viernes, 22 de noviembre de 2013
Para aquellos que necesitan ver para creer...
Para aquellos que aún creen. Para aquellos que piensan que a quienes votamos, les damos efectivamente las herramientas que cambiarán las cosas. Para aquellos que leen y aceptan la historia oficial dejando de lado la historia real. Para aquellos que necesitan ver para creer...
domingo, 10 de noviembre de 2013
Conmemoran aniversario de la "La Noche de los Cristales Rotos"
"La noche de los Cristales Rotos", 1938.
Conmemoran aniversario de la "La Noche de los Cristales Rotos"
Por Kirsten Grieshaber / Associated Press
BERLIN -- Los alemanes en todo el país conmemoraron el sábado el 75º aniversario de la Kristallnacht —La Noche de los Cristales Rotos-, en la que los nazis lanzaron una ola de ataques contra judíos en Alemania y Austria. El 9 de noviembre de 1938, centenares de sinagogas fueron incendiadas, numerosas viviendas y negocios de judíos saqueados, unas 1.000 personas fueron asesinadas y más de 30.000 judíos enviados a campos de concentración. Los ataques marcaron el comienzo formal de una violenta persecución estatal contra los judíos, que terminó con la muerte de seis millones de judíos europeos para cuando el Tercer Reich cayó en 1945. Alemanes en muchas ciudades y pueblos realizaron vigilias con velas, escucharon a judíos sobrevivientes del Holocausto narrar recuerdos y se congregaron en cementerios judíos para honrar a las víctimas de la Kristallnacht. La canciller Angela Merkel dijo que la Noche de los Cristales Rotos fue "un evento que humilló a los judíos de una forma inconcebible... se había alcanzado un punto realmente bajo en la historia alemana". "Desafortunadamente, más adelante la historia alemana se desarrolló en una forma aún peor que llevó eventualmente al Shoah (Holocausto)", afirmó. La jefa del gobierno exhortó a los alemanes a jamás olvidar el pasado. En Berlín, grupos de residentes recorrieron con guías sus barrios, deteniéndose en sitios en los que alguna vez estuvieron tiendas, escuelas y otros edificios judíos destruidos por los nazis y sus partidarios. Varios berlineses se unieron para pulir algunas de las 5.000 Stolpersteine ——o piedras de tropiezo-, que identifican por su nombre a víctimas de los nazis frente a sus antiguas viviendas. Las placas de bronce del tamaño de una piedra están insertadas en aceras y su nombre se debe a que uno se topa con ellas cuando camina por Berlín.
"Piedras del tropiezo" en Berlín.
"Hemos organizado 16 grupos que han salido hoy a limpiar las placas, y esperamos convertir esto en un evento anual en el futuro", dijo la coordinadora de los recorridos, Silvija Kavcic. Pese a todas las actividades positivas, algunos oradores en la jornada emitieron una nota de cautela, al recordarles a los participantes que el antisemitismo sigue siendo un problema en Europa. Un sondeo de judíos europeos dado a conocer el viernes reveló que más de tres cuartas partes de los entrevistados piensan que el antisemitismo está aumentando en sus países y casi una tercera parte han considerado emigrar porque se sienten inseguros.
Nota original: http://www.elnuevoherald.com/2013/11/09/1610749/conmemoran-el-75mo-aniversario.html#storylink=cpy
jueves, 31 de octubre de 2013
Heinrich Müller, el jefe de la Gestapo de Hitler está enterrado en un cementerio judío, según archivos alemanes
Heinrich Müller habría muerto en agosto de 1945. Hasta ahora se creía que podría haber sobrevivido al final del III Reich. El diario Bild publica los detalles de la investigación.
RTVE.es/AGENCIAS
Heinrich Müller.
Contrariamente a lo que se creía, el responsable de la temida policía política de Hitler no sobrevivió a la Capitulación del Tercer Reich y murió ese mismo año de 1945.
Su cuerpo quedó enterrado en una fosa común del cementerio judío del barrio berlinés de Mitte, ha declarado a Bild el director del centro de Documentación de la Resistencia, Johannes Tuchel, tomando como fuente textos hallados en diversos archivos.
Se creía que había sobrevivido.
Esta información contradice la versión que persistía en los servicios secretos de la Alemania occidental, según los cuales Müller sobrevivió al fin de la Segunda Guerra Mundial y se trasladó a vivir a la ciudad checa de Karlovy Vary.
Según Tuchel, los restos mortales del jerarca nazi fueron hallados e identificados, en agosto de 1945, en una tumba provisional cercana a lo que fue el ministerio de Aviación del Reich.
Müller fue identificado porque llevaba aún su uniforme de general y su hoja de servicios en el bolsillo, tras lo cual fue trasladado a una fosa común del citado cementerio judío.
El presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Dieter Graumann, calificó a ese medio como de "mal gusto monstruoso" el hecho de que se decidiera enterrar a "uno de los más sádicos nazis" justamente en un cementerio judío, cuestión que considera un insulto a la memoria de las víctimas.
Artículo original:
http://www.rtve.es/noticias/20131031/jefe-gestapo-hitler-esta-enterrado-cementerio-judio-segun-archivos-alemanes/780643.shtml
miércoles, 30 de octubre de 2013
sábado, 26 de octubre de 2013
Juan Domingo Perón, socios de dudosa reputación y el buque ballenero más grande del mundo
Megalomanía, habilidad comercial y marcados deseos de conquista en su máxima expresión. Durante el primer gobierno Justicialista, Juan Domingo Perón se puso una idea fija entre ceja y ceja: acaparar, en el complicado y hambriento mundo de posguerra, el negocio de la pesca de ballenas y la manufactura de aceites en la mismísima Antártida con el buque ballenero/factoría más grande jamás construído hasta entonces. Para lograr su cometido se valió de no pocos contactos de dudosa reputación, en su gran mayoría cercanos al "desaparecido" Adolf Hitler, fondos estatales a discreción, los servicios de efectivos testaferros, una alta dosis de sigilo y el guante lanzado al rostro de grandes empresas multinacionales que tenían el mismo objetivo comercial y estratégico que el presidente argentino. Conflicto en puerta y una conspiración. Esta es la historia del "Juan Perón", el buque factoría más grande y ambicioso del mundo. Pulgares hacia abajo de las grandes potencias, que jamás le perdonarían a Perón semejante atrevimiento.
Por Marcelo D. García para Historias Lado B.
Reflotar una vieja idea.
La Marina de Guerra de Argentina lo tenía entre sus planes de inmediata concreción desde principios del Siglo XX: la idea de avanzar sobre el continente Antártico y adueñarse de la caza y el comercio de ballenas en la zona más austral del planeta era algo que desde hacía rato se veía con muy buenos ojos. Por eso mismo no habrá sorprendido a muchos cuando una vez establecido con el poder real, total y absoluto de su primer gobierno, Juan Domingo Perón reflotó aquel viejo anhelo.
Perón recuperó la idea de la creación de una importante flota mercante en 1946, valiéndose de un argumento por demás contundente: la industria naval se encontraba en un pozo profundo por aquel entonces, tras los desastres de la Segunda Guerra Mundial y entonces dar nacimiento a una poderosa flota mercante argentina auspiciada por Perón resultaba más que viable e interesante.
El presidente argentino decide entonces convocar a conspícuos y efectivos hombres de negocios para que la flota mercante, ballenera concretamente, se pueda hacer realidad, al tiempo que las agencias de espionaje de Estados Unidos y Gran Bretaña comenzaban a mirar a Perón con una atención muy especial...
Los elegidos de Perón.
Uno de los empresarios elegidos por Perón fue Alberto Dodero, de una familia genovesa residente en Montevideo, Uruguay. Dodero se venía encargando, desde el final de la guerra, de adquirir viejos buques fuera de servicio a muy bajo costo, y lejos de comercializarlos como chatarras se encargó de dejarlos en condiciones para darle forma a una poderosa flota de transporte de pasajeros que cubría fundamentalmente el trayecto entre Europa (Génova, Italia más precisamente) y la Argentina. Dodero tendría vital importancia en la "Gira del Arco Iris" que en 1947 llevó a Eva Perón a Europa para un misterioso viaje que más allá de forzar cálidos recibimientos de autoridades europeas, tenía como principal finalidad la concreción de turbios negocios y asegurarse un buen pasar.
Dodero, una vez convocado por Perón, generó el interés de Aristóteles Onassis, el magnate naviero griego nacido en Turquía, que se había visto involucrado en un verdadero escándalo internacional durante la Segunda Guerra Mundial cuando fue detenido un agente nazi camino a Berlín, quien iba a conseguir el salvoconduto para que un buque de Onassis con bandera de Argentina fuera "liberado" en Suecia y pueda volver al país de bandera.
Al "equipo de elegidos" se le uniría el controvertido Fritz Mandl, fabricante (y traficante) de municiones austríaco. Mandl era un caso (no tan) atípico: era judío y era además socio y protegido de los nazis (durante la Segunda Guerra Mundial y después de la misma). Mandl era maigo personal de Benito Mussolini y Francisco Franco, a quien le había suministrado armas para su bando durante la Guerra Civil Española.
Finalmente se conseguiría la participación de Alfredo Ryan, un empresario marítimo de los Talleres de Reparaciones del Río de la Plata, de familia irlandesa, nacido en Gibraltar. Ryan se encontraba en el momento de ser convocado por Perón, en la lista negra de los Estados Unidos por ser considerado colaboracionista nazi. Sin embargo en el Curículum Vitae de este tan particular y camaleónico empresario figuraba el traslado junto a sus equipos, obreros y colaboradores hasta Montevideo, Uruguay, para reparar los buques británicos Achiles, Exeter y Ajax, tras su feroz combate en aguas del Río de la Plata contra el acorazado alemán Graf Spee. Ryan era empleado del servicio secreto británico y los ferrocarriles británicos (en Argentina) le pagaban con acciones. Cuando Perón nacionalizó los ferrocarriles, Ryan vendió todas sus acciones y se lanzó a la especulación financiera en Wall Street, Londres y Rotterdam. Ryan además recibía desde finales de la Segunda Guerra Mundial, ayuda directa y colaboración técnica en sus talleres de parte de Siemens, Thyssen y Manesman, todos fuertes grupos industriales nazis. Un personaje "pintoresco" sin lugar a dudas. Lo dicho: camaleónico.
Los elegidos de Perón, un verdadero "seleccionado de notables", reunían, todos ellos, más de una ventaja y unos cuantos denominadores comunes, a saber: tanto Dodero, como Mandl, Onassis y Ryan tenían y habían tenido muy estrechas y excelentes relaciones con la Alemania nazi y sus jerarcas y empresarios devotos. Los cuatro seguían manteniendo esas excelentes relaciones y trato aún después de la finalización de la guerra. Los cuatro tenían nacionalidad argentina desde antes de la Segunda Guerra Mundial y, como si fuera poco, los cuatro eran especialistas en negocios descomunales y en la "atención" (léase: manejo) de capitales nazis en la posguerra.
Con este equipo casi infalible y ultra influyente, con testaferros de importancia, con apoyos de cuestionable reputación, unas ansias de poder expansionista inigualables y, por supuesto, el uso y abuso de medios del Estado argentino a discreción, Perón se embarcó en esta empresa asombrosa: la conquista de la caza, el mercado y comercio de ballenas y todos sus importantes y valiosos derivados, en una de las zonas más requeridas por las grandes potencias y los conglomerados industriales multinacionales, con su flota de buques peronistas. A nadie le gusta que le "mojen la oreja". A las grandes potencias dominantes y a los intereses internacionales, menos... Y eso hizo Perón.
La construcción el buque "Juan Perón".
Ryan viajó a Inglaterra para supervisar personalmente la construcción del buque soñado por Perón. En 1948 la Compañía Argentina de Pesca (presidida por Ryan) entrega los planos del gigantesco buque factoría a los astilleros "Harland & Wolff" (los mismos en los que se había construído el famoso "Titanic"). Se trataba de un infernal buque de 25.000 toneladas brutas que estaría preparado para transportar petróleo cuando no se estuviese en temporada de caza de ballenas. En el buque se podría llegar a faenar la ballena completa. Se procesarían la carne y el aceite y todo (2.000 toneladas de carga) se acomodarían en sus bodegas frigoríficas. El buque estaba pensado para ser de lo más versátil que se haya visto, siendo apto también para el transporte de aceites comestibles de girasol y lino, como así también combustible líquido y otros.
El gobierno argentino (Perón) se comprometió con los astilleros "Harland & Wolff" y permitió que Ryan se instale en la ciudad irlandesa de Belfast. Desde allí se dedicó a la supervisión de la construcción del buque y a pasar toda la información requerida por Perón practicamente a diario. El costo de producción del buque "Juan Perón" fue de cerca de 3 millones de libras esterlinas.
Pero los planes y los sueños desmedidos no culminaban allí y así las cosas Perón le ordenó a Ryan que prometa la construcción de otras 15 embarcaciones pequeñas más, llamadas "catchers" destinadas a acompañar las tareas del enorme buque ballenero. La promesa fue realizada en simultáneo a astilleros de Alemania, Italia y Holanda. Quedar bien con varios a la vez, otra de las grandes habilidades de Perón.
La desgracia sobrevuela al buque "Juan Perón".
En el ambiente de la navegación y, principalmente, en el de la construcción de buques hay determinados signos, ciertas señales, que se asocian indefectiblemente a la desgracia y a la mala fortuna que puede llegar a tener un buque. En ese sentido el buque "Juan Perón" no logró escapar a esos fantasmas cuando un accidente durante la construcción provocó la trágica muerte de varios operarios del astillero. En la mitología naviera, eso se relaciona sin más vueltas con la mala fortuna, la mala suerte. El barco de Perón había nacido torcido y un tiempo más tarde, ya en 1951, esa mala fama se acrecentó cuando a punto de cargar unas 22.000 toneladas de combustible, se abrieron las compuertas del buque golpeando bruscamente el muelle. La desgracia seguía sobrevolando la cubierta del "Juan Perón".
Tras un interés inicial, Onassis, Dodero y Mandl no tomaron parte en el negocio y dejaron a Perón tan sólo acompañado por Ryan en esta complicada empresa. Fue el mismo Onassis quien le recomendó a Ryan que no lleve ese buque a la Argentina, pero finalmente el "Juan Perón" llegó a Buenos Aires en 1951, algo sobre lo que profundizaremos más adelante.
Perón recurre a asesores e inversionsitas nazis.
Con la "salida" del tandem Onassis-Dodero-Mandl del mega proyecto del buque ballenero más grande del mundo, Perón se aseguró finalmente los "servicios" de Lars Andersen, un legendario cazador de ballenas noruego, el mejor harponero del mundo. Andersen, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, recaló en Buenos Aires, Argentina, se naturalizó argentino y se radicó en la capital de Argentina tras haber escapado de Noruega (mediante un suculento "pago" a las autoridades locales). Andersen era un colaboracionista nazi en Noruega y era intensamente buscado. Una vez instalado cómoda y plácidamente en la siempre receptiva Argentina de Perón, Andersen comenzó a "llenarle la cabeza" al presidente argentino sobre las bondades, ventajas y beneficios del negocio ballenero.
Demanda mundial de materias primas en un mundo de posguerra, buenas posibilidades de comercialización de aceite de ballena, derivaciones importantes hacia el mercado de las margarinas, carne de ballena congelada y enlatada por toneladas para ser ofrecida a un hambriento mundo que recién salía de la Segunda Guerra Mundial. Andersen le había aportado otro dato más a Perón para convencerlo de seguir adelante: en 1938, para citar un ejemplo, el ballenero nazi "Unitas" había capturado en la Antártida unas 1700 ballenas, produciendo 120.00 barriles e aceite y 20.000 secciones de carne para exportar.
Todos esos argumentos resultaron más que aceptables y tentadores para un Perón que por nada del mundo dejaba de lado sus intentonas expansionistas en todas las áreas y de todos los modos posibles.
Perón , lejos de amilanarse y retraerse tras la negativa de Dodero, Mandl y Onassis de participar en esta aventura, logró otro contacto sumamente importante. Ese contacto llegó de la mano de un amigo personal de Andersen.
Se trataba ni más ni menos que de Hjalmar Schacht. Schacht había sido desde los años '30 y hasta llegado el final de la Segunda Guerra Mundial, financista y banquero de Adolf Hitler. Extrañamente "absuelto" por los Aliados tras los juicios a los nazis en 1946, Hjalmar Schacht era una de las cabezas visibles de la reconstrucción alemana de la posguerra (para darse una idea de quien era Schacht recordemos la Conferencia de Estrasburgo de 1943. http://historiasladob.blogspot.com.ar/2013/08/el-nacimiento-del-iv-reich-en.html). No resulta un dato menor el hecho de saber que Hjalmar Schacht basaba su plan de reconstrucción económica de Alemania precisamente en la industria naval y...la caza de ballenas. Para conocer un poco mejor a Hjalmar Schacht vale recordar que fue uno de los principales responsables de contactar personalmente a Adolf Hitler con un importante y fructífero grupo de industriales alemanes y que para 1936 ocupaba un cargo de ministro en el gabinete nazi. Schacht fue el impulsor directo de la organización de la flota ballenera de la Alemania nazi y el propulsor de las acciones y medidas que desbancaron del negocio ballenero y sus derivados al gigante conglomerado anglo-holandés Unilever (mayor comprador mundial de aceite de ballena por aquel entonces). Schacht bloqueó las ganancias de Unilever en Alemania y amenazó al gigante Unilever con reducir su cuota de importación de margarina si no financiaba (Unilever) la construcción de la flota ballenera nazi. Finalmente Schacht optó por quedarse con Onassis, quien en su buque factoría "Olimpic Challenger" tenía como capitán a un oficial de la Kriesgmarine, la Marina de Guerra de la Alemania nazi. De todos modos, Hjalmar Schacht, y a pesar de unirse a la flota de Aristóteles Onassis, no había dejado pasar la oportunidad para abrir "otro frente" y asesorar personalmente a Ryan y a Perón.
Y un dato más... fue el mismísimo Hjalmar Schacht quien se reunió con Eva Perón cuando ésta realizó su famosa y misteriosa "Gira del Arco Iris" por Europa en el año 1947. Casualidades. Meras casualidades.
Crónica de un final anunciado.
La historia del "Juan Perón", el buque ballenero / factoría más grande y ambicioso del mundo, símbolo de la desmesurada ambición de Juan Domingo Perón y consecuencia directa de los negocios sucios y poco claros y la participación de no pocos personajes de más que dudosa reputación, estaba llegando a un final anunciado. Había nacido mal y seguramente todo terminaría del mismo modo. En 1951 el buque es confiscado por el Banco Central de la República Argentina. El desenlace de esta trama es digno de una película de cine negro: el buque "Juan Perón" estaba inscripto a nombre del propio Ryan y así las cosas es "adquirido" por el Estado Argentino por órdenes de Perón (¿y el dinero quién lo puso y a qué cuenta ha ido a parar?) en 1952 y en 1953 es transferido finalmente a YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) para ser utilizado como buque de transporte de combustibles. Sin embargo en otra movida muy poco clara, Perón volvió a insistir sobre el tema pesquero y finalmente en 1955, sobre el final de su segundo gobierno, firma importantes acuerdos pesqueros con el Grupo Krupp (uno de los principales grupos ecónomicos sostenedores de Hitler en sus años de "gloria"). Los acuerdos incluían extrañamente la utilización del "Juan Perón" nuevamente cumpliendo funciones de buque factoría con miras a la temporada pesquera de 1956/1957. Pero la llamada "Revolución Libertadora", régimen (también) militar y dictatorial como el de Perón, se encargó de que el segundo mandato de Perón no llegue a buen térrmino y el derrocamiento del líder Justicialista hizo que muchos planes y proyectos, también el de la continuidad del "Juan Perón" como buque ballenero / factoría, queden truncos.
La "Revolución Libertadora" derrocadora de Perón, cambió el nombre del buque rebautizándolo como "Cruz del Sur" para comenzar a utilizarlo exclusivamente como transporte de combustible hacia los puertos argentinos.
Tras pasar por varias manos, el buque culmina sus días en Argentina amarrado y fuera de servicio, cosa que sucedió en 1963. Fue vendido varias veces y enarboló repetidamente la bandera nacional de muchos países.
Veamos a continuación, en resumidas cuentas, la historia de principio a fin del buque "Juan Perón":
1951. Octubre. Construido para la Compañía Argentina de Pesca (Argentina) a un costo de ₤ 2,8 millones.
1952. Febrero. Transferido a la Flota Mercante del Estado (Argentina) y amarrado en Buenos Aires.
1953. 15 de Marzo. Vendido a YPF (Argentina) en $ 70 millones.
1955. Re bautizado "Cruz del Sur".
1967. Rematado en U$S 810.000 a Fluor Corporation (Middle East Fluor S. A. de Panamá) (Liberiana).
1968. Vendido a Southern Cross Operating Co Ltd de Liberia (adm. Fluor Corporation de Los Angeles) para ser convertido en buque de perforaciones petroleras pero utilizado como buque tanque administrado por Hendy International Co.
1969. Cortado y convertido en 2 unidades en Yokohama. Con la proa se construyó en el astillero Mitsubishi H. I. una barcaza sin propulsión destinada a perforaciones (446 x 40 x 28) 9.457 TRG bautizada "Western Offshore VII".
1972. Registrada por Fluor Corp.
1989. Re bautizada "Ismaya" y utilizada como pontón.
1974. Con la sección de popa se construyó una unidad de perforaciones petroleras en un astillero de Taiwán. Bautizada "Western Offshore VIII".
1985. Transferido a la Western Offshore Drilling & Exploring Co. (Fluor Drilling Services Inc. mngr)
1988. Vendida a Frigg Shipping Ltd (J. Lauritzen A/S, mngr) re bautizado "DeepSea Duchess".
El "Juan Perón", el más grande buque ballenero / factoría de aquellos años, el símbolo de la megalomanía galopante del presidente Perón, pasaba así sin pena ni gloria, sin haber sido útil a la Argentina casi en ninguno de los proyectos trazados, pero siendo un firme estandarte de los negocios sucios que involucran al poder. El buque "Juan Perón" ha sido el símbolo de una historia oscura, corrupta, ambiciosa y que nada tuvo que ver con los deseos de bienestar y progreso para la Nación Argentina, pero que sí fue la concreción de negocios que el gobierno nacional, Perón puntualmente, hizo no sólo usufructuando dinero que no le pertenecía, sino además rodeándose de personajes que lisa y llanamente deberían haber estado, por aquel entonces, en la cárcel, unos como delincuentes económicos y otros (los más) como socios y financistas de criminales de guerra.
Bibliografía y textos consultados:
- Clarin.com - Edición digital 18 de Junio de 2000
- "Últimas noticias de Perón y su tiempo" (Rogelio García Lupo - Vergara, Grupo Zeta - 2006)
- FlotaYPF.com.ar
Por Marcelo D. García para Historias Lado B.
Buque "Juan Perón", el ballenero / factoría más grande del mundo.
Reflotar una vieja idea.
La Marina de Guerra de Argentina lo tenía entre sus planes de inmediata concreción desde principios del Siglo XX: la idea de avanzar sobre el continente Antártico y adueñarse de la caza y el comercio de ballenas en la zona más austral del planeta era algo que desde hacía rato se veía con muy buenos ojos. Por eso mismo no habrá sorprendido a muchos cuando una vez establecido con el poder real, total y absoluto de su primer gobierno, Juan Domingo Perón reflotó aquel viejo anhelo.
Perón recuperó la idea de la creación de una importante flota mercante en 1946, valiéndose de un argumento por demás contundente: la industria naval se encontraba en un pozo profundo por aquel entonces, tras los desastres de la Segunda Guerra Mundial y entonces dar nacimiento a una poderosa flota mercante argentina auspiciada por Perón resultaba más que viable e interesante.
El presidente argentino decide entonces convocar a conspícuos y efectivos hombres de negocios para que la flota mercante, ballenera concretamente, se pueda hacer realidad, al tiempo que las agencias de espionaje de Estados Unidos y Gran Bretaña comenzaban a mirar a Perón con una atención muy especial...
Los elegidos de Perón.
Uno de los empresarios elegidos por Perón fue Alberto Dodero, de una familia genovesa residente en Montevideo, Uruguay. Dodero se venía encargando, desde el final de la guerra, de adquirir viejos buques fuera de servicio a muy bajo costo, y lejos de comercializarlos como chatarras se encargó de dejarlos en condiciones para darle forma a una poderosa flota de transporte de pasajeros que cubría fundamentalmente el trayecto entre Europa (Génova, Italia más precisamente) y la Argentina. Dodero tendría vital importancia en la "Gira del Arco Iris" que en 1947 llevó a Eva Perón a Europa para un misterioso viaje que más allá de forzar cálidos recibimientos de autoridades europeas, tenía como principal finalidad la concreción de turbios negocios y asegurarse un buen pasar.
Dodero, una vez convocado por Perón, generó el interés de Aristóteles Onassis, el magnate naviero griego nacido en Turquía, que se había visto involucrado en un verdadero escándalo internacional durante la Segunda Guerra Mundial cuando fue detenido un agente nazi camino a Berlín, quien iba a conseguir el salvoconduto para que un buque de Onassis con bandera de Argentina fuera "liberado" en Suecia y pueda volver al país de bandera.
Fritz Mandl (izquierda) y Arsitóteles Onassis (derecha): dos de los socios de Perón.
Finalmente se conseguiría la participación de Alfredo Ryan, un empresario marítimo de los Talleres de Reparaciones del Río de la Plata, de familia irlandesa, nacido en Gibraltar. Ryan se encontraba en el momento de ser convocado por Perón, en la lista negra de los Estados Unidos por ser considerado colaboracionista nazi. Sin embargo en el Curículum Vitae de este tan particular y camaleónico empresario figuraba el traslado junto a sus equipos, obreros y colaboradores hasta Montevideo, Uruguay, para reparar los buques británicos Achiles, Exeter y Ajax, tras su feroz combate en aguas del Río de la Plata contra el acorazado alemán Graf Spee. Ryan era empleado del servicio secreto británico y los ferrocarriles británicos (en Argentina) le pagaban con acciones. Cuando Perón nacionalizó los ferrocarriles, Ryan vendió todas sus acciones y se lanzó a la especulación financiera en Wall Street, Londres y Rotterdam. Ryan además recibía desde finales de la Segunda Guerra Mundial, ayuda directa y colaboración técnica en sus talleres de parte de Siemens, Thyssen y Manesman, todos fuertes grupos industriales nazis. Un personaje "pintoresco" sin lugar a dudas. Lo dicho: camaleónico.
Mayo de 1949: estatización del Grupo Dodero. En la foto, Perón junto a Dodero (anteojos en mano).
Los elegidos de Perón, un verdadero "seleccionado de notables", reunían, todos ellos, más de una ventaja y unos cuantos denominadores comunes, a saber: tanto Dodero, como Mandl, Onassis y Ryan tenían y habían tenido muy estrechas y excelentes relaciones con la Alemania nazi y sus jerarcas y empresarios devotos. Los cuatro seguían manteniendo esas excelentes relaciones y trato aún después de la finalización de la guerra. Los cuatro tenían nacionalidad argentina desde antes de la Segunda Guerra Mundial y, como si fuera poco, los cuatro eran especialistas en negocios descomunales y en la "atención" (léase: manejo) de capitales nazis en la posguerra.
Con este equipo casi infalible y ultra influyente, con testaferros de importancia, con apoyos de cuestionable reputación, unas ansias de poder expansionista inigualables y, por supuesto, el uso y abuso de medios del Estado argentino a discreción, Perón se embarcó en esta empresa asombrosa: la conquista de la caza, el mercado y comercio de ballenas y todos sus importantes y valiosos derivados, en una de las zonas más requeridas por las grandes potencias y los conglomerados industriales multinacionales, con su flota de buques peronistas. A nadie le gusta que le "mojen la oreja". A las grandes potencias dominantes y a los intereses internacionales, menos... Y eso hizo Perón.
La construcción el buque "Juan Perón".
Ryan viajó a Inglaterra para supervisar personalmente la construcción del buque soñado por Perón. En 1948 la Compañía Argentina de Pesca (presidida por Ryan) entrega los planos del gigantesco buque factoría a los astilleros "Harland & Wolff" (los mismos en los que se había construído el famoso "Titanic"). Se trataba de un infernal buque de 25.000 toneladas brutas que estaría preparado para transportar petróleo cuando no se estuviese en temporada de caza de ballenas. En el buque se podría llegar a faenar la ballena completa. Se procesarían la carne y el aceite y todo (2.000 toneladas de carga) se acomodarían en sus bodegas frigoríficas. El buque estaba pensado para ser de lo más versátil que se haya visto, siendo apto también para el transporte de aceites comestibles de girasol y lino, como así también combustible líquido y otros.
Entrada a los astilleros "Harland & Wolff" en Irlanda.
El gobierno argentino (Perón) se comprometió con los astilleros "Harland & Wolff" y permitió que Ryan se instale en la ciudad irlandesa de Belfast. Desde allí se dedicó a la supervisión de la construcción del buque y a pasar toda la información requerida por Perón practicamente a diario. El costo de producción del buque "Juan Perón" fue de cerca de 3 millones de libras esterlinas.
Pero los planes y los sueños desmedidos no culminaban allí y así las cosas Perón le ordenó a Ryan que prometa la construcción de otras 15 embarcaciones pequeñas más, llamadas "catchers" destinadas a acompañar las tareas del enorme buque ballenero. La promesa fue realizada en simultáneo a astilleros de Alemania, Italia y Holanda. Quedar bien con varios a la vez, otra de las grandes habilidades de Perón.
Astilleros "Harland & Wolff".
La desgracia sobrevuela al buque "Juan Perón".
En el ambiente de la navegación y, principalmente, en el de la construcción de buques hay determinados signos, ciertas señales, que se asocian indefectiblemente a la desgracia y a la mala fortuna que puede llegar a tener un buque. En ese sentido el buque "Juan Perón" no logró escapar a esos fantasmas cuando un accidente durante la construcción provocó la trágica muerte de varios operarios del astillero. En la mitología naviera, eso se relaciona sin más vueltas con la mala fortuna, la mala suerte. El barco de Perón había nacido torcido y un tiempo más tarde, ya en 1951, esa mala fama se acrecentó cuando a punto de cargar unas 22.000 toneladas de combustible, se abrieron las compuertas del buque golpeando bruscamente el muelle. La desgracia seguía sobrevolando la cubierta del "Juan Perón".
Tras un interés inicial, Onassis, Dodero y Mandl no tomaron parte en el negocio y dejaron a Perón tan sólo acompañado por Ryan en esta complicada empresa. Fue el mismo Onassis quien le recomendó a Ryan que no lleve ese buque a la Argentina, pero finalmente el "Juan Perón" llegó a Buenos Aires en 1951, algo sobre lo que profundizaremos más adelante.
El ballenero "Juan Perón".
Perón recurre a asesores e inversionsitas nazis.
Con la "salida" del tandem Onassis-Dodero-Mandl del mega proyecto del buque ballenero más grande del mundo, Perón se aseguró finalmente los "servicios" de Lars Andersen, un legendario cazador de ballenas noruego, el mejor harponero del mundo. Andersen, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, recaló en Buenos Aires, Argentina, se naturalizó argentino y se radicó en la capital de Argentina tras haber escapado de Noruega (mediante un suculento "pago" a las autoridades locales). Andersen era un colaboracionista nazi en Noruega y era intensamente buscado. Una vez instalado cómoda y plácidamente en la siempre receptiva Argentina de Perón, Andersen comenzó a "llenarle la cabeza" al presidente argentino sobre las bondades, ventajas y beneficios del negocio ballenero.
Demanda mundial de materias primas en un mundo de posguerra, buenas posibilidades de comercialización de aceite de ballena, derivaciones importantes hacia el mercado de las margarinas, carne de ballena congelada y enlatada por toneladas para ser ofrecida a un hambriento mundo que recién salía de la Segunda Guerra Mundial. Andersen le había aportado otro dato más a Perón para convencerlo de seguir adelante: en 1938, para citar un ejemplo, el ballenero nazi "Unitas" había capturado en la Antártida unas 1700 ballenas, produciendo 120.00 barriles e aceite y 20.000 secciones de carne para exportar.
Todos esos argumentos resultaron más que aceptables y tentadores para un Perón que por nada del mundo dejaba de lado sus intentonas expansionistas en todas las áreas y de todos los modos posibles.
Perón , lejos de amilanarse y retraerse tras la negativa de Dodero, Mandl y Onassis de participar en esta aventura, logró otro contacto sumamente importante. Ese contacto llegó de la mano de un amigo personal de Andersen.
Hjalmar Schacht, asesor de Perón y banquero de Adolf Hitler.
Se trataba ni más ni menos que de Hjalmar Schacht. Schacht había sido desde los años '30 y hasta llegado el final de la Segunda Guerra Mundial, financista y banquero de Adolf Hitler. Extrañamente "absuelto" por los Aliados tras los juicios a los nazis en 1946, Hjalmar Schacht era una de las cabezas visibles de la reconstrucción alemana de la posguerra (para darse una idea de quien era Schacht recordemos la Conferencia de Estrasburgo de 1943. http://historiasladob.blogspot.com.ar/2013/08/el-nacimiento-del-iv-reich-en.html). No resulta un dato menor el hecho de saber que Hjalmar Schacht basaba su plan de reconstrucción económica de Alemania precisamente en la industria naval y...la caza de ballenas. Para conocer un poco mejor a Hjalmar Schacht vale recordar que fue uno de los principales responsables de contactar personalmente a Adolf Hitler con un importante y fructífero grupo de industriales alemanes y que para 1936 ocupaba un cargo de ministro en el gabinete nazi. Schacht fue el impulsor directo de la organización de la flota ballenera de la Alemania nazi y el propulsor de las acciones y medidas que desbancaron del negocio ballenero y sus derivados al gigante conglomerado anglo-holandés Unilever (mayor comprador mundial de aceite de ballena por aquel entonces). Schacht bloqueó las ganancias de Unilever en Alemania y amenazó al gigante Unilever con reducir su cuota de importación de margarina si no financiaba (Unilever) la construcción de la flota ballenera nazi. Finalmente Schacht optó por quedarse con Onassis, quien en su buque factoría "Olimpic Challenger" tenía como capitán a un oficial de la Kriesgmarine, la Marina de Guerra de la Alemania nazi. De todos modos, Hjalmar Schacht, y a pesar de unirse a la flota de Aristóteles Onassis, no había dejado pasar la oportunidad para abrir "otro frente" y asesorar personalmente a Ryan y a Perón.
Y un dato más... fue el mismísimo Hjalmar Schacht quien se reunió con Eva Perón cuando ésta realizó su famosa y misteriosa "Gira del Arco Iris" por Europa en el año 1947. Casualidades. Meras casualidades.
Crónica de un final anunciado.
El buque "Juan Perón" rebautizado como "Cruz del Sur" en épocas de la Revolución Libertadora de 1955.
La historia del "Juan Perón", el buque ballenero / factoría más grande y ambicioso del mundo, símbolo de la desmesurada ambición de Juan Domingo Perón y consecuencia directa de los negocios sucios y poco claros y la participación de no pocos personajes de más que dudosa reputación, estaba llegando a un final anunciado. Había nacido mal y seguramente todo terminaría del mismo modo. En 1951 el buque es confiscado por el Banco Central de la República Argentina. El desenlace de esta trama es digno de una película de cine negro: el buque "Juan Perón" estaba inscripto a nombre del propio Ryan y así las cosas es "adquirido" por el Estado Argentino por órdenes de Perón (¿y el dinero quién lo puso y a qué cuenta ha ido a parar?) en 1952 y en 1953 es transferido finalmente a YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) para ser utilizado como buque de transporte de combustibles. Sin embargo en otra movida muy poco clara, Perón volvió a insistir sobre el tema pesquero y finalmente en 1955, sobre el final de su segundo gobierno, firma importantes acuerdos pesqueros con el Grupo Krupp (uno de los principales grupos ecónomicos sostenedores de Hitler en sus años de "gloria"). Los acuerdos incluían extrañamente la utilización del "Juan Perón" nuevamente cumpliendo funciones de buque factoría con miras a la temporada pesquera de 1956/1957. Pero la llamada "Revolución Libertadora", régimen (también) militar y dictatorial como el de Perón, se encargó de que el segundo mandato de Perón no llegue a buen térrmino y el derrocamiento del líder Justicialista hizo que muchos planes y proyectos, también el de la continuidad del "Juan Perón" como buque ballenero / factoría, queden truncos.
La "Revolución Libertadora" derrocadora de Perón, cambió el nombre del buque rebautizándolo como "Cruz del Sur" para comenzar a utilizarlo exclusivamente como transporte de combustible hacia los puertos argentinos.
El imponente buque ballenero "Juan Perón".
Tras pasar por varias manos, el buque culmina sus días en Argentina amarrado y fuera de servicio, cosa que sucedió en 1963. Fue vendido varias veces y enarboló repetidamente la bandera nacional de muchos países.
Veamos a continuación, en resumidas cuentas, la historia de principio a fin del buque "Juan Perón":
1951. Octubre. Construido para la Compañía Argentina de Pesca (Argentina) a un costo de ₤ 2,8 millones.
1952. Febrero. Transferido a la Flota Mercante del Estado (Argentina) y amarrado en Buenos Aires.
1953. 15 de Marzo. Vendido a YPF (Argentina) en $ 70 millones.
1955. Re bautizado "Cruz del Sur".
1967. Rematado en U$S 810.000 a Fluor Corporation (Middle East Fluor S. A. de Panamá) (Liberiana).
1968. Vendido a Southern Cross Operating Co Ltd de Liberia (adm. Fluor Corporation de Los Angeles) para ser convertido en buque de perforaciones petroleras pero utilizado como buque tanque administrado por Hendy International Co.
1969. Cortado y convertido en 2 unidades en Yokohama. Con la proa se construyó en el astillero Mitsubishi H. I. una barcaza sin propulsión destinada a perforaciones (446 x 40 x 28) 9.457 TRG bautizada "Western Offshore VII".
1972. Registrada por Fluor Corp.
1989. Re bautizada "Ismaya" y utilizada como pontón.
1974. Con la sección de popa se construyó una unidad de perforaciones petroleras en un astillero de Taiwán. Bautizada "Western Offshore VIII".
1985. Transferido a la Western Offshore Drilling & Exploring Co. (Fluor Drilling Services Inc. mngr)
1988. Vendida a Frigg Shipping Ltd (J. Lauritzen A/S, mngr) re bautizado "DeepSea Duchess".
El "Juan Perón", el más grande buque ballenero / factoría de aquellos años, el símbolo de la megalomanía galopante del presidente Perón, pasaba así sin pena ni gloria, sin haber sido útil a la Argentina casi en ninguno de los proyectos trazados, pero siendo un firme estandarte de los negocios sucios que involucran al poder. El buque "Juan Perón" ha sido el símbolo de una historia oscura, corrupta, ambiciosa y que nada tuvo que ver con los deseos de bienestar y progreso para la Nación Argentina, pero que sí fue la concreción de negocios que el gobierno nacional, Perón puntualmente, hizo no sólo usufructuando dinero que no le pertenecía, sino además rodeándose de personajes que lisa y llanamente deberían haber estado, por aquel entonces, en la cárcel, unos como delincuentes económicos y otros (los más) como socios y financistas de criminales de guerra.
Bibliografía y textos consultados:
- Clarin.com - Edición digital 18 de Junio de 2000
- "Últimas noticias de Perón y su tiempo" (Rogelio García Lupo - Vergara, Grupo Zeta - 2006)
- FlotaYPF.com.ar
sábado, 12 de octubre de 2013
La muerte del nazi Erich Priebke: Sólo la memoria hará que la historia no se repita
El 11 de octubre de 2013 ha muerto en Roma, Italia, el criminal de guerra nazi Erich Priebke, responsable de la matanza de 335 civiles italianos en las Fosas Ardeatinas en 1944. Escapó de la justicia, con complicidad de los Aliados y diferentes gobiernos, y encontró refugio en una siempre "receptiva" Argentina de los años '40. Que Dios haga justicia. Sólo la memoria hará que la historia no se repita.
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domingo, 29 de septiembre de 2013
Oskar Schindler: el gran simulador
¿Fue un moderno San Pablo del Siglo XX como pretenden hacer creer? ¿Converso aparente, iluminado por un mensaje del más allá, impulsado por una fuerza superior? ¿o simplemente un cínico oportunista y manipulador? Oskar Schindler ha pasado a la historia, gracias al rótulo impuesto por el Museo Yad Vashem de Jerusalén, como el "justo entre las naciones" siendo recordado y homenajeado como un ángel salvador de vidas humanas, dispuesto a rescatarlas de las garras del sanguinario Partido Nacional Socialista, al cual él pertenecía y tan efectivamente servía. El cine de Hollywood puso su "granito de arena" para presentar a Schindler en sociedad como un humanitario benefactor de miles de víctimas inocentes durante la Segunda Guerra Mundial y para convertirlo de buenas a primeras en un ser venerable y digno de todo reconocimiento. Pero su realidad era... sensiblemente diferente. Curiosamente viajó a la Argentina peronista en 1949 desde Génova con un certificado que lo acreditaba como "técnico mecánico", igual que varios jerarcas nazis fugitivos de entonces. Aquí la Historia Lado B de Oskar Schindler, el gran simulador.
Por Marcelo D. García para Historias Lado B
Una cuestión de oportunismo.
El oportunismo es una forma específica de responder a las oportunidades, la cual implica priorizar el interés propio y obviar principios éticos relevantes para lograr ciertas metas o para resolver preocupaciones compartidas por un grupo. A veces, el oportunismo es definido también como la habilidad de capitalizar los errores de otros, utilizar oportunidades creadas por los errores, debilidades o distracciones de los oponentes en beneficio de uno mismo.
Oskar Schindler, nacido el 28 de abril de 1908 en Svitavy (Imperio Austro-Húngaro, luego Checoslovaquia, hoy República Checa) fue un gran oportunista, el mejor. El más hábil de todos los cínicos oportunistas que tras haber llevado una vida enfocada pura y exclusivamente en la consecución de beneficios personales, tras haber sido no sólo un fiel simpatizante del Partido Nacional Socialista sino también un importante elemento del contraespionaje hitleriano; supo huír (no sin ayuda y complicidad de otros...) de esa realidad incontrastable gracias a negocios oscuros, redes de contactos, arreglos inmorales, silencios extraños y, como si fuera poco, una gran ayuda del cine norteamericano gracias a la película "La lista de Schindler" perpetrada falazmente por Steven Spielberg. La historia oficial pinta a Schindler como un abnegado industrial de la Alemania nazi que descubrió mágicamente la luz al final del túnel y exponiendo su propia vida se dedicó a salvar a miles de judíos que trabajaban en sus fábricas. Extraña habilidad la de Oskar Schindler, para pasar a la posteridad como "justo entre las naciones" (Museo Yad Vashem en Jerusalén) cuando en realidad hubo centenares de Schindler; por no decir miles. Y tantos Schindler hubo en la Alemania nazi como empresarios afiliados al partido que producían a favor de la maquinaria bélica hitlerista y que utilizaban mano de obra (judía y no judía) de "trabajadores" que en realidad no eran tales sino que eran indefensos esclavos. Oskar Schindler ha sido un hábil y útil empresario nazi, pero fundamentalmente ha sido un espía al servicio del aparato de contraespionaje alemán, oficial de las SS, siendo una pieza fundamental en el engranaje destinado a ubicar, delatar, detener y confinar (incluso matar) a la oposición que enfrentaba al régimen de Hitler.
A partir de estos datos fundamentales y sin perder de vista los materiales bélicos indispensables para las campañas guerreras del Tercer Reich que Schindler producía en sus fábricas, podremos comprender en dónde estuvieron las mentiras que terminaron forjando el mito de Oskar Schindler, el supuesto benefactor de la humanidad, el salvador de prisioneros-esclavos judíos, el gran simulador.
Ubicando a Oskar Schindler en la realidad de entonces.
Los relatos que hablan sobre la vida y los hechos de Oskar Schindler tienen como origen dos fuentes fundamentales y de primera mano pero, totalmente distintas entre sí: la de las memorias del propio Schindler y la de las memorias de su exesposa, Emilie. Son los dos relatos a partir de los cuales se puede reconstruír el paso de Oskar Schindler por esta vida. Oskar Schindler redactó sus memorias al poco tiempo de haber culminado la Segunda Guerra Mundial, con los recuerdos bien frescos como para saber qué cosa contar y qué cosa ocultar. Por el lado de su exesposa, las memorias fueron escritas un tiempo después y en la mayoría de los pasajes las diferencias con la versión aportada por Oskar Schindler son llamativamente sorprendentes.
La historia de Oskar Schindler, al ser difundida por el "relato oficial", muestra aristas que no pueden menos que llamar la atención y mover a la duda, o por lo menos generan inquietudes que son en realidad muy sencillas de rabatir. Oskar Schindler fue un empresario alemán que no escapó a las generales de la "ley" de aquellos tiempos del oscurantismo nazi. Fue parte sustancial de un mecanismo que se encargaba básicamente de apoderarse de negocios o fábricas ajenas (por lo general de personas judías); comenzar a producir lo que el estado nacional socialista de Hitler le pedía hacer; utilizar la mal llamada "mano de obra barata" (léase: trabajadores esclavos) y (aquí comienza a aparecer un elemento fundamental en la historia de Schindler) dedicarse al "cuidado" y la "preservación" (bien marcadas las comillas) de esos pobres e indefensos esclavos (no siempre y no exclusivamente judíos, aunque éstos eran la inmensa mayoría). El tema del "cuidado" y la "preservación" de los esclavos de las diferentes fábricas e industrias que producían para la máquina de guerra hitleriana tiene una simple y sencilla explicación: los "patrones" de las fábricas (generalmente tomadas a la fuerza, como en el caso de Oskar Schindler) "necesitaban" imperiosamente que esos trabajadores-esclavos subsitieran para, simplemente, seguir produciendo en su propio beneficio y el del Tercer Reich. Hay que olvidarse de cuestiones humanitarias y de conciencia aquí. Los empresarios y productores alemanes nazis sólo buscaban "extender la vida" de sus esclavos con esa finalidad: lograr mayor producción en su beneficio.
Oskar Schindler: Oficial de las SS y espía alemán.
La historia oficial se empeña sistemáticamente en colocar a Oskar Schindler en un lugar en el que no merece estar. Llevará unos cuantos años determinar las verdaderas y precisas razones que se ocultan detrás de la máscara artificial y mentirosa que muestra a Schindler como un benefactor de la humanidad, en particular de una gran cantidad de esclavos judíos. La mención del Museo Yad Vashem de Jerusalén es algo digno de todo destaque dentro de esta trama destinada a hacer creer una cosa por otra. Los ejemplos sobre ésto que planteamos abundan y sobran, todos simples y concretos datos históricos. Mientras que otros empresarios alemanes usaban "mano de obra esclava" en sus fábricas, Oskar Schindler es presentado como un industrial que empleaba "trabajadores" extranjeros o de religión judía. Mientras que los otros industriales eran nazis confesos, Schindler (SS e integrante del servicio de contraespionaje alemán) se había acercado al Nacionalsocialismo para "proteger" sus "empleados". Mientras todos los empresarios e industriales nazis alimentaban a sus esclavos para obligarlos a producir más y más, Schindler en realidad (decían algunos) los alimentaba sólo porque los respetaba y pretendía salvarlos. Lo dicho: Schindler hubo miles, sólo que para todos los demás se utilizó un discurso y en su caso se utilizó otro diametralmente opuesto.
En 1930 Schindler se afilió al partido Nacionalsocialista, el partido Nazi para ser más claros, y dado su lugar de residencia en Checoslovaquia, dados sus contactos en el país y dado que estaba más que dispuesto a producir en favor de la maquinaria de guerra de Hitler, fue promovido a oficial de las SS y convocado para ser un tiempo después enlace y espía de los nazis en su país, con todo lo que ser un espía significaba. Cuando Hitler decide poner su pesada bota sobre Checoslovaquia en 1939, los contactos de Schindler con la Gestapo eran muy fuertes y estrechos y de ese modo se lo convocó para que lisa y llanamente se convierta en espía del servicio de contraespionaje, con el objetivo de ubicar, delatar y encarcelar (la muerte de los detenidos era una de las posibilidades) a los opositiores, entre los cuales había además de personas judías, socialistas, comunistas y gente de otras ideas políticas y religiosas contrarias al nazismo. Schindler fue una pieza fundamental en esa tarea de la Gestapo en Checoslovaquia, fue un integrante certero, efectivo y letal a la hora de "escrachar" gente y no precisamente para salvarla...
Cuando el 1° de septiembre de 1939 Alemania invadió Polonia con su Guerra Relámpago, Schindler siguió la sangrienta estela dejada por la Wehrmacht para seguir sacando réditos personales. Los años habían pasado desde aquel lejano 1930 con su afiliación al nazismo. Mucho tiempo había transcurrido desde el ascenso obseno y sanguinario de Hitler al poder en 1933 y muy claras habían quedado ya las intenciones hitlerianas respecto de la expansión territorial, la "pureza" racial y los insensatos postulados sobre los judíos, de modo tal que para 1939 Schindler ya debería haber "abierto los ojos" ante la cruda realidad, sólo que eso no sucedió. No dudó en afincarse en la Polonia devastada y sacar su nueva tajada.
Volviendo a lo sucedido en Polonia, Oskar Schindler "se puso al frente" de una fábrica de utencillos de loza en la ciudad de Cracovia. Los nazis y sus habilidades obligaron a una familia judía a "ceder" la fábrica en Cracovia. El procedimiento no tuvo ninguna diferencia a la de otros centenares o miles de casos de usurpación violenta. La "Deutsche Emaillewaren-Fabrik" era una fábrica de ollas y enlozados, con impecables instalaciones que (pistola Luger en la sien de su propietario mediante) pasó a manos de Schindler de la noche a la mañana. La historia oficial en cambio habla de "adquisición" de la fábrica de parte de Schindler y va más lejos aún estableciendo falazmente que hasta el final de la guerra Schindler se dedicó a producir allí ollas para el ejército alemán. Mentira. Schindler y sus superiores de las SS decidieron que una gran parte de la planta fabril se destinara a la producción de proyectiles, los mismos proyectiles que mataban rivales políticos, enemigos en el campo de batalla o bien seres indefensos en los infernales campos de la muerte. Eso producía Schindler: muerte.
Schindler no era un "bicho raro" en las filas nazis, por lo cual todas las teorías que pretenden hacerlo quedar como un sensible y humanitario empresario alemán que "boicoteaba" al Tercer Reich carecen de todo fundamento. Tan importante era la industria "adquirida" por Schindler en Polonia que la plana mayor nazi le hacía caso a pie juntillas ante cada uno de sus requerimientos. Entre esos requerimientos estaba el que en determinado momento le hizo al capitán Amon Goeth. Goeth se encargaba de "dosificar" la salida de trenes con prisoneros destinados a los campos de Auschwitz; Treblinka y Sobibor, ni más ni menos. Esa tarea la coordinaba desde el cercano campo de Plazsow, Polonia, lugar que regenteaba "a piaccere".
Schindler convino con Goeth que se le enviaran a la fábrica "adquirida" muchos de aquellos prisioneros destinados a una muerte segura en el campo. La mano de obra barata (léase: esclavos a los que no se les pagaba) Los recibía sistemáticamente y los ponía a trabajar produciendo municiones y los alimentaba no por amor e interés humanitario por ellos, sino por su ya famoso oportunismo y los beneficios (económicos) que de eso obtenía. No era, como dijimos,un "bicho raro" nazi; era uno más entre tantos empresarios y fabricantes nazis que hacían lo mismo que él con un único y simple objetivo: que sus esclavos subsistieran para que produjeran más, mucho más. De modo tal que para que eso fuera posible, la "correcta" alimentación y el cuidado de los mismos llegaba por añadidura.
Nuevamente la "extraña diferencia" en el discurso oficial: los demás esclavizaban, él... protegía y cuidaba. Los demás tenían "esclavos"; él empleaba trabajadores...
Y otra mentira más: la leyenda cuenta que Schindler producía municiones defectuosas y que esa producción llegaba a las huestes hitlerianas. Los nazis no eran tontos. Si Schindler hubiese hecho eso efectivamente durante tanto tiempo y de forma sistemática y repetida, hubiese recaido sobre sus espaldas la acusación de alta traición (así se consideraba), y seguramente hubiese visto el final de sus días frente a un pelotón de fusilamiento u obligado a introducir una cápsula con cianuro en su boca. Esas "traiciones" en la cosmovisión nazi, se pagaban así. Pero no fue el caso, los hechos han demostrado que las municiones que fabricaba Schindler eran muy efectivas y funcionaban bien, por eso siguieron ayudándolo, escuchando sus requerimientos y protegiéndolo... La versión de las "municiones defectuosas" es otra de las enormes mentiras que giran en torno al inventadísimo humanismo de Schindler. Una verdadera patraña.
Relatos diferentes.
A esta altura, vale la pena destacar que las memorias de Oskar Schindler y las de su exesposa Emilie difieren radicalmente, no ya en fechas o lugares, sino en la intención de lo actuado. Mientras Schindler se encargó de dejar de lado y omitir decenas de hechos complicados, Emilie remarcaba en su diario personal (luego parte de sus memorias), la preocupación por las acciones de su mujeriego, bebedor y farsante esposo. Emilie ponía debido énfasis en las malas condiciones de vida de los "trabajadores" de la fábrica. No dudaba en llamarlos "esclavos" (Oskar Schindler los llamaba "trabajadores") y sentía pánico por caer detenida junto a su marido por las atrocidades que significaban tener allí, bajo su mirada y responsabilidad a miles de personas esclavizadas.
Mientras Schindler se "preocupaba" por la "alimentación y el cuidado" de sus trabajadores, a Emilie le dolía ver esa realidad trastocada y sentía en carne propia la frialdad de aquel gran simulador y mentiroso oportunista que era Oskar Schindler. Emilie Schindler lo sabía: su esposo había salido por la puerta trasera de Checoslovaquia, tras haber delatado amigos, conocidos y compatriotas. Había seguido la llamarada nazi a Polonia sin condicionamientos, espiaba, ultilizaba esclavos y sobre el final de la guerra había logrado que los nazis (él mismo) trasladaran la fábrica y sus "empleados" a otro lugar. Emilie también sabía que 14 años desde aquel 1930 era demasiado tiempo como para que Oskar "no se diera cuenta de la realidad". Su triste conclusión fue: Schindler sabía lo que hacía, estaba convencido de su valor para la máquina de guerra nazi y no sentía el más mínimo remordimiento por lo actuado. Después de todo era uno más de ellos, un nazi y un criminal.
Cambio oportunista de estrategia: Oskar Schindler y el Joint.
Va surgiendo "el nuevo" Oskar Schindler, nace el "converso", el hombre que logra "abrir los ojos", con su acercamiento al "Joint" (un hecho no poco importante en su vida), pero... ¿Qué es el "Joint"?
El Comité de American Jewish Joint Distribution (también conocido como "el conjunto", el "Joint" o el JDC) es una organización de ayuda judía en todo el mundo con sede en Nueva York. Fue establecido en el año 1914 y está presente actualmente en más de 70 países. JDC, o "Joint", ofrece ayuda a las comunidades judías de todo el mundo a través de una red de programas de asistencia social y comunitaria. En 1945 (momento en el que "mágicamente" se produce la milagrosa "conversión" del gran nsimulador), el "Joint" cruzó sus caminos con el oportunista Oskar Schindler.
Veamos de qué manera se relata este episodio no tan conocido de la vida de Shindler en el libro "Oskar Schindler: fabricante de la muerte" (Alex Szarazgat, Ed. Nuestra América, 2003, pag. 196/197):
"Su relación con el Joint.
Este episodio, como tantos en la vida de Oskar Shindler, tiene varias versiones, generalmente contradictorias. Según Oskar, fue el mayor Franz von Korab ("halbjude" - medio judío por parte de la madre) jefe en Cracovia, que lo contactó con el Joint que operaba probablemente desde el Hotel Gellert - Budapest (Hungría). El representante permanente de ese organismo, durante la guerra, fue el Dr. Kasztner, el mismo que negoció con Eichmann el tétrico operativo "Blut für ware" (Sangre por mercadería). Como enlace operó el odontólogo Rudolf Sedlatschek.
Este último tenía a su cargo otros grupos judíos en Polonia y en el Protectorado (exChecoslovaquia). También cumplía misiones especiales en Turquía. El contacto Oskar Schindler - Kasztner fue promovido por Sedlatschek. éste, en otra oportunidad, solicitó la ayuda de Schindler para hacer llegar, en forma segura, cartas de Israel (Palestina) a personalidades judías internadas en los campos de concentración.
Schindler afirma que, luego de un minucioso análisis y un intercambio de opiniones con el Dr. Chaim Hilfstein, Magister Salpeter, los hermanos Stern y otros, todos ellos prisioneros-obreros-esclavos, construyó una red eficiente de comunicaciones entre su fábrica, el campo de concentración Plazsow, Israel (Palestina) y Estados Unidos, que funcionó vía Kasztner-Budapest.
Schindler presentó al Dr. Sedlatschek al comandante del campo de concentración de Plaszow, Goeth, quien lo invitó a efectuar una recorrida por el mismo.
¿Es imaginable, conociendo las estructuras jerárquicas de los nazis, que Goeth, sin previa autorización de sus superiores, sólamente a instancias de su amigo Schindler, invitara al judío Sedlatschek a recorrer el campo de concentración? ¿Quienes eran las autoridades que permitieron ese insólito paseo? ¿quién lo promovió? ¿con qué finalidad? ¿Cómo era la relación de Schindler con Goeth? ¿No era que lo consideraba perverso, un sádico? ¿O esta evaluación la hizo después de su "transformación" interior?
Oskar Schindler relata que Sedlatschek, con autorización del Joint, entregó grandes sumas de dinero a los prisioneros judíos-obreros-esclavos de la fábrica de Schindler y menciona entre los beneficiados nuevamente a los prisioneros Dr. Hilfstein, Bankier, Salpeter, Stern, etc.
Por otra parte admite haber recibido de Sedlatschek, en tres oportunidades, sumas grandes. Recuerda (Schindler) dos cifras: 75.000 y 50.000 marcos respectivamente, pero no aclara si se refiere a las 3 entregas mencionadas o a otros aportes.
Schindler viajó varias veces -cuatro- a Budapest. La estadía nunca duró más de 2 días, para evitar, según él, que su ausencia llamara la atención. En la actitud de Schindler o en lo que expresa luego en sus cartas hay una notable incoherencia. ¿No efectúa una autodenuncia con la aparición del judío Sedlatschek como visitante oficial en el campo de concentración de Plaszow?
¿Cómo explicó a Goeth y los otros SS la presencia de este judío? ¿De dónde lo conocía? En la primera reunión con Kasztner participó el Dr. Springmann. Schindler afirma haber facilitado al Joint informaciones precisas sobre la situación en su fábrica y en el campo de concentración de Plaszow. Además informó sobre las medidas implementadas por las SS, las posibilidades de ayuda y los caminos a seguir. Los interlocutores expresaron su conocimiento por su "obra maravillosa" a favor de los judíos perseguidos, e instaron a mantener e incrementarla, sin prejuicio de sacrificios materiales . Cuando arreciaba la persecución nazi y en los campos de concentración morían millones de seres humanos, Kasztner a través de Sedlatschek, le hizo saber a Schindler que personalidades estadounidenses, incluso el exembajador austríaco Steinhart, quien estaba en Estambul (Turquía), tenían interés en conversar con él para recibir un informe exhaustivo sobre la actualidad en Polonia, la liquidación de los ghettos y de los campos de exterminio. Ese viaje aparentemente nunca se realizó.
La versión de la señora (Emilie Schindler) no coincide -como otras veces- con la de su esposo. Ella recuerda que en Mayo de 1945, cuando las tropas soviéticas y americanas (?) ya habían liberado el territorio checoslovaco Oskar venía de tener entonces una serie de entrevista en Estambul (Turquía) con la fundación judía Joint, empeñada en salvar la mayor cantidad de personas posible. También se habían reunido en Budapest con un tal Cedlatchek que se había conectado con mi esposoa través de Bankier, el anterior dueño de la fábrica de Cracovia".
En otro pasaje del libro "Oskar Schindler: fabricante de la muerte" (Alex Szarazgat, Ed. Nuestra América, 2003, pag. 198) podemos leer lo siguiente:
"Marzo 1943. Por órdenes superiores y dentro de una programación general fue cerrado el ghetto de Cracovia. Todos los judíos fueron trasladados al campo de concentración de Plaszow, con la orden expresa de su rápida eliminación.
Según Erika Rosenberg, la "Deutsche Emaillewaren-Fabrik", propiedad de Schindler, contaba con 1750 obreros-esclavos y fue declarada de interés militar. No hay que ser muy perspicaz para entender que el "interés militar" no se centraba en las ollas y utencillos de cocina de los que la pareja (los Schindler) habla sin cesar.
En realidad Oskar Schindler había montado una fábrica de materiales bélicos. Una estimación muy conservadora: (contando con maquinaria obsoleta, lo que no es probable) la producción de proyectiles alcanzaba para eliminar varios ejércitos. Oskar Schindler protestó contra las autoridades nazis por el envío de obreros-esclavos polacos al Reich, ya que así se debilitaba la producción en los territorios ocupados. Se enorgullece de un acuerdo celebrado entre él (Schindler) y la Gestapo, donde convinieron NO matar a los judíos dispersos -o sea los fugitivos que habían logrado escapar de los campos de concentración o de eludirlo- sin en enviarlos a las fábricas cercanas de armamentos.
¿Cuál era el puesto que este personaje ocupaba realmente en la jerarquía oficial para que le den lugar para protestar y celebrar convenios con la Gestapo?
No cabe dudas que Schindler sabía defender sus intereses y tenía las conexiones para intentarlo. Pertenecía a la llamada línea "industrialista", sostenida por un sector de la administración, que privilegiaba -de acuerdo a innumerables documentos- la producción bélica. Ello significó la "protección" de la mano de obra disponible".
De todo lo expuesto con anterioridad ya no quedan dudas sobre el proceder concreto de Oskar Schindler y de su muy reputada posición no sólo entre las líneas medias y altas de las SS y la Gestapo, sino también sobre la buena "llegada" de este inescrupuloso, oportunista y simulador con las altas esferas del poder nazi en Berlín. Una vez decidido el traslado de "su" fábrica de alto interés militar desde Cracovia hasta otro lugar, Schindler se tomó el atrevimiento de, en su viaje a Berlín, recomendar las zonas de Reanania y Austria para la instalación de la fábrica. Finalmente, tras escucharlo atentamente, se determinó que la planta industrial se insatalara en Brunnlitz (Checoslovaquia o Protectorado). La plana mayor nazi, le dedicaba todo su tiempo a un Schindler con tremendos contactos entre los nazis, tal era la posición de este personaje en las altas esferas del poder dictatorial y criminal de la Alemania del Tercer Reich. Oskar Schindler, en mayo de 1945 aún no había experimentado su mágica e instantánea "transformación". Schindler sintió esos deseos incontenibles de "colaborar humanitariamente" una vez que advirtió (como tantos) que los Aliados avanzaban imperturbables sobre las líneas alemanas y sus dominios.
Iba surgiendo el "nuevo" Schindler...el que "luchaba contra los nazis a favor de los judíos"... Y allí, finalmente instalado en su natal Checoslovaquia, en Brunnlitz, vería el avance inexorable de los soviéticos. La historia sigue así...
Llegan los rusos: se arma la "lista".
A medida que la guerra avanzaba y cuando ya en las postrimerías de la conflagración mundial el final (sólo en los campos de batalla) del Tercer Reich resultaba evidente, la plana mayor nazi decidió entre otras cosas cerrar varios campos de concentración ante el inminente avance soviético desde el Este. Entre otros, uno de los campos que se cerraban era el de Plazsow, que no era sino aquel desde donde llegaban a la fábrica "adquirida" por Schindler los "trabajadores" (léase: esclavos) para seguir produciendo.
Llegamos a 1944 (a muchos años desde aquel 1930, año de su afiliación al nazismo...) y Schindler, como hemos dicho, decidió viajar directamente a Berlín para gestionar "el pase" de los "trabajadores" de la "Deutsche Emaillewaren-Fabrik" a otro lugar que no cayera bajo las garras de los soviéticos. En Berlín escucharon a Schindler y en pleno fragor de lo más descarnado de la guerra dieron cabida a sus pedidos. Los trabajadores de "su" fábrica polaca serían trasladados a otra planta industrial más protegida.
Pensemos lo siguiente, a finales de 1944, si había algo que la Alemania nazi necesitaba eran dos cosas: armas (o municiones como las producidas por Schindler) y transporte. Schindler fabricaba lo primero y exigía lo segundo para "salvar" a sus "empleados". Los nazis, si algo ponían sobre el tapete a esa altura de la guerra, era el orden de prioridades y entre esas prioridades estaba el traslado de la fábrica de Schindler, tras lo cual es fácilmente deducible que la importancia de lo que allí se producía era vital para la máquina de guerra nazi. Habrá que olvidarse entonces de las ollas y los enlozados. Habrá que olvidarse de las "municiones defectuosas" para que los nazis no dispararan ni un solo tiro. Nada de eso. Schindler era una pieza fundamental aún a esa altura de los acontecimientos y todavía en esos comienzos de 1945 sus convicciones nazis y su terrible aprovechamiento del trabajo esclavo, eran marca registrada. No sólo no había el más mínimo gesto de arrepentimiento o humanidad (tan difundida desde la historia oficial), sino que su despótico y criminal sistema de abuso sobre miles de seres indefensos se incrementaba a diario.
A Schindler se le concedieron todos sus pedidos: se decidió el traslado de la fábrica de municiones, si bien no a los lugares que él mismo había propuesto inicialmente sino a la localidad de Brunnlitz, en la ocupada Checoslovaquia, su patria de origen, y como si fuera poco se puso a su entera disposición un convoy ferroviario (en total sumaban 250 vagones) para el traslado de sus "trabajadores", esos mismos trabajadores que en otros casos (cuando se habla hoy en día de otros empresarios alemanes) eran identificados como esclavos.
Schindler contaba además con una muy particular colaboración "interna". Se ha hablado mucho acerca de las personas que lo ayudaban a tener éxito en sus cometidos, e incluso se sabe de ciertos judíos que se encargaban de hacer la tarea y no siempre con fines humanitarios o filantrópicos. El nombre de Poldek Pfefferberg es uno de los que más se destaca de entre aquellos colaboradores, ya que era quien se encargaba de hacer que determinados "pagos" llegaran a los jerarcas nazis para conseguir sistemáticamente lo que Schindler pedía (aquí también jugó un papel fundamental el Joint judío del que hablamos con anterioridad). Las joyas, el dinero mal habido y, por supuesto, los favores sexuales de mujeres se incluían en la nómina de "monedas de pago". La colaboración "interna" (hablamos de algunos de sus "trabajadores") habrá que ubicarla dentro de un contexto no poco importante: el miedo, la necesidad de sobrevivir de algun modo y también la falta de escrúpulos. Hubo de todo (aunque el papel del Joint ha sido algo determinante y muy particular...). En este punto hay que entender también lo que pasaba por la mente de aquellas personas, cautivas de Schindler, presas y obligadas a trabajar para los nazis. El miedo al sufrimiento y a la muerte era algo más que entendible y aceptable a la hora de comprender también cierta "colaboración" con Schindler, el mandamás. De todos modos la "yunta" entre Schindler y algunos pocos judíos que lo rodeaban es algo digno de destacar en esta historia.
La lógica (empleada del mismo modo aún hoy en día para el traslado de presos desde una cárcel a otra...) indicaba que para hacer el traslado de personas de un lado a otro se debía confeccionar una lista. Eso mismo hacían todos y cada uno de los empresarios alemanes cada vez que se veían en una situación similar, por lo cual queda más que claro que "la lista de Schindler" no fue algo excepcional, sino que era el método obligado y pre-establecido por la burocracia nazi. Pensemos otra cosa: los nazis dejaban todo registrado, perfectamente ordenado. Las listas eran moneda corriente y nada fuera de los común y de hecho todos y cada uno de los "miles de Schindler" las confeccionaban.
Los casi 1.100 esclavos de Schindler llegaron finalmente a Brunnlitz y un poco después, debido a un "error adminsitrativo" llegó otro convoy con unas 300 mujeres que habían sido enviadas desde su fábrica en Polonia a Auschwitz. Con toda esa gente a cuestas Schindler comenzó a acondicionar "otra fábrica adquirida", en este caso en Brunnlitz. La leyenda sobre el "salvataje" de Schindler en favor de esas personas llevadas en trenes hasta Brunnlitz se agigantó años después, pero lo concreto es que este "moderno pretendido San Pablo del Siglo XX", sólo quería a esa gente en Brunnlitz para seguir explotándolos en beneficio de la industria alemana y su propio bolsillo.
Recapitulando nuevamente: principios de 1945, un fabricante de municiones destinadas a los frentes de guerra, un viaje a Berlín (al centro mismo del poder nazi), una solicitud de trenes para transportar gente desde Polonia hasta Checoslovaquia (con lo necesario que era el transporte a esa altura de la guerra), una lista (habitual) de nombres para asegurarse que todos los esclavos que salían de Polonia llegaran a Checoslovaquia, el empleo de transporte muy importante y vital a esa altura de la guerra (trenes) sin la más mínima traba de parte del mando nazi y al mundo se le hace creer que Oskar Schindler era un benefactor humantitario que arriesgó su vida en pos de los demás. Una máscara que, a fuerza de contrastarla con hechos históricos, cae sola.
Para "mala fortuna" de Oskar Schindler, en mayo de 1945 (Schindler llevaba ya 15 años como afiliado nazi, como oficial SS y como integrante del servicio de contrainteligencia alemán...15 años) los soviéticos entraron también en Brunnlitz y a partir de allí sólo quedaba una cosa para hacer: escapar y abandonar a su suerte a sus esclavos. Eso hizo Schindler y allí, en las abandonadas (por él) instalaciones checas quedó la famosa "lista" con los nombres que pasarían a la posteridad como los de la gente, los judíos en su mayoría, que Oskar Schindler acababa de salvar. La famosa lista de Schindler, estaba en Brunnlitz para cotejar que todos y cadao uno de los esclavos salidos de Polonia ingresaran en la fábrica checoslovaca.
Schindler huyó de la escena vestido como un prisionero judío (al fin se ponía en los zapatos de sus explotados)... En su coqueto autos sport, con su "querida" Emilie, unos diamantes en su bolsillo y con la resistencia checa y los soviéticos pisándole los talones. Así huyó.
Otro dato: los nazis, y ninguno de sus acólitos y simpatizantes o colaboradores, confeccionaba una lista que incluyera personas para ser salvadas. A nadie en el régimen nazi se le ocurría una idea suicida semejante para dejar registrada su traición al régimen. Los miles de esclavos de Oskar Schindler no se salvaron por su intervención ni por la famosa lista confeccionada. Los esclavos judíos de la fábrica de Schindler se salvaron de una muerte segura porque los soviéticos llegaron a Brunnlitz y porque Schindler "se vió obligado a huír".
El "benefactor" huye a Argentina, enclave nazi en Sudamérica.
Las "vueltas de la vida". Mientras uno de sus socios en el maltrato y abuso de prisioneros esclavos, Amon Goeth, era colgado de la horca en el campo de Plazsow (Cracovia, Polonia) en 1946; Oskar Schindler gozaba de los beneficios de haberse establecido en la República Argentina del por entonces presidente Juan Domingo Perón. El surco de sangre, muerte y explotación llegaba desde Europa hasta la siempre acogedora y receptiva Argentina y así las cosas luego de la creación del Estado de Israel en 1948, las autoridades judías decidieron emprender la cacería sobre este criminal de guerra, devenido providencialmente "un converso arrepentido", el "justo entre las naciones". Extrañamente (sí, extrañamente) Israel liberó a Schindler de su persecución en 1955, cuando ya llevaba un largo rato lo más campante en Argentina. La historia se manipulaba de acuerdo a las circunstancias, movida por no pocos y pesados intereses, una vez más.
Sobre la llegada de Schindler a la Argentina, bien vale una aclaración: durante la Segunda Guerra Mundial quienes escapaban de Europa eran anti nazis, mientras que los que huían en la posguerra eran... precisamente los nazis. Oskar Schindler huyó en la posguerra y recaló en un nido de nazis y fascistas como lo era por entonces la República Argentina. En su huída desde Checoslovaquia, buscó frenéticamente eludir a las fuerzas soviéticas (que ceracaban Brunnlitz) y a la resistencia checa que lo buscaba desde sus inicios como agente del contraespionaje nazi en su país. Es que Oskar Schindler no sólo había confeccionado la famosa "lista" de sus esclavos destinados a la fábrica en Checoslovaquia, sino que había sido el responsable de centenares y centenares de otras listas que, como esa última, tenía fines nada humanitarios. Las listas de Schindler, tantas y tantas, contenían los nombres de las personas que había que mantener (de un modo u otro, por diferentes motivos) bajo control o que simplemente debían ser eliminadas. Las primeras listas que Schindler había confeccionado, primero en Checoslovaquia, luego en Polonia estaban destinadas a identificar a los opositores, a los resistentes al régimen nazi, entre ellos (y no sola y exclusivamente) judíos. Aquí debemos ser reiterativos: nunca, ningún nazi, bajo ninguna circunsatncia, confeccionó lista alguna para "salvar" gente. Si eso hubiese llegado a ser posible (salvar vidas humanas) no se contemplaba la posibilidad siquiera de incluír los nombres en una lista y firmarla. Eso era, para los nazis confesos como Schindler, un verdadero suicidio.
De modo tal que la famosa "Lista de Schindler" no fue un monumento al sacrificio personal de su autor, una ofrenda sincera y desinteresadea, sino que fue una más de entre tantas listas que Schindler y miles de empresarios y fabricantes alemanes, nazis convencidos, practicantes y confesos, redactaban para tener control de los seres humanos que, simplemente, esclavizaban y hacía trabajar hasta la muerte, sobre todo a la hora de los traslados de los lugares de "trabajo".
Ese hombre fue el que huyó luego de la guerra y se instaló en la Argentina con su esposa Emilie. Pero claro, la larga trayectoria de traidor y oportunista de Oskar Schindler tendría un nuevo capítulo. Un tiempo después, cuando la inicial persecución del Estado de Israel se dio por terminada (alguna vez Israel debería explicar el inesperado giro en este caso...), Schindler regresó triunfal a su amada Alemania de posguerra, para seguir su vida alocada con alguna de sus amantes. Dejó en tierras argentina a su mujer Emilie, abandonada y con la falsa promesa de un regreso que nunca se produjo... Los años pasaron y, como si poco faltara, el cine (tantas veces falaz y mentiroso) de Hollywood llegó para aportar lo suyo. Steven Spielberg llevaba a la pantalla grande en 1993 la película "Shindler's list" (La lista de Schindler), mostrando a quienes no la conocían, la historia de un abnegado y humanitario empresario alemán que arriesgó su vida por salvar la de miles de judíos. Quienes conocieron a Schindler a través de esa tergiversadora película de Spielberg, quedaron asombrados y admirados. Pero quienes saben de la historia real, sintieron escalofríos ante semejante muestra de "acomodamiento interesado" de los hechos históricos. ¿Qué interesen se movilizaron detrás del film? ¿Quienes han promovido semejante alteración de la historia con la realización de un multipremiado film que muestra una parte mentirosa de la vida de Oskar Schindler? ¿Por qué se ha mentido tan impunemente con esa película? ¿Por qué se le da tan poco lugar a Emilie Schindler en la película de Sielberg? Las respuestas quedarán flotando eternamente en el enviciado aire de una conspiración y de no pocos intereses oscuros.
Oskar Schindler falleció en Hidesheim, Alemania, el 9 de octubre de 1974 a los 66 años de edad. Su cuerpo reposa en el Cementerio Católico de Jerusalén. El Estado de Israel (Museo Yad Vashem) le ha conferido el título de "Justo entre las naciones", un reconocimiento que, a la luz de los hechos, resulta precisamente todo lo contrario: injusto. Alguien deberá explicar alguna vez las motivaciones para semejante tergiversación de la historia...
Emilie Schindler, tras unos años en Argentina, abandonada y engañada por Oskar Schindler, declaró que su último deseo era regresar a su amada Alemania y eso hizo. Murió en el Hospital Maerkisch-Oderland de Berlín en la noche del 5 de octubre de 2001, a la edad de 93 años. Se encuentra enterrada en el cementerio de Waldkraiburg, a una hora de distancia de Múnich. Su lápida incluye las palabras, "Wer einen Menschen rettet, rettet die ganze Welt" ("Quien salva una vida salva al mundo entero"). Un epitafio posiblemente adecuado para su tumba, pero inaceptable para la de su exposo.
Finalmente, un documento revelador: el certificado de ingreso de Oskar Schindler a la Argentina peronista en 1949, proveniente de Génova (Italia), desde donde se daba salida a la "Ruta de las ratas". El documento lo acreditaba como "técnico mecánico" al igual que otros nazis fugitivos. Un paper curioso, si es que se trataba de un anti nazi protegido por los Aliados.
Marcelo D. García
Historias Lado B
Fuentes de consulta:
- www.ushmm.org
- "Oskar Schindler: fabricante de la muerte" (Alex Szaragat - Ed. Nuestra América, 2003)
- Memorias de Emilie Schindler
-Wikipedia.org
- www.jdc.org
- "Ich, Oskar Schindler" (Erika Rosenberg - pág. 29, Herbig - 2000)
Por Marcelo D. García para Historias Lado B
Oskar Schindler.
Una cuestión de oportunismo.
El oportunismo es una forma específica de responder a las oportunidades, la cual implica priorizar el interés propio y obviar principios éticos relevantes para lograr ciertas metas o para resolver preocupaciones compartidas por un grupo. A veces, el oportunismo es definido también como la habilidad de capitalizar los errores de otros, utilizar oportunidades creadas por los errores, debilidades o distracciones de los oponentes en beneficio de uno mismo.
Oskar Schindler, nacido el 28 de abril de 1908 en Svitavy (Imperio Austro-Húngaro, luego Checoslovaquia, hoy República Checa) fue un gran oportunista, el mejor. El más hábil de todos los cínicos oportunistas que tras haber llevado una vida enfocada pura y exclusivamente en la consecución de beneficios personales, tras haber sido no sólo un fiel simpatizante del Partido Nacional Socialista sino también un importante elemento del contraespionaje hitleriano; supo huír (no sin ayuda y complicidad de otros...) de esa realidad incontrastable gracias a negocios oscuros, redes de contactos, arreglos inmorales, silencios extraños y, como si fuera poco, una gran ayuda del cine norteamericano gracias a la película "La lista de Schindler" perpetrada falazmente por Steven Spielberg. La historia oficial pinta a Schindler como un abnegado industrial de la Alemania nazi que descubrió mágicamente la luz al final del túnel y exponiendo su propia vida se dedicó a salvar a miles de judíos que trabajaban en sus fábricas. Extraña habilidad la de Oskar Schindler, para pasar a la posteridad como "justo entre las naciones" (Museo Yad Vashem en Jerusalén) cuando en realidad hubo centenares de Schindler; por no decir miles. Y tantos Schindler hubo en la Alemania nazi como empresarios afiliados al partido que producían a favor de la maquinaria bélica hitlerista y que utilizaban mano de obra (judía y no judía) de "trabajadores" que en realidad no eran tales sino que eran indefensos esclavos. Oskar Schindler ha sido un hábil y útil empresario nazi, pero fundamentalmente ha sido un espía al servicio del aparato de contraespionaje alemán, oficial de las SS, siendo una pieza fundamental en el engranaje destinado a ubicar, delatar, detener y confinar (incluso matar) a la oposición que enfrentaba al régimen de Hitler.
A partir de estos datos fundamentales y sin perder de vista los materiales bélicos indispensables para las campañas guerreras del Tercer Reich que Schindler producía en sus fábricas, podremos comprender en dónde estuvieron las mentiras que terminaron forjando el mito de Oskar Schindler, el supuesto benefactor de la humanidad, el salvador de prisioneros-esclavos judíos, el gran simulador.
Oskar Schindler en su hábitat natural: el ambiente nazi.
Ubicando a Oskar Schindler en la realidad de entonces.
Los relatos que hablan sobre la vida y los hechos de Oskar Schindler tienen como origen dos fuentes fundamentales y de primera mano pero, totalmente distintas entre sí: la de las memorias del propio Schindler y la de las memorias de su exesposa, Emilie. Son los dos relatos a partir de los cuales se puede reconstruír el paso de Oskar Schindler por esta vida. Oskar Schindler redactó sus memorias al poco tiempo de haber culminado la Segunda Guerra Mundial, con los recuerdos bien frescos como para saber qué cosa contar y qué cosa ocultar. Por el lado de su exesposa, las memorias fueron escritas un tiempo después y en la mayoría de los pasajes las diferencias con la versión aportada por Oskar Schindler son llamativamente sorprendentes.
La historia de Oskar Schindler, al ser difundida por el "relato oficial", muestra aristas que no pueden menos que llamar la atención y mover a la duda, o por lo menos generan inquietudes que son en realidad muy sencillas de rabatir. Oskar Schindler fue un empresario alemán que no escapó a las generales de la "ley" de aquellos tiempos del oscurantismo nazi. Fue parte sustancial de un mecanismo que se encargaba básicamente de apoderarse de negocios o fábricas ajenas (por lo general de personas judías); comenzar a producir lo que el estado nacional socialista de Hitler le pedía hacer; utilizar la mal llamada "mano de obra barata" (léase: trabajadores esclavos) y (aquí comienza a aparecer un elemento fundamental en la historia de Schindler) dedicarse al "cuidado" y la "preservación" (bien marcadas las comillas) de esos pobres e indefensos esclavos (no siempre y no exclusivamente judíos, aunque éstos eran la inmensa mayoría). El tema del "cuidado" y la "preservación" de los esclavos de las diferentes fábricas e industrias que producían para la máquina de guerra hitleriana tiene una simple y sencilla explicación: los "patrones" de las fábricas (generalmente tomadas a la fuerza, como en el caso de Oskar Schindler) "necesitaban" imperiosamente que esos trabajadores-esclavos subsitieran para, simplemente, seguir produciendo en su propio beneficio y el del Tercer Reich. Hay que olvidarse de cuestiones humanitarias y de conciencia aquí. Los empresarios y productores alemanes nazis sólo buscaban "extender la vida" de sus esclavos con esa finalidad: lograr mayor producción en su beneficio.
Oskar Schindler: Oficial de las SS y espía alemán.
La historia oficial se empeña sistemáticamente en colocar a Oskar Schindler en un lugar en el que no merece estar. Llevará unos cuantos años determinar las verdaderas y precisas razones que se ocultan detrás de la máscara artificial y mentirosa que muestra a Schindler como un benefactor de la humanidad, en particular de una gran cantidad de esclavos judíos. La mención del Museo Yad Vashem de Jerusalén es algo digno de todo destaque dentro de esta trama destinada a hacer creer una cosa por otra. Los ejemplos sobre ésto que planteamos abundan y sobran, todos simples y concretos datos históricos. Mientras que otros empresarios alemanes usaban "mano de obra esclava" en sus fábricas, Oskar Schindler es presentado como un industrial que empleaba "trabajadores" extranjeros o de religión judía. Mientras que los otros industriales eran nazis confesos, Schindler (SS e integrante del servicio de contraespionaje alemán) se había acercado al Nacionalsocialismo para "proteger" sus "empleados". Mientras todos los empresarios e industriales nazis alimentaban a sus esclavos para obligarlos a producir más y más, Schindler en realidad (decían algunos) los alimentaba sólo porque los respetaba y pretendía salvarlos. Lo dicho: Schindler hubo miles, sólo que para todos los demás se utilizó un discurso y en su caso se utilizó otro diametralmente opuesto.
En 1930 Schindler se afilió al partido Nacionalsocialista, el partido Nazi para ser más claros, y dado su lugar de residencia en Checoslovaquia, dados sus contactos en el país y dado que estaba más que dispuesto a producir en favor de la maquinaria de guerra de Hitler, fue promovido a oficial de las SS y convocado para ser un tiempo después enlace y espía de los nazis en su país, con todo lo que ser un espía significaba. Cuando Hitler decide poner su pesada bota sobre Checoslovaquia en 1939, los contactos de Schindler con la Gestapo eran muy fuertes y estrechos y de ese modo se lo convocó para que lisa y llanamente se convierta en espía del servicio de contraespionaje, con el objetivo de ubicar, delatar y encarcelar (la muerte de los detenidos era una de las posibilidades) a los opositiores, entre los cuales había además de personas judías, socialistas, comunistas y gente de otras ideas políticas y religiosas contrarias al nazismo. Schindler fue una pieza fundamental en esa tarea de la Gestapo en Checoslovaquia, fue un integrante certero, efectivo y letal a la hora de "escrachar" gente y no precisamente para salvarla...
Oskar Schindler y sus "empleados" en la fábrica de Polonia.
Cuando el 1° de septiembre de 1939 Alemania invadió Polonia con su Guerra Relámpago, Schindler siguió la sangrienta estela dejada por la Wehrmacht para seguir sacando réditos personales. Los años habían pasado desde aquel lejano 1930 con su afiliación al nazismo. Mucho tiempo había transcurrido desde el ascenso obseno y sanguinario de Hitler al poder en 1933 y muy claras habían quedado ya las intenciones hitlerianas respecto de la expansión territorial, la "pureza" racial y los insensatos postulados sobre los judíos, de modo tal que para 1939 Schindler ya debería haber "abierto los ojos" ante la cruda realidad, sólo que eso no sucedió. No dudó en afincarse en la Polonia devastada y sacar su nueva tajada.
Volviendo a lo sucedido en Polonia, Oskar Schindler "se puso al frente" de una fábrica de utencillos de loza en la ciudad de Cracovia. Los nazis y sus habilidades obligaron a una familia judía a "ceder" la fábrica en Cracovia. El procedimiento no tuvo ninguna diferencia a la de otros centenares o miles de casos de usurpación violenta. La "Deutsche Emaillewaren-Fabrik" era una fábrica de ollas y enlozados, con impecables instalaciones que (pistola Luger en la sien de su propietario mediante) pasó a manos de Schindler de la noche a la mañana. La historia oficial en cambio habla de "adquisición" de la fábrica de parte de Schindler y va más lejos aún estableciendo falazmente que hasta el final de la guerra Schindler se dedicó a producir allí ollas para el ejército alemán. Mentira. Schindler y sus superiores de las SS decidieron que una gran parte de la planta fabril se destinara a la producción de proyectiles, los mismos proyectiles que mataban rivales políticos, enemigos en el campo de batalla o bien seres indefensos en los infernales campos de la muerte. Eso producía Schindler: muerte.
Schindler no era un "bicho raro" en las filas nazis, por lo cual todas las teorías que pretenden hacerlo quedar como un sensible y humanitario empresario alemán que "boicoteaba" al Tercer Reich carecen de todo fundamento. Tan importante era la industria "adquirida" por Schindler en Polonia que la plana mayor nazi le hacía caso a pie juntillas ante cada uno de sus requerimientos. Entre esos requerimientos estaba el que en determinado momento le hizo al capitán Amon Goeth. Goeth se encargaba de "dosificar" la salida de trenes con prisoneros destinados a los campos de Auschwitz; Treblinka y Sobibor, ni más ni menos. Esa tarea la coordinaba desde el cercano campo de Plazsow, Polonia, lugar que regenteaba "a piaccere".
Schindler y sus "protegidos" frente a la "Deutsche Emaillewaren-Fabrik".
Schindler convino con Goeth que se le enviaran a la fábrica "adquirida" muchos de aquellos prisioneros destinados a una muerte segura en el campo. La mano de obra barata (léase: esclavos a los que no se les pagaba) Los recibía sistemáticamente y los ponía a trabajar produciendo municiones y los alimentaba no por amor e interés humanitario por ellos, sino por su ya famoso oportunismo y los beneficios (económicos) que de eso obtenía. No era, como dijimos,un "bicho raro" nazi; era uno más entre tantos empresarios y fabricantes nazis que hacían lo mismo que él con un único y simple objetivo: que sus esclavos subsistieran para que produjeran más, mucho más. De modo tal que para que eso fuera posible, la "correcta" alimentación y el cuidado de los mismos llegaba por añadidura.
Nuevamente la "extraña diferencia" en el discurso oficial: los demás esclavizaban, él... protegía y cuidaba. Los demás tenían "esclavos"; él empleaba trabajadores...
Y otra mentira más: la leyenda cuenta que Schindler producía municiones defectuosas y que esa producción llegaba a las huestes hitlerianas. Los nazis no eran tontos. Si Schindler hubiese hecho eso efectivamente durante tanto tiempo y de forma sistemática y repetida, hubiese recaido sobre sus espaldas la acusación de alta traición (así se consideraba), y seguramente hubiese visto el final de sus días frente a un pelotón de fusilamiento u obligado a introducir una cápsula con cianuro en su boca. Esas "traiciones" en la cosmovisión nazi, se pagaban así. Pero no fue el caso, los hechos han demostrado que las municiones que fabricaba Schindler eran muy efectivas y funcionaban bien, por eso siguieron ayudándolo, escuchando sus requerimientos y protegiéndolo... La versión de las "municiones defectuosas" es otra de las enormes mentiras que giran en torno al inventadísimo humanismo de Schindler. Una verdadera patraña.
Amon Goeth, el amo del campo de Plazsow.
Relatos diferentes.
A esta altura, vale la pena destacar que las memorias de Oskar Schindler y las de su exesposa Emilie difieren radicalmente, no ya en fechas o lugares, sino en la intención de lo actuado. Mientras Schindler se encargó de dejar de lado y omitir decenas de hechos complicados, Emilie remarcaba en su diario personal (luego parte de sus memorias), la preocupación por las acciones de su mujeriego, bebedor y farsante esposo. Emilie ponía debido énfasis en las malas condiciones de vida de los "trabajadores" de la fábrica. No dudaba en llamarlos "esclavos" (Oskar Schindler los llamaba "trabajadores") y sentía pánico por caer detenida junto a su marido por las atrocidades que significaban tener allí, bajo su mirada y responsabilidad a miles de personas esclavizadas.
Mientras Schindler se "preocupaba" por la "alimentación y el cuidado" de sus trabajadores, a Emilie le dolía ver esa realidad trastocada y sentía en carne propia la frialdad de aquel gran simulador y mentiroso oportunista que era Oskar Schindler. Emilie Schindler lo sabía: su esposo había salido por la puerta trasera de Checoslovaquia, tras haber delatado amigos, conocidos y compatriotas. Había seguido la llamarada nazi a Polonia sin condicionamientos, espiaba, ultilizaba esclavos y sobre el final de la guerra había logrado que los nazis (él mismo) trasladaran la fábrica y sus "empleados" a otro lugar. Emilie también sabía que 14 años desde aquel 1930 era demasiado tiempo como para que Oskar "no se diera cuenta de la realidad". Su triste conclusión fue: Schindler sabía lo que hacía, estaba convencido de su valor para la máquina de guerra nazi y no sentía el más mínimo remordimiento por lo actuado. Después de todo era uno más de ellos, un nazi y un criminal.
Cambio oportunista de estrategia: Oskar Schindler y el Joint.
Va surgiendo "el nuevo" Oskar Schindler, nace el "converso", el hombre que logra "abrir los ojos", con su acercamiento al "Joint" (un hecho no poco importante en su vida), pero... ¿Qué es el "Joint"?
El Comité de American Jewish Joint Distribution (también conocido como "el conjunto", el "Joint" o el JDC) es una organización de ayuda judía en todo el mundo con sede en Nueva York. Fue establecido en el año 1914 y está presente actualmente en más de 70 países. JDC, o "Joint", ofrece ayuda a las comunidades judías de todo el mundo a través de una red de programas de asistencia social y comunitaria. En 1945 (momento en el que "mágicamente" se produce la milagrosa "conversión" del gran nsimulador), el "Joint" cruzó sus caminos con el oportunista Oskar Schindler.
Veamos de qué manera se relata este episodio no tan conocido de la vida de Shindler en el libro "Oskar Schindler: fabricante de la muerte" (Alex Szarazgat, Ed. Nuestra América, 2003, pag. 196/197):
"Su relación con el Joint.
Este episodio, como tantos en la vida de Oskar Shindler, tiene varias versiones, generalmente contradictorias. Según Oskar, fue el mayor Franz von Korab ("halbjude" - medio judío por parte de la madre) jefe en Cracovia, que lo contactó con el Joint que operaba probablemente desde el Hotel Gellert - Budapest (Hungría). El representante permanente de ese organismo, durante la guerra, fue el Dr. Kasztner, el mismo que negoció con Eichmann el tétrico operativo "Blut für ware" (Sangre por mercadería). Como enlace operó el odontólogo Rudolf Sedlatschek.
Este último tenía a su cargo otros grupos judíos en Polonia y en el Protectorado (exChecoslovaquia). También cumplía misiones especiales en Turquía. El contacto Oskar Schindler - Kasztner fue promovido por Sedlatschek. éste, en otra oportunidad, solicitó la ayuda de Schindler para hacer llegar, en forma segura, cartas de Israel (Palestina) a personalidades judías internadas en los campos de concentración.
Schindler afirma que, luego de un minucioso análisis y un intercambio de opiniones con el Dr. Chaim Hilfstein, Magister Salpeter, los hermanos Stern y otros, todos ellos prisioneros-obreros-esclavos, construyó una red eficiente de comunicaciones entre su fábrica, el campo de concentración Plazsow, Israel (Palestina) y Estados Unidos, que funcionó vía Kasztner-Budapest.
Schindler presentó al Dr. Sedlatschek al comandante del campo de concentración de Plaszow, Goeth, quien lo invitó a efectuar una recorrida por el mismo.
¿Es imaginable, conociendo las estructuras jerárquicas de los nazis, que Goeth, sin previa autorización de sus superiores, sólamente a instancias de su amigo Schindler, invitara al judío Sedlatschek a recorrer el campo de concentración? ¿Quienes eran las autoridades que permitieron ese insólito paseo? ¿quién lo promovió? ¿con qué finalidad? ¿Cómo era la relación de Schindler con Goeth? ¿No era que lo consideraba perverso, un sádico? ¿O esta evaluación la hizo después de su "transformación" interior?
Oskar Schindler en Cracovia, 1942.
Oskar Schindler relata que Sedlatschek, con autorización del Joint, entregó grandes sumas de dinero a los prisioneros judíos-obreros-esclavos de la fábrica de Schindler y menciona entre los beneficiados nuevamente a los prisioneros Dr. Hilfstein, Bankier, Salpeter, Stern, etc.
Por otra parte admite haber recibido de Sedlatschek, en tres oportunidades, sumas grandes. Recuerda (Schindler) dos cifras: 75.000 y 50.000 marcos respectivamente, pero no aclara si se refiere a las 3 entregas mencionadas o a otros aportes.
Schindler viajó varias veces -cuatro- a Budapest. La estadía nunca duró más de 2 días, para evitar, según él, que su ausencia llamara la atención. En la actitud de Schindler o en lo que expresa luego en sus cartas hay una notable incoherencia. ¿No efectúa una autodenuncia con la aparición del judío Sedlatschek como visitante oficial en el campo de concentración de Plaszow?
¿Cómo explicó a Goeth y los otros SS la presencia de este judío? ¿De dónde lo conocía? En la primera reunión con Kasztner participó el Dr. Springmann. Schindler afirma haber facilitado al Joint informaciones precisas sobre la situación en su fábrica y en el campo de concentración de Plaszow. Además informó sobre las medidas implementadas por las SS, las posibilidades de ayuda y los caminos a seguir. Los interlocutores expresaron su conocimiento por su "obra maravillosa" a favor de los judíos perseguidos, e instaron a mantener e incrementarla, sin prejuicio de sacrificios materiales . Cuando arreciaba la persecución nazi y en los campos de concentración morían millones de seres humanos, Kasztner a través de Sedlatschek, le hizo saber a Schindler que personalidades estadounidenses, incluso el exembajador austríaco Steinhart, quien estaba en Estambul (Turquía), tenían interés en conversar con él para recibir un informe exhaustivo sobre la actualidad en Polonia, la liquidación de los ghettos y de los campos de exterminio. Ese viaje aparentemente nunca se realizó.
La versión de la señora (Emilie Schindler) no coincide -como otras veces- con la de su esposo. Ella recuerda que en Mayo de 1945, cuando las tropas soviéticas y americanas (?) ya habían liberado el territorio checoslovaco Oskar venía de tener entonces una serie de entrevista en Estambul (Turquía) con la fundación judía Joint, empeñada en salvar la mayor cantidad de personas posible. También se habían reunido en Budapest con un tal Cedlatchek que se había conectado con mi esposoa través de Bankier, el anterior dueño de la fábrica de Cracovia".
En otro pasaje del libro "Oskar Schindler: fabricante de la muerte" (Alex Szarazgat, Ed. Nuestra América, 2003, pag. 198) podemos leer lo siguiente:
"Marzo 1943. Por órdenes superiores y dentro de una programación general fue cerrado el ghetto de Cracovia. Todos los judíos fueron trasladados al campo de concentración de Plaszow, con la orden expresa de su rápida eliminación.
Según Erika Rosenberg, la "Deutsche Emaillewaren-Fabrik", propiedad de Schindler, contaba con 1750 obreros-esclavos y fue declarada de interés militar. No hay que ser muy perspicaz para entender que el "interés militar" no se centraba en las ollas y utencillos de cocina de los que la pareja (los Schindler) habla sin cesar.
En realidad Oskar Schindler había montado una fábrica de materiales bélicos. Una estimación muy conservadora: (contando con maquinaria obsoleta, lo que no es probable) la producción de proyectiles alcanzaba para eliminar varios ejércitos. Oskar Schindler protestó contra las autoridades nazis por el envío de obreros-esclavos polacos al Reich, ya que así se debilitaba la producción en los territorios ocupados. Se enorgullece de un acuerdo celebrado entre él (Schindler) y la Gestapo, donde convinieron NO matar a los judíos dispersos -o sea los fugitivos que habían logrado escapar de los campos de concentración o de eludirlo- sin en enviarlos a las fábricas cercanas de armamentos.
¿Cuál era el puesto que este personaje ocupaba realmente en la jerarquía oficial para que le den lugar para protestar y celebrar convenios con la Gestapo?
No cabe dudas que Schindler sabía defender sus intereses y tenía las conexiones para intentarlo. Pertenecía a la llamada línea "industrialista", sostenida por un sector de la administración, que privilegiaba -de acuerdo a innumerables documentos- la producción bélica. Ello significó la "protección" de la mano de obra disponible".
De todo lo expuesto con anterioridad ya no quedan dudas sobre el proceder concreto de Oskar Schindler y de su muy reputada posición no sólo entre las líneas medias y altas de las SS y la Gestapo, sino también sobre la buena "llegada" de este inescrupuloso, oportunista y simulador con las altas esferas del poder nazi en Berlín. Una vez decidido el traslado de "su" fábrica de alto interés militar desde Cracovia hasta otro lugar, Schindler se tomó el atrevimiento de, en su viaje a Berlín, recomendar las zonas de Reanania y Austria para la instalación de la fábrica. Finalmente, tras escucharlo atentamente, se determinó que la planta industrial se insatalara en Brunnlitz (Checoslovaquia o Protectorado). La plana mayor nazi, le dedicaba todo su tiempo a un Schindler con tremendos contactos entre los nazis, tal era la posición de este personaje en las altas esferas del poder dictatorial y criminal de la Alemania del Tercer Reich. Oskar Schindler, en mayo de 1945 aún no había experimentado su mágica e instantánea "transformación". Schindler sintió esos deseos incontenibles de "colaborar humanitariamente" una vez que advirtió (como tantos) que los Aliados avanzaban imperturbables sobre las líneas alemanas y sus dominios.
Iba surgiendo el "nuevo" Schindler...el que "luchaba contra los nazis a favor de los judíos"... Y allí, finalmente instalado en su natal Checoslovaquia, en Brunnlitz, vería el avance inexorable de los soviéticos. La historia sigue así...
Arriba: Niños judíos rescatados por el "JOINT" Comité Judío Estadounidense (American Jewish Joint Distribution Committee - JDC). Abajo: trabajos forzados en el campo de Plazsow (foto: ushmm.org).
Esclavos judíos en el campo de Plazsow (foto: ushmm.org).
Llegan los rusos: se arma la "lista".
A medida que la guerra avanzaba y cuando ya en las postrimerías de la conflagración mundial el final (sólo en los campos de batalla) del Tercer Reich resultaba evidente, la plana mayor nazi decidió entre otras cosas cerrar varios campos de concentración ante el inminente avance soviético desde el Este. Entre otros, uno de los campos que se cerraban era el de Plazsow, que no era sino aquel desde donde llegaban a la fábrica "adquirida" por Schindler los "trabajadores" (léase: esclavos) para seguir produciendo.
Llegamos a 1944 (a muchos años desde aquel 1930, año de su afiliación al nazismo...) y Schindler, como hemos dicho, decidió viajar directamente a Berlín para gestionar "el pase" de los "trabajadores" de la "Deutsche Emaillewaren-Fabrik" a otro lugar que no cayera bajo las garras de los soviéticos. En Berlín escucharon a Schindler y en pleno fragor de lo más descarnado de la guerra dieron cabida a sus pedidos. Los trabajadores de "su" fábrica polaca serían trasladados a otra planta industrial más protegida.
Pensemos lo siguiente, a finales de 1944, si había algo que la Alemania nazi necesitaba eran dos cosas: armas (o municiones como las producidas por Schindler) y transporte. Schindler fabricaba lo primero y exigía lo segundo para "salvar" a sus "empleados". Los nazis, si algo ponían sobre el tapete a esa altura de la guerra, era el orden de prioridades y entre esas prioridades estaba el traslado de la fábrica de Schindler, tras lo cual es fácilmente deducible que la importancia de lo que allí se producía era vital para la máquina de guerra nazi. Habrá que olvidarse entonces de las ollas y los enlozados. Habrá que olvidarse de las "municiones defectuosas" para que los nazis no dispararan ni un solo tiro. Nada de eso. Schindler era una pieza fundamental aún a esa altura de los acontecimientos y todavía en esos comienzos de 1945 sus convicciones nazis y su terrible aprovechamiento del trabajo esclavo, eran marca registrada. No sólo no había el más mínimo gesto de arrepentimiento o humanidad (tan difundida desde la historia oficial), sino que su despótico y criminal sistema de abuso sobre miles de seres indefensos se incrementaba a diario.
A Schindler se le concedieron todos sus pedidos: se decidió el traslado de la fábrica de municiones, si bien no a los lugares que él mismo había propuesto inicialmente sino a la localidad de Brunnlitz, en la ocupada Checoslovaquia, su patria de origen, y como si fuera poco se puso a su entera disposición un convoy ferroviario (en total sumaban 250 vagones) para el traslado de sus "trabajadores", esos mismos trabajadores que en otros casos (cuando se habla hoy en día de otros empresarios alemanes) eran identificados como esclavos.
Schindler contaba además con una muy particular colaboración "interna". Se ha hablado mucho acerca de las personas que lo ayudaban a tener éxito en sus cometidos, e incluso se sabe de ciertos judíos que se encargaban de hacer la tarea y no siempre con fines humanitarios o filantrópicos. El nombre de Poldek Pfefferberg es uno de los que más se destaca de entre aquellos colaboradores, ya que era quien se encargaba de hacer que determinados "pagos" llegaran a los jerarcas nazis para conseguir sistemáticamente lo que Schindler pedía (aquí también jugó un papel fundamental el Joint judío del que hablamos con anterioridad). Las joyas, el dinero mal habido y, por supuesto, los favores sexuales de mujeres se incluían en la nómina de "monedas de pago". La colaboración "interna" (hablamos de algunos de sus "trabajadores") habrá que ubicarla dentro de un contexto no poco importante: el miedo, la necesidad de sobrevivir de algun modo y también la falta de escrúpulos. Hubo de todo (aunque el papel del Joint ha sido algo determinante y muy particular...). En este punto hay que entender también lo que pasaba por la mente de aquellas personas, cautivas de Schindler, presas y obligadas a trabajar para los nazis. El miedo al sufrimiento y a la muerte era algo más que entendible y aceptable a la hora de comprender también cierta "colaboración" con Schindler, el mandamás. De todos modos la "yunta" entre Schindler y algunos pocos judíos que lo rodeaban es algo digno de destacar en esta historia.
La lógica (empleada del mismo modo aún hoy en día para el traslado de presos desde una cárcel a otra...) indicaba que para hacer el traslado de personas de un lado a otro se debía confeccionar una lista. Eso mismo hacían todos y cada uno de los empresarios alemanes cada vez que se veían en una situación similar, por lo cual queda más que claro que "la lista de Schindler" no fue algo excepcional, sino que era el método obligado y pre-establecido por la burocracia nazi. Pensemos otra cosa: los nazis dejaban todo registrado, perfectamente ordenado. Las listas eran moneda corriente y nada fuera de los común y de hecho todos y cada uno de los "miles de Schindler" las confeccionaban.
Parte de la famosa lista de Schindler.
Los casi 1.100 esclavos de Schindler llegaron finalmente a Brunnlitz y un poco después, debido a un "error adminsitrativo" llegó otro convoy con unas 300 mujeres que habían sido enviadas desde su fábrica en Polonia a Auschwitz. Con toda esa gente a cuestas Schindler comenzó a acondicionar "otra fábrica adquirida", en este caso en Brunnlitz. La leyenda sobre el "salvataje" de Schindler en favor de esas personas llevadas en trenes hasta Brunnlitz se agigantó años después, pero lo concreto es que este "moderno pretendido San Pablo del Siglo XX", sólo quería a esa gente en Brunnlitz para seguir explotándolos en beneficio de la industria alemana y su propio bolsillo.
Recapitulando nuevamente: principios de 1945, un fabricante de municiones destinadas a los frentes de guerra, un viaje a Berlín (al centro mismo del poder nazi), una solicitud de trenes para transportar gente desde Polonia hasta Checoslovaquia (con lo necesario que era el transporte a esa altura de la guerra), una lista (habitual) de nombres para asegurarse que todos los esclavos que salían de Polonia llegaran a Checoslovaquia, el empleo de transporte muy importante y vital a esa altura de la guerra (trenes) sin la más mínima traba de parte del mando nazi y al mundo se le hace creer que Oskar Schindler era un benefactor humantitario que arriesgó su vida en pos de los demás. Una máscara que, a fuerza de contrastarla con hechos históricos, cae sola.
Para "mala fortuna" de Oskar Schindler, en mayo de 1945 (Schindler llevaba ya 15 años como afiliado nazi, como oficial SS y como integrante del servicio de contrainteligencia alemán...15 años) los soviéticos entraron también en Brunnlitz y a partir de allí sólo quedaba una cosa para hacer: escapar y abandonar a su suerte a sus esclavos. Eso hizo Schindler y allí, en las abandonadas (por él) instalaciones checas quedó la famosa "lista" con los nombres que pasarían a la posteridad como los de la gente, los judíos en su mayoría, que Oskar Schindler acababa de salvar. La famosa lista de Schindler, estaba en Brunnlitz para cotejar que todos y cadao uno de los esclavos salidos de Polonia ingresaran en la fábrica checoslovaca.
Schindler huyó de la escena vestido como un prisionero judío (al fin se ponía en los zapatos de sus explotados)... En su coqueto autos sport, con su "querida" Emilie, unos diamantes en su bolsillo y con la resistencia checa y los soviéticos pisándole los talones. Así huyó.
Otro dato: los nazis, y ninguno de sus acólitos y simpatizantes o colaboradores, confeccionaba una lista que incluyera personas para ser salvadas. A nadie en el régimen nazi se le ocurría una idea suicida semejante para dejar registrada su traición al régimen. Los miles de esclavos de Oskar Schindler no se salvaron por su intervención ni por la famosa lista confeccionada. Los esclavos judíos de la fábrica de Schindler se salvaron de una muerte segura porque los soviéticos llegaron a Brunnlitz y porque Schindler "se vió obligado a huír".
El "benefactor" huye a Argentina, enclave nazi en Sudamérica.
Las "vueltas de la vida". Mientras uno de sus socios en el maltrato y abuso de prisioneros esclavos, Amon Goeth, era colgado de la horca en el campo de Plazsow (Cracovia, Polonia) en 1946; Oskar Schindler gozaba de los beneficios de haberse establecido en la República Argentina del por entonces presidente Juan Domingo Perón. El surco de sangre, muerte y explotación llegaba desde Europa hasta la siempre acogedora y receptiva Argentina y así las cosas luego de la creación del Estado de Israel en 1948, las autoridades judías decidieron emprender la cacería sobre este criminal de guerra, devenido providencialmente "un converso arrepentido", el "justo entre las naciones". Extrañamente (sí, extrañamente) Israel liberó a Schindler de su persecución en 1955, cuando ya llevaba un largo rato lo más campante en Argentina. La historia se manipulaba de acuerdo a las circunstancias, movida por no pocos y pesados intereses, una vez más.
Sobre la llegada de Schindler a la Argentina, bien vale una aclaración: durante la Segunda Guerra Mundial quienes escapaban de Europa eran anti nazis, mientras que los que huían en la posguerra eran... precisamente los nazis. Oskar Schindler huyó en la posguerra y recaló en un nido de nazis y fascistas como lo era por entonces la República Argentina. En su huída desde Checoslovaquia, buscó frenéticamente eludir a las fuerzas soviéticas (que ceracaban Brunnlitz) y a la resistencia checa que lo buscaba desde sus inicios como agente del contraespionaje nazi en su país. Es que Oskar Schindler no sólo había confeccionado la famosa "lista" de sus esclavos destinados a la fábrica en Checoslovaquia, sino que había sido el responsable de centenares y centenares de otras listas que, como esa última, tenía fines nada humanitarios. Las listas de Schindler, tantas y tantas, contenían los nombres de las personas que había que mantener (de un modo u otro, por diferentes motivos) bajo control o que simplemente debían ser eliminadas. Las primeras listas que Schindler había confeccionado, primero en Checoslovaquia, luego en Polonia estaban destinadas a identificar a los opositores, a los resistentes al régimen nazi, entre ellos (y no sola y exclusivamente) judíos. Aquí debemos ser reiterativos: nunca, ningún nazi, bajo ninguna circunsatncia, confeccionó lista alguna para "salvar" gente. Si eso hubiese llegado a ser posible (salvar vidas humanas) no se contemplaba la posibilidad siquiera de incluír los nombres en una lista y firmarla. Eso era, para los nazis confesos como Schindler, un verdadero suicidio.
El "converso" Oskar Schindler y su esposa Emilie protegidos en Argentina.
De modo tal que la famosa "Lista de Schindler" no fue un monumento al sacrificio personal de su autor, una ofrenda sincera y desinteresadea, sino que fue una más de entre tantas listas que Schindler y miles de empresarios y fabricantes alemanes, nazis convencidos, practicantes y confesos, redactaban para tener control de los seres humanos que, simplemente, esclavizaban y hacía trabajar hasta la muerte, sobre todo a la hora de los traslados de los lugares de "trabajo".
Ese hombre fue el que huyó luego de la guerra y se instaló en la Argentina con su esposa Emilie. Pero claro, la larga trayectoria de traidor y oportunista de Oskar Schindler tendría un nuevo capítulo. Un tiempo después, cuando la inicial persecución del Estado de Israel se dio por terminada (alguna vez Israel debería explicar el inesperado giro en este caso...), Schindler regresó triunfal a su amada Alemania de posguerra, para seguir su vida alocada con alguna de sus amantes. Dejó en tierras argentina a su mujer Emilie, abandonada y con la falsa promesa de un regreso que nunca se produjo... Los años pasaron y, como si poco faltara, el cine (tantas veces falaz y mentiroso) de Hollywood llegó para aportar lo suyo. Steven Spielberg llevaba a la pantalla grande en 1993 la película "Shindler's list" (La lista de Schindler), mostrando a quienes no la conocían, la historia de un abnegado y humanitario empresario alemán que arriesgó su vida por salvar la de miles de judíos. Quienes conocieron a Schindler a través de esa tergiversadora película de Spielberg, quedaron asombrados y admirados. Pero quienes saben de la historia real, sintieron escalofríos ante semejante muestra de "acomodamiento interesado" de los hechos históricos. ¿Qué interesen se movilizaron detrás del film? ¿Quienes han promovido semejante alteración de la historia con la realización de un multipremiado film que muestra una parte mentirosa de la vida de Oskar Schindler? ¿Por qué se ha mentido tan impunemente con esa película? ¿Por qué se le da tan poco lugar a Emilie Schindler en la película de Sielberg? Las respuestas quedarán flotando eternamente en el enviciado aire de una conspiración y de no pocos intereses oscuros.
Tumba de Oskar Schindler.
Oskar Schindler falleció en Hidesheim, Alemania, el 9 de octubre de 1974 a los 66 años de edad. Su cuerpo reposa en el Cementerio Católico de Jerusalén. El Estado de Israel (Museo Yad Vashem) le ha conferido el título de "Justo entre las naciones", un reconocimiento que, a la luz de los hechos, resulta precisamente todo lo contrario: injusto. Alguien deberá explicar alguna vez las motivaciones para semejante tergiversación de la historia...
Emilie Schindler, tras unos años en Argentina, abandonada y engañada por Oskar Schindler, declaró que su último deseo era regresar a su amada Alemania y eso hizo. Murió en el Hospital Maerkisch-Oderland de Berlín en la noche del 5 de octubre de 2001, a la edad de 93 años. Se encuentra enterrada en el cementerio de Waldkraiburg, a una hora de distancia de Múnich. Su lápida incluye las palabras, "Wer einen Menschen rettet, rettet die ganze Welt" ("Quien salva una vida salva al mundo entero"). Un epitafio posiblemente adecuado para su tumba, pero inaceptable para la de su exposo.
Finalmente, un documento revelador: el certificado de ingreso de Oskar Schindler a la Argentina peronista en 1949, proveniente de Génova (Italia), desde donde se daba salida a la "Ruta de las ratas". El documento lo acreditaba como "técnico mecánico" al igual que otros nazis fugitivos. Un paper curioso, si es que se trataba de un anti nazi protegido por los Aliados.
Marcelo D. García
Historias Lado B
Fuentes de consulta:
- www.ushmm.org
- "Oskar Schindler: fabricante de la muerte" (Alex Szaragat - Ed. Nuestra América, 2003)
- Memorias de Emilie Schindler
-Wikipedia.org
- www.jdc.org
- "Ich, Oskar Schindler" (Erika Rosenberg - pág. 29, Herbig - 2000)
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