Wilfred von Oven a sus 96 años en Buenos Aires (izquierda) y vistiendo su uniforme en los días de la guerra (derecha).
Las vueltas de la vida, quisieron que a Joseph Goebbels se le ocurriera la idea de hacer que algunos integrantes del ejército alemán en las diferentes campañas de conquista se convirtieran en cronistas en el campo de batalla además de ser soldados. Eran las llamadas "tropas de información" y von Oven se destacó más que otros en esa tarea de redactar informes y crónicas directamente desde el lugar de los hechos. A Goebbels (y dicen que también a Hitler) le llamó la atención uno de los informes de von Oven y decidió llamarlo para recompensarlo. Ese "regalo" de Goebbels se materializó con la salida de von Oven del durísimo e inclemente frente ruso y su traslado directo a Berlín para comenzar a cumplir las funciones de auxiliar directo (concretamente: secretario) del siniestro Ministro de Propaganda del Tercer Reich. La relación de von Oven y Goebbels fue de lo más cordial y de mutua admiración, teniendo su último episodio en la capital alemana el 22 de Abril de 1945 cuando Goebbels se despidió de von Oven para ir junto a Hitler al bunker subterráneo de la Cancillería.
Von Oven intentó seguir a Goebbels a la Cancillería pero el ministro nazi le dijo que permaneciera en su oficina "arreglando todos los papeles". Luego el final de la guerra y un poco después, la llegada de Wilfred von Oven a la Argentina amparado por las autoridades de turno y siendo parte de los contingentes de nazis "puestos a salvo" por una impresionante red internacional. Wilfred von Oven fue prisionero de los ingleses hasta 1952, año en el cual se trasladó a Argentina con la primera de sus tres esposas (enviudó tres veces el hombre...) y sus dos hijos. Von Oven inicialmente tuvo la esperada protección, lo que implicaba una identidad falsa en sus documentos y luego, siguió contando con esa misma protección, sólo que a partir de cierto momento con la ayuda de la impunidad: al poco tiempo de llegado a la Argentina volvió a usar su verdadero nombre y nunca nadie, jamás, le tocó un pelo... Con ese mismo nombre, firmaba su trabajo en Argentina como jefe de redacción del periódico alemán "Freie Presse".
Extracto de entrevista a Wilfred von Owen en Bella Vista (Buenos Aires, Argentina, 2008). Impunidad total. Sin palabras...
Esta mano derecha de Goebbels vivió en Argentina, en un chalet ubicado en Bella Vista, Gran Buenos Aires, desde 1952 hasta el 13 de Junio de 2008, momento en el que falleció a los 96 años, solitario, rodeado de hijos, nietos y bisnietos, llevándose a la tumba los recuerdos y secretos de aquellos nefastos y oscuros días de Nacional Socialista en la Alemania del Tercer Reich. Vivió plácidamente en la Argentina, amparado, protegido, avalado y (por muchos, increíblemente) respetado y admirado. No fue el único, eso es lo peor.