Camión Opel Blitz y soldados alemanes.
Retomando algo planteado en el post anterior, Henry Ford era uno de esos empresarios norteamericanos ferviente simpatizante del abominable Nacional Socialismo de Hitler desde la primera hora. Su estrecha relación con el Führer se veía coronada y ejemplificada de la más terrible manera con su retrato exhibido en una de las paredes del mismísimo despacho del líder alemán. Ford admiraba a Hitler y Hitler, por su parte, admiraba a Ford. Esa admiración y respeto mutuos (de ambas partes, anteriores a la llegada de Hitler al poder en 1933) hizo posible que, a pesar de que la propaganda norteamericana vomitaba fuego contra Hitler, a espaldas del mundo entero (también del pueblo norteamericano, casi siempre ignorante de todo) se pudieran tejer negocios que hoy no sorprenden a nadie.
Soldados alemanes empujan un camión con el logo de Chevrolet en el frente.
Los directores ocasionales de las plantas fabriles de Ford y General Motors en la Alemania nazi, jamás se opusieron a la transformación de las plataformas de producción en pos de favorecer, a cambio de negocios sin precedentes, a la máquina de guerra alemana de Hitler.
Adolf Hitler y Louis Renault (a su izquierda) en el Salón del Automóvil de Paris de 1937.
Las evidencias, hoy en día son más que obvias. Henry Ford y en parte Louis Renault (a quien más de un francés considera un verdadero traidor) colaboraron de manera notable para que la maquinaria bélica de Adolf Hitler encontrara gracias a sus modelos (sobre todo de camiones pesados) éxito en su camino a los países invadidos y a las ciudades tomadas en su caravana del terror.
La unión y la fuerza siempre van de la mano y ellos, las tuvieron a ambas.
gran aporte....
ResponderEliminarHola! Estaría bueno que leas "El judío internacional" de H. Ford para que entiendas porque apoyaba al Nacional Socialismo.
ResponderEliminarSaludos!