Mostrando entradas con la etiqueta nazis. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta nazis. Mostrar todas las entradas

domingo, 25 de agosto de 2013

Prinz Albrecht strasse 28, Berlín: La Gestapo y los Sionistas trabajando juntos en el mismo edificio

Judíos fuera de Alemania y dos aparentes antagonistas con un mismo objetivo. La temible Gestapo y los no menos temibles Sionistas unidos por la idea fija de lograr la emigración judía hacia la Palestina bajo dominio británico. Lo que inició el Acuerdo de Haavara, se materializó en el trabajo de "los dos bandos contrarios" bajo el mismo techo y en perfecta armonía: Prinz Albrecht strasse 28, Berlín.

Por Marcelo D. García para Historias Lado B




Prinz Albrecht strasse 28, Berlín, Alemania. La sede de la GESTAPO y los Sionistas.


El agua y el aceite se mezclan.
A partir de1933 (y hasta 1945) el aparato de persecución y terror del régimen nacionalsocialista se instaló formalmente en el Nº 8 de la calle Prinz Albercht Strasse, en Berlín, Alemania. La Policía Secreta del Estado (Gestapo) comenzó a organizar sus "trabajos" en ese lugar y a partir del año 1939 el edificio fue además la residencia de la recién fundada Oficina Central de Seguridad del Reich (“Reichssicherheitshauptamt” o RSHA) bajo las imperturbables órdenes del letal Reinhard Heidrich. El edificio lindero, es decir, el Hotel Prinz Albrecht, fue la sede de la Jefatura de la SS (“Reichsführung SS”). El Servicio de Seguridad (“SD”) de la SS se instaló en el palacio Prinz Albrecht en la calle Wilhelmstrasse nº 102. Toda esa zona es conocida hoy en día como la "Topografía del Terror", pero los equipos de la muerte, el exterminio y la brutalidad de la Alemania nazi no estaban solos. Para sorpresa de muchos, aún en los días que vivimos, todo el aparato represor nazi contaba con unos "inesperados inquilinos" de varias de sus oficinas...

En ese complejo de edificios estaba centralizado todo el poder y la planificación de la maquinaria represiva nazi. Allí se delineaban las políticas a seguir, sobre todo en materia de persecución a opositores pero también sobre la captura, deportación y exterminio de los judíos de la Alemania del Tercer Reich y las zonas ocupadas. Desde mucho antes de la llegada al poder de los nazis, cosa que concretamente sucedió el 20 de enero de 1933, ya se estaba al corriente de la ideología antisemita y totalitaria del intolerante partido encabezado por Adolf Hitler. No fue novedad para nadie y tampoco a nadie tomó por sorpresa el ascenso y la consolidación de la barbarie nazi y sus "políticas" racistas, fundamentalmente enfocadas a la población judía. Los nazis tenían una idea fija en su putrefacta mentalidad: la salida de los judíos de "su" Alemania y la deportación hacia el Este. Las directivas de la superioridad nazi no dejaban lugar a dudas: los judíos no eran alemanes. No se podía ser judío y alemán al mismo tiempo. Y en ese afiebrado pensamiento tampoco estaban solos. Si los alemanes sostenían que los judíos no compartían "su" nacionalidad y su "pureza", la cúpula sionista creía algo similar: los judíos deberían emigrar a Palestina y formar el Estado de Israel. Los que no lo hicieran eran, sin más vueltas, traidores al pueblo judío. Moraleja: Nazis y Sionistas pensaban lo mismo.


 Nazis y Sionistas. Deportación de población judía.


El Sionismo.
El sionismo sostenía que los judíos eran primordialmente un grupo nacional (como los polacos o los alemanes) y no un grupo religioso (como los musulmanes o los católicos) y que, como tal, tenía derecho a crear su propio Estado en su territorio histórico. La formulación clásica de la idea es la que hizo Theodor Herzl en su opúsculo "Der Judenstaat" (El Estado Judío, publicado en Berlín y Viena en 1896), que tiene como precedentes doctrinales la obra de Moses Hess "Roma y Jerusalén" (1860) y la del médico judío ruso Leo Pinsker "Autoemancipación" (1882), que contiene ya la consigna «Ayudaos, que Dios os ayudará». El sionismo se puso como objetivo primario la creación de un Estado judío moderno, considerando que con ello devolvía al pueblo judío su estatus de nación y pondría fin a dos milenios de vida en el exilio. Ante las grandes dificultades a las que se enfrentaron los judíos para establecerse en la antigua Tierra de Israel, se barajaron algunas alternativas temporales, sin intención de establecer un Estado nacional, solo como refugio ante la ola de pogromos y persecuciones en la Rusia zarista, como la Argentina — en la que se crearon numerosas colonias de inmigrantes judíos europeos—, y aun en una porción del África Oriental Británica (el conocido como "proyecto Uganda", en la actual Kenia), ofrecida por el gobierno de Londres; éstas fueron estudiadas (el propio Herzl estudia en su obra las ventajas comparativas de Argentina y Palestina) y finalmente rechazadas por la dirigencia sionista, y se prefirió el establecimiento del futuro Estado en Palestina, una región en manos del Imperio Turco y que no se correspondía a ninguna división administrativa, por lo que sus límites no estaban establecidos. En paralelo a estas ideas, se fueron produciendo sucesivas oleadas migratorias (llamadas Aliyá) de muchos jóvenes obreros y estudiantes, que escapaban en su mayoría del antisemita ambiente ruso y dispuestos a levantar la antigua patria judía basándose en dos ejes: el trabajo agrícola y la resurrección de la lengua hebrea, que dejó de hablarse alrededor del siglo I a. C., aunque siguió utilizándose en la literatura y, sobre todo, en la liturgia y con propósitos académicos.

La inmigración judía a Eretz Israel se inició en 1882. La denominada Primera Aliyá vio la llegada de alrededor de 35.000 judíos en el término de unos veinte años. La mayoría de los inmigrantes procedían de Rusia, donde el antisemitismo era muy marcado y violento. Ellos fundaron una serie de asentamientos agrícolas con el apoyo financiero de filántropos judíos de la Europa occidental. La Segunda Aliyá comenzó en 1904. Otras, cada vez con más inmigrantes, se sucedieron entre las dos guerras mundiales, impulsadas en la década de 1930 por la persecución nazi.
La Declaración Balfour de 1917 apoyó la creación de una Patria Judía en el Mandato Británico de Palestina...


El "Jüdische Rundschau" (publicación de la Federación Sionista de Alemania) se vende en las calles de Berlín en 1934.


Nazis y Sionistas con los mismos objetivos.
Reinhard Tristan Eugen Heydrich, era el segundo jefe de las temibles SS dependiendo directamente de Heinrich Himmler. Heydrich fue nombrado a partir de 1939 como jefe de la Oficina Central de Seguridad del Reich (RSHA). Entre Himmler y él lograron delinear los trazos iniciales y darle forma luego muy concreta a la tristemente célebre "Solución Final" al (mal llamado) problema judío. La "dedicación" de Himmler y Heydrich al "problema judío" se vio coronada por la famosa Conferencia de Wannsee llevada a cabo en 20 de enero de 1942 en una mansión ubicada a orillas del lago del mismo nombre en las cercanías de Berlín. Allí se determinó el comienzo efectivo de la aterradora "Solución Final" y Heydrich, en eso, había tenido mucho que ver. El anterior intento de "sacarse de encima" a los judíos, conocido como el "Plan Madagascar" (1), con conocimiento y aprobación (se reitera: aprobación) de parte de la cúpula sionista, no había prosperado.
El odio racial y de todo tipo hacia los judíos no impidió, sin embargo, que Heidrich coincidiera en algo con la cúpula sionista en Alemania, quienes se arrogaban la representación de "todos" los judíos y que... estaban más que dispuestos a sentarse a negociar con el régimen nazi con el objetivo de lograr en primer lugar la salida de los judíos de Alemania y el Reich y en segundo lugar el establecimiento (dada esa tan particular "emigración") del Estado de Israel.
Lo imposible se hacía realidad, Nazis y Sionistas de acuerdo. Gracias a eso la firma del "Acuerdo de Haavara" (2) fue simplemente un trámite más.


Reinhard Heydrich.


Contra los británicos.
Reinhard Heydrich pensaba que si los nazis buscaban la salida de los judíos del III Reich y los Sionistas pretendían lo mismo, el plan no podía haber resultado mejor. Y entonces surgió la pregunta al dilema del millón: Si los nazis y los sionistas estaban de acuerdo ¿a quién "perjudicaba" que los judíos "emigren" a Palestina? La respuesta era una y sólo una: a los británicos.
Palestina estaba por aquel entonces bajo los designios de la corona británica y lejos, muy lejos, estaban los británicos de aceptar la llegada de los judíos a "su territorio". El tema no encontró obstáculos para nazis y sionistas, quienes más allá de la puesta en marcha del "Acuerdo de Haavara" desde tiempo antes, a partir de entonces decidieron ponerse a trabajar juntos y en perfecta armonía bajo el mismo techo. El lugar elegido por unos y por otros fue el N° 8 de la calle Prinz Albercht Strasse, en Berlín, Alemania, el cuartel general de la Gestapo, devenido en consecuencia cuartel general del Sionismo en la Alemania nazi.

Los Sionistas fueron funcionales a los planes de los nazis en lo que a deportación de judíos se refiere. La cúpula judía era de gran utilidad para los planes de Heydrich y así las cosas el nazi de la RSHA ofreció toda su protección a los sionistas y propuso que el trabajo de "los dos bandos" (antagónicos en apariencia, pero socios en la realidad) se llevara a cabo en absoluta tranquilidad y armonía en las oficinas de un mismo edificio. Con ésto, además, Heydrich lograba que el MI5 británico jamás llegara a pensar en esa "mala yunta" y nunca sospechara que nazis y sionistas (autoproclamados representantes morales de todos los judíos) en realidad trabajaban codo a codo sin siquiera molestarse en aquel tan particular edificio. Todas y cada una de las acciones de seguimiento y espinaje que pudieran llegar a llevar adelante los británicos se vieron absolutamente desbaratadas con esa movida "magistral" del tándem nazi-sionista. El plan compartido de "traslado" de judíos hacia Palestina nunca llegó a salir a la luz durante los años de la Segunda Guerra Mundial y los sionistas, además de hacer un cómplice y criminal silencio ante la realidad del Holocausto por entonces, supieron sacar provecho para hacer una cosa y decir otra. Después de todo los "enemigos" no lo eran tanto y tanto ha sido así que pudieron trabajar desde 1933 hasta 1945 en oficinas contíguas, del mismo edificio, como buenos compañeros "de trabajo" que eran sin siquiera molestarse...


Interior del edificio en Prinz Albrecht strasse 28, Berlín.

 

Referencias:
(1): El plan Madagascar fue un proyecto ideado por algunos de los líderes de la Alemania Nazi para deportar a los judíos europeos a la isla de Madagascar. Aunque se ignora si en algún momento se pensó realmente en hacerlo efectivo, se constituyeron comisiones para estudiar el plan, y durante varios años estuvo al frente de las políticas raciales del régimen de Adolf Hitler, hasta que finalmente se decidió optar por las recomendaciones del Informe Korherr del 27 marzo de 1943, que conforme a lo que se había dicho en Wannsee, los judíos europeos deberían ser "empujados" (o reprimidos) hacia el Este.
Posición de la isla de Madagascar, por entonces posesión colonial francesa en la costa sudeste del continente africano. La organización de las SS comenzó a trabajar en este plan en junio de 1940; Franz Rademacher estuvo a cargo del mismo, y formuló sus conclusiones en La Cuestión Judía en el Tratado de Paz, editado al mes siguiente. Sus ideas se basaban en que no sólo el régimen alemán, sino todos los países europeos estarían dispuestos a deportar a sus ciudadanos judíos; la isla de Madagascar, entonces colonia de Francia, sería cedida a Alemania como mandataria que se encargaría de la organización de las deportaciones y del posterior gobierno de la isla. El plan preveía la cesión de la soberanía sobre Madagascar a los alemanes, y la reubicación y compensación de los 25.000 ciudadanos franceses a la sazón residentes en ella. Los judíos residentes en los países de la órbita nazi serían trasladados forzosamente allí, y los gastos de transporte y asentamiento serían cubiertos con la expropiación de los bienes que poseyeran en sus países de origen; en la isla se dedicarían exclusivamente a la agricultura. La colonia estaría autogobernada por los residentes, pero supervisada por un gobierno militar alemán, y los emigrantes serían despojados de sus nacionalidades anteriores. La detallada planificación estuvo dirigida por Adolf Eichmann. Al invadir el ejército alemán en 1941 la Unión Soviética, la implementación del plan Madagascar fue suspendida, comenzándose a trabajar en la organización de la deportación de los judíos europeos a los territorios conquistados en el este de Europa, trabajo que culminó al celebrarse la conferencia de Wannsee. El único intento de poner en marcha el plan Madagascar puede haber sido, aunque no existe certeza alguna, la deportación realizada en octubre de 1940 de alrededor de 6.500 judíos alemanes al campo de Gurs situado en Francia y administrado por el régimen de Vichy. 


(2): http://historiasladob.blogspot.com.ar/2013/07/el-acuerdo-de-haavara-nazis-y-sionistas.html

Fuentes de consulta:
- Wikipedia
- Conspiracion.org
- HistoriasLadoB.blogspot.com

miércoles, 31 de julio de 2013

El Acuerdo de Haavara: Nazis y Sionistas con un mismo y único objetivo en común

 El Acuerdo de Haavara: nazis y sionistas con un mismo objetivo en común.


Cuando se piensa en el Holocausto, irremediablemente la mente trae a primer plano la muerte de millones de personas, víctimas de la barbarie más extrema jamás conocida, caídas bajo el yugo sanguinario e intolerante de la maquinaria bélica nazi. La intolerancia por el otro, la violencia sistematizada, la forma más concreta y tangible de la peor de las miserias humanas en su máxima expresión. El Holocausto que le ha costado la vida a millones de personas desde la llegada al poder en 1933 del Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes bajo las órdenes de Adolf Hitler es el símbolo inequívoco de la enorme distancia que puede recorrer el ser humano a la hora de menoscavar y despreciar la vida de sus semejantes. Se ha llegado muy lejos, tal vez tan lejos, con tantas consecuencias y con tanta gravedad como pocas veces se haya visto antes y después.
La "historia oficial" se ha encargado de determinar quienes estaban de un lado y quienes estaban del otro. Haciendo gala de una más que discutible seguridad sobre quienes han sido víctimas excluyentes y victimarios indiscutidos, el relato oficial (siempre fogoneado por uno de los bandos) ha puesto la mirada y ha cargado todas las culpas sobre el nazismo y en eso, algo (mucho) de verdad hay, sin lugar a dudas. Pero ya la "historia real" se ha encargado tantísimas veces de demostrarnos que las cosas no siempre son como se cuentan y se difunden y que siempre (irremediablemente siempre) hay otra campana para escuchar, la cual (generalmente) trae un sonido muy diferente...Por lo general la "historia oficial" no es precisamente mentirosa, sino tan sólo incompleta...

El Holocausto con sus terribles y lamentables consecuencias no es un tema sencillo de abordar. No lo fue en su momento, no lo es ahora y nunca lo será. Es que hay millones de vidas en medio, de quienes perecieron ante la barbarie y de quienes los han sobrevivido o son directos descendientes de aquellos, y es entonces cuando se hace necesario ir entre algodones y tener el pulso de un verdadero cirujano al hablar del tema. Con el dolor, la vida y la muerte no se puede ser imprudente, pero, dadas las circunstancias, y como la "historia oficial" se las ha arreglado perfectamente a lo largo de los años para desviar nuestra atención y hacernos creer lo que a los historiadores oficiales se les ha ordenado escribir, se hace necesario separar la paja del trigo y darse cuenta que no todos los "malos" de la historia han estado siempre de un lado y todos los "buenos" del otro. Muchas veces se han mezclado. Muchas otras ha sido imposible identificar a unos y a otros. Y muchas otras tantas veces... simplemente han sido practicamente lo mismo.

Cuando los nazis "tomaron el poder" el 30 de enero de 1933 muchos de los postulados del Nacional Socialismo ya estaban más que claros, sabidos y hasta aceptados de antemano por una muy considerable porción de la sociedad alemana y también por varias otras sociedades que la "historia real" se empecina en seguir identificando como benefactoras, libertarias, civilizadas y progresistas. Los alemanes no se despertaron de un día para el otro con el caño humeante de una pistola nazi apuntando a su cabeza. Las "democracias occidentales" tampoco. Y los pueblos o naciones que aún no tenían un territorio propio, tampoco. Nadie fue tomado por sorpresa en aquella Alemania que buscaba desesperadamente, y desde finales del Siglo XIX, un líder, un conductor, de mano dura, que no dudara y que se convirtiera en ese "enviado" que fuera capaz de enderezar el rumbo de la agitada vida alemana y fuera el protagonista indiscutido de un "liderazgo heróico", por no hablar de las nefastas y mentirosas cuestiones raciales. Adolf Hitler supo encarnar de manera inmejorable (lamentablemente) a ese "mesías" que la "providencia" y la historia ancestral del pueblo alemán "exigían", pero nadie, absolutamente nadie podía decir que Hitler había sido producto de la generación espontánea. El mito de Hitler ya había quedado establecido aún antes de la llegada al poder y las potencias occidentales estaban muy al corriente de lo que pasaba en Alemania, incluso fomentándolo y financiándolo. Pero no sólo las grandes potencias occidentales veían con "buenos ojos" el surgimiento del nazismo. No sólo las naciones establecidas y las ya existentes veían que el excabo de la Primera Guerra Mundial podía llegar a ser útil a sus objetivos ulteriores y sus propósitos. Allí también, dentro de ese grupo que compartía increíblemente (sí: compartía) algunos postulados de Hitler respecto de la cuestión racial, estaban también los Sionistas.

En la Alemania nazi, alguna vez un encumbrado dirigente alemán sionista dijo que "el sionismo, cuyo mundo está circunscrito al nacionalismo judío, siempre es capaz de asimilarse a los términos políticos de los países en los que opera". Para poder comprender de qué hablaba ese dirigente del sionismo, el mejor y más contundente ejemplo ha sido la ZVD, Zionistische Vereinigung für Deutschland (Federación Sionista de Alemania).
La ZVD se "adaptó" a las políticas e ideas del recién ascendido régimen nazi, como ninguna otra institución u organismo en la Alemania de Hitler. Las asombrosas similitudes y coincidencias ideológicas entre la ZVD y el Nacionalsocialismo, el racismo "Völkisch" (1) común a las dos partes y (lo que no es menos importante para el caso) la profunda convicción mutua de que Alemania no podría ser nunca la patria de "sus" judíos, llevó a la ZVD a cerrar filas con los nazis y, en definitiva, sellar un asombroso acuerdo que no fue otra cosa más que una verdadera traición y casi una nueva clase de genocidio contra los judíos que por diversos motivos (todos atendibles) no estaban dispuestos a abandonar "su" Alemania. Hitler no consideraba alemanes a la gente de religión judía y la ZVD (los sionistas) no concebían que los judíos se considerasen alemanes. Las alarmantes coincidencias en su máximo nivel.

Mientras tanto Hanotea (en hebreo, הנוטע), una compañía sionista de plantaciones de cítricos, se interesó en mayo de 1933 por la posibilidad de transferir capital de Alemania a Palestina. Hanotea sirvió para ayudar a los judíos alemanes inmigrados a Palestina como parte del movimiento sionista. Por un acuerdo establecido con el gobierno alemán, Hanotea se haría con dinero de los futuros inmigrantes, y entonces luego usaría este dinero para comprar bienes alemanes. Estos bienes, junto con los inmigrantes, serían entonces enviados a Palestina. En Palestina, los comerciantes de importaciones comprarían los bienes de los inmigrantes, liquidando sus inversiones. Este acuerdo pareció funcionar bien, y marcó el camino para el posterior "Acuerdo de Haavara". Relacionado con Hanotea estaba un judío sionista polaco, Sam Cohen. Representó los intereses sionistas en las negociaciones directas con los nazis establecidas desde marzo de 1933.


La medalla con la svástica y la estrella sionista en cada cara. En 1934, para conmemorar el viaje del barón Leopold Itz Edler von Mildenstein a Palestina, Goebbels mandó acuñar esta medalla. Del lado de la estrella decía en alemán: EIN NAZI FÄHRT NACH PALÄSTINA (Un nazi viaja a Palestina); y del lado de la svástica, UND ERZÄHLT DAVON IM ANGRIFF (Y se lo narra en el Angriff). Por esa misma época ya estaba en funcionamiento el Acuerdo Haavara entre el Gobierno del Tercer Reich y el Sionismo Laborista de Ben Gurion.


De este modo, Kurt Tuchler (2), miembro del Ejecutivo de la ZVD, persuadió al barón Leopold Itz Edler von Mildenstein (3), de las SS, para que escribiera un texto prosionista para la prensa nazi. El barón aceptó a condición de visitar primero Palestina, de modo que, dos meses después de que Hitler llegara al poder, Tuchler, el barón y sus respectivas esposas marchaban hacia allá, donde von Mildestein permanecería seis meses antes de retornar para escribir sus artículos. (4)

Poco tardaron nazis y sionistas en rubricar ese "acuerdo ideológico". Apenas unos meses después de haber llegado al poder el nazismo, las autoridades nacionalsocialistas del Tercer Reich firmaban el 25 de Agosto de 1933 el "Acuerdo de Haavara" (5) (Acuerdo de Traslado) con la cúpula del Sionismo. Tras apenas tres meses de negociaciones y ajustes finales, la ZVD, Zionistische Vereinigung für Deutschland (Federación Sionista de Alemania); el BancoLeumi (6) bajo las órdenes y directivas directas de la Agencia Judía para Israel y las autoridades económicas del Tercer Reich se ponían absolutamente de acuerdo: los judíos no podían, ni debían, estar en Alemania y su destino estaba en Palestina. Para los nazis los judíos eran seres despreciables y para la ZVD, Zionistische Vereinigung für Deutschland, los judíos que no "aceptaban" irse de Alemania eran, sin más vueltas, unos traidores. Se "gestaba" de un modo inpensado el nacimiento del futuro Estado de Israel.
 No fue sencillo implementar el "acuerdo" nazi-sionista.
La ecuación era sencilla: cada persona que era "invitada" a trasladarse a Palestina (por un bando o por otro) se consideraba sin lugar a dudas "alemana de religión judía" y no simplemente "judío alemán" y así las cosas no eran muchos los que estaban dispuestos a "seguirles el juego" por un lado a los nazis que los despreciaban y por otro lado a los sionistas que (si no aceptaban irse de Alemania) los consideraban traidores a la causa de la creación futura del Estado de Israel. A pesar de las complicaciones y los inconvenientes, no fueron pocos los judíos que emprendieron rumbo hacia Palestina de esa manera. Si bien el "Acuerdo de Haavara" se presentaba como una "ayuda" para que los judíos pudieran salir de Alemania, lo concreto es que miles de personas se vieron forzadas a hacerlo dejando sus pertenencias en territorio alemán (si bien luego se podrían recuperar transfiriéndolos a Palestina como bienes alemanes). 60.000 judíos emigraron desde la Alemania nazi hacia Palestina "gracias" al acuerdo entre la cúpula sionista y los nazis, llevándose con ellos (en total) la suma de 100 millones de dólares de aquella época (casi 1,8 billones de dólares en la actualidad), lo cual "colaboró" de manera asombrosa a la "causa" de la creación del Estado de Israel.

Otro de los principales "fogoneros" del acuerdo entre nazis y sionistas fue Haim Arlosoroff.
Vitaly Viktor Haim Arlozoroff (en hebreo: חיים ארלוזורוב‎ Haim Arlozorov (Romny, (Ucrania), 1899 - 16 de junio de 1933), conocido como Haim Arlozoroff, fue un líder sindicalista, poeta y político de origen ucraniano, que fue miembro directivo de la Agencia Judía para Israel y responsable de sus relaciones políticas. Sionista convencido, defendió un Estado de Israel y el retorno de los judíos a la Tierra de Israel. Educado en Alemania, allí conoció a la futura Magda Goebbels, amiga de su hermana. Entablará con ella una relación amorosa que se disolverá por el primer matrimonio de ella, aunque las dificultades que se irían produciendo en este les llevarían a unirse de nuevo. Emigró al Mandato Británico de Palestina en 1921. Activista del Movimiento de los trabajadores, Arlozoroff representó al Partido Laborista Israelí en numerosas conferencias internacionales y congresos sionistas. Aunque bastante moderado en su concepción del enfoque político respecto del expresado por el gobierno mandatario británico, en relación con la manera de administrar la cuestión árabe y en su manera de poner en práctica el proyecto sionista, no tuvo problemas en expresar la idea de una revuelta judía para apoderarse, por la fuerza, de los territorios destinados al futuro Estado judío. A propósito de los árabes, dijo que no era verdad que todo lo que era malo para los árabes fuese bueno para los judíos, ni que fuese verdad que todo lo bueno para los árabes fuese malo para los judíos. Fue asesinado cuando se paseaba con su mujer Sima en una playa de Tel Aviv, el 16 de junio de 1933. No se pudo detener a ningún sospechoso, aunque se rumoreó que Joseph Goebbels pudo tener algo que ver. Pero ese es otro tema.

Volviendo a los alcances y al "éxito" logrado con el "Acuerdo de Haavara" resulta notable que la reacción de los judíos alemanes siguió estando lejos de lo esperado por nazis y sionistas. No muchos estaban dispuestos a dejar su tierra, su hogar, sus afectos, su trabajo seguro, sus lazos familiares. Después de todo ellos eran alemanes de religión judía, ni más ni menos. El Sionismo veía con muy malos ojos aquella reticiencia a irse de Alemania, tras lo cual su "sugestivo silencio" durante muchos años ante los crímenes del nazismo contra los judíos resulta como mínimo "cómplice de las atrocidades nazis". Según ellos "bien muertos estaban los judíos que no aceptaban irse a Palestina".
Se dio también en reitreradas oportunidades la situación de rechazo de los buques que llegaban hasta Palestina colmados de judíos que buscaban llegar a su "nuevo hogar". No hay que dejar de mencionar que Palestina era por aquel entonces un dominio británico y así las cosas la corona había dejado muy en claro que tan sólo se aceptaría una muy baja cantidad de judíos en Palestina. No muchos países aceptaban a aquellos barcos con judíos que tampoco podían recalar en Palestina. Por más que se hayan llenado la boca, las "democracias" occidentales y muchísimos otros países se negaron sistemáticamente, una y otra vez, a "aceptar" judíos. El racista era el sanguinario de Hitler, pero ellos se negaban a recibirlos.


David Ben Gurion y un documento relativo al Acuerdo de Haavara.


Pero las "trabas" para los judíos que se decidían a emigrar desde Alemania y eran permanentemente rechazados no sólo llegaban de las autoridades de esos países, sino que también encontraban un "inesperado" escollo desde las mismas filas sionistas (corroborando que para el Sionismo y en particular la ZVD, los judíos "debían ir sí o sí a Palestina" y en caso contrario "que se atengan a las consecuencias"). Como muestra de la radical postura sionista es aconsejable recordar lo que decía al respecto uno de los próceres indiscutidos del Estado de Israel: David Ben Gurion.
En 1938, tras la "Kristallnacht" (Noche de los cristales rotos) en Alemania, con el descarnado, sanguinario y criminal pogromo contra los judíos, Gran Bretaña pretendió "poner paños fríos" a la complicada situación de la emigración "indeseada" de los judíos hacia Palestina y ofreció que miles de niños judíos fueran enviados directamente a las islas británicas. David Ben Gurion se opuso fervientemente a ese plan británico y de inmediato convocó a una reunión de emergencia de dirigentes sionistas laboristas para el 7 de Diciembre de 1938.  En esa histórica (y no muy difundida) oportunidad Ben Gurion declaró sin remordimientos lo siguiente:
"Si yo supiera que es posible salvar a todos los niños de Alemania llevándolos a Inglaterra, y sólo a la mitad de ellos trasladándolos a Eretz Yisrael (7), optaría por la segunda alternativa. Porque debemos sopesar no sólo la vida de estos niños, sino también la historia del Pueblo de Israel.”(*).
Tras el rechazo del laborismo sionista y tras la criminal declaración de Ben Gurion, la política de Gran Bretaña sobre la aceptación de inmigración judía a Palestina se endureció y radicalizó aún más. Los judíos debían olvidarse de llegar a su tierra prometida, en la Palestina británica, tampoco había lugar para ellos.
Diez días después de aquellas hirientes declaraciones, Ben Gurion volvió a la carga con otras palabras que nunca deberían ser olvidadas. Ben Gurion le advertía al Ejecutivo Sionista:
“Si los judíos tienen que elegir entre los refugiados, salvando a los judíos de los campos de concentración, o colaborando con un museo nacional en Palestina, la compasión se impondrá y toda la energía del pueblo será canalizada para rescatar a los judíos de diversos países. El sionismo será eliminado de la agenda, no sólo de la opinión pública mundial, en Gran Bretaña y Estados Unidos, sino en la opinión pública judía de todas partes. Si permitimos una separación entre el problema de los refugiados y el problema palestino, estamos arriesgando la existencia del sionismo.”(**)

Más claro, imposible.

Fueron 6 millones de víctimas.
Pudieron haber sido muchas más. Los nazis habían dejado sus imborrables huellas en la historia, concretando uno de los capítulos más oscuros, lamentables e irreversibles de la historia de la humanidad. Pero no estuvieron solos. Como ya se ha dicho, no todos los "malos" estuvieron de un lado y no todos los "buenos" estuvieron del otro, muchas veces se han juntado, se han mezclado, se mimetizaron e incluso se se han llegado a confundir. Y en esa mezcla de agrios ingredientes fueron parte fundamental los sionistas que, mal que les pese a muchos, han sido los principales socios y los más interesados colaboracionistas con la barbarie nazi del Tercer Reich en todo lo relacionado con la salida de los judíos.
En 1948, con Ben Gurion a la cabeza, comenzaría otra historia...

Referencias:
(1): De völkisch un término alemán que, aunque literalmente significa ‘folklórico’, ‘popular,’ tiene connotaciones de ‘nacionalista’, ‘racista’, ‘conservador’, ‘derechista’.
(2): Kurt Tuchler (1894-1978), murió en el Estado de Israel como un buen sionista. 
(3): Leopold Itz Edler von Mildenstein (1902-¿?), a pesar de haber pertenecido al Servicio de Seguridad de las SS a las órdenes de Heydrich, después de la guerra no fue investigado ni juzgado y continuó viviendo en Alemania occidental. En 1954 von Mildenstein visitó los EE.UU. En diciembre de 1956, se supo que había sido contratado por el gobierno egipcio de Gamal Abdel Nasser para trabajar en la radio ‘La Voz de los Árabes’. En junio de 1960, luego de la captura de Eichmann por agentes del Mossad en Buenos Aires, von Mildenstein anunció públicamente que había estado trabajando para la CIA, alegación que no fue negada por el organismo de inteligencia estadounidense (cfr. Richard Breitman, Norman J.W. Goda, Timothy Naftali and Robert Wolfe, U. S. Intelligence and the Nazis. Cambridge: Cambridge University Press, 2005, pp. 342-343). En 1964 se lo vio por última vez. Luego desapareció. Se especula sobre su eliminación por agentes de la CIA o el Mossad para evitar filtraciones embarazosas.
(4): Jacob Boas, “A Nazi Travels to Palestine”, History Today. London, January 1980, p. 33.
(5): Acuerdo de Haavara: en hebreo, הסכם העברה, transliterado como «heskem haavara» y traducible literalmente como «acuerdo de traslado»
 (6): El Banco Leumi (en hebreo: בנק לאומי‎, Banco Nacional) es un banco israelí. Fue fundado en Londres con el nombre de Anglo Palestine Company el 27 de febrero de 1902 por miembros del movimiento sionista, con la finalidad de promover la industria, la construcción, la agricultura y la infraestructura en Palestina.
(7): En hebreo, ‘Tierra de Israel” (Palestina). 
 
Fuentes de consulta:
http://nazismosionismo.blogspot.com.ar
"Los secretos de Hitler" (Abel Basti - Sudamericana - 2011)
"Historia de la solución final" (Daniel Rafecas - Siglo XXI - 2012)
http://es.wikipedia.org/wiki/Acuerdo_Haavara
http://es.wikipedia.org/wiki/Haim_Arlosoroff
(*):  Yoav Gelber, “Zionist Policy and the Fate of European Jewry (1939-42)”, Yad Vashem Studies, vol. XX, p. 199.
(**): Ari Bober (ed.), The Other Israel: The Radical Case Against Zionism. Garden City, New York: Anchor Books, 1972, p. 171.

viernes, 26 de julio de 2013

“Historia de la solución final” por Daniel Rafecas: Mesa redonda y presentación del libro en el Colegio Pestalozzi

En Abril de 2013, el Juez Daniel Rafecas hizo una (de las tantas) presentaciones de su libro "Historia de la Solución Final", esta vez en el Colegio Pestalozzi. Como es de rigor, después, en el boletín del Colegio, se publicó una nota sobre el evento y, junto con ella, un comentario de Michael Röhrig, el flamante nuevo director general de la Institución enviado por Alemania. "Historias Lado B" publica este muy interesante relato de la posición entre alemanes nazis y alemanes no nazis en la actualidad.

Daniel Rafecas: debate sobre "Historia de la Solución Final" en el Colegio Pestalozzi.


“Historia de la solución final”:
Mesa redonda y presentación del libro en el Colegio Pestalozzi.
Como anunciáramos en nuestro Boletín anterior (marzo-abril 2013, pág. 8), en el marco de las acciones culturales realizadas por la Asociación Cultural Pestalozzi, el miércoles 10 de abril fue invitado el Dr. Daniel Rafecas para presentar la cuarta edición de su libro “Historia de la solución final”. Acompañaron al Dr. Rafecas la Sra. Graciela Fernández Meijide, la Sra. Diana Wang, el Sr. Ricardo Hirsch y el Sr. Luis Mesyngier, quienes participaron de la exposición aportando un valioso y diferente abordaje del tema del Holocausto y otros genocidios. La motivación que llevó al autor a desarrollar la “indagación de las etapas que provocaron el exterminio de los judíos europeos” ha sido que “desde la docencia faltaba una herramienta para acercarnos a la comprensión de la Shoá, porque los autores que usamos reflexionan sobre Auschwitz dando por sentado que el lector conoce cómo se llegó a Auschwitz”.  El Dr. Rafecas hizo referencia el método de la indagación judicial, experiencia recogida con el equipo con que investigó la causa referida a los crímenes de lesa humanidad cometidos en la dictadura en el Primer Cuerpo de Ejército. Por otra parte, Diana Wang, señaló que la Shoá durante varias décadas fue vista como un rayo fatídico que había caído sobre la Humanidad, una desgracia insólita, inédita, inasible e imposible de comprender. Nuestro problema es que, igual a lo sucedido con el rayo, mientras siga siendo fatídico, mientras no se conozca su mecanismo de generación, seguiremos estando a su merced. Rezar y hacer ofrendas calmará a quien lo hace, le dará el consuelo o la ilusión de estar  haciendo algo, pero no lo detendrá. Si la Shoá no tiene explicación, si no se la estudia, analiza y comprende, no habrá forma de predecir ni de implementar las políticas necesarias para hacer más difícil su repetición o para atenuar sus efectos. Concluyendo, Graciela Fernández Meijide se preguntaba si, alertados con libros como el de Daniel Rafecas, interesante, persuasivo, de contenido aterrador aliviado por la firme convicción de que la humanidad sólo puede avanzar si afronta su falta de humanidad y se dispone a batallar contra ella, somos capaces de lograr que el pasado se convierta en la base de una construcción cada vez más libre y democrática.  Estos breves pero sustanciales comentarios, parciales por cierto, pues la participación fue más extensa tanto en comentarios como en los oradores, caracterizaron una actualizada y profunda reflexión que conmovió a una nutrida audiencia.  Nuestro especial agradecimiento al Dr. Daniel Rafecas por su presencia en el Colegio Pestalozzi. Las exposiciones completas de Diana Wang y de Graciela Fernández Meijide pueden leerse en nuestro sitio institucional en la sección de Novedades (http://www.pestalozzi.edu.ar/es/novedades/presentacion-del-libro-historia-de-la-solucion-final-del-dr-daniel-rafecas.html).


Izq: Michael Röhrig, Director del Colegio Pestalozzi y autor de una excelente columna de opinión en el Argentinisches Tagebaltt.  Der: El Dr. Rafecas con la Sra. Graciela Fernández Meijide y la Sra. Diana Wang en el Colegio Pestalozzi.


Columna de opinión:
Nieto de nazi: reflexión de un alemán en la Argentina durante la presentación del libro de Daniel Rafecas.  

En Alemania es ineludible ocuparse de los crímenes del Tercer Reich, y eso está muy bien. Al hacerlo, cada alemán descubre su propia relación familiar con el Holocausto. En mi caso, esto se puede describir lisa y llanamente: soy el nieto de un nacionalsocialista. En realidad, esto tendría que haber sido una afirmación neutral. Pero debido a mi nacionalidad eso es imposible. Esta supuesta descripción siempre irá acompañada de muchas connotaciones: justificación, confesión, provocación…Pertenezco a la tercera generación de la posguerra y realmente nunca hablé demasiado sobre el Holocausto con mis padres, al igual como les sucedió a tantas otras personas de mi edad. A lo largo de mi juventud y a medida que avanzaba en la vida, en la convivencia con mi querido abuelo cada vez se me ponía de manifiesto con mayor claridad que era el nieto de un hombre marcado por su ideología nacionalsocialista. Doy por sentado que no tuvo ningún cargo influyente y que no tenía poder de decisión, pero seguro que tampoco fue simplemente un simpatizante. Nunca olvidaré los ojos cargados de odio de mi simpático abuelo cuando en la década del 90 vi junto con él un programa televisivo sobre los padecimientos de los judíos en el Tercer Reich. (Por qué me extiendo tanto en esto. Sólo teniendo en cuenta este contexto biográfico puede quedar mínimamente clara la fuerte impresión que causó la presentación de libro y la posterior mesa redonda sobre un recién llegado a Buenos Aires). Pues bien, durante la presentación del libro “Historia de la solución final“ de Daniel Rafecas el 10/04/2013 me encontré sentado en el Auditorio del Colegio Pestalozzi sintiéndome un poco solo como único sucesor de la generación de los victimarios, aunque ésto, como quedó de manifiesto luego, no era realmente así. ¿Qué le espera a un alemán recientemente llegado en un evento así? Sobre mi historia aprendí mucho en el colegio y de los libros. Ya tuve oportunidad de elaborar mis sentimientos de culpa y la responsabilidad de mi generación en diversas actividades políticas, de voluntariado y escolares. En ese sentido, en los últimos años participé asiduamente en diversas actividades antinazis en Alemania, como por ejemplo en un programa radial en Marburg, en manifestaciones, etc. Nunca leí en Alemania un análisis tan sistemático del desarrollo del exterminio de los judíos europeos. Daniel Rafecas convence por su modo claro y casi sobrio de analizar estos acontecimientos terribles. La editorial describe acertadamente su trabajo como una cronología, cosa que desde mi punto de vista, junto con la notable investigación científica, constituye la gran fortaleza del libro. Casi no vale la pena mencionar que por supuesto a lo largo de la velada me enteré de gran cantidad de datos nuevos que me ayudaron a comprender un poco lo inconcebible. Pero recién hacia el final del evento comprendí cuál era el particular aporte de Daniel Rafecas para mí. Era el primer especialista neutral, es decir, ni sucesor de la generación de las víctimas ni de los victimarios, que me podía contar algo sobre mi propia historia y, por lo tanto, sobre mi propia identidad, desde una perspectiva imparcial. Esa condición de no llevar una carga previa permite un debate especialmente intenso que justamente no se deja distraer por ninguna connotación ni por la culpa ni por sentimientos de justificación. Gracias, Daniel Rafecas (y a los demás integrantes de la mesa redonda, como Diana Wang y Graciela Fernández Meijide, cuyas exposiciones realmente hubieran merecido una columna de opinión aparte) por sus profundas miradas sobre la historia de Alemania y, sobre todo, por el aporte a un debate tan importante para que los alemanes podamos analizar las miradas llenas de odio de muchos abuelos de mi generación.

Michael Röhrig 

Un agradecimiento especial al Lic. Roberto Hubscher, encargado del Archivo Histórico del Colegio Pestalozzi, por su invalorable aporte constante a "Historias Lado B".

Publicado originalmente en idioma alemán en el Argentinisches Tageblatt del 20/04/2013. 
http://tageblatt.com.ar/pdf_free/20-04-13_2.pdf

miércoles, 17 de julio de 2013

Publican las fotografías que Hitler mandó destruír

Fotografía de Adolf Hitler tomada por Heinrich Hoffmann.


Adolf Hitler no dejaba nada librado al azar. Si bien era un creyente empedernido en el destino y creía que todo lo que hacía y decía era guiado por la providencia, había aspectos de su vida que se preocupaba en cuidar y acomodar según sus necesidades y conveniencias. Su famosa (¿y por qué no decirlo? memorable) oratoria, sanguínea, violenta y con ciertos ribetes histriónicos ha sido verdadera marca registrada para el dictador desde sus comienzos en la vida pública. Esa misma (casi inigualable) capacidad de enfrentar a las multitudes y hablar hasta llegar a conmoverlos y (lamentablemente) convencerlos era cuidada de manera muy especial por el Führer alemán del Tercer Reich y eso mismo se encargó de capturar con su cámara el fotógrafo personal de Hitler, Heinrich Hoffmann (fotógrafo que además le presentó a Eva Braun).
Hitler era un férreo dictador hasta en el estudio fotográfico de Hoffmann y no dejaba escapar oportunidad de mandonearlo mientras le indicaba qué fotografías suyas (de Hitler) Hoffmann debía arrojar al cesto de resíduos. Hoffmann ha retratado a Hitler en la intimidad de su estudio desde el comienzo de su relación y amistad y así las cosas fue el legendario fotógrafo quien se encargó de capturar para la posteridad las imágenes de un Hitler que ensayaba como un verdadero actor de cine todos y cada uno de sus movimientos para que nada escapara de la cárcel de sus planes.

Fotografía de Adolf Hitler tomada por Heinrich Hoffmann.


Hoffmann retrató en innumerable cantidad de oportunidades a un Hitler que en la intimidad de su estudio practicaba y buscaba mejorar su técnica retórica, pero cada vez que el dictador se daba cuenta de las tomas que había realizado Hoffmann le ordenaba que destruyera los negativos y nunca, jamás, los revelara ni los mostrara a nadie. Afortunadamente Hoffmann no le hacía caso y así fue que logró poner a resguardo la mayoría de aquellos famosos negativos y de una manera parcial los publicó en su libro de 1955 "Yo fui amigo de Hitler", en el cual contaba sus experiencias junto al tirano.
Esas fotos que Hitler no quería ni ver fueron conservadas en el estudio de Heinrich Hoffmann hasta que finalmente fue detenido tras la finalización de la segunda guerra mundial. Como en tantas otras oportunidades, quienes se encargaron de detener al fotógrafo (las fuerzas armadas de los Estados Unidos) también se tomaron el "trabajo" y el tiempo para quedarse con los negativos de las sesiones fotogáficas de Hitler. Hoffmann fue condenado a diez años de prisión acusado de participar en diferentes actividades pro-nazis. El material fotográfico permaneció perdido u oculto durante décadas y ahora se han dado a conocer algunas de aquellas inéditas imágenes.

Fotografía de Adolf Hitler tomada por Heinrich Hoffmann.


Decía Hoffmann en el prólogo de su libro: ""Adolf Hitler parece un bufón en algunas de las fotos, pero ésto demuestra que él estaba experimentando con su imagen. Es decir, Hitler fue un político muy moderno para su época".
A casi 70 años de haberse tomado aquellas primeras imágenes de un Hitler ensayando sus palabras y movimientos en la soledad de un estudio fotográfico, a pesar del largo tiempo transcurrido y las insistentes órdenes cerradas de parte de Hitler y los intentos de destruír el material o (inclusive) robarse los negativos originales, las imágenes vuelven a cobrar vida ganándole una desigual pulseada a la barbarie que también pretendió avanzar sobre el trabajo de un artista.

REFERENCIAS:
- "Yo fui amigo de Hitler" (Heinrich Hoffmann - Ediciones Sieghels) 1955
- Actualidad RT.com
- Fotografías: Heinrich Hoffmann

lunes, 15 de julio de 2013

Colegio Pestalozzi: símbolo de la resistencia contra el nazismo en la Argentina. Parte 6. Los enfrentamientos con el nazismo argentino y mundial en los años '30

Los enfrentamientos con el nazismo argentino y mundial en los años '30.


Presentamos la 6ª parte del informe exclusivo sobre el Colegio Pestalozzi y su lucha contra el nazismo en la Argentina. El Licenciado Roberto Hubscher (Encargado del Archivo Histórico del Colegio Pestalozzi) nuevamente aporta sus relatos, sostenidos por una contundente dosis de información y documentos que dan cuenta de la tremenda lucha de la Institución alemana contra los nazis en la Argentina. 
Una vez más, vaya nuestro sincero agradecimiento al Licenciado Roberto Hubscher por su invalorable aporte a Historias Lado B.


Historias Lado B: Lo particular de la comunidad en torno al Pestalozzi de aquellos años de la década del '30 es que tanto los profesores y maestros compartían con los alumnos y sus familias algo que les daba una unidad difícil de encontrar: todos (o muchos de ellos) habían escapado bajo las mismas circunstancias de Alemania, espantados por el nazismo, lo que debe haber fortalecido el espíritu de toda esa comunidad que debía enfrentarse con una sociedad que no iba en el mismo sentido precisamente... ¿Se sabe de algunos problemas o inconvenientes que haya experimentado la comunidad del Colegio Pestalozzi dada su postura anti-nazi en una sociedad argentina que simpatizaba claramente con el régimen?

Roberto Hübscher: Cuando  me hicieron la misma pregunta en la 5ª entrevista virtual, en Diciembre del año pasado, aún no había encontrado pruebas concretas de enfrentamientos entre los nazis y los germanoparlantes librepensadores de la Argentina, aunque tenía el convencimiento de que existieron.  Documentación que fue apareciendo lo confirma y los describe en parte.

Del discurso de inauguración del fundador, Dr. Ernesto F. Alemann, reencontramos los siguientes párrafos, que dan una idea sobre las condiciones vigentes:

“En estos años no ha faltado una enemistad, tanto abierta como  encubierta, ataques y emboscadas. Comenzando por la tentativa de una fuerza de choque nazi de hacer estallar la sala en nuestra segunda noche de disertación, en 1934 – en ese experimento algunos típicos representantes de “camisas marrones” fueron entregados en la comisaría con sus cabezas ensangrentadas – hasta los asaltos a alumnos y bombas de alquitrán en el frente de nuestra casa, fue poco lo que no se intentó para molestar nuestro pacífico trabajo de construcción. No nos hemos dejado influenciar por eso; no obstante tampoco hemos ofrecido la cara para recibir cachetadas. Los enviados del “Tercer Reich”, en nuestro caso, han mordido granito. Así resulta una gran enseñanza de la construcción y éxito de la “Sociedad Pestalozzi”:  Si bien a veces parece que todas las olas se precipitan sobre nuestras cabezas y que ya no se vislumbra una escapatoria de la inclemencia de los tiempos, nunca se debe perder la valentía, nunca abandonar la lucha. O, como lo ha expresado Goethe – por el que ya se justifica aprender y conservar el idioma alemán:

Feiger Gedanken: Pensamiento cobarde
Bängliches Schwanken: Vacilar, temeroso
Weibliches Zagen: Timidez femenina
Ängstliches Klagen: Queja temerosa
Wended kein Elend: No revierten la desdicha
Macht dich nicht frei: Jamás te liberarán

Allen Gewalten: Permanecer desafiante
Zum Trutz sich erhalten: Contra toda potencia
Nimmer sich beuguen: No doblegarse nunca
Kräftig sich zeigen: Demostrar tu fuerza
Rufet die Arme: De potentes brazos de dioses
Der Götter herbei: el apoyo conjurará


Creo  conveniente  ubicar éstos acontecimientos en el periodo de la historia argentina, que se recuerda como la “década infame”, el período que comienza el 6 de septiembre de 1930 con el golpe de Estado cívico-militar que derrocó al Presidente Hipólito Yrigoyen y finaliza el 4 de junio de 1943 con el golpe de Estado militar que derrocó al presidente Ramón Castillo, y el periodo inmediatamente posterior. Con el contexto mundial de la Gran Depresión, al comienzo, y luego la Guerra Civil Española (1936-1939) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), la etapa se caracterizó por el fraude electoral sistemático, la represión a los opositores, la proscripción de la Unión Cívica Radical y la corrupción generalizada. (como se ve, no hay nada nuevo bajo el Sol…) El 6 de septiembre de 1930, Uriburu encabezó un golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen y estableció una dictadura militar, de inspiración fascista. Uriburu fue reconocido como presidente de facto de la Nación por la Corte Suprema mediante la acordada que dio origen a la doctrina de los gobiernos de facto. Disolvió el Congreso, declaró el estado de sitio, intervino todas las provincias y, en rasgos generales, quiso implantar un gobierno elitista autoritario de naturaleza fascista, régimen del que era admirador. Estableció un régimen represivo que incluyó por primera vez la utilización sistemática de la tortura contra los opositores políticos mediante la creación de la Sección Especial de la Policía Federal con ese fin. Detuvo a varios dirigentes políticos, entre ellos a Hipólito Yrigoyen, impuso censura a los diarios, intervino las universidades anulando el régimen de autonomía y cogobierno establecido desde la Reforma Universitaria de 1918. Se nota un notable paralelismo con la evolución en Alemania de una fracción nacionalista “indignada por la vergüenza del Tratado de Versalles”, que ofendía el orgullo alemán. Simultáneamente, en Guadalajara, México, surgía también el grupo de los Tecos, inicialmente  una sociedad secreta  originaria de las controversias de la Iglesia Católica y la Masonería y errónea la teoría del “comunismo = judaísmo” más el libelo inventado para el Zar Nicolás, la falsa historia de la confabulación universal de los judíos para conquistar el mundo: “Los protocolos de los sabios de Sión”. Ideas que también tuvieron notable repercusión en la ultraderecha de los EE.UU. de Norteamérica, todos los cuales después adoptaron el antisemitismo como bandera y los judíos con los primeros (pero no los únicos) enemigos a eliminar. (recuerda el uso de la palabra “aniquilamiento”  de Isabel Perón: eliminar… como, no importa).
O sea que en la época del nacimiento del Colegio Pestalozzi, el nazismo estaba bien afianzado en la Argentina, por los fascistas argentinos, por una parte, y una gran parte de la colonia alemana ya radicada en el país, que mantenían su orgullosa posición patriota sin (aún) analizar su real contenido.
La creación y el desenvolvimiento del Colegio Pestalozzi y del diario Argentinisches Tageblatt, que fue su originario y simbiótico en ideales y personajes, se desarrollaron en ese ambiente de controversia política feroz. Una brillante y amena descripción de las circunstancias de la época las da el genial Marcos Aguinis en su novela histórica “La matriz del infierno”: un descendiente de una familia patricia conservadora argentina se casa con una niña judía, a la que a su vez conoce un joven argentino de ascendencia alemana, cooptado para una fuerza de choque nazi en Buenos Aires.  El joven marido es designado embajador en Berlín y el matrimonio viaja a Alemania. Descubren que la mujer es judía y sigue el desarrollo de la trama. Entre los personajes inventados circulan los políticos reales de aquella época y las situaciones que se suscitaron.
Siendo presidente argentino el general J.B. Justo, de decidida posición fascista, asumió el poder en Alemania Adolfo Hitler en 1933. 
Como consecuencia inmediata, fue removido el embajador alemán Heinrich von Kaufmann – Asser, de accionar demasiado “tibio” para la Patria Alemana y, para colmo, de ascendencia judía, para ser sustituido inmediatamente por el barón Von Thermann, diplomático alemán de carrera, que entró el 1 de Abril de 1933  al NSDAP (Partido Nazi) y fue incorporado personalmente por  Heinrich Himmler, jefe supremo de la policía de seguridad nazi, en la SS (SchutzStaffel: guardia personal de Adolfo Hitler) con el grado de “Sturmführer” ( comparable con el grado de teniente en el ejército). 

Embajador alemán Von Thermann y los nazis en la Argentina.


No solo estaba relacionado con las altas autoridades del Reich, sino, por otra parte, era amigo personal del general argentino Juan Bautista Molina, ultranacionalista, que fue agregado militar en Alemania y fundador de la  Legión Cívica Argentina, fascista y antisemita, que tuvo sus ramas femenina y juveniles similares a las organizaciones nazis alemanas, que luego se transformó en la Alianza Libertadora Nacionalista hasta que fue desmembrada por la revolución de 1955 que destituyó al presidente Perón.
Von Thermann presentó sus cartas credenciales comportándose como un emperador y, a pesar de que ello se desmiente frecuentemente, a mí no me queda duda que su intención era trabajar para establecer en la Argentina un apéndice del Estado y de la ideología nazi del Tercer Reich.

Una parte importante de la batalla de desarrollo en el ambiente de la prensa escrita. El siguiente extracto hace una descripción bastante amplia y precisa de la situación.

La guerra de la prensa alemana en la Argentina.


Un ejemplo  de  esta guerra  lo dio  una entrevista que dio, a horas de su arribo, el Dr. Alfredo Dang, contratado por el Dr. Ernesto Alemann para dirigir el flamante Colegio Pestalozzi:

El Dr. Alfredo Lang y su denuncia a Hitler.


En un artículo publicado por Jorge Ismar, décadas más tarde, explica:
“En realidad son dos poblaciones, la republicana y la nacionalsocialista (…) pero las dos poblaciones están insuperablemente separadas (…) Porque nosotros tenemos un teatro; los otros también tienen uno; tenemos cada uno un diario, una escuela, asociaciones, conferencias, en ambos entornos alemanes. Pero la separación es tan absoluta, que en una población es posible olvidarse que la otra existe.”  Con estas palabras describió un exiliado, Balder Orden, la situación de la comunidad alemana en el Rio de la Plata en la época del nazismo. Un reflejo de esta situación se convirtió el conflicto de los dos mayores diarios alemanes, el Argentinisches Tageblatt y la Deutsche La Plata Zeitung.

Tapa del Argentinisches Tageblatt del 4 de Marzo de 1933. Parte del texto:

“Seiscientos mil judíos alemanes en peligro de un pogromo”
“Según el  Daily Mail estamos ante la inminente masacre de 10.000 “Judíos marxistas”
Londres, 3 de Marzo (AP) El “Daily Mail” informa que Alemania están terminados  los preparativos de un pogromo que consistirá en la peor persecución que los judíos han sufrido desde el principio de la Era Cristiana. El diario asegura tener esta información de una fuente absolutamente confiable, pero no la menciona. Agrega que los 600.000 judíos que viven en Alemania se encuentran bajo la amenaza de ser asesinados en un par de horas, ya que el comienzo del pogromo no se demorará más de un par de de días. El diario declara que 10.000 judíos, que en secreto se rotulan como comunistas o marxistas, ya se han designado como víctimas. Cierra con el informe que la intervención de altos círculos es inminente.
Einstein ya no tiene permiso para regresar a Alemania.

Anticipo del sufrimiento de los judíos en el Argentinisches Tageblatt.


Tapa de la “Deutsche La Plata Zeitung” del  11 de Abril de 1938, con una gran foto del festejo realizado en el Luna Park de Buenos Aires, a pocos días de  la anexión  de la “Marca del Este” – que fuera Austria,  después de un golpe de estado que finalmente se afirmó mediante una lisa y llana invasión militar, que desfiló debajo de la ventana de mi dormitorio en Viena….

La  gran manifestación de la Colonia de la Gran Alemania
20.000 compatriotas varones y mujeres se identifican con la Gran Alemania.
( en cerrada unidad se presenta la colonia aleman del Gran Buenos Aires en el Luna Park para apoyar los hecos ocurridos en la Patria (¿? Casi ilegible))

La prensa pro-nazi en Argentina.


La virulencia de esta confrontación puede confirmarse de una informe del embajador Von Thermann al Ministerio de Relaciones Exteriores de la Alemania Nazi:

Informe del embajador Von Therman al Minsitro de Relaciones Exteriores nazi.


Del texto:
“Contra los ataques difamatorios del “Argentinisches Tageblatt” la embajada ya antes de mi asunción del puesto ha protestado repetidamente en forma oral y escrita ante el Ministerio de Relaciones Exteriores local y solicitado la toma de medidas protectoras (véanse informes del 25 de Abril y del 3 de Octubre , Nº 471/33 y 1157/33 ) Como el diario continuó sus inauditos ataques, en los cuales también se ocupaba constantemente de mi persona, también he remitido por mi parte dos notas de protesta al Ministerio de Relaciones Exteriores (Argentino) , de las que agrego adjuntas copias para su conocimiento.  En la próxima oportunidad también abordaré personalmente al Ministro de Relaciones Exteriores sobre este asunto. Me reservo informaciones ulteriores.”
Sobre la relevancia del “Argentinisches Tageblatt” como fuente histórica puedo decir que, casualmente, he encontrado un trabajo de investigación especial de Sebastian Schoepp en la publicación del Institut fuer Zeitgeschichte (un instituto alemán de investigación histórica) sobre la publicación del diario entre 1933 y 1945. Según sus palabras: “hasta ahora (1995) no se había realizado una investigación exhaustiva sobre esta importante publicación en ese periodo por la dificultad de llegar a las fuentes. Ningún archivo alemán tiene una colección completa de la publicación, porque su importación estaba prohibida,….. por lo que solo queda el dificultoso camino hasta Buenos Aires  para estudiar  los  ejemplares, que se van disgregando lentamente, en el archivo de la editorial.]
En una publicación del 30 de Junio de 2001, el Argentinisches Tageblatt publica un homenaje en honor al Dr. Ernesto F. Alemann, su director de aquellos turbulentos tiempos, realizado en el Museo Judío de la Sinagoga de la calle Libertad de Buenos Aires, la primera del rito ashkenazí en la Argentina, con la presencia de directivos de la comunidad y de la Sociedad Pestalozzi, importantes invitados y testigos de la época, destacando su actuación por intermedio del diario y del Colegio Pestalozzi fundado por su iniciativa.

Artículo en el Argentinisches Tageblatt.

Licenciado Roberto Hubscher (exclusivo para Historias Lado B)

REFERENCIAS:
http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%A9cada_Infame
http://www.los-primeros-tecos.blogspot.com.ar/
http://informe-onu.blogspot.com.ar/
http://books.google.com.ar/books?id=SyiyruKIZmYC&printsec=frontcover&dq=e-books+La+matriz+del+infierno+Aguinis&hl=es&sa=X&ei=_mrdUazLHMSfiQLrnIDYBA&ved=0CDQQ6AEwAA
http://de.wikipedia.org/wiki/Heinrich_von_Kaufmann-Asser
http://de.wikipedia.org/wiki/Edmund_von_Thermann
http://en.wikipedia.org/wiki/Argentine_Civic_Legion
http://www.todoexpertos.com/categorias/humanidades/historia/respuestas/490224/legion-civica
http://www.lasegundaguerra.com/viewtopic.php?f=31&t=2397
Vierteljahrshefte Institut fuer Zeitgeschichte - Año 43 (1995) Cuaderno 1 (MFN 1148)
 http://www.ifz-muenchen.de/heftarchiv1995_1.pdf
Archivo Histórico Pestalozzi: registros MFN 937, MFN 943, MFN 599, MFN 585

Colegio Pestalozzi: símbolo de la resistencia contra el nazismo en la Argentina:
PARTE 1:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/09/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la.html
PARTE 2:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/09/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la_30.html
PARTE 3:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/10/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la.html
PARTE 4:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/10/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la_25.html
PARTE 5:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/12/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la.html

miércoles, 29 de mayo de 2013

Jakov Djugashvilii: el hijo de Stalin capturado por los nazis

 Jakov Djugashvilii detenido por los nazis.


El 16 de julio de 1941, cerca de Vitesbsk (Rusia), se libró la durísima batalla de Smolenko. Allí las tropas nazis capturaron, entre otros, a un joven militar soviético de 34 años quien al ser interrogado tras su detención dijo que su nombre era Jakov Djugashvilii.
El joven Jakov era un ingeniero civil que durante la segunda guerra mundial cumplía funciones de Teniente de Artillería al comando de una batería del 14° Regimiento de Obuses, 14° División de Tanques.
De las tantas versiones que se han contado sobre aquella jornada bélica, la que más hondo ha calado y que más verosimilitud tiene es aquella que dice que los alemanes estaban aún muy golpeados (y no era para menos) tras el desastre en Stalingrado, buscando por todos los medios lograr la recuperación del Mariscal de Campo Friedrich von Paulus (prisionero de los rusos), cosa que pensaban podrían llegar a lograr a través de la intermediación de la Cruz Roja Internacional. La idea era intercambiar al "desconocido" prisionero ruso Jakov Djugashvilii mano a mano por Friedrich von Paulus.
Cuando la propuesta llegó a oídos del brutal y sanguinario Iósif Stalin, líder de la Unión Soviética, éste no pudo menos que rechazar totalmente aquella alocada e inconducente propuesta que los nazis habían osado realizar. A Stalin no le gustaba nada la idea de negociar, sea lo que sea, con los nazis y mucho menos le gustó la propuesta tras escuchar el nombre del prisionero ruso que los nazis pretendían devolver.
Las vueltas de la vida, el destino o vaya uno a saber qué cosa, hicieron que el nombre de Jakov Djugashvilii llegara hasta Stalin, provocándole al tirano ruso un escozor que difícilmente haya experimentado alguna otra vez. Jakov Djugashvilii era, ni más ni menos que, su hijo.

Stalin no se ha caracterizado jamás por su compasión o sus buenos sentimientos, por lo cual si alguien albergaba esperanzas de que finalmente aceptara intercambiar a Friedrich von Paulus por su hijo estaba más que equivocado. Quienes han estado cerca del dictador ruso aseguraron por entonces que Stalin dijo  "Yo no tengo ningún hijo llamado Yakov" a lo que luego agregó que "la Unión Soviética no intercambia Mariscales de campo por soldados rasos..."

Iósif Stalin (cuyo verdadero nombre era Iósif Vissariónovich Djugashvilii) siempre estuvo enfrentado con su hijo, de quien además con el paso del tiempo se fue distanciando paulatinamente. Su costumbre era por lo general detener a los familiares de los soldados capturados por el enemigo o que se rendían en combate, por lo cual su primera reacción tras enterarse de la captura de Jakov fue ordenar la detención de la esposa del soldado capturado por los rusos. Ni con su sangre hizo la más mínima excepción... Stalin detestaba desde hacía mucho tiempo a Jakov, e incluso llegó (como en este caso) a negarlo en reiteradas oportunidades. Cuenta la historia que muchos años antes y por un desengaño amoroso Jakov intentó suicidarse sin éxito, tras lo cual fue el propio Stalin quien le dijo a un allegado: "Ni siquiera sabe hacer eso". Stalin estaba convencido de la cobradía de su hijo y fue eso lo que lo llevó a pensar que Jakov en realidad se había rendido ante los nazis sin luchar. No iba a remover cielo y tierra por ese perdedor de Jakov, mucho menos teniendo en mente a los millones de valientes soldados rusos que daban la vida disparando contra los nazis. Jakov, según Stalin, no lo merecía. Para rematar la faena Stalin dijo (creyendo que Jukov sería ejecutado de inmediato por los nazis): “Una única muerte es una tragedia, un millón de muertes es una estadística”.


 Jakov Djugashvilii detenido por los nazis y declarando antes sus captores.


Jakov Djugashvilii fue enviado por los nazis al Campo de Concentración de Sachsenhausen y allí permaneció penando por espacio de dos años. Fue recién en 1943 que las autoridades nazis del campo recibieron (no con poca sorpresa) un dato estremecedor: Jakov Djugashvilii era el hijo del tirano ruso, su peor enemigo, el atroz Iósif Stalin. El "chisme" les había llegado de boca de uno de los compañeros de barraca de Jakov...
Los nazis creyeron que su gran oportunidad había llegado y le propusieron a Jakov la oportunidad de poder "pasarla mejor" en el campo a cambio de información de primera mano sobre el dictador Stalin. Jakov Djugashvilii se mantuvo imperturbable y no varió en nada su postura, negándose a colaborar con el enemigo y guardándose para sí mismo todo lo que pudiera contarles sobre su renegado padre.
La vida llegó a su fin para Jakov Djugashvilii el 15 de abril de 1943 en el Campo de Concentración de Sachsenhausen. Inicialmente se hizo correr la voz de que se había suicidado, pero las fuentes más confiables aseguran que en un vano intento de escape las balas nazis dieron en su espalda y su cuerpo quedó entremezclado con el alambre de púa de su prisión. La foto del cuerpo inerte ha sido conmovedora para miles de personas a través de los años, que han considerado esa imagen como un ícono del intento de librarse de las garras de la opresión y la barbarie, la de los nazis y la de Stalin. Muchos se han conmovido, menos su padre...


 Jakov Djugashvilii murto en el Campo de Concentración de Sachsenhausen.



martes, 28 de mayo de 2013

John F. Kennedy y su admiración por Adolf Hitler

John F. Kennedy, admirador de Adolf Hitler.


Dicen por allí que la vida te da sorpresas y en ésto, muchos de los grandes líderes de la historia de la humanidad, son verdaderos expertos. John Fitzgeral Kennedy, quien fuera presidente de los Estados Unidos de América y cayera ante las balas de quienes supuestamente se habían sentido tocados por su aparentemente firme oposición a las sociedades secretas y los grandes negociados desde la Casa Blanca, no ha sido la excepción.
Como casi siempre sule suceder, la imagen impoluta, inmaculada, progresista, respetuosa de las libertades y los derechos de la que han gozado muchos personajes históricos y que se nos "cuenta" desde la historia oficial también tiene...su Historia Lado B.

El gran demócrata norteamericano, ese mismo Kennedy que supo captar adeptos y admiradores incluso fuera de las fronteras norteamericanas, creyentes de sus ideales libertarios y de su clara postura en favor de los derechos universales, había realizado un largo viaje por Europa muchos años antes de pasar a la historia y ser una auténtica celebridad mundial. Entre 1937 y 1945, un veinteañero John Fitzgeral Kennedy recorrió de lado a lado el maltrecho continente europeo y pudo experimentar de primera mano cómo era la Europa en los días previos a la segunda guerra mundial y también aquellos en los que se tuvo que sufrir los golpes de la más cruenta contienda bélica vivida hasta ahora.

Kennedy dejó todo registrado en su diario personal y también plasmó sus pensamientos en un sinfín de cartas enviadas desde Europa, material que ha recuperado el escritor Oliver Lubrich en su libro (pronto a editarse en el momento de redactarse este post) "John Kennedy entre los alemanes. Diarios y cartas 1937-45". De todo el material recopilado de los archivos personales de Kennedy hay muchas cosas que llaman la atención pero ninguna como ciertas constancias sobre su profunda admiración hacia el nazismo imperante y hacia el nefasto Adolf Hitler. No faltan también las ponderaciones hacia Mussolini y el fascismo italiano, por supuesto. Sorprende ¿Sorprende?

Decía Kennedy en su diario personal en la página correspondiente al 3 de agosto de 1937: “Dormí mucho y con un Tour de American-Express llegué a Milán. Bella catedral, una de las más grandes del mundo. Leo a Gunther y llegué a la conclusión de que el fascismo es la cosa más justa para Alemania e Italia, el comunismo para Rusia y la democracia para los Estados Unidos de América”.
Y luego agregaba: “No existe duda de que estos dictadores en sus países, gracias a sus eficaces propagandas, son más amados que afuera” sin dudar un instante declarándose en esas mismas páginas como un "gran fanático de Hitler", según sus propias palabras.

Diarios privados de John F. Kennedy.


Si bien podría llegar a creerse (muy vagamente) que Kennedy "desconocía" algunas cosas que se daban en aquella sanguinaria Europa amenazada (y algo más) por los nazis (de hecho su padre había tenido muy buena relación con los jerarcas nazis del momento...), eso no puede decirse ya en las postrimerías de la segunda guerra mundial. Decía Kennedy en su diario llegando a mediados del año 1945:
“Todo está destruido. No existe un edificio que no esté incendiado. En algunas calles el olor de los cadáveres es terrible”. “La ilimitada ambición por su país lo volvió una amenaza el mundo. Sin embargo, tuvo algo misterioso en su modo de vivir y en su modo de morir, que lo sobrevivirá y crecerá. Tenía la pasta de la que están hechas las leyendas”.

Vamos de nuevo con sus palabras finales sobre Hitler: "Tenía la pasta de la que están hechas las leyendas”...