martes, 13 de febrero de 2024

La mujer obsesionada por un beso de Hitler

Fue uno de los momentos más curiosos vividos por el Führer nazi públicamente. Cuando nadie lo esperaba, Carla Lee de Vries lo sorprendió ante miles de personas. ¿Cómo reaccionó el tirano?

Informe de Marcelo García para Canal 26.

En 1936, cuando aún faltaban tres años para el comienzo de las acciones de la Segunda Guerra Mundial, los peores horrores perpetrados por el nazismo aún estaban por llegar. Fue cuando Adolf Hitler aprovechó la oportuna organización de los Juegos Olímpicos para dar ante el mundo una imagen que ciertamente le costaba mucho esfuerzo actuar. 

Entre el 1° y el 16 de agosto de aquel año la bandera con la Cruz Esvástica ondearía pacíficamente junto a la llama olímpica en el imponente estadio de Berlín, la capital de la Alemania nazi del Tercer Reich.

El Führer creyó que esa era la perfecta oportunidad que se le presentaba para recibir a miles de visitantes de todas partes del mundo y mostrarse abierto como nunca lo había hecho con anterioridad. 

El 15 de agosto, entre la inmensa multitud que se había congregado en el Estadio Olímpico de Berlín, estaban Carla Lee de Vries y su esposo George, una excéntrica pareja de estadounidenses, poderosos y acaudalados productores de leche de la localidad de Norwalk, en el estado de California, quienes disfrutaban de unos días de vacaciones por Europa.

Aquel día Carla preguntó a los guardias apostados en la tribuna principal si el Führer sería tan cortés de firmar su billete olímpico y dejar estampada su firma para la posteridad. Acompañada por un oficial de las SS y la casi planeada presencia de un camarógrafo asignado a la cobretura del evento deportivo, llegó frente a Hitler para lograr su cometido. El tirano de Alemania autografió el ticket y amablemente se lo devolvió, pero Carla Lee de Vries tenía otro plan.

Cuando nadie lo esperaba, se abalanzó sobre Hitler y trató no una sino dos veces de besar al dictador. Contra todo pronóstico, el Führer dio la insospechada sensación de disfrutar el momento aunque luego buscó sacarla de encima con una amplia sonrisa, en una escena casi adolescente y escolar. 

Al final de la curiosa e incómoda jornada, la Cancillería del Reich era un auténtico hervidero. Hitler ya no sonreía. Furioso, dispuso la reorganización completa y total de su aparato de seguridad. Algunos agentes fueron despedidos, otros degradados, mientras no pocos aseguran que varios fueron pasados por las armas.

Carla Lee de Vries murió en la ciudad de Los Ángeles el 3 de junio de 1985 a sus 92 años de edad. Se fue a la tumba guardando un íntimo y vailosísimo secreto. ¿Acaso había estado enamorada del temible y sanguinario Führer alemán? 

Es algo que ella jamás se atrevió a revelar.


Instagram: @marcelo.garcia.escritor

(Los temas publicados y los tags no expresan ideología política. Sólo investigación histórica)

Artículo original: https://www.canal26.com/historia/la-mujer-obsesionada-por-un-beso-de-hitler--364408

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