Roberto Hübscher, encargado del archivo histórico del Colegio Pestalozzi, nos cuenta sobre los muchos inconvenientes vividos por la comunidad de la prestigiosa institución dada su marcada postura antinazi en una sociedad que era muy afecta al régimen alemán imperante. Quinta entrega de esta investigación de Historias Lado B.
Colegio Alemán Primo Capraro. Escuela argentina alineada con el nazismo (década de 1930)
y el embajador nazi en Argentina barón Von Thermann.
Historias Lado B: Lo particular de la comunidad en torno al Pestalozzi de aquellos años de la década del '30 es que tanto los profesores y maestros compartían con los alumnos y sus familias algo que les daba una unidad difícil de encontrar: todos (o muchos de ellos) habían escapado bajo las mismas circunstancias de Alemania, espantados por el nazismo, lo que debe haber fortalecido el espíritu de toda esa comunidad que debía enfrentarse con una sociedad que no iba en el mismo sentido precisamente... ¿Se sabe de algunos problemas o inconvenientes que haya experimentado la comunidad del Colegio Pestalozzi dada su postura antinazi en una sociedad argentina que simpatizaba claramente con el régimen?
Roberto Hübscher: En un contexto paradojal, Argentina en las dé-cadas del ´30 y ´40 recibía a nazis y a antinazis. No obstante, las investigaciones sobre la comunidad alemana en esa época, indican que la mayor parte de ella apoyaba al Tercer Reich, o al menos no se oponía, y mencionan que, “una vez en el poder en Alemania, el Nacionalsocialismo inició, a través de la Embajada, el proceso de Gleichschaltung (igualación o nivelación) de todas las organizaciones culturales, sociales, deportivas y religiosas de la colectividad.” Sin embargo, en el heterogéneo colectivo germano - argentino, una minoría quedó al margen de ese intento de alineación al Nazismo y algunos se opusieron a él explícitamente. Se conformó un frente político antinazi, de germanos parlantes establecidos en la Argentina y refugiados de la Alemania nazi de diferentes extracciones sociopolíticas y religiosas, que ejercieron un rol fundamental, entre otros ámbitos, en la escuela Pestalozzi. En un contexto en el que el sistema de enseñanza en idioma alemán en la Argentina era, (inicio de los ´30), uno de los mayores fuera del Reich (alrededor de 200 escuelas y 15.000 alumnos) las gran mayoría de las escuelas fueron “alineadas” al nacionalsocialismo “exceptuando a la escuela `Cangallo’, todas las demás se sometieron en este tiempo a la influencia nacionalsocialista. También en razón de la ayuda financiera, las escuelas alemanas-argentinas aceptaron los programas de enseñanza nazi”. A partir de entonces, el periódico Argentinisches Tageblatt, dirigido por Ernesto Alemann, denunció enérgicamente la infiltración nacionalsocialista en las escuelas alemanas nacionales y fuera de la Argentina. El diario publicó la discriminación contra los alumnos judíos en diversas instituciones educativas, y resaltó que la mayor parte de los alumnos de las escuelas en las que se enseñaban el culto al Führer, teorías raciales y un nacionalismo alemán militante, eran ciudadanos argentinos. Así, las escuelas alemanas en Argentina también fueron arena de lucha política entre nazis y antinazis. Vale recordar a modo ilustrativo, la anécdota sobre al acto de fin de curso del colegio Goethe con la presencia del líder nazi embajador barón Von Thermann con su uniforme de las SS, embajador oficial del Tercer Reich. En él y para sorpresa de las familias de los alumnos, entre los que se contaban mayormente argentinos, suizos, austríacos, varios de ellos judíos, delante del escenario junto a las banderas argentina y alemana, se exhibía una gran cruz gamada. “Después del discurso del director del colegio en el que éste manifestó su devoción por el Tercer Reich, Von Thermann expresó su satisfacción por la adhesión al mismo, se cantó el himno partidario nazi y los alumnos debieron levantar el brazo para el “saludo alemán” y gritar “Heil Hitler” mientras los preceptores recorrían las filas cuidando que así se haga”. Muchos padres indignados, sacaron inmediatamente a sus hijos del colegio, entre ellos el mencionado director del diario Argentinisches Tageblatt, Dr. Ernesto F. Alemann, quien impulsó fuertemente los preparativos para establecer una institución de enseñanza que impartiera clases en alemán del idioma y de la valiosa cultura tradicional alemanas y no estuviera alineada al Nazismo. Una escuela que acogiera a los “otros” inmigrantes recién llegados, germanos ya establecidos y residentes suizos que no querían enviar a sus hijos a escuelas nazificadas. Como ya relatamos, hubo gran apoyo público y finalmente, el 1º de marzo de 1934 quedó establecida en Buenos Aires la Asociación Pestalozzi, y un mes más tarde, el 2 de abril de 1934, abrió sus puertas la Pestalozzi Schule (Escuela Pestalozzi). Su fundación fue de gran importancia para la oposición antinazi alemana en la Argentina, creó un ámbito capaz, no sólo de educar a los hijos de los alemanes residentes en el país, sino y sobre todo, de contener a los alumnos y profesores expulsados de Europa. La creación del Colegio Pestalozzi puede considerarse una victoria de la oposición antifascista; recibió a numerosos hijos de inmigrantes judíos y de otros perseguidos, quienes no habrían podido concurrir a casi ninguna escuela alemana en Argentina. Para muchos de esos niños que habían padecido terribles tragedias, se convirtió en un hogar dentro del país aún desconocido y los preparó para la vida en un entorno hispano-parlante. Los refugiados judíos (1936-39) portadores de sufrimiento psíquico y educativo habían sido excluidos de los colegios públicos y privados, discriminados, agredidos, confinados a la “Judenschule” (escuela exclusivas para judíos) que al final también tuvieron que abandonar. Contemplaron el deterioro y la miseria en que caían sus padres, padecieron la violencia y la humillación. “Los hijos de los emigrantes de los años 1936 al 1939 llegaban con severos traumas” escribiría el Dr. Dang, director de la escuela en 1942: “¿Qué hacer cuando uno de esos niños preguntaba tímidamente si le era permitido sentarse al lado de un ‘ario’ en el aula o si podía tomar agua en el mismo bebedero que el ‘ario’ en el patio?”. El colegio, les dio la contención que necesitaban, y que muchos padres no podían darles. “La gran mayoría de los alumnos, repartidos en los distintos grados, no sabían español por lo que se organizaron cursos intensivos para que al cabo de un año pudieran integrarse a las clases dictadas en este idioma de acuerdo a su edad y años lectivos cursados. Así, los emigrantes judíos de habla alemana, pudimos conservar la esperanza de que no todo estaba perdido”
(MFN 1036 Lic. Julieta Rosenhaus ART PESTALOZZI)
Afortunadamente casi no hubo enfrentamientos directos entre alumnos y docentes del Pestalozzi y alemanes de ideología nazi. Recuerdo que, con todo desparpajo, en 1944 los alumnos de 5º grado cantábamos a voz en cuello la “Marsellesa” – el himno de libertad francés – con las puertas ampliamente abiertas.
Un problema mayor lo constituyó el boicott que la embajada nacionalsocialista ordenó hacer a la comunidad alemana de la argentina a todos los que germanoparlantes que no se “alinearon” con el “nuevo orden”. Tan es así que muchas empresas comerciales e industriales, independientemente si eran de dueños judíos o alemanes antinazis, perdieron sus clientes de la colonia alemana. Por otra parte, tuvieron que restringir su publicidad a los avisos en el Argentinisches Tageblatt, ya que los otros diarios editados en alemán no recibían sus avisos.
Por otra parte, con el fin común de resistir la imposición del nazismo, se fundaron otras asociaciones civiles que se dedicaron a albergar y ayudar a los inmigrantes con ayuda económica, obtención de viviendas y trabajo. Entre ellas se destacan “Das andere Deutschland” (La otra Alemania) , la agrupación socio-cultural socialista “Vorwärts” (Adelante!) y el Jüdischer Hilfsverein (Asociadión Filatrópica Israelita).
Lo que puedo recordar (como un ejemplo del triste dicho: “si no los une el amor, los une el espanto”) que en esa situación crítica hubo una colaboración efectiva entre gente que, en circunstancias menos apremiantes, no se habrían reunido para un fin común.
Un ejemplo no directamente relacionado de la situación política disociada entre alemanes nazis y antinazis pueden ser las siguientes:
Extracto de una carta pastoral de un sacerdote católico de Misiones, Remigius Linau, a sus feligreses: (1938?)
“¡Como católico no puedes ser al mismo tiempo nacionalsocialista! El nazismo, a pesar de todas las aseveraciones en contrario, lleva adelante una lucha contra todo cristianismo (...) Solo el que no conoce las metas y los documentos del nazismo se deja engañar con la frase hecha “cristianismo positivo”(...) El nazismo esclaviza a los sacerdotes y estigmatiza a los creyentes como delincuentes en juicios ficticios; se los deja consumirse en cárceles y campos de concentración o, directamente, se los martiriza hasta la muerte.(...) No podéis ser católicos y hitleristas al mismo tiempo. Eso no es compatible (....) ¿Qué podéis hacer? ¿Qué debéis hacer? Combatid al hitlerismo, sus propagadores y seguidores, mostrándoos en todas partes como católicos (...)¡No mandéis a vuestros hijos a escuelas hitleristas (...) ningún niño católico puede asistir a una escuela nazi o a una que se encuentra bajo influencia hitlerista! (...) ¡No toleréis ningún libro nazi en vuestro hogar! ¡No vayáis a negocios cuyo dueño es un hitlerista! Comprad únicamente en negocios católicos (...) Cuanto más dinero lleváis a los nazis, aún en forma privada ... llega a los destructores de vuestra creencia. Si estáis enfermos, id a médicos católicos (...) No vayáis a ningún abogado nazi, aún si la consulta es gratuita. No toleréis que la “Comisión de fomento” caiga en manos de neo-paganos. Insistid en la legislación argentina: exigid elecciones y elegid integrantes católicos.... Apoya a tu sacerdote; no creas cualquier calumnia... No puedes encenderle una vela a Dios y una al diablo junto a ella (...) ¡Sé un católico fiel; como tal, no puedes ser ni directa ni indirectamente un hitlerista! (Guardado en el archivo historico Pestalozzi en la carpeta “documentos Auswärtiges amt B.R.D.” – MFN 953)
La otra cara:
Los ciudadanos alemanes, al comienzo del régimen de Hitler, fueron impelidos a prometer su fidelidad al nuevo régimen por escrito, en un libro que luego fue enviado a la Cancillería del Tercer Reich (ver fotos aquí abajo):
Libro de firmas leales a Adolf Hitler. Argentina. 19 de Agosto de 1934.
El libro fue enviado a la Cancillería del Tercer Reich en Alemania.
Las autoridades nazis, que rápidamente se establecieron en la Argentina (sindicatos, oficinas políticas, “boy-scouts” nazis, agrupación de niñas alemanas…), vigilaban cuidadosamente que sus enrolados boicotearan y no tuvieran contacto con todo lo que no estuviera bajo el control nazi. El castigo a las transgresiones eran boicot de los alemanes ( y argentinos) nazis, golpizas por los grupos de choque y despojo de la ciudadanía alemana.
Aclaración sobre Fuentes:
Primer párrafo ( ya dice): Archivo Pestalozzi -MFN 1036 Lic. Julieta Rosenhaus ART PESTALOZZI
Encomillado 2º parrafo( ya dice) : Archivo Pestalozzi - De la carpeta “documentos Auswärtiges amt B.R.D.” – MFN 953
Imágenes : “documentos Auswärtiges amt B.R.D.” – (En trabajo)
Otros comentarios : Roberto Hübscher
Aclaración: “documentos Auswärtiges amt B.R.D.” son extraídos de un CD con fotografías de aficionado que hicieron los alumnos de intercambio escolar en 2007 en Berlín, invitados (desde antes) por el embajador de Alemania en la Argentina a visitar el archivo político del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania para ver documentos de la época de la fundación del Colegio Pestalozzi.
PARTE 1:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/09/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la.html
PARTE 2:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/09/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la_30.html
PARTE 3:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/10/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la.html
PARTE 4:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/10/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la_25.html