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lunes, 25 de febrero de 2013

Novelesca búsqueda del oro nazi en un lago

Oro nazi.


Heridas que no cierran, cuentas que aún deben ser saldadas y la insistente búsqueda de un pasado que se resiste a quedar atrás. Te invito a leer el muy interesante artículo publicado el Domingo 24 de Febrero de 2013 en el Diario "La Nación" (Argentina), escrito por Laura Lucchini, sobre un nuevo intento en pos de encontrar parte del tesoro nazi mal habido durante la Segunda Guerra Mundial por el infame Hermann Goering, Jefe supremo de la Luftwaffe. El artículo completo a continuación:


Novelesca búsqueda del oro nazi en un lago
Con un costoso equipo, un historiador israelí trata de dar con la fortuna de Hermann Göring
Por Laura Lucchini  | Para LA NACION

BERLÍN.- Esta historia tiene los elementos para una novela.
Está protagonizada por un malvado sin escrúpulos, el lugarteniente de Adolf Hitler y comandante supremo de la Luftwaffe, Hermann Göring. Incluye un tesoro desaparecido, 18 cajas de madera llenas de lingotes de oro y platino, y una circunstancia dramática: la fortuna fue robada en territorios ocupados durante la Segunda Guerra Mundial. Por último, está el personaje de un periodista e historiador decidido a cerrar cuentas con el pasado. Se trata, sin embargo, de los elementos de una noticia real, que se impuso esta semana en las crónicas alemanas. El historiador israelí Yaron Svoray anunció, a través de medios alemanes, que empezará una búsqueda "seria" del mítico tesoro del Stolpsee, un lago ubicado unos 80 kilómetros al norte de Berlín. Aun así, intentos previos fracasados y escasas evidencias históricas ponen en duda su real posibilidad de éxito. Con un equipo internacional de buceadores que cuentan con modernos escáneres submarinos valuados en 50.000 euros, el periodista buscará sacar a la luz, en un lago de unos 13 metros de profundidad, la fortuna que Hermann Göring ocultó, según la leyenda, poco antes de la entrada del Ejército Rojo en Berlín en 1945. Todo lo que encuentre será devuelto al gobierno alemán. "Lo que me interesa no es el dinero, sino los hombres a los que perteneció, y que al final encuentren algo de justicia", dijo al diario sensacionalista Bild.

Lago Stolpsee, a 80 kilómetros norte de Berlín (Alemania).



También le preocupa hacer justicia para los trabajadores forzosos que fueron obligados a cargar las 18 cajas para hundirlas en el lago; inmediatamente después fueron ejecutados en el mismo lugar por parte de las SS, según reza la leyenda. Thomas Kersting, director de la Oficina Regional para el Cuidado de Monumentos, dijo que "se trata de una expedición de interés histórico". La historia del tesoro desaparecido de Stolpsee se inserta en una tradición de narraciones aventureras de los últimos días del régimen nazi. Muchos jefes nazis, y Göring antes que todos, acumularon antes y durante la Segunda Guerra Mundial enormes fortunas. A menudo eran bienes robados en los territorios ocupados. Se sabe que Göring ocultó un botín en su célebre residencia de Carinhall. Según reconstrucciones del periodista e historiador Sven Felix Kellerhoff, escondió allí 1375 cuadros, 250 esculturas y 168 tapices. Otras versiones añaden además centenares de lingotes de oro secuestrados del Banco Nacional Polaco durante la invasión de 1939. Cuando el Ejército Rojo entró en Berlín, Göring dio la orden de vaciar su residencia de los botines de guerra. Buena parte de su fortuna fue recuperada; sin embargo, las circunstancias ofrecieron terreno fértil para todo tipo de leyenda.

Yaron Svoray, de 59 años es hijo de sobrevivientes del Holocausto. Fue policía y detective antes de comenzar a dedicarse a la historia del siglo XX y en particular a la búsqueda de los tesoros de los nazis. Su descubrimiento de diamantes perdidos en los primeros meses de 1945 cerca de Estrasburgo se convirtió en un documental - Blood from a Stone - y le dio cierta fama.

Hermann Goering detenido por los aliados. 22 de Junio de 1945.


Como periodista se dio a conocer por su infiltración durante seis meses en la escena neonazi alemana. Aun así, muchos creen que esta vez Svoray no tendrá éxito. En particular, el diario Die Welt desmontó, en un artículo muy crítico del propio Kellerhoff, la teoría del hundimiento. Argumentó que no hay evidencias de la existencia de las cajas de lingotes y que el lago se encuentra a 40 kilómetros de la residencia de Carinhall, es decir, mucho más lejos de otros lagos que Göring podría haber usado. Según el diario conservador, hay literalmente centenares de historias parecidas en todos los lagos y colinas de la Alemania que fue teatro de la Segunda Guerra Mundial. "De éstas, sólo dos se confirmaron hasta ahora verdaderas": una sería la del tesoro de la Catedral de Quedlinburg, que fue encontrado en las colinas de la ciudad de Altenburg. Otra, la del depósito del Banco del Reich, hallado en la mina de sal de Merkers, en Turingia.


Nota original:
http://www.lanacion.com.ar/1557452-novelesca-busqueda-del-oro-nazi-en-un-lago
Publicado en el Diario "La Nación" en sus versiones impresa y digital. Domingo 24 de Febrero de 2013.

miércoles, 13 de junio de 2012

Los mil escapes y todas las muertes de Martin Bormann


La historia de Martin Bormann no ha sido muy diferente a tantas otras, de tantos otros jerarcas nazis desaparecidos repentinamente justo cuando el final de la Segunda Guerra Mundial era casi un hecho. El epitafio de Bormann, vice Führer de Adolf Hitler tras la caída en desgracia de Rudolf Hess en 1941 y uno de los hombres más influyentes sobre el dictador alemán que se hayan conocido, dice que nació en Halberstadt, Alemania, el 17 de junio de 1900 y que murió en Berlín el 2 de mayo de 1945, pero...¿ha sido efectivamente así?

Bormann era el cerebro gris amparado a la sombra de Hitler. Este hombre siniestro hacía dos cosas a las mil maravillas: influír como nadie sobre Hitler y además encargarse de construír una muralla en torno al dictador para que nadie se interpusiera entre ellos. Bormann era efectivo, certero, silencioso, discreto y afecto a no exhibirse para poder concentrarse en sus tareas recluído en su oficina. Pensaba en todo y estaba en todo. Martin Bormann era el titiritero maléfico, el hombre que copiaba a la perfección los extraños horarios de Hitler para nunca dejar de estar con él, el jerarca casi impoluto que no tenía vicios que, como si fuera poco, se transformó tras la "primera muerte" de Hitler en el depositario de las esperanzas para la fundación del IV Reich. Y el plan para fundar un nuevo imperio no tenía lugar en Europa, sino en Sudamérica y todo gracias a la nefasta organización ODESSA, o "La Araña" como también se la conocía.
ODESSA comenzó a actuar en Alemania durante los juicios de Nuremberg con total efectividad. Mientras Bormann era juzgado en rebeldía y condenado a la horca, al mismo tiempo ya disfrutaba de toda la protección de una red mundial que comenzaba en Génova, Italia y que terminó en las playas de San Clemente del Tuyú, en la costa atlántica de la Provincia de Buenos Aires, en Argentina.

Mientras muchos de sus adeptos y algunos familiares lo lloraban sobre una tumba vacía en Alemania, Bormann comenzaba un largo periplo enmascarado con cambios físicos y pasaportes falsos (siete en total) todos con nombres que no eran precisamente el suyo. Desde Italia y tras un paso por España, Bormann pisa las tranquilas arenas de San Clemente del Tuyú en Argentina. Bormann había logrado con los empresarios y acaudalados afectos al régimen algo similar a lo que había conseguido Hitler años antes en Estrasburgo: que depositen sus fortunas en favor de la concreción del nuevo Reich. Así lo hicieron y las sumas resultan hoy incalculables. ODESSA ya había hecho de las suyas previamente y recién en 1946 los aliados comprobaron que una suma de 800 millones de dólares se había "esfumado misteriosamente" de los bancos alemanes. Para poder tener una idea de la cantidad de dinero de la que estamos hablando hoy en día, habría que multiplicar esa cifra por 100.

El 28 de marzo de 1945 había arrimado a las playas de Argentina un convoy de varios U-Boots (submarinos alemanes) con un pesado cargamento de oro, divisas, alhajas y piedras preciosas que fue puesto a resguardo de inmediato. Han querido la casualidad y la providencia que exactamente tres semanas después de esa misteriosa e inesperada llegada, se realizaran monumentales depósitos a nombre de Eva Duarte de Perón en el Banco Transatlántico Alemán, el Banco Germánico y el Banco Tornquist, todos con sede en Buenos Aires, Argentina.
Mientras tanto Bormann, ese mismo que "había muerto en Berlín" el 2 de mayo de 1945, se reunía en Roma con Moseñor Montini (luego el Papa Paulo VI) en el Vaticano, sellando un acuerdo de protección que lo trajo hasta Argentina a través de la ruta de las Ratas recién en 1948. Eva Duarte de Perón también había aportado lo suyo con su viaje a Europa en 1947, momento que aprovechó para su encuentro con Bormann finiquitando el arreglo que lo traería a la Argentina. Como el viaje había sido largo y seguramente Bormann "había utilizado muchos de sus ahorros", Juan Domingo Perón le transfirió un cuarto de aquella monumental fortuna llegada en los U-Boots y depositada en los bancos alemanes en Buenos Aires. Para asegurarse de no pasar penurias también se transfirió desde Alemania a Argentina gran parte del tesoro del Deutsche Bank, el cual estaba a nombre de un tal L. Freude, quien casualmente fue encontrado muerto a los pocos días de realizada la transacción...

En 1951 se traslada a Paraguay, se encuentra con Joseph Menguele, vive allí y luego se instala en Brasil con el nombre de Richard Bauer. Las "visitas" de comandos israelíes en Argentina en los '60, lo hace dudar de su regresa a estas pampas, pero Argentina tenía algo especial para él: el centro mundial de la Organización ODESSA estaba (¿estaba?) radicado en Bariloche, provincia de Río Negro, en la Patagonia de Argentina y es por eso que regresa al país en 1972 (muchos años después de aquel fatídico 1945 en el que "había muerto" en Alemania) luchando contra un cáncer que lo venció mientras vivía supuestamente como "cualquier hijo de vecino" en la localidad de San Martín, Provincia de Buenos Aires.

Martin Bormann, aquel hombre al que el mismísimo Hitler tildaba de "brutal pero fiable", no sólo que no había muerto en Berlín en 1945, sino que logró sobrevivir y pasarla bastante bien hasta bien entrados los años '70 en diferentes lugares de Argentina, Brasil y Paraguay, amparado por gobiernos, empresarios, banqueros y autoridades que contribuyeron en gran medida a crear el tan ansiado (por ellos) IV Reich. Los mil escapes y las varias muertes de Bormann no eran, definitivamente, un cuento de ciencia ficción...