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domingo, 19 de mayo de 2013
Desaparecidos en Argentina: ¿Las políticas de Derechos Humanos actuales favorecen la impunidad?
Cuando el 17 de mayo de 2013 el dictador argentino Jorge Rafael Videla era encontrado sin vida en el baño de su celda en el Penal de Marcos Paz, se cerraba un tristísimo capítulo de la reciente historia argentina del modo menos deseado. Videla se llevó muchos de sus nefastos secretos a la tumba y eso es algo que no sólo debemos lamentar, sino que es algo sobre lo que deberíamos pensar y debatir.
Asesinos, delincuentes y sediciosos de la calaña de Videla debieron, deben y deberán ser juzgados, de eso no quedan dudas. Pero lo que sí deberíamos preguntarnos es ¿qué clase de justicia esperamos para casos tan dolorosos y lamentables como el de los desaparecidos? Si el juicio y el castigo son justos y necesarios, también es justo y necesario poder encontrar a esas miles y miles de personas desaparecidas y en eso, la justicia argentina y los sucesivos gobiernos que han basado parte importante de sus "políticas" sobre los derechos humanos (sobre todo desde 2003 a la fecha) están en deuda.
¿Será que se busca realmente terminar con el tema de los desaparecidos, moviéndose en serio, actuando efectivamente para dar con los archivos, listas y datos que conduzcan a saber algo más sobre el paradero de quienes nada se sabe todavía? o... ¿será que simplemente se busca castigar (merecidamente) a los genocidas, responsables de semejantes atrocidades y nada más?
La muerte de Videla nos debe hacer pensar en todo ésto.
Desde 2003 a esta parte se ha tenido mucho tiempo para lograr encontrar archivos que ayuden a resolver parte de este tema. Registros ocultos en destacamentos militares, policiales, de la Iglesia y hasta en alguna sede de partido político deben existir y 10 años parece ser tiempo suficiente para dar con ese material. Sin embargo día tras día vemos como tristemente la "justicia" argentina hace dudosa gala de "poca muñeca" a la hora de conseguir buenos resultados. Es cierto que hay que juzgar a los criminales (en este caso Videla y la lacra de cómplices cobardes), pero también es cierto que hay que ser lo suficientemente hábil, creativo e inteligente como para lograr obtener información concreta y útil de parte de ellos y eso es algo que no se ha sabido (¿o no se ha querido?) hacer...
No hablo de "regalarle" nada a nadie, mucho menos a asesinos, criminales y golpistas. Pero sí hablo de propiciar una búsqueda de la justicia que no sólo haga foco en el castigo reiterado y sistemático a los culpables sino que además sea capaz de sentarse a buscar otros caminos, que (dicho sea de paso) tiendan a lograr obtener información concreta.
Para decirlo más claramente: en los juicios existen las figuras de los arrepentidos y también la posibilidad de conmutar años de penas a cambio de información. Ninguna de estas opciones se ha tenido nunca en cuenta durante los juicios a los responsables del secuestro, la tortura y la desaparcición de personas en nuestro país. Resumiendo: si nos topamos con un genocida que no sólo que no se arrepiente de lo actuado, sino que además lo reafirma y asegura que lo volvería a ser (Videla y tantos otros) y si a eso le sumamos que en los juicios tan sólo se busca el castigo (merecido y necesario), la resultante será la que hemos obtenido el 17 de mayo de 2013: un criminal que se lleva valiosa información a la tumba...
Pienso lo siguiente: ¿Qué tanto puede afectar a un criminal como Videla con 87 años de edad a cuestas, una colección completa de condenas (de la justicia y sociales) y una tonelada de impresentables convicciones asesinas, que le den 50 años de cárcel en la causa por el robo de bebés durante el Proceso de Reorganización Nacional? En nada, absolutamente en nada. Jugado por jugado, Videla optó por cerrar filas con sus camaradas, apostar a una verdadera "Omertá" militar y cagar (una vez más a la sociedad toda) llevándose información más que valiosa y necesaria a la tumba.
¿No hubiese sido mucho más "inteligente" de parte del Estado Nacional como querellante en estas lamentables causas, haber apostado a buscar otros caminos alternativos que se sumen al del juzgamiento merecido? Insisto: conmutación de años de cárcel por datos concretos sin que eso implique regalarle nada a nadie o perdonar sin encarcelar. Utilizar la figura del arrepentido a cambio de información. Y tantas otras variantes que nunca se han considerado.
Ahora ya es tarde.
Ahora Videla está inerte, frío, muerto, bien muerto. Muy pronto recibirá sepultura y sus familiares podrán llevarle flores para rendirle tributo y recordarlo allí, sabiendo donde está. Una posibilidad que el asesino Videla le ha privado a miles y miles de personas que aún no saben en dónde están sus seres queridos. Pero no ha sido Videla el único responsable: quienes no han sabido obtener información en lugar de tan sólo dedicarse a castigar y castigar, en parte, también lo son...
Historias Lado B
19 de Mayo de 2013
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