Más allá de gustos, ideas y posturas políticas o ideológicas personales, otra buena manera de ver la historia es a través de estas viejas filmaciones de la ciudad de Berlín en color. Tal vez más cercanas a la realidad, posiblemente más reveladoras respecto de cómo fueron las cosas durante las diferentes etapas de la tantas veces vapuleada y reconstruída gran ciudad alemana. En este post propongo simplemente un imaginario viaje en el tiempo dando una mirada a la pujante Berlín de los años 1900, 1935 y 1945, gracias a viejas filmaciones en color que muestran el paso desde el máximo esplendor al mismísimo infierno y el drama del final de la Segunda Guerra Mundial. Casi como si estuviéramos allí.
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domingo, 27 de diciembre de 2015
jueves, 1 de marzo de 2012
Ferdinand Beisel: El Hitler que murió en Berlín
Ferdinand Beisel recorriendo la destrozada Cancillería del Tercer Reich.
Ferdinand Beisel era un hombre común, un alemán que, como tantos otros, veía con absoluta "normalidad" ser parte activa de las SS. Una tarde Beisel repitió el viejo ritual de ir a una cervecería con un grupo de amigos de toda la vida, esa misma vida que estaba por experimentar un giro absolutamente inesperado en cuestión de minutos. A Ferdinand Beisel se le ocurrió la "felíz idea" de imitar a Adolf Hitler a raíz de su enorme parecido con el Führer. El hecho hubiese pasado totalmente inadvertido de no ser por un pequeño detalle: unos jerarcas de la Gestapo estaban presentes en el lugar y no dudaron ni un instante en detener a Beisel por, según ellos, mofarse del conductor de Alemania. Beisel fue detenido pero fueron las mismas personas que lo llevaron a prisión quienes vieron algo positivo en aquel asombroso parecido con el Führer. En los días finales de la Segunda Guerra Mundial no estaba demás cubrirle las espaldas a Hitler y "mandar al frente" a un socias o doble.
Cuando Ferdinand Beisel fue presentado a Martin Bormann, vice Führer, ya tenía asignada una nueva tarea en el alicaído Tercer Reich: a partir de ese momento era uno de los dobles de Adolf Hitler.
Ferdinand Beisel recorriendo la destrozada Cancillería del Tercer Reich.
Con el paso del tiempo Beisel estuvo muy atareado, sobre todo cuando el ejército rojo comenzó a cercar Berlín y cuando el final resultaba ya inexorable e irreversible. El interior del bunker de Hitler en Berlín era un hervidero. Reuniones secretas, gritos desesperados, intentos de suicidio y escape. Suicidios concretados, promesas de lealtad eterna, apretones de mano y la idea que flotaba en el aire del viciado espacio subterráneo: Hitler ya no estaba allí. Con el paso de los días los contactos visuales con el Führer se fueron espaciando hasta casi desaparecer de toda posibilidad e incluso los últimos colaboradores en recibir el saludo del líder alemán sostuvieron que en realidad su aspecto era diferente al habitual y que ni siquiera pronunció palabra al despedirse de ellos con un apretón de manos.
El entorno de Hitler (ya en viaje hacia Sudamérica) se encargó de "organizar" una última sesión de fotos del "Führer" observando los destrozos iniciales en la Cancillería del Tercer Reich. En las imágenes (las dos primeras de este post) se observa al supuesto Hitler que en realidad no es tal. El de las imágenes finales en la Cancillería es ni más ni menos que Ferdinand Beisel, el infortunado imitador de Hitler que cambió su destino para siempre aquella tarde en una cervecería al imitar al Führer.
El cuerpo muerto de Ferdinand Beisel. Los rusos lo exhibieron como el cadaver de Hitler.
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