Mostrando entradas con la etiqueta GOU. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta GOU. Mostrar todas las entradas

viernes, 17 de agosto de 2018

La Argentina nazi fascista del GOU y Perón: "Me llamo Ester, sin H"



Para un periodista de la historia, pocas cosas deben tener tanto valor como un documento cuando se trata de investigar. Claro que esos documentos no siempre se presentan en formato de papel, a través de una fotografía o un libro para consultar.
Muchas veces esos documentos son la gente, una simple persona con su historia, pequeña y enorme a la vez, pero singular. Y lo que cuenta no se lo contó nadie. Tampoco nadie le dijo que no lo tenía que contar. Lo vivió en carne propia y -tal vez- también lo sufrió.
Durante la 15º Feria del Libro de Tandil, tuve la posibilidad de conversar con una lectora. Una señora mayor que se acercó para que le firme un ejemplar de mi libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler". Ella me hizo un regalo inesperado y se transformó en un documento vivo de la historia de nuestro país.

Al preguntarle su nombre, me dijo Ester y cuando le consulté si se escribía con H, me respondió: "No, sin H. Yo nací en 1944 en pleno gobierno del GOU, y cuando mi padre fue a anotarme le impidieron nombrarme Esther con H porque -adujeron- ese era un nombre judío".
Para quienes se empeñan en negar aquel pasado oscuro de la Argentina, los de aquellos días en que se levantaba una Nación nazi fascista desde las sombras, vaya este testimonio que ahora es también parte de la historia oficial.

Marcelo García


jueves, 20 de septiembre de 2012

Perón y su pensamiento en el primer comunicado del G.O.U.


El sólo hecho de nombrar a Juan Domingo Perón hace que la memoria colectiva de los argentinos se retrotraiga en el tiempo y rememore aquellas jornadas peronistas en las que el amor del líder y su pueblo era algo mágico, puro e inquebrantable. Aquel caudillo que tanta prensa favorable venía recibiendo desde que era un ignoto ministro dentro de un gobierno de facto iba hilvanando acontecimientos que lo llevarían inexorablemente a la cúspide del poder y en ese trayecto esgrimía, aunque sea en sus círculos íntimos y cercanos, sus verdaderos argumentos y expresaba su verdadera manera de pensar.
El G.O.U. (Grupo de Oficiales Unidos) era una logia que Perón ayudó a levantar a espaldas de la sociedad y de la cual formó parte indispensable, a tal punto de ser el autor (o supervisor directo) de su primera proclama, la cual se trataba de una auténtica declaración de principios, un "Manifiesto secreto" fechado el 3 de mayo de 1943 en donde Perón se despachó a sus anchas dejando bien en claro su verdadera postura ante la sociedad, el poder, la manera de hacer un gobierno, la Alemania nazi y tantos otros temas que se encargó de tocar. Perón sostenía que en Sudamérica debía haber una nación "rectora" sobre las otras, el "ejemplo" de Hitler no le había pasado desapercibido y su paso por Europa hizo que sus contactos y amistades fascistas y nazis dejaran huella. Así como en Europa la Alemania de Hitler "marcaba el paso" y en América del Norte los Estados Unidos hacían lo propio, aquí se comenzaban a esbozar los planes para que Argentina sea la nación dominante y Perón sabía como conseguirlo.

A continuación el "revelador" primer documento del G.O.U. (Grupo de Oficiales Unidos) redactado por el democrático Juan Domingo Perón.

"Camaradas:

La guerra ha demostrado palmariamente que las naciones no pueden ya, defenderse solas. De ahí el juego inseguro de las alianzas, que mitigan, pero no corrigen el grave mal. La era de la Nación va siendo substituida paulatinamente por la era del Continente. Ayer los feudos se unieron para formar la nación. Hoy, las naciones se unen para formar el Continente. Esa es la finalidad de esta guerra.

Alemania realiza un esfuerzo titánico para unificar el continente europeo. La nación mayor y mejor equipada deberá regir los destinos del continente. En Europa será Alemania.
En América del Norte la nación monitora por un tiempo será Estados Unidos.
Pero en el sur no hay nación lo suficientemente fuerte para que sin discusión se admita su tutoría. Sólo hay dos que podrían tomarlas: Argentina y Brasil.

Nuestra misión es hacer posible e indiscutible nuestra tutoría.
La tarea es inmensa y llena de sacrificios. Pero no se hace patria sin sacrificarlo todo. Los titanes de nuestra independencia sacrificaron bienes y vida. En nuestro tiempo, Alemania ha dado a la vida un sentido heroico. Esos serán nuestros ejemplos.

Para realizar el paso que los llevará a una Argentina grande y poderosa, debemos apoderarnos del poder. Jamás un civil comprenderá la grandeza de nuestro ideal, habrá pues, que eliminarlos del gobierno y darles una única misión que les corresponde: trabajo y obediencia.

Conquistado el poder, nuestra misión será ser fuertes: más fuertes que todos los otros países reunidos. Habrá que armarse, armarse siempre, venciendo dificultades contra las circunstancias interiores y exteriores. La lucha de Hitler en la paz y en la guerra nos servirá de guía. Tenemos ya al Paraguay; tendremos a Bolivia y a Chile. Con la Argentina, Paraguay, Bolivia y Chile nos será fácil presionar al Uruguay. Luego, las cinco naciones unidas atraerán al Brasil, fácilmente, debido a su forma de gobierno y a grandes núcleos de alemanes. Entregado el Brasil el continente sudamericano será nuestro. nuestra tutoría será un hecho grandioso, sin precedentes, realizado por el genio político y el heroísmo del Ejército argentino.

¿Mirajes? ¿Utopías? Se dirá. Sin embargo, dirigimos de nuevo nuestras miradas hacia Alemania. Vencida se le ve firmar en 1919 el Tratado de Versailles que la mantendría bajo el yugo aliado en calidad de potencia de segundo orden por lo menos cincuenta años. En menos de veinte años recorrió fantástico camino. Antes de 1939, estaba armada como ninguna otra nación y en plena paz había anexado a Austria y a Checoslovaquia. Luego en la guerra se plegó a su voluntad la Europa entera. Pero no fue sin duros sacrificios. Fue necesario una dictadura férrea para imponer al pueblo los renunciamientos necesarios al formidable programa. Así será en Argentina.

Nuestro Gobierno será una dictadura inflexible aunque al comienzo hará concesiones necesarias para afianzarse sólidamente. Al pueblo se lo atraerá, pero fatalmente tendrá que trabajar,privarse y obedecer. Trabajar más, privarse más que cualquier otro pueblo. Sólo así podrá llevar a cabo el programa de armamento indispensable para la conquista del continente. El ejemplo de Alemania: por la radio, y por la educación se inculcará al pueblo el espíritu favorable para emprender el camino heroico que se le hará recorrer. Sólo así llegará a renunciar a la vida cómoda que ahora lleva. Nuestra generación será una generación sacrificada en aras de un bien más alto: la patria argentina, que más tarde brillará con luz inigualada del continente y de la humanidad toda.

¡Viva la Patria! ¡Arriba los corazones!"