jueves, 31 de enero de 2013

Documento desclasificado: Nota de la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires apoyando el golpe militar de 1976

Robert C. Hill jurando como embajador de Estados Unidos con Henry Kissinger como testigo. 
La prensa norteamericana "fogoneando" a favor de Hill: "Hill is Argentina bound" (Hill es el salto de Argentina)


El 29 de Marzo de 1976, apenas tres días después de producirse en Argentina el sangriento golpe cívico/militar que catapultó a la Junta Militar como mano ejecutora del tristemente célebre (y mal llamado) "Proceso de Reorganización Nacional", se emitía desde la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires un telegrama aprobado por  Robert C. Hill, quien por aquel entonces era representante del gobierno de la potencia colonial del norte de América (gobernada por Gerald Ford entre 1974 y 1977). La nota iba dirigida, en caracter de "prioridad" para la embajada, directamente al Departamento de Estado de los Estados Unidos y a lo largo de sus muy consistentes siete páginas le dejaba bien en claro a Henry Kissinger (Secretario de Estado) la postura del embajador norteamericano sobre los lamentables hechos que se estaban desarrollando en la Argentina desde el fatídico 24 de Marzo de 1976.

Hill (y toda la plana mayor de la política norteamericana del presidente Ford para abajo) no se ponía colorado (justamente) a la hora de hablar maravillas de Jorge Rafael Videla, preseidente designado por la Junta, diciendo cosas como: (...)"Videla está en estos momentos en una posición fuerte para imponer su estilo moderado..."(...) o bien que (...)"el gobierno de los Estados Unidos no debe quedar asociado públicamente con la Junta, pero a medida que el nuevo gobierno siga adelante con su postura moderada debemos prestar atención a cualquier tipo de ayuda que nos solicite..."(...).

También en el telegrama se hacía referencia a algunos dirigentes del saliente gobierno peronista arrestados por la Junta por estar asociados o identificados con hechos de malversación e incluso entablar contactos con los "Terroristas". Los funcionarios nombrados eran Raúl Lastiri, Julio González y Carlos Menem (por aquel entonces Gobernador de la provincia de La Rioja).
La nota también daba lugar a comentarios sobre Isabel Perón, la Presidente argentina depuesta por el golpe, diciendo que (...)"hay partidarios de enviarla en avión a Madrid, incluso sin hacer un juicio en su contra"(...).

Las "sutilezas" del embajador norteamericano no se limitaban a eso y continuaban con otras frases del tenor de (...)"La mayoría de los argentinos están contentos de liberarse de un gobierno patéticamente incompetente como el de la Sra. de Perón..."(...).
No faltaron tampoco las loas al equipo económico encabezado por el nefasto José Alfredo Martínez de Hoz y las "tranquilizadoras" referencias sobre las promesas de cuidado tratamiento de las inversiones norteamericanas en Argentina, como las de Exxon, Chase Manhattan Bank y Standard Oil.

El contundente y esclarecedor telegrama recientemente desclasificado culminaba con una frase que no dejaba dudas sobre la postura de los Estados Unidos, el "garante eterno de las libertades, los derechos humanos y el respeto por las instituciones democráticas". Decía el embajador Hill: "Así, mientras nos movemos discretamente y mantenemos distancia, debemos también, a medida que el gobierno de Videla se siga apegando a su estilo moderado, mirar con simpatía a cada solicitud de asistencia que se nos pida".

Sin dudas, una muy particular manera de defender las democracias, el estado de derecho y las libertades individuales. A continuación, el documento completo desclasificado.






lunes, 28 de enero de 2013

Mikhail Gorbachov, Margaret Thatcher y la trama del asesinato de Rudolf Hess en Spandau

El 17 de Agosto de 1987 Rudolf Hess era encontrado ahorcado con una cuerda en su celda de la prisión de Spandau, en Berlín. La extraña muerte de aquel solitario nazi preso desde 1946 en la cárcel bajo custodia de los Aliados se vio rodeada de varios sucesos (como mínimo) inquietantes. Los cambios de guardia en la prisión, la "visita" de agentes de la CIA, el SAS, la idea de Gorbachov, el comentario al presidente de Alemania, la comunicación con Ronald Reagan y... un "oportuno" llamado a Margaret Thatcher. "Suicidaron" a Hess. ¿Por qué? Aquí la historia...

Mikhail Gorbachov, Rudolf Hess (preso en Spandau) y Margaret Thatcher.


Breve introducción sobre Rudolf Hess:
Cuando Rudolf Hess culminó el famoso "vuelo de la paz" estrellando su avión en suelo escocés el 10 de Mayo de 1941, nunca (jamás) pudo imaginar cómo sería el final de su vida muchos años después. Siempre creyó fervientemente que el relato de su vida culminaría de manera sensiblemente distinta. La historia del viaje que Hess, lugarteniente de Adolf Hitler, hizo hacia Inglaterra en plena Segunda Guerra Mundial es uno de los más grandes enigmas de todos los tiempos. Los intentos de negociar la paz directamente con Winston Churchill y pasar a la historia como el nazi que lograba "darle aire" a Hitler en el frente occidental para que pudiera desplegar su maquinaria bélica en el frente opuesto con la "Operación Barbarroja", o sea la invasión alemana a la Unión Soviética, no parecía para Hess algo descabellado. Sin embargo, víctima de una red de espionaje y (tal vez) de sus propios errores y una buena dosis de ingenuidad, Hess, se eyectó de su avión de combate y cayó en paracaídas en territorio enemigo para ser capturado y nunca más recuperar la libertad. Desde aquel día de 1941 hasta 1945, Rudolf Hess estuvo encarcelado por los británicos y cuando la guerra llegó a su final (oficialmente); se sentó en el banquillo de los acusados en la farsa los juicios de Nüremberg, siendo condenado a cadena perpetua.


 Mikhail Gorbachov y Richard von Weizsäcker

Prisión de Spandau (Berlín, Alemania)


La idea inesperada de Mikhail Gorbachov:
Todavía no había acabado la Tercera Guerra Mundial Guerra Fría, cuando Mikhail Gorbachov, el líder de la Unión Soviética, concibió una idea que podría haber generado una conmoción de ribetes inusitados a nivel mundial. Como golpe propagandístico audaz y muy inteligente de su parte, Gorbachov planeaba liberar a Rudolf Hess de la prisión de Spandau en 1987 y para lograrlo debía ir tejiendo una trama que le permitiera hacerlo sin inconvenientes cuando los carceleros a cargo fueran precisamente los soviéticos. Cabe recordar que la prisión de Spandau era custodiada en diferentes turnos por militares de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética, distribuyendo de mamera equitativa los turnos de guardia de la prisión y sus internos. En 1987 Rudolf Hess era el único preso alojado en Spandau, tras la liberación de Albert Speer en 1966 lo cual daba al presidio un aspecto casi fantasmal con un interno consumido por los años y una artrosis que apenas si lo dejaba caminar por los espaciosos jardines de la cárcel. Un ejército de soldados Aliados custodiaba los sombríos días de Hess en el presidio alemán y así las cosas Gorbachov debía "arreglar"  la liberación del nazi para el momento en que la guardia estuviera en manos de los suyos.
El plan resultaría impecable para la propaganda rusa: uno de los nazis más emblemáticos, un enemigo acérrimo del comunismo, liberado por sus propios enemigos en un gesto de buena voluntad y (en definitiva) de acercamiento entre las partes. Gorbachov quedaría en la historia como un ferviente defensor de los derechos humanos y sería recordado por todos los tiempos como un símbolo inequívoco de paz en la Tierra. Los norteamericanos no lo hubieran podido hacer. No les interesaba tampoco (y ni que hablar de los ingleses). La idea inesperada de Gorbachov era, sin más vueltas, inmejorable.

Alemania se entera del plan:
Richard von Weizsäcker era desde 1984 (y lo fue hasta 1994) el presidente de la República Federal de Alemania (la Alemania Occidental "compartida" por los Aliados) y para ese mismo 1987 tenía prevista una visita oficial a la Unión Soviética, por lo cual las comunicaciones diplomáticas entres los dos países estaban a la orden del día. En una de aquellas comunicaciones, Gorbachov le informó a Weizsäcker sobre su idea para liberar a Hess y dar un golpe de escena que nadie podría llegar a imaginar. La noticia no cayó en saco roto y, de inmediato, Richard von Weizsäcker se convertía en un nuevo protagonista de este increíble thriller histórico...

Rudolf Hess en Spandau, Ronald Reagan y Richard von Weizsäcker.


Un llamado urgente a Estados Unidos:
Richard von Weizsäcker demoró tan sólo cuatro minutos en levantar un teléfono y conseguir comunicación directa con Ronald Reagan, presidente de los Estados Unidos de América. Acababa de recibir información confidencial, de primera mano, de boca de su propio ideólogo y las consecuencias podrían llegar a ser tremendas para los Aliados y, muy en particular, para los ingleses. Había que avisarle a Margaret Thatcher...


El "honor" británico en peligro:
Ronald Reagan no dejó pasar mucho más tiempo y casi tan rápido como cortó al teléfono con su par de Alemania Occidental, se contactó con la "Dama de Hierro", Margaret Thatcher, Primer Ministro de Gran Bretaña. La misma escena que se había venido dando durante la Segunda Guerra Mundial se repetía unos cuantos años después en otro escenario pero con situaciones similares. Estados Unidos y Gran Bretaña unidos (lógico y comprensible) contra su "verdadero enemigo": la Unión Soviética. Así como en 1945 norteamericanos, ingleses y franceses "dejaron" entrar solos a los rusos en Berlín para que "no encontraran" a Adolf Hitler (dada la red de protección también por ellos orquestada para la huída del tirano alemán); ahora no podían dejar que los soviéticos pasaran a la historia como los emblemas indiscutidos de la paz y los derechos humanos. Había que entrar en acción...

Prisión de Spandau y Margaret Thatcher.

Rudolf Hess en Spandau.


Hay que matar a Rudolf Hess:
Mikhail Gorbachov, ajeno a toda esa serie de comunicaciones entre los líderes de Alemania, Estados Unidos y Gran Bretaña, seguía adelante con su idea de liberar a Hess y para eso había elegido una fecha dentro del mes de Julio de 1987. Las guardias rotativas de Spandau permitirían que durante las jornadas de custodia a cargo de los soviéticos la liberación se llevara a cabo sin inconvenientes. El plan original de liberar a Hess durante Julio de 1987 súbita e inesperadamente fue modificado y se eligió como fecha de liberación la de Noviembre (fines de mes) del mismo año. La noticia de la libertad de Hess llegaría casi como un regalo de Navidad de la nación atea y, entonces, el puñal clavado en la espalda del mundo occidental sería todavía más filoso...
A sus 93 años Hess, si bien estaba muy desgastado físicamente y su complicada artrosis apenas si le posibilitaba movilizarse con mucha dificultad, tenía una memoria frondosa e intacta, por lo cual podía relatar con todo lujo de detalles todos y cada uno de los hechos de su vida incluyendo por supuesto la detención en Inglaterra desde 1941 hasta 1945 y los maltratos y torturas a las que había sido sometido por los británicos. Pero Hess podía hablar de cosas mucho más complicadas y comprometedoras (para Inglaterra) y por eso había que "silenciarlo" de alguna manera. 

Hess hablaría, sin dudarlo, de las negociaciones de paz que él mismo estaba entablando secretamente con los británicos en 1941. Churchill había dado directivas muy concretas al respecto y sus órdenes no daban lugar a dudas ni vacilaciones: había que engañar a Hess para que caiga en una trampa, hacerle perder tiempo a él y a Hitler para que se les viniera el invierno encima y la Alemania nazi se viera obligada a atacar en dos frentes simultáneamente (cosa que la debilitaría). Hitler no quería mantener dos frentes de guerra y por eso deseaba una paz (aunque sea ficticia y endeble) con Gran Bretaña. Hess, a sabiendas de eso, ideo su plan de paz y su famoso vuelo hasta Inglaterra. El tema crucial era en definitiva la mentirosa tratativa de paz generada por Churchill a través de una complicada red de espionaje, por lo cual (y a raíz de lo acordado en diferentes tratados) al mentir en medio de "gestiones de paz", Churchill era co-responsable de las consecuencias derivadas de los conflictos que esa mentira pudiera haber provocado. Dicho ésto, sólo resta decir que dadas sus engañosas tratativas de paz Churchill colaboró concretamente (entre otras cosas) para que el ataque alemán a Inglaterra fuera posible y para que en definitiva a Hitler "se le soltara nuevamente la cadena" e invadiera Rusia. De esta manera Churchill era co-responsable de (por lo menos) 20.000.000 de muertes en territorio soviético (además de las víctimas británicas). Dicho de manera mucho más simple: Churchill debió haber sido juzgado como criminal de guerra al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cosa que (obviamente) no sucedió. Hess no se iba a quedar con la boca cerrada y al ser liberado estaría encendiendo otra vez la hoguera. Churchill sería ubicado en la historia en el lugar merecido y eso no iba a ser permitido.
Si Gorbachov planeaba liberarlo iba a ser muy difícil hacer que el nazi no hablara... Rudolf Hess debía morir.


Rudolf Hess en Spandau.


"Suicidan" a Rudolf Hess:
La muerte de Rudolf Hess a manos de los ingleses hubiese sido algo muy burdo (son tan delicados y detallistas los británicos...) y evidente, por lo tanto Margaret Thatcher recurrió a "mano de obra" norteamericana. Los soldados norteamericanos tendrían a su cargo el "cuidado" de Spandau en Agosto de 1987 y entonces la ocasión era más que propicia para que agentes de la CIA (Central Intelligence Agency) realizaran una inesperada visita a la prisión. Como los ingleses, además, son desconfiados (incluso de sus propios cómplices y secuaces) decidieron que "la Reina tendría ojos también dentro de Spandau" y enviaron a dos miembros del SAS (Special Air Service) para que "colaboraran" con sus amigos norteamericanos en la difícil tarea de "suicidar" a Hess. La entrada a Spandau de los agentes de la CIA norteamericana y el SAS británico se produjo entre la noche del 15 de Agosto y la madrugada del 16 de Agosto de 1987.
El lunes 17 de Agosto mientras Hess apenas si caminaba por los jardines de la prisión, los agentes se acercaron y pasaron una cuerda alrededor de su cuello con una sola y obvia intención: asesinarlo. Increíblemente Hess no murió en ese instante por lo cual fue llevado al interior de Spandau. Mientras era "asistido" Hess logró esbozar unas pocas y últimas palabras. Estaba identificando (ante un soldado norteamericano ajenos al "operativo") como únicos responsables del primer intento de asesinato contra su persona a los dos agentes del SAS británico.

Unas horas después era encontrado ahorcado en su celda. Una cuerda colgada del techo apretaba su cuello quebrado y sus débiles manos y endebles brazos carcomidos por la artrosis pendían inertes al costado de su frío cuerpo. Aquel viejo nazi de 93 años, increíblemente, había decidido suicidarse tras largos 41 años de prisión. Por las dudas de que "no pudiera con su cometido"... ingleses y norteamericanos colaboraron y haciendo gala de una filantropía humanitaria sin precedentes..."lo suicidaron" antes...

La historia oficial, sin embargo, dice que Rudolf Hess, de 93 años, con artrosis y grandes dificultades para movilizarse, había decidido subir hasta el techo de su celda, pasar una cuerda por un tirante y colgarse para cometer suicidio.

Richard Warren, el soldado norteamericano al que Hess les "marcó" a los agentes del SAS que había atentado contra su vida, había prometido escribir un libro relatando la historia, pero... lamentablemente un tiempo después decidió cambiar sus planes y se arrojó desde un piso 22.

domingo, 13 de enero de 2013

Por dudosa "falta de espacio" Argentina incineró en 2008 todos los archivos sobre el ingreso de nazis al país


La relación de la Argentina con los criminales de guerra nazis ha dado mucha tela para cortar a lo largo de los años. Lejos, muy lejos, de ser leyenda o mera historia fantástica, la plácida vida en esta parte de Sudamérica de los jerarcas relacionados al Tercer Reich, roza lo macabro y de alguna manera pinta de cuerpo entero el pensamiento y las políticas (que aún en tiempos tan recientes como el año 2008) siguen contaminando las mentes de muchos.
Han sido décadas y décadas de apoyo sistemático, de simpatías profundas, de encubrimiento descarado y de asilo "desinteresado" a muchos de los responsables de crímenes contra la humanidad, quienes han logrado sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial y que han podido ingresar a la Argentina desde (incluso) antes de terminar la contienda bélica, sin el más mínimo inconveniente y con más de un beneficio. El apoyo oficial de Argentina y sus gobiernos (fundamentalmente los de las décadas de los años '30 y '40 y muy particularmente los dos primeros gobiernos de Juan Domingo Perón), no han caído en saco roto y si para muestra faltaba un botón entonces habrá que hablar de la quema de los expedientes que documentaban (y dejaban al descubierto) la entrada de los nazis a la Argentina y las responsabilidades que les cabían a las autoridades de entonces.

En marzo de 2008 se informó tímida, escueta y descaradamente a la opinión pública que los expedientes relacionados con el ingreso de nazis a la Argentina desde la década de 1940 se habían incinerado "por falta de espacio" en las dependencias oficiales en las que se encontraban archivados. Para que "el trabajito" fuera completo, también se arrojaron a las llamas (por las dudas) todos los documentos relacionados con otro tipo de "inmigrantes" llegados a la Argentina entre los años 1946 y 1952. 
La tarea de quemar documentos tan importantes como los que demostraban responsabilidades y complicidades oficiales sobre la ayuda a los nazis en la Argentina, recayó sobre la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina, una dependencia directa del Ministerio del Interior, por aquel entonces (y en la actualidad) bajo el mando de Florencio Randazzo. 
Algunos pocos expedientes (supuestamente) se han conservado, vaya uno a saber bajo qué criterio de selección, pero la mayoría de los documentos ya son, tan sólo, ceniza en el viento.

Los responsables del área se despacharon muy sueltos de cuerpo por aquel entonces sobre el tema en cuestión agregando además (como si fuera poco) que la documentación sobre los nazis en Argentina que no ha sido quemada, fue (pese a su importancia) "regalada como papel usado"...

En pleno Siglo XXI, en la era de los archivos digitalizados y con la posibilidad de conservar semejante tipo de documentación sin la necesidad de grandes espacios, Argentina optó por "la más fácil" (sobre todo a la hora de encubrir responsables y tirar la tierra debajo de la alfombra)... Criminales (más de 7.000 ingresados) como Erich Priebke (aún vivito y coleando); Ante Pavelic, Gregor Helmut, Adolf Eichmann y hasta el mismísimo Josef Menguele, (por no nombrar a otros "peso pesado" como Martin Bormann y hasta Adolf Hitler) agradecidos a la Argentina por los servicios prestados... 

martes, 8 de enero de 2013

La Argentina filonazi de 1938: Circular 11 de José María Cantilo contra los "indeseables" o "expulsados"


Cuando la inmigración hacia la Argentina estaba alcanzando uno de sus puntos más álgidos, cuando eran miles y miles los inmigrantes que llegaban desde tantísimos lugares del mundo hacia Sudamérica en busca de mejor vida, más dignidad y un bienestar que no podían encontrar sus países de origen, comenzó a gestarse en la Argentina una tendencia que mostraría a las claras (y sin dudas) la posición del país a pesar de su eterna y falsa postura de neutralidad. Una vez llegados los nazis al poder en Alemania, se dio lo que muchos esperaban para sus propias sociedades: un enfermo tirano con delirios de dios que llevara a la práctica las más brutales políticas discriminatorias. Eso se dio en la tremenda Alemania del Tercer Reich de maera flagrante pero no fueron pocos precisamente los países, sociedades y gobiernos que de inmediato se sintieron "identificados" y "simpatizaron" con la barbarie nazi. Mal que le pese a la historia argentina, el país sudamericano ha sido uno de los emblemas de las simpatías por el fascismo y el nazismo en la región sudamericana y así las cosas, de aquellas políticas migratorias abiertas y bastante permisivas desde finales del siglo XIX se fue pasando paulatinamente (sin pausa) a otras mucho más restrictivas y no tan blandas (por no decir sectarias...). 
Pero los cambios en la política migratoria de Argentina fueron tomando otro caríz, sobre todo, desde el ascenso del nazismo y Adolf Hitler al poder. 

No fue instantánea la "cercanía" de Argentina con la Alemania intolerante, el proceso venía gestándose desde hacía largo rato. La gran colonia alemana en Argentina supo desde el principio hacer gala de sus ideas nacionalistas (cosa que se venía dando incluso antes de la llegada de Hitler al poder) y muchas familias influyentes y poderosas encontraron buen caldo de cultivo en la sociedad argentina de entonces a la hora de "reclutar simpatizantes" con el nefasto régimen imperante en Alemania. Por supuesto que al decir la gran colonia de alemanes influyentes no estamos hablando de todos, cosa que sería (como mínimo) mentirosa e injusta, pero no hay que dejar de observar que sobre todo después de 1933 la educación de los alemanes en la Argentina estaba "alineada" con las políticas del Tercer Reich y eso caló muy profundo en la sociedad argentina en su gran mayoría. 

Si la llegada de los nazis al poder había sido la semilla germinal de aquellas ideas sectarias en la sociedad argentina de aquel entonces, el paso de los años y el afianzamiento de aquel Reich "destinado a durar mil años" hizo que los miles de adeptos locales se "envalentonaran" y creyeran que ya nada ni nadie los detendría... Así a medida que Argentina "cerraba filas" secretamente con la Alemania nazi, se llegó al año 1938, momento en el cual se redactó una nefasta disposición que (por si faltaba algo) dejaba muy clarita la posición argentina sobre la inmigración judía. La nota redactada por el canciller argentino José María Cantilo  era, sin más vueltas,  una orden concreta para los embajadores argentinos en Europa sobre los procedimientos a llevar adelante con gente que deseaba emigrar a la Argentina. 

Se trataba de la Circular 11 emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina durante la presidencia de Roberto M. Ortíz. Siguiendo fielmente las políticas de gobiernos argentinos filonazis, el de Ortíz se encargó de emitir esta sectaria circular (secreta y con orden de no ser divulgada públicamente) en la que se incluyó un párrafo que con "cierta sutileza" prohibía la entrada de judíos a la Argentina. Sobre el final de la "recomendación" de dos páginas decía lo siguiente: "Sin perjuicio de las demás disposiciones establecidas para la selección de viajeros destinados al país, y salvo orden especial de esta Cancillería, los Cónsules deberán negar la visación - aún a título de turista o pasajero en tránsito - a toda persona que fundadamente se considere que abandona o ha abandonado su país de orígen como indeseable o expulsado, cualquiera que sea el motivo de su expulsión. Este Ministerio espera que el celo y buen criterio del Señor Cónsul suplirán a este efecto la información formal que no sea posible obtener en cada caso, lo que permitirá establecer la capacidad del funcionario para el cargo que ocupa. Todo caso de duda deberá ser consultado a la Cancillería, así como el de toda persona cuya incorporación al país considere el Señor Cónsul inconveniente. Estas instrucciones son estrictamente reservadas y por ningún motivo deberán ser invocadas ante el público o ante las autoridades del país donde ejerce sus funciones. Quedan derogadas todas las instrucciones anteriores en cuanto se opongan a la presente. Los Señores Cónsules se servirán acusar recibo de la presente circular, directamente al Ministerio de Relaciones Exteriores".
A buen entendedor, pocas palabras: "...toda persona que fundamentalmente se considere que abandona o haya abandonado su país de origen como indeseable o expulsado..."



La circular 11 redactada y firmada por José María Cantilo el 12 de Julio de 1938.


Argentina hizo la "vista gorda" ante esta circular secreta del Minsiterio de Relaciones Exteriores y Culto durante décadas, por lo cual el comunicado oficial siempre estuvo vigente en el país. Recién en 2005 la Circular 11 fue simbólicamente derogada durante el gobierno de Néstor Kirchner tras el descubrimento en la embajada argentina en Estocolmo de la única copia existente (qué lejos la mandaron...¿no?) de la circular. La copia fue descubierta por la investigadora Beatríz Gurevich y denunciada por el escritor/investigador Uki Goñi en su libro "La auténtica Odessa". En un acto llevado a cabo en la Casa Rosada, sede del gobierno argentino, y con presencia de los nombrados junto al Ministro de Relaciones Exteriores de entonces, Rafael Bielsa, finalmente la nefasta Circular 11 (tras 67 largos años de vigencia en Argentina) dejaba de tener validez...

domingo, 6 de enero de 2013

Archivo desclasificado del FBI: Adolf Hitler en Argentina

La historia, ya sabemos, puede tomar dos caminos al ser contada. Está la historia oficial, esa misma que se plasma en los periódicos, los libros fervientemente divulgados y difundidos, en los medios y es repetida una y otra vez hasta que finalmente "entra en la mente de la gente y es aceptada como verdadera". Y está la otra historia, la real. Los documentos que muestro en este post son parte de la historia real, la de los asombrosos relatos de hechos que muchos pretender hacer pasar por falsos pero que en definitiva son la historia misma contada como siempre debió haberse contado.
Los documentos clasificados, las millones y millones de páginas que se encuentran "resguardadas" y "protegidas" por los popes del poder mundial para que la "gente común" no acceda a ellas son la más clara demostración de que esa historia "real" existe, está allí, a la espera de ser contada y divulgada. 

A continuación publico unos documentos desclasificados pertenecientes al Federal Bureau of Investigation (FBI). Como se verá, los mismos tras ser desclasificados, han sido "censurados" como suele suceder con este tipo de información (hay cosas que nunca se terminan de revelar), pero sin embargo tienen una importancia y un valor realmente incalculables por algunos detalles, a saber: Se trata de un documento fechado el 21 de Septiembre de 1945, destinado a Edgar Hoover (legendario jefe del FBI) y habla sobre la vida de Adolf Hitler en Argentina. Un "pequeño" detalle para tener en cuenta: Hitler, según la historia "oficial" (auspiciada, escrita y difundida por los norteamericanos) se había suicidado en el bunker de Berlín el 30 de Abril de 1945... 5 meses antes de haberse fechado este documento.

Para el mundo entero Hitler estaba oficialmente muerto. Para el poder norteamericano, no.




Detalle del encabezado del informe desclasificado hablando del escape de Hitler a la Argentina:



sábado, 5 de enero de 2013

Londres planeó devolver a Astiz a la Argentina bajo un seudónimo


A 30 años de la guerra / Revelaciones de Gran Bretaña
Londres planeó devolver a Astiz a la Argentina bajo un seudónimo
Por Hugo Alconada Mon | LA NACION

Traslado de Alfredo Astíz en un helicóptero británico.



En plena guerra de Malvinas, el gobierno británico planificó otorgarle un seudónimo al entonces capitán de la Armada, Alfredo Astiz, y meterlo en un vuelo directo de Londres a Buenos Aires. Buscaba así terminar con los reclamos diplomáticos de Francia y Suecia, que querían interrogarlo por las desapariciones de por lo menos tres ciudadanos, según consta en los documentos desclasificados en Londres sobre el conflicto de 1982.

Ese plan de repatriación llegó a un punto avanzado, con la reserva de un pasaje aéreo para el miércoles 9 de junio, cuatro días antes de la rendición argentina. Pero no llegó a concretarse, aunque de todos modos Astiz inició su regreso un día después, con escala en Brasil, cuya dictadura también presionó a Gran Bretaña.

El esfuerzo del gobierno de Margaret Thatcher por sacarse de encima a Astiz se debió a su temor de que la dictadura argentina aplicara represalias contra sus soldados que permanecían como prisioneros de guerra o contra otras personas o activos británicos en territorio argentino. "Soy muy consciente de que continúa la detención de nuestro piloto de un Harrier, el teniente [Jeff] Glover", alertó el ministro de Relaciones Exteriores, Francis Pym, a su par de Defensa. "Ha habido otros reportes de posibles acciones contra objetivos británicos en la Argentina", añadió.

El eje del asunto, desde la óptica británica, era que Astiz podía negarse a responder cualquier tipo de pregunta desde París o Estocolmo, amparado en la Convención de Ginebra, que fija las reglas para el tratamiento de los prisioneros de guerra.

La sensibilidad alrededor de Astiz resulta evidente de la lectura de los documentos que desclasificó el Archivo Nacional en Londres . Es, por ejemplo, uno de los pocos militares argentinos a los que Pym y otros referentes del gabinete de Thatcher alude por su nombre y le dedica sus esfuerzos diplomáticos.

El propio Pym esboza las distintas categorías de prisioneros argentinos en un cable diplomático secreto. Consigna que 1400 serán enviados en barco a Montevideo, en tanto que los de "categoría especial, incluyendo altos oficiales, miembros de fuerzas especiales y prisioneros de valor para inteligencia serán retenidos en las islas". Y a Astiz, en ese mismo cable, le dedica dos párrafos por separado, con los detalles de su arribo a Gran Bretaña y el plan de vuelo bajo otra identidad.

El problema era la continua y creciente presión internacional sobre Londres que siguió a la difusión del arresto de Astiz, aun después que el gobierno británico indicó que respetaría los límites fijados por la Convención de Ginebra. "La negativa francesa a aceptar un no como respuesta es embarazosa", advirtió en otro memo el secretario privado para asuntos internacionales de Thatcher, John Holmes, uno de sus asesores más cercanos mientras la "Dama de Hierro" ocupó la residencia de Downing Street.

Holmes incluso calificó de un "intento bastante crudo de presión" el recordatorio del gobierno de François Mitterrand de que así como pedía la colaboración británica para interrogar a Astiz, Londres a su vez pedía su asistencia para detener el envío de armamento a la Argentina.


25 de Abril de 1982: Astíz se rinde ante los británicos sin disparar ni un solo tiro en las islas Georgias del Sur.



"Prisionero difícil" 
Jefe de la guarnición argentina en las islas Georgias del Sur, Astiz se había rendido sin disparar un solo tiro tras dos bombardeos. La fotografía del momento en que firmaba su rendición "incondicional", el 25 de abril de 1982, ante dos oficiales británicos, recorrió el mundo. Y su uniforme, con los galones incluidos, se exhibe desde entonces en el Imperial War Museum de Londres.

El problema para los ingleses, sin embargo, llegó después: sobre Astiz del que ya circulaban las denuncias internacionales por violaciones a los derechos humanos en la ESMA, resultó un "prisionero difícil", según informes recibidos en Londres. Entre otros motivos, porque atacó a un guardia y armó una "primitiva daga con una pata de la cama".

Tras una escala en la isla Ascensión, Astiz se convirtió además en el único prisionero de guerra argentino que terminó en Gran Bretaña. Arribó a Portsmouth, el 5 de junio, y una guardia armada lo trasladó de inmediato a un centro de la Policía Militar en Chichester, Sussex.

Por entonces, los reportes de prensa de la época ya lo identificaban como "el ángel rubio" al que marcaban como el responsable de la desaparición de las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon, y la joven sueca Dagmar Hagelin. Sin embargo, los límites para Londres ya resultaban claros, potenciados por las advertencias de los expertos de la Cruz Roja. "De contactos recientes con ellos está claro que si le preguntáramos más a Astiz [que lo permitido por la Convención de Ginebra] se sentirán habilitados a criticarnos públicamente", alertó Pym. Y eso, añadió, podía resultar un problema cuando "el número de prisioneros de guerra argentinos en nuestras manos podría trepar aun más agudamente en el futuro inmediato".


Nota original publicada en La Nación (Domingo 30 de Diciembre de 2012. Edición digital y edición impresa ): http://www.lanacion.com.ar/1541566-londres-planeo-devolver-a-astiz-a-la-argentina-bajo-un-seudonimo


viernes, 4 de enero de 2013

Una muestra de la protección que Francisco Franco le daba a los nazis: la historia de Leon Degrelle

Leon Degrelle junto a Hitler (izq.) y en España luciendo "orgulloso" su uniforme nazi (der.)


En este post he decidido compartir un texto escrito magistralmente por José Manuel García Bautista como fruto de una exhaustiva investigación que publicó en "Secretos Nazis: los documentos desclasificados". Mucho se ha dicho y escrito sobre la protección de la que se han beneficiado tantísimos criminales de guerra, entre ellos muchos nazis por supuesto, a lo largo de los años y al amparo de "colaboradores inesperados" por muchos. También es mucho lo que se niega y con ésto, una vez más, no hay peor ciego que quien no quiere ver...Son innumerables las pruebas de la ayuda que los nazis recibieron para llegar "sanos y salvos" a Sudamérica (a pesar de la intentona negativa de tantos...), pero esos no han sido los únicos casos. Europa hizo lo suyo y regímenes simpatizantes con el nazismo, como el de Francisco Franco en España, han ido al frente en estas cuestiones y por varios motivos. A continuación transcribo un completo  informe realizado por el autor anteriormente nombrado sobre la historia del nazi León Degrelle, quien vivió lo más campante en la España franquista (y no sólo la franquista ya que murió pácidamente en Málaga el 31 de Marzo de 1994 a los 87 años de edad...) que sirve como una muy pequeña muestra de la descomunal ayuda, colaboración y protección que tuvieron los nazis (también) en España durante tanto tiempo.


La historia de León Degrelle no deja de ser paradójica y muy vinculada a  este Sevilla secreta nuestra. León Dregelle nació en Bélgica, en Bouillon el 15 de Junio de 1906, de él decía Hitler que: “si tuviera un hijo que gustaría que fuera como Degrelle”.  Al iniciarse el conflicto mundial en 1939 se alinea al lado del rey Leopoldo III, por su posición de neutralidad, pero cuando Alemania invade Bélgica el 10 de Mayo de 1940 y el partido Rexista es dividido por la resistencia a los nazis el idealista Degrelle es trasladado a Francia al campo de concentrarion de Vernet, no se sabe si por los horrores de la guerra o por iniciativa propia se produce una metamorfosis en León Dregelle y pronto comenzaría a publicar en el periódico colaboracionista “Le Pays Réel” . El 1 de Enero de 1941 une al movimiento rexista con el nacionalsocialismo y el fascismo, días después confiesa su admiración por la figura de Adolf Hitler: ”el hombre más grande de nuestra época” (León Degrelle). Funda la denominada Legión Valonia, que fue una suerte de División Azul a lo belga, para combatir junto a los nazis en la Unión Soviética, mil belgas que no corrieron demasiada suerte... Los supervivientes fueron integrados dentro de las Waffen-SS y Degrelle pasó de cabo en un inicio a teniente en Mayo de 1942 atendiendo a sus méritos en el combate y ser distinguido con la Cruz de Hierro, la más alta condecoración alemana concedida. Su unidad se convirtió en Brigada y él ascendido al grado de mayor y ser sucesivamente condecorado por su valor en el frente. La Legión Valonia fue transformada en la 28º División de Infantería de las Waffen-SS. En 1944 Degrelle fue condecorado con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro y en Agosto del mismo año la Cruz de Caballero con Hojas de Roble, una distinción concedida sólo a 883 militares en toda la guerra.
La carrera militar de León Degrelle parecía meteórica y en Octubre de ese mismo año sería condecorado con la Cruz Alemana de Oro.

Leon Degrelle junto a Joachim Von Ribbentrop, Ministro de Asuntos Exteriores de la Alemania nazi (izq.) 
y en diferentes actos nazis (der.)


En 1945 las fuerzas de este belga nazi lucharían en la Batalla de las Ardenas y el 2 de Mayo de ese mismo año un depuesto Himmler nombra a León Degrelle general de las SS. Las rendiciones y derrotas del ejército alemán obligan a huir a Degrelle primero a Copenhague (Dinamarca) y posteriormente a Oslo (Noruega). Así pues el belga decide tomar un Heinkel cedido por Albert Speer (Ministro de Armamento y de Guerra de Hitler) que lo lleve a un país neutral amparado por un régimen fascista del que recibiera protección, ese país era España. Y así vuela hacia España con el objetivo de encontrar asilo al cobijo de Franco, la fortuna no se alía en esta ocasión con Degrelle, ¿o si?, y su avión se estrella en la bahía de San Sebastián... Cuando los aliados tienen noticias, por sus redes de espías, que el general nazi está en España solicita su repatriación para ser juzgado junto con Pierre Laval (colaborador en la Gestapo en Francia bajo el gobierno de Vichy y jefe de la “Milice” francesa). La presión internacional sobre el gobierno de España era asfixiante, en un primer momento con la entrega de Laval se suaviza la tensión diplomática del momento,  sin embargo Franco se escuda en la ley de amparo con Degrelle y las heridas sufridas en el accidente aéreo para no entregarlo. No obstante y “in absentia” es juzgado declarándosele culpable de los cargos de colaboracionismo con los nazis y traición. La condena era a muerte.

El "accidente" del Heinkel de Leon Degrelle en la Bahía de San Sebastián (España, 1945).


Quizás por amistad o por una deuda con Hitler el gobierno español no parecía dispuesto a entregar al fugitivo, fueron años de disputas entre los cuerpos diplomáticos de España y de aquellos que reclamaban su repatriación cuando finalmente se le concede  la nacionalidad española y el pasaporte español con el nombre de José León Ramírez Reina, constructor, y para Falange Española uno de sus valedores así como uno de los más activos empresarios al servicio del gobierno. Todos esos años estuvo viviendo como un ciudadano español más bajo la protección de José Finat y Escrivá de Romaní, embajador de España en Alemania entre 1940 y 1942 así como Director General de Seguridad del gobierno español. Con tal aval... ¿cómo no iba vivir tranquilo León Degrelle en España?

¿Y donde podía vivir apaciblemente León Degrelle en España donde pasar inadvertido?
Pues en Sevilla, en su Sierra Norte, en una pequeña localidad llamada Constantina distante de la capital hispalense unos 86 kilómetros. Allí Degrelle era conocido como “Don Juan de La Carlina”, vivía bajo el nombre de Juan Sanchis siendo “propietario” de la “La Carlina” Manuel Amaya Ávila. Aquí el fundador del partido Rexista belga construye el denominado “Castillo Blanco” en su finca “La Carlina”, una maravilla arquitectónica donde gustaba pasar horas leyendo y escribiendo sus manifiestos. Persona de pocos amigos, y esos pocos afines ideológicamente, ocultaba perfectamente su identidad  aunque no su ideología a la vez que su figura siempre estuvo acompañada de leyendas sobre sus negocios o el destino de una parte de los tesoros alemanes productodel saqueo...

Leon Degrelle y su impresionante "Castillo Blanco" en Constantina, España.


Celebraba suntuosas fiestas en su palacete, Francisco García recuerda de aquella época:
“Eran grandes fiestas, y el palacio eran precioso, costeado y mucho... Decían que tenía incluso algunas salidas de escape en forma de pasadizos cuya idea le venía de la relación que tuvo don Juan con Himmler quién poseía un castillo en Alemania (se refiere al castillo de Welwelsburg, en Westfalia, santuario del nazismo) también con pasadizos de escape. Eran años donde era complicado vestir de esmoquin y sin embargo allí todo el mundo estaba de rigurosa etiqueta. Nosotros asistíamos con mi tío y padrino, Rafael Hazañas, hijo de Joaquín Hazañas y de la Rúa (Catedrático de Filosofía e Historia de la Universidad de Sevilla), además la familia poseía una finca cerca de “La Carlina”, se llamaba “Los Guaperales” en la linde de Guadalimar  donde está la Cruz. Aquella fue una época dura que desde luego en don Juan no se notaba, le gustaba rodearse de pocos pero de buenos amigos. Entre ellos mi padrino Rafael y el odontólogo del pueblo, don Servando Balaguer”.
Salvadora Bautista (nótese los apellidos de estos dos testimonios con los de uno de los autores de este libro) era una joven que por aquel entonces (años '50) trabajaba al servicio del prestigioso odontólogo local: “don Servando era muy agradable y nos quería mucho, recuerdo que en las fiestas que organizaba don Juan me decía: “Salvita tómate una copita de vino”. Era muy cariñoso. Don Juan era un hombre serio que difícilmente esbozaba una sonrisa pero que sin embargo estaba siempre rodeado de jefes de la Falange con sus uniformes y otras personalidades del régimen, era difícil verlo pero lucía en las grandes ocasiones una condecoración alemana que despertaba la admiración de todos (se trataba de la Cruz de Hierro). Las fiestas eran impresionantes y no le gustaba que faltara de nada y tampoco trataba al servicio de don Servando como a un servicio normal, nos trataba quizás con más afabilidad. Uno de los momentos más álgidos de aquella relación entre don Juan (Degrelle) y don Servando fue el motivo de casamiento de Ana en la década de los '60 si no recuerdo mal, la hija de don Juan y el hijo de don Servando, Juan Servando Balaguer Parreño, con lo que ambas familias quedaban emparentadas. Se casaron en la iglesia de La Concepción y el convite se celebró en “La Carlina”, luego el matrimonio se fue a vivir a Madrid, luego también casó a Godlieve, su otra hija”. En aquella primera boda las banderas con la esvástica ondearon al viento sevillano...
León Degrelle también vivió malos momentos en tierras sevillanas al vivir la muerte de su hijo en un accidente de motocicleta siendo enterrado en el panteón familia de Constantina. En la comarca de la Sierra Norte estableció amistad con una familia belga afincada en Lora del Río (Sevilla) que poseían una finca llamada “Molino Azul”. Además de escribir Degrelle dedicó un tiempo a la arqueología investigando los yacimientos calcolíticos de la Cueva de la Sima, estableciendo el periodo de ocupación prehistórico en la Sierra Morena hacía más de 45.000 años. Algunos lo tachan de expoliador y otros de estudioso, lo cierto es que bajo su supervisión se descubrieron ajuares funerarios , útiles y huesos humanos. Para unos dio cultura al pueblo y a la comarca y para otros no dejaba de ser un nazi huido de la justicia amparado por el régimen que gobernaba la España de la época.

Fotos de Leon Degrelle durante su plácida y protegida vida en España. Carta que le envió y dedicó a Hitler.


Degrelle se encontraba seguro y llega a escribir: “... Cuando ellos creían que estaban a punto de ganar la partida, cuando ya las líneas telefónicas de mi propiedad de Constantina la habían cortado los comunistas y todos los perros de la vecindad habían sido envenenados para que no hubiera señal de alerta, cuando mis raptores llegaron a la fase final, ¡catapún!, la policía española se les echó en lo alto. Una última tentativa de secuestro fue perpetrado por barbouzes del general De Gaulle. Los secuestradores del general no tuvieron más suerte que sus predecesores belgas o israelíes... Fueron detenidos por la policía española junto a la misma valla de mi propiedad”.



Extraído de: "Secretos Nazis: los documentos desclasificados"
Copyright: José Manuel García Bautista
(Sobre textos propios y textos de investigaciones propias)
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