viernes, 11 de junio de 2021

Entrevista a Marcelo García: “Cuando el periodismo en la Argentina también fue nazi”


Artículo original:

Entrevista a Marcelo García: “Cuando el periodismo en la Argentina también fue nazi”

https://www.radiojai.com/index.php/2021/06/11/103562/entrevista-a-marcelo-garcia-cuando-el-periodismo-en-la-argentina-tambien-fue-nazi/


Marcelo García cuenta a los oyentes de Radio Jai el por detrás de su nota titulada “Revista ‘Clarinada’: cuando el periodismo en la Argentina también fue nazi”, explicando el gran tamaño del movimiento filonazi en la República Argentina con el visto bueno de los sucesivos gobiernos y de la iglesia.

En entrevistado destaca la gran cantidad de publicaciones con ideologías vinculadas al nazismo que existieron durante entre el periodo de posguerra y el fin de la Segunda Guerra Mundial en el país. Da como ejemplo el Deutsche La Plata Zeitung, un diario en idioma alemán que en “1931 fogoneó desde sus páginas la filial del partido Nazi en la Argentina”, la primera filial del partido nacional socialista fuera de Alemania habilitado oficialmente desde la central del partido. Menciona también otros dos periódicos en alemán de misma ideología: Der Trommler (el Tamborilero) y El Alemán en Argentina, a los que suma una larga lista de publicaciones en español como Bandera Argentina, Crisol y El Pampero, este último “financiado directamente por Alemania [Nazi] a través de la embajada”. García remarca también, la participación del diario La Razón en la promoción de esta ideología de odio, mencionando una “editorial de abril de 1933… [en la que] se hablan loas del régimen de Hitler”.

En cuanto al conocimiento del público general argentino acerca de lo que realmente planeaba el Partido Nazi, García aclara que a pesar de que “no tenía detalle fino de las atrocidades, las barbaridades, los crímenes que se cometían en los campos de concentración, de exterminio; de ninguna manera puede decirse que el ideario nacional socialista no era conocido en la Argentina, sus conceptos, sus planeamientos básicos, violentos, antijudíos, anticomunistas, intolerantes, lejanos a las ideas de la democracia”. Incluso, declara que “en Argentina sucedían cosas que luego sucedieron en Europa”.

Según Marcelo García, en Argentina se pudo ver con anticipación, lo que la ideología nazi generaría poco después en Europa a gran escala: “Durante los festejo del centenario de la República Argentina en 1910, se cometieron atrocidades contra la comunidad judía en diferentes barrios, el barrio de Once, se hicieron pogroms, como luego se hicieron en Europa”, nueve años después, durante la Semana Trágica se desató una gran ola de violencia “contra gente de izquierda y sobre todo contra inmigrantes y sobre todo contra la comunidad judía”. Además, resalta que “en la plaza del congreso se llegó a hacer una quema de libros, y eso todavía no había sucedido ni en la Italia Racista de Mussolini ni en la Alemania Nazi, porque Hitler todavía no estaba en el poder”.

En lo que refiere en específico a Clarinada, la revista sobre la que escribe su artículo, el periodista explica que fue una revista mensual, que se publicó entre mayo de 1937 y 1945, año en que dejó de imprimirse debido a la presión internacional a la que se vio expuesta Argentina, impulsándola a declararle la guerra al eje cuando el mismo ya había sido derrotado.

Explana que: “La bajada de línea de la revista se resumía con una especie de slogan que salía publicado en su portada [que] decía escuetamente ‘Revista anticomunista y antijudía’”. Su contenido, era administrado por su director, Carlos Silveyra, quien al igual que la mayoría del staff de la revista, pertenecía a la Comisión Popular Argentina contra el Comunismo; un organismo que seguía la tendencia de asociar el comunismo con el judaísmo, por lo que también era de carácter antisemita.

Por último, García aclara que el apoyo hacia revistas como Clarinada no provenía únicamente de sectores expresamente filonazis, sino también del gobierno y la iglesia. El primero de ellos a través de un “fuerte apoyo económico” a través de “avisos publicitarios que le permitían a la revista subsistir económicamente” y la segunda a través de apoyo ideológico, debido a que entendía a la lucha contra el comunismo como una lucha contra el ateísmo.

Por TP/RJ


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