martes, 27 de febrero de 2024

Proyecto A119, bomba atómica contra la Luna

El peligroso proyecto de Estados Unidos para superar a la Unión Soviética en la carrera espacial. Fue una idea macabra que se habían propuesto concretar y que pudo ser una auténtica catástrofe global. ¿De qué se trató? Conocé la historia completa viendo "Proyecto A119, bomba atómica contra la Luna".

Informe de Marcelo García para Canal 26.

Instagram: @marcelo.garcia.escritor

Nota: El artículo no expresa ideología política, solo investigación histórica y periodística.

Artículo original: https://www.canal26.com/historia/el-proyecto-a119-la-tenebrosa-idea-de-lanzar-una-bomba-atomica-contra-la-luna--308166

domingo, 25 de febrero de 2024

Canal 26: 2 años de guerra en Ucrania

Andrés Klipphan, Marcelo García y Manuel Castro analizaron en vivo por Canal 26 la situación en Ucrania al cumplirse dos años de iniciado el conflicto bélico contra Rusia.

martes, 20 de febrero de 2024

Batallón Azov: neonazis que combaten por Ucrania

Desde el inicio de la guerra en Europa del Este, Vladimir Putin acusó al Gobierno ucraniano de ser una banda de "drogadictos y neonazis". La verdad y la explicación detrás de esta historia.

Informe de Marcelo García para Canal 26.

Cuando en febrero de 2022 Vladimir Putin ordenó la invasión rusa contra Ucrania, sorprendió al mundo entero. Pese a que el exagente de la KGB esgrimió como argumento excluyente su intención de desarmar el aparato militar ucraniano ante la alarmante presencia de las fuerzas de la OTAN cerca de la frontera; la realidad demostró que el encono iba mucho más allá y también tenía otras motivaciones.

Fue el momento elegido por el presidente de la Federación Rusa para señalar con el dedo al país vecino bajo la dura acusación, según sus palabras, de ser "una banda de drogadictos y neonazis". No muchos dieron crédito a esa verborrágia misilística, aunque -sin embargo- había una debida explicación para atreverse a tanto. 

Putin hablaba, sin llegar a mencionarlo; del Batallón Azov, un grupo militar de violentos, sectarios y racistas de extrema derecha, fundamentalistas de la supremacía blanca; que es otro de los brazos armados de la Guardia Nacional de Ucrania, ​dependiente del Ministerio del Interior del gobierno de Kiev.

La runa Wolfsangel y el Sol Negro

El emblema del Batallón Azov es toda una declaración de principios. La bandera, con los colores típicos de le enseña ucraniana lleva en su centro una runa Wolfsangel, un símbolo heráldico alemán que se inspiró en una antigua trampa para lobos, la cual consistía en dos piezas de metal unidas mediante una cadena. De hecho, Wolfsangel significa eso mismo: trampa para lobos. Otros nombres que se le daban en alemán eran Wolfsanker ("ancla para lobos") o Wolfsjagd, símbolos que todavía se pueden ver en escudos de armas de municipios de la actual Alemania.

En la antigüedad, muchos creían que esta legendaria runa tenía poderes mágicos, y se transformó de inmediato en símbolo de la libertad y la independencia luego de su adopción como emblema de la Rebelión de los Campesinos en el siglo XV contra la opresión de los príncipes Germánicos y sus mercenarios.

La Wolfsangel fue utilizada por el Partido Nazi.​ En la Segunda Guerra Mundial la exhibíanvarias divisiones militares, entre estas las Waffen-SS.​

El emblema del Batallón Azov también incluye al símbolo del Sol Negro, un tipo de rueda solar (en alemán: sonnenrad) originario de la Alemania nazi y empleado posteriormente por neonazis y otros grupos de extrema derecha. El diseño del símbolo consiste en doce runas radiales, similares a los símbolos empleados por las SS. Las runas fueron y son usadas por el nazismo y sus adeptos en todo el mundo, sobre todo por grupos supremacistas que buscan establecer un futuro "orden blanco".​

A lo largo de la historia fueron muchas las agrupaciones que la utilizaron, entre ellas las "Juventudes Hitlerianas", cuyo principal objetivo era el de adiestrar a los jóvenes alemanes, con entrenamiento militar llevándolos a la obediencia de la ideología nazi. Sus principios ineludibles eran el racismo, el nacionalismo, la destreza física, el entrenamiento de neto corte militar, la camaradería entre sus integrantes, la vida al aire libre, y la invocación a la sangre y el honor, tras la quimérica idea de formar líderes y "hombres de bien", según su criterio.

La principal base de operaciones del Batallón Azov está en la ciudad de Mariúpol, sobre las costas del mar de Azov; un sitio emblemático para ellos dado que fue el lugar donde -en 2014- pudieron frenar el avance de las milicias de la República Popular de Donetsk en dos oportunidades. En sus misiones cuentan con el apoyo de voluntarios afines a su pensamiento y otros partidos de extrema derecha, como PravySector y Svoboda. Ante este escenario, la reputación nazi que se ganaron los Azov no se limita a los supuestos "delirios" de Putin, quien también usa estos argumentos para justificar y extender el avance de su maquinaria bélica por el Este de Europa. El Batallón supo construir su propio perfil, que enciende las alarmas y merecería el repudio del mundo entero.

El primer comandante del Batallón Azov fue Andriy Biletsky, uno de los líderes de Cuerpo Nacional, una violenta agrupación política de extrema derecha con la que ganó un escaño en la Rada Suprema (el parlamento de Ucrania) en 2014; un mandato que no logró revalidar en las siguientes elecciones, una vez integrado al partido Svoboda, ultranacionalista y que tiene como máximo referente histórico a Stepan Bandera.

Bandera fue considerado como un auténtico criminal de guerra, colaboracionista con la ocupación nazi de Ucrania en tiempos de la Segunda Guerra Mundial que, luego se puso decididamente en contra del bando de los alemanes, tras lo cual fue deportado a un campo de concentración, aunque pudo sobrevivir. Pero pese a haberse enfrentado a los nazis sobre el final de la guerra, los soviéticos lo tenían en la mira y la KGB se encargó de asesinarlo en 1959, en la ciudad alemana de Munich.

Hoy, los ultraderechistas ucranianos no dudan un instante en reconocerlo y homenajearlo como a un verdadero héroe nacional de su país.

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Nota: El artículo no expresa ideología política, solo investigación histórica y periodística.

Artículo original: https://www.canal26.com/historia/el-batallon-azov-los-neonazis-que-combaten-por-ucrania-en-la-guerra-contra-rusia--365024

martes, 13 de febrero de 2024

La mujer obsesionada por un beso de Hitler

Fue uno de los momentos más curiosos vividos por el Führer nazi públicamente. Cuando nadie lo esperaba, Carla Lee de Vries lo sorprendió ante miles de personas. ¿Cómo reaccionó el tirano?

Informe de Marcelo García para Canal 26.

En 1936, cuando aún faltaban tres años para el comienzo de las acciones de la Segunda Guerra Mundial, los peores horrores perpetrados por el nazismo aún estaban por llegar. Fue cuando Adolf Hitler aprovechó la oportuna organización de los Juegos Olímpicos para dar ante el mundo una imagen que ciertamente le costaba mucho esfuerzo actuar. 

Entre el 1° y el 16 de agosto de aquel año la bandera con la Cruz Esvástica ondearía pacíficamente junto a la llama olímpica en el imponente estadio de Berlín, la capital de la Alemania nazi del Tercer Reich.

El Führer creyó que esa era la perfecta oportunidad que se le presentaba para recibir a miles de visitantes de todas partes del mundo y mostrarse abierto como nunca lo había hecho con anterioridad. 

El 15 de agosto, entre la inmensa multitud que se había congregado en el Estadio Olímpico de Berlín, estaban Carla Lee de Vries y su esposo George, una excéntrica pareja de estadounidenses, poderosos y acaudalados productores de leche de la localidad de Norwalk, en el estado de California, quienes disfrutaban de unos días de vacaciones por Europa.

Aquel día Carla preguntó a los guardias apostados en la tribuna principal si el Führer sería tan cortés de firmar su billete olímpico y dejar estampada su firma para la posteridad. Acompañada por un oficial de las SS y la casi planeada presencia de un camarógrafo asignado a la cobretura del evento deportivo, llegó frente a Hitler para lograr su cometido. El tirano de Alemania autografió el ticket y amablemente se lo devolvió, pero Carla Lee de Vries tenía otro plan.

Cuando nadie lo esperaba, se abalanzó sobre Hitler y trató no una sino dos veces de besar al dictador. Contra todo pronóstico, el Führer dio la insospechada sensación de disfrutar el momento aunque luego buscó sacarla de encima con una amplia sonrisa, en una escena casi adolescente y escolar. 

Al final de la curiosa e incómoda jornada, la Cancillería del Reich era un auténtico hervidero. Hitler ya no sonreía. Furioso, dispuso la reorganización completa y total de su aparato de seguridad. Algunos agentes fueron despedidos, otros degradados, mientras no pocos aseguran que varios fueron pasados por las armas.

Carla Lee de Vries murió en la ciudad de Los Ángeles el 3 de junio de 1985 a sus 92 años de edad. Se fue a la tumba guardando un íntimo y vailosísimo secreto. ¿Acaso había estado enamorada del temible y sanguinario Führer alemán? 

Es algo que ella jamás se atrevió a revelar.


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(Los temas publicados y los tags no expresan ideología política. Sólo investigación histórica)

Artículo original: https://www.canal26.com/historia/la-mujer-obsesionada-por-un-beso-de-hitler--364408

martes, 6 de febrero de 2024

Así se vivía a un lado y otro del muro de Berlín

Viejas películas sacan a la luz cómo vivían los berlineses mientras el régimen comunista desplegaba todo tipo de controles para evitar que escaparan desde el sector oriental al occidental. Así se vivía a un lado y otro del muro de Berlín.

Informe de Marcelo García para Canal 26.

En un viaje hacia atrás en el tiempo, 26 Historia te lleva hasta la Alemania dividida por el Muro de Berlín. Así, nos transformamos en testigos privilegiados para saber de qué modo se vivía a un lado y otro de la infame separación impuesta de facto por el régimen comunista. ¿Cómo eran los controles? ¿Qué hacía la gente para poder tener contacto con el el otro lado? ¿Qué diferencias había entre el lado oriental y el occidental? Filmaciones de la época inmediatamente anterior a la caída, dan la respuesta a esos interrogantes.

Desde el 13 de agosto de 1961 la Unión Soviética pretendió frenar la imparable escalada de escapes hacia el lado capitalista de Alemania levantando el Muro de Berlín. La separación impuesta de facto por los rusos con la demarcación formal de la zona de la ciudad berlinesa encuadrada en el espacio económico de la República Federal de Alemania, Berlín Oeste, y de la capital de la República Democrática Alemana, Berlín Este; no impedía sin embargo que los intentos por pasarse al lado occidental continuaran cada día. Los alemanes bajo el yugo de las fuerzas soviéticas, buscarían, inexorablemente, el modo de escapar. Desde el bloque comunista se afirmaba que el infame muro fue levantado para protegerse de los elementos fascistas que conspiraban para impedir la voluntad popular de construir un Estado socialista en la Alemania del Este.​

Así, los 150 kilómetros de piedra y alambrados se transformaron en una auténtica obsesión y solo cabía una posibilidad: pasar al otro lado y salvarse. Con el tiempo, los controles se incrementaron y reforzaron como nunca antes en la historia. Para 1988, cuando aún faltaba un año para la estrepitosa caída; los intentos de escape eran moneda corriente pese a que los límites entre los dos sectores estaban más y más lejanos.

Desde la parte occidental también se buscaba que los connacionales llegaran a su lado. Mientras desde el sector comunista todo parecía una quimera imposible, en occidente la realidad se veía como una oscura película de intriga y espionaje. Los berlineses occidentales, bajo las fuerzas de ocupación de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, contaban con altas tarimas desde donde podían tener un mínimo y lejano contacto con parientes, amigos o viejos conocidos. La desconfianza desde la vereda de enfrente iba, permanentemente, en aumento. Y así quedaba demostrado con los estrictos controles rutinarios que eran desplegados por la STASI y sus agentes del Ministerio para la Seguridad del Estado policía comunista. Con la intensificación de la Guerra Fría y el embargo comercial contra el Bloque del Este, recrudecieron el enfrentamiento diplomático y la amenaza bilateral de manera creciente y evidente. Los fugitivos debían sortear cercos con alarmas, torres de vigilancia, búnkers, alambre de púa, perros adiestrados y campos minados.

No era fácil: en casi tres décadas, unas 240 personas murieron en el intento. El extenso contorno era vigilado por militares, policías y voluntarios civiles para dar por tierra con cualquier ansia de libertad. Los intentos en busca de dignidad y en procura de la caída del Muro de Berlín se manifestaban de muchas diferentes maneras. Los berlineses occidentales, que claramente no tenían ninguna intención de cruzar las vallas impuestas durante décadas por el comunismo, lanzaban su protesta incluso con expresiones de arte callejero. Sin embargo, los controles policiales no solo que se mantenían sino que también se reforzaban cada día. Nada parecía torcer el brazo de las autoridades locales que respondían ciegamente órdenes directas del poder central de Moscú, pese a que ya se había activado la cuenta regresiva.

Más control

El río Spree, que -con su longitud de más de 400 kilómetros- atraviesa varias importante regiones de Alemania, también supo ser uno de los puntos neurálgicos de los permanentes y diarios controles que llevaba adelante la policía comunista en los duros tiempos de la Guerra Fría. Las lanchas de la temible STASI recorrían, una y otra vez, casi toda su extensión patrullando las costas que marcaban el límite y la división entre oriente y occidente. Del lado capitalista de la ciudad alemana no era extraño ver a la gente caminar en libertad asistiendo al triste espectáculo.

Del otro lado, a unos pocos metros de distancia, se daba la presencia casi nula de berlineses en las calles y las infaltables torres de vigilancia con policías munidos de largavistas, quienes muchas veces tomaban fotografías de sus indeseados vecinos y enemigos. Pese a lo que muchos llegaran a pensar, nadie escapaba a la estrica vigilancia del bando comunista, ni había lugares seguros. Tampoco quedaban al margen -y eran permanentemente observados- quienes transitaban por zonas de exparcimiento o concurrían a lugares para despejarse, entre éstos bares y restaurantes. La desconfianza del sector occidental no solo se centraba en el otro lado de las vallas. Los problemas también podían venir desde su mismo bando y era por esto que los agentes aliados apostados en puestos de vigilancia, como el legendario Check Point Charlie, miraban siempre hacia todos lados.

Hoy, poco y nada queda del viejo muro. Solo fragmentos, vestigios engalanados con arte en los suburbios de Berlín. El mudo testigo de un tiempo en el que era imposible atreverse a soñar con la libertad.


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Artículo original: https://www.canal26.com/historia/asi-se-vivia-a-un-lado-y-otro-del-muro-de-berlin--364027

jueves, 1 de febrero de 2024

El fin de la hegemonía de Estados Unidos: un mundo multipolar

El poder absoluto y total que Estados Unidos desplegó durante décadas parece haber llegado al final. Un bloque compacto de nuevas naciones dominantes reconfiguró la dinámica de la geopolítica mundial como nunca antes en la historia.

Informe de Marcelo García para Canal 26.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y la caída del Muro de Berlín en 1989, se reconfiguró la geopolítica mundial. Con la reunificación de Alemania en 1991 y su inserción en el concierto de las naciones; la bipolaridad se resquebrajó y se puso en peligro. Ya no se trataba de capitalismo o comunismo. La balanza perdió, como nunca antes, su preciado equilibrio. Luego de años de desbalance por la hegemonía de Estados Unidos que barrió del mapa a la Unión Soviética; las fichas se reacomodaron con la reforma de la arquitectura de las relaciones internacionales y la desconfianza hacia los propósitos estadounidenses.

Se plasmaron las primeras líneas de una multipolaridad para el mundo actual, más plural y justo, plantando cara al dominio de los norteamericanos. En el caso estadounidense, la unipolaridad se manifestó política, económica y socialmente. En lo político se institucionalizó el modelo de la democracia representativa, con instituciones autónomas y equilibrio de poderes en defensa de un estado de derecho. En lo económico se implementó un modelo neoliberal bajo el yugo del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Y en lo social se aprovechó la gran capacidad de penetración de los medios masivos de comunicación para imponer la cultura occidental y las supuestas bondades de la llamada “american life”. Por décadas el mundo aceptó el poder de Washington, algo que generó la reacción de un bloque cuyas consecuencias están a la vista. Europa, China, India y Rusia; aunque no solo éstos; sacaron músculo y se postularon como los nuevos dominadores.

Futuro incierto

La realidad muestra que Estados Unidos es un imperio en decadencia y agonía, que da paso a nuevas integraciones regionales y otros bloques de poder ideológico, económico y financiero. El fin de la hegemonía estadounidense se potencia por su incapacidad de liderazgo, lo cual fue aprovechado por China, nuevo rector del comercio mundial, con su pragmatismo para entablar fuertes relaciones de cooperación. La sombra sobre Estados Unidos se agiganta cada día.

China produce casi el 10% de la demanda mundial de materias primas y más de la décima parte de la exportación mundial total de bienes manufacturados en tecnología mediana y de punta. Pero la expansión de su economía tiene otro beneficio para las naciones menos poderosas: es el mejor socio comercial por su capacidad financiera y crediticia, y lo logró sin imponer condiciones en lo político e ideológico, algo atractivo para países emergentes que pretenden librarse de los lazos que los ataban a las potencias occidentales. La guerra entre Rusia y Ucrania fue la mejor oportunidad que vio Estados Unidos para -en una suerte de nueva Guerra Fría- tratar de poner a Moscú de rodillas. Las sanciones no dieron resultado y la economía rusa no cayó como se pensaba. En cambio, llevó a una crisis inflacionaria mundial que afectó a los estadounidenses y sus exportaciones.

También fracasó el intento de Estados Unidos por imponer el dólar como moneda única y China es alternativa para nuevas transacciones interbancarias y financieras. Otro mecanismo implementado es el CIPS (Sistema de Pagos Interbancarios Transfronterizos) para transacciones en RenMinBi (RMB), la divisa de curso legal en China, y que llegó como sistema de pagos alternativo al SWIFT (de Estados Unidos) o el IBAN (de Europa), con 19 bancos chinos y extranjeros y 176 participantes de 47 países.

Otra traba para Estados Unidos es el sistema de transferencias del Banco Central de Rusia que busca romper su monopolio financiero. El Sistema de Transferencia de Mensajes Financieros (SPFS) permite que el dinero circule entre bancos, aunque tiene limitaciones de tiempo y depende de la complejidad de las transacciones. Otro as en la manga es el SWAP, un intercambio de divisas entre dos países como préstamo contingente. Argentina se valió de esta medida cuando su Banco Central le dio pesos al Banco Popular de China y éste le entregó yuanes. No tiene costo mientras esté inactivo, algo imposible con el FMI o el Banco Mundial.

En 2022 la Cumbre Anual de jefes de Estado de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) celebrada en Samarcanda, Uzbekistán; surgió como el foro multilateral más relevante por la participación de poderes euroasiáticos como Rusia, China e India, en un contexto marcado por el giro de los centros de poder hacia el este. El objetivo fue trazar prioridades y definir áreas de influencia y actividad. Representa casi el 25% del PBI global y alberga casi la mitad de la población mundial y las principales economías.

Conformada por Rusia, Kazajstán, Kirguisa, Uzbekistán, Tayikistán, India, Pakistán, China e Irán y cuenta con Estados observadores y otros en calidad de Socios en el Diálogo. Hace foco en una rápida transición del sistema internacional hacia uno multipolar y sigue los principios de la Declaración Conjunta de Rusia y China, firmada por Vladimir Putin y Xi Jinping. La sede también estuvo cargada de simbología: Samarcanda era una de las principales ciudades en la Gran Ruta de la Seda entre oriente y occidente. La OCS es la base de un nuevo formato de interacción que ve al mundo como un todo indivisible y no fragmentado.

El contexto refleja la búsqueda de nuevas instancias y quiebra -como nunca antes en la historia- la hegemonía y la unipolaridad que impuso Estados Unidos desde la caída del Muro de Berlín.


Instagram: @marcelo.garcia.escritor

(Los temas publicados y los tags no expresan ideología política. Sólo investigación histórica)

Artículo original: https://www.canal26.com/historia/el-fin-de-la-hegemonia-de-estados-unidos-un-mundo-multipolar--363224