...), paso a prestar servicios en la División de Informaciones de la Casa Rosada (casa de Gobierno de la Argentina), para luego desempeñar importantes funciones en la Dirección de Migraciones (ni más ni menos y con tantos amiguitos nazis pidiendo por él...) y la Secretaría de Aeronáutica.

Juan Domingo Perón, presidente argentino por entonces, encontró  en Fuldner a un aliado de un valor incalculable y a un certero y efectivo hacedor de muchas cosas que en definitiva le resultaban muy funcionales a su gobierno y sus cuentas personales.
Fuldner, bajo estrictas órdenes y supervisión del mismísimo Perón, fue el organizador implacable de la entrada indiscriminada y clandestina de fugitivos nazis al país.
Este hecho se convertiría en el principal objetivo de los jerarcas que seguían la "Ruta de las Ratas" y que soñaban mediante la formación de la organización Odessa, con un Cuarto Reich por este lado del mundo.

Lo de Fuldner no se limitó sólo a eso. Este germano-argentino, fue el creador de la empresa Capri, que tenía como una de sus premisas fundamentales, dar protección y salida laboral (por lo menos se le puede identificar un fin loable...) a muchos nazis que se instalaron como panchos por su casa en la Argentina.
Como ejemplos bastan los casos de Adolf Eichmann (uno de los más virulentos y sanguinarios jerarcas nazis), quien ocupó un puesto en el Fuldner Bank (empresa muy ligada al gobierno de Perón por entonces) y Wilhelm Mohnke (jefe de la guardia personal del mismísimo Adolf Hitler...), quienes consiguieron trabajo encubierto gracias al esfuerzo y la "filantropía" de Fuldner. Si faltaba algo, incluyó ser el inspirador de la Asociación Germano Argentina, que era presidida por el nazi Erich Priebke, en la ciudad de San Carlos de Bariloche.

Carlos Horst Alberto Fuldner, ese argentino nacional socialista, integrante de las SS y responsable de movidas pro-nazis desde la casa de gobierno, emprendió su regreso a España, lugar donde  murió, en el año 1992.

Revisión de texto: Delmira Sanz de Matheusi (Astrolabio del tiempo)