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miércoles, 17 de julio de 2013

Publican las fotografías que Hitler mandó destruír

Fotografía de Adolf Hitler tomada por Heinrich Hoffmann.


Adolf Hitler no dejaba nada librado al azar. Si bien era un creyente empedernido en el destino y creía que todo lo que hacía y decía era guiado por la providencia, había aspectos de su vida que se preocupaba en cuidar y acomodar según sus necesidades y conveniencias. Su famosa (¿y por qué no decirlo? memorable) oratoria, sanguínea, violenta y con ciertos ribetes histriónicos ha sido verdadera marca registrada para el dictador desde sus comienzos en la vida pública. Esa misma (casi inigualable) capacidad de enfrentar a las multitudes y hablar hasta llegar a conmoverlos y (lamentablemente) convencerlos era cuidada de manera muy especial por el Führer alemán del Tercer Reich y eso mismo se encargó de capturar con su cámara el fotógrafo personal de Hitler, Heinrich Hoffmann (fotógrafo que además le presentó a Eva Braun).
Hitler era un férreo dictador hasta en el estudio fotográfico de Hoffmann y no dejaba escapar oportunidad de mandonearlo mientras le indicaba qué fotografías suyas (de Hitler) Hoffmann debía arrojar al cesto de resíduos. Hoffmann ha retratado a Hitler en la intimidad de su estudio desde el comienzo de su relación y amistad y así las cosas fue el legendario fotógrafo quien se encargó de capturar para la posteridad las imágenes de un Hitler que ensayaba como un verdadero actor de cine todos y cada uno de sus movimientos para que nada escapara de la cárcel de sus planes.

Fotografía de Adolf Hitler tomada por Heinrich Hoffmann.


Hoffmann retrató en innumerable cantidad de oportunidades a un Hitler que en la intimidad de su estudio practicaba y buscaba mejorar su técnica retórica, pero cada vez que el dictador se daba cuenta de las tomas que había realizado Hoffmann le ordenaba que destruyera los negativos y nunca, jamás, los revelara ni los mostrara a nadie. Afortunadamente Hoffmann no le hacía caso y así fue que logró poner a resguardo la mayoría de aquellos famosos negativos y de una manera parcial los publicó en su libro de 1955 "Yo fui amigo de Hitler", en el cual contaba sus experiencias junto al tirano.
Esas fotos que Hitler no quería ni ver fueron conservadas en el estudio de Heinrich Hoffmann hasta que finalmente fue detenido tras la finalización de la segunda guerra mundial. Como en tantas otras oportunidades, quienes se encargaron de detener al fotógrafo (las fuerzas armadas de los Estados Unidos) también se tomaron el "trabajo" y el tiempo para quedarse con los negativos de las sesiones fotogáficas de Hitler. Hoffmann fue condenado a diez años de prisión acusado de participar en diferentes actividades pro-nazis. El material fotográfico permaneció perdido u oculto durante décadas y ahora se han dado a conocer algunas de aquellas inéditas imágenes.

Fotografía de Adolf Hitler tomada por Heinrich Hoffmann.


Decía Hoffmann en el prólogo de su libro: ""Adolf Hitler parece un bufón en algunas de las fotos, pero ésto demuestra que él estaba experimentando con su imagen. Es decir, Hitler fue un político muy moderno para su época".
A casi 70 años de haberse tomado aquellas primeras imágenes de un Hitler ensayando sus palabras y movimientos en la soledad de un estudio fotográfico, a pesar del largo tiempo transcurrido y las insistentes órdenes cerradas de parte de Hitler y los intentos de destruír el material o (inclusive) robarse los negativos originales, las imágenes vuelven a cobrar vida ganándole una desigual pulseada a la barbarie que también pretendió avanzar sobre el trabajo de un artista.

REFERENCIAS:
- "Yo fui amigo de Hitler" (Heinrich Hoffmann - Ediciones Sieghels) 1955
- Actualidad RT.com
- Fotografías: Heinrich Hoffmann

lunes, 15 de julio de 2013

Colegio Pestalozzi: símbolo de la resistencia contra el nazismo en la Argentina. Parte 6. Los enfrentamientos con el nazismo argentino y mundial en los años '30

Los enfrentamientos con el nazismo argentino y mundial en los años '30.


Presentamos la 6ª parte del informe exclusivo sobre el Colegio Pestalozzi y su lucha contra el nazismo en la Argentina. El Licenciado Roberto Hubscher (Encargado del Archivo Histórico del Colegio Pestalozzi) nuevamente aporta sus relatos, sostenidos por una contundente dosis de información y documentos que dan cuenta de la tremenda lucha de la Institución alemana contra los nazis en la Argentina. 
Una vez más, vaya nuestro sincero agradecimiento al Licenciado Roberto Hubscher por su invalorable aporte a Historias Lado B.


Historias Lado B: Lo particular de la comunidad en torno al Pestalozzi de aquellos años de la década del '30 es que tanto los profesores y maestros compartían con los alumnos y sus familias algo que les daba una unidad difícil de encontrar: todos (o muchos de ellos) habían escapado bajo las mismas circunstancias de Alemania, espantados por el nazismo, lo que debe haber fortalecido el espíritu de toda esa comunidad que debía enfrentarse con una sociedad que no iba en el mismo sentido precisamente... ¿Se sabe de algunos problemas o inconvenientes que haya experimentado la comunidad del Colegio Pestalozzi dada su postura anti-nazi en una sociedad argentina que simpatizaba claramente con el régimen?

Roberto Hübscher: Cuando  me hicieron la misma pregunta en la 5ª entrevista virtual, en Diciembre del año pasado, aún no había encontrado pruebas concretas de enfrentamientos entre los nazis y los germanoparlantes librepensadores de la Argentina, aunque tenía el convencimiento de que existieron.  Documentación que fue apareciendo lo confirma y los describe en parte.

Del discurso de inauguración del fundador, Dr. Ernesto F. Alemann, reencontramos los siguientes párrafos, que dan una idea sobre las condiciones vigentes:

“En estos años no ha faltado una enemistad, tanto abierta como  encubierta, ataques y emboscadas. Comenzando por la tentativa de una fuerza de choque nazi de hacer estallar la sala en nuestra segunda noche de disertación, en 1934 – en ese experimento algunos típicos representantes de “camisas marrones” fueron entregados en la comisaría con sus cabezas ensangrentadas – hasta los asaltos a alumnos y bombas de alquitrán en el frente de nuestra casa, fue poco lo que no se intentó para molestar nuestro pacífico trabajo de construcción. No nos hemos dejado influenciar por eso; no obstante tampoco hemos ofrecido la cara para recibir cachetadas. Los enviados del “Tercer Reich”, en nuestro caso, han mordido granito. Así resulta una gran enseñanza de la construcción y éxito de la “Sociedad Pestalozzi”:  Si bien a veces parece que todas las olas se precipitan sobre nuestras cabezas y que ya no se vislumbra una escapatoria de la inclemencia de los tiempos, nunca se debe perder la valentía, nunca abandonar la lucha. O, como lo ha expresado Goethe – por el que ya se justifica aprender y conservar el idioma alemán:

Feiger Gedanken: Pensamiento cobarde
Bängliches Schwanken: Vacilar, temeroso
Weibliches Zagen: Timidez femenina
Ängstliches Klagen: Queja temerosa
Wended kein Elend: No revierten la desdicha
Macht dich nicht frei: Jamás te liberarán

Allen Gewalten: Permanecer desafiante
Zum Trutz sich erhalten: Contra toda potencia
Nimmer sich beuguen: No doblegarse nunca
Kräftig sich zeigen: Demostrar tu fuerza
Rufet die Arme: De potentes brazos de dioses
Der Götter herbei: el apoyo conjurará


Creo  conveniente  ubicar éstos acontecimientos en el periodo de la historia argentina, que se recuerda como la “década infame”, el período que comienza el 6 de septiembre de 1930 con el golpe de Estado cívico-militar que derrocó al Presidente Hipólito Yrigoyen y finaliza el 4 de junio de 1943 con el golpe de Estado militar que derrocó al presidente Ramón Castillo, y el periodo inmediatamente posterior. Con el contexto mundial de la Gran Depresión, al comienzo, y luego la Guerra Civil Española (1936-1939) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), la etapa se caracterizó por el fraude electoral sistemático, la represión a los opositores, la proscripción de la Unión Cívica Radical y la corrupción generalizada. (como se ve, no hay nada nuevo bajo el Sol…) El 6 de septiembre de 1930, Uriburu encabezó un golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen y estableció una dictadura militar, de inspiración fascista. Uriburu fue reconocido como presidente de facto de la Nación por la Corte Suprema mediante la acordada que dio origen a la doctrina de los gobiernos de facto. Disolvió el Congreso, declaró el estado de sitio, intervino todas las provincias y, en rasgos generales, quiso implantar un gobierno elitista autoritario de naturaleza fascista, régimen del que era admirador. Estableció un régimen represivo que incluyó por primera vez la utilización sistemática de la tortura contra los opositores políticos mediante la creación de la Sección Especial de la Policía Federal con ese fin. Detuvo a varios dirigentes políticos, entre ellos a Hipólito Yrigoyen, impuso censura a los diarios, intervino las universidades anulando el régimen de autonomía y cogobierno establecido desde la Reforma Universitaria de 1918. Se nota un notable paralelismo con la evolución en Alemania de una fracción nacionalista “indignada por la vergüenza del Tratado de Versalles”, que ofendía el orgullo alemán. Simultáneamente, en Guadalajara, México, surgía también el grupo de los Tecos, inicialmente  una sociedad secreta  originaria de las controversias de la Iglesia Católica y la Masonería y errónea la teoría del “comunismo = judaísmo” más el libelo inventado para el Zar Nicolás, la falsa historia de la confabulación universal de los judíos para conquistar el mundo: “Los protocolos de los sabios de Sión”. Ideas que también tuvieron notable repercusión en la ultraderecha de los EE.UU. de Norteamérica, todos los cuales después adoptaron el antisemitismo como bandera y los judíos con los primeros (pero no los únicos) enemigos a eliminar. (recuerda el uso de la palabra “aniquilamiento”  de Isabel Perón: eliminar… como, no importa).
O sea que en la época del nacimiento del Colegio Pestalozzi, el nazismo estaba bien afianzado en la Argentina, por los fascistas argentinos, por una parte, y una gran parte de la colonia alemana ya radicada en el país, que mantenían su orgullosa posición patriota sin (aún) analizar su real contenido.
La creación y el desenvolvimiento del Colegio Pestalozzi y del diario Argentinisches Tageblatt, que fue su originario y simbiótico en ideales y personajes, se desarrollaron en ese ambiente de controversia política feroz. Una brillante y amena descripción de las circunstancias de la época las da el genial Marcos Aguinis en su novela histórica “La matriz del infierno”: un descendiente de una familia patricia conservadora argentina se casa con una niña judía, a la que a su vez conoce un joven argentino de ascendencia alemana, cooptado para una fuerza de choque nazi en Buenos Aires.  El joven marido es designado embajador en Berlín y el matrimonio viaja a Alemania. Descubren que la mujer es judía y sigue el desarrollo de la trama. Entre los personajes inventados circulan los políticos reales de aquella época y las situaciones que se suscitaron.
Siendo presidente argentino el general J.B. Justo, de decidida posición fascista, asumió el poder en Alemania Adolfo Hitler en 1933. 
Como consecuencia inmediata, fue removido el embajador alemán Heinrich von Kaufmann – Asser, de accionar demasiado “tibio” para la Patria Alemana y, para colmo, de ascendencia judía, para ser sustituido inmediatamente por el barón Von Thermann, diplomático alemán de carrera, que entró el 1 de Abril de 1933  al NSDAP (Partido Nazi) y fue incorporado personalmente por  Heinrich Himmler, jefe supremo de la policía de seguridad nazi, en la SS (SchutzStaffel: guardia personal de Adolfo Hitler) con el grado de “Sturmführer” ( comparable con el grado de teniente en el ejército). 

Embajador alemán Von Thermann y los nazis en la Argentina.


No solo estaba relacionado con las altas autoridades del Reich, sino, por otra parte, era amigo personal del general argentino Juan Bautista Molina, ultranacionalista, que fue agregado militar en Alemania y fundador de la  Legión Cívica Argentina, fascista y antisemita, que tuvo sus ramas femenina y juveniles similares a las organizaciones nazis alemanas, que luego se transformó en la Alianza Libertadora Nacionalista hasta que fue desmembrada por la revolución de 1955 que destituyó al presidente Perón.
Von Thermann presentó sus cartas credenciales comportándose como un emperador y, a pesar de que ello se desmiente frecuentemente, a mí no me queda duda que su intención era trabajar para establecer en la Argentina un apéndice del Estado y de la ideología nazi del Tercer Reich.

Una parte importante de la batalla de desarrollo en el ambiente de la prensa escrita. El siguiente extracto hace una descripción bastante amplia y precisa de la situación.

La guerra de la prensa alemana en la Argentina.


Un ejemplo  de  esta guerra  lo dio  una entrevista que dio, a horas de su arribo, el Dr. Alfredo Dang, contratado por el Dr. Ernesto Alemann para dirigir el flamante Colegio Pestalozzi:

El Dr. Alfredo Lang y su denuncia a Hitler.


En un artículo publicado por Jorge Ismar, décadas más tarde, explica:
“En realidad son dos poblaciones, la republicana y la nacionalsocialista (…) pero las dos poblaciones están insuperablemente separadas (…) Porque nosotros tenemos un teatro; los otros también tienen uno; tenemos cada uno un diario, una escuela, asociaciones, conferencias, en ambos entornos alemanes. Pero la separación es tan absoluta, que en una población es posible olvidarse que la otra existe.”  Con estas palabras describió un exiliado, Balder Orden, la situación de la comunidad alemana en el Rio de la Plata en la época del nazismo. Un reflejo de esta situación se convirtió el conflicto de los dos mayores diarios alemanes, el Argentinisches Tageblatt y la Deutsche La Plata Zeitung.

Tapa del Argentinisches Tageblatt del 4 de Marzo de 1933. Parte del texto:

“Seiscientos mil judíos alemanes en peligro de un pogromo”
“Según el  Daily Mail estamos ante la inminente masacre de 10.000 “Judíos marxistas”
Londres, 3 de Marzo (AP) El “Daily Mail” informa que Alemania están terminados  los preparativos de un pogromo que consistirá en la peor persecución que los judíos han sufrido desde el principio de la Era Cristiana. El diario asegura tener esta información de una fuente absolutamente confiable, pero no la menciona. Agrega que los 600.000 judíos que viven en Alemania se encuentran bajo la amenaza de ser asesinados en un par de horas, ya que el comienzo del pogromo no se demorará más de un par de de días. El diario declara que 10.000 judíos, que en secreto se rotulan como comunistas o marxistas, ya se han designado como víctimas. Cierra con el informe que la intervención de altos círculos es inminente.
Einstein ya no tiene permiso para regresar a Alemania.

Anticipo del sufrimiento de los judíos en el Argentinisches Tageblatt.


Tapa de la “Deutsche La Plata Zeitung” del  11 de Abril de 1938, con una gran foto del festejo realizado en el Luna Park de Buenos Aires, a pocos días de  la anexión  de la “Marca del Este” – que fuera Austria,  después de un golpe de estado que finalmente se afirmó mediante una lisa y llana invasión militar, que desfiló debajo de la ventana de mi dormitorio en Viena….

La  gran manifestación de la Colonia de la Gran Alemania
20.000 compatriotas varones y mujeres se identifican con la Gran Alemania.
( en cerrada unidad se presenta la colonia aleman del Gran Buenos Aires en el Luna Park para apoyar los hecos ocurridos en la Patria (¿? Casi ilegible))

La prensa pro-nazi en Argentina.


La virulencia de esta confrontación puede confirmarse de una informe del embajador Von Thermann al Ministerio de Relaciones Exteriores de la Alemania Nazi:

Informe del embajador Von Therman al Minsitro de Relaciones Exteriores nazi.


Del texto:
“Contra los ataques difamatorios del “Argentinisches Tageblatt” la embajada ya antes de mi asunción del puesto ha protestado repetidamente en forma oral y escrita ante el Ministerio de Relaciones Exteriores local y solicitado la toma de medidas protectoras (véanse informes del 25 de Abril y del 3 de Octubre , Nº 471/33 y 1157/33 ) Como el diario continuó sus inauditos ataques, en los cuales también se ocupaba constantemente de mi persona, también he remitido por mi parte dos notas de protesta al Ministerio de Relaciones Exteriores (Argentino) , de las que agrego adjuntas copias para su conocimiento.  En la próxima oportunidad también abordaré personalmente al Ministro de Relaciones Exteriores sobre este asunto. Me reservo informaciones ulteriores.”
Sobre la relevancia del “Argentinisches Tageblatt” como fuente histórica puedo decir que, casualmente, he encontrado un trabajo de investigación especial de Sebastian Schoepp en la publicación del Institut fuer Zeitgeschichte (un instituto alemán de investigación histórica) sobre la publicación del diario entre 1933 y 1945. Según sus palabras: “hasta ahora (1995) no se había realizado una investigación exhaustiva sobre esta importante publicación en ese periodo por la dificultad de llegar a las fuentes. Ningún archivo alemán tiene una colección completa de la publicación, porque su importación estaba prohibida,….. por lo que solo queda el dificultoso camino hasta Buenos Aires  para estudiar  los  ejemplares, que se van disgregando lentamente, en el archivo de la editorial.]
En una publicación del 30 de Junio de 2001, el Argentinisches Tageblatt publica un homenaje en honor al Dr. Ernesto F. Alemann, su director de aquellos turbulentos tiempos, realizado en el Museo Judío de la Sinagoga de la calle Libertad de Buenos Aires, la primera del rito ashkenazí en la Argentina, con la presencia de directivos de la comunidad y de la Sociedad Pestalozzi, importantes invitados y testigos de la época, destacando su actuación por intermedio del diario y del Colegio Pestalozzi fundado por su iniciativa.

Artículo en el Argentinisches Tageblatt.

Licenciado Roberto Hubscher (exclusivo para Historias Lado B)

REFERENCIAS:
http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%A9cada_Infame
http://www.los-primeros-tecos.blogspot.com.ar/
http://informe-onu.blogspot.com.ar/
http://books.google.com.ar/books?id=SyiyruKIZmYC&printsec=frontcover&dq=e-books+La+matriz+del+infierno+Aguinis&hl=es&sa=X&ei=_mrdUazLHMSfiQLrnIDYBA&ved=0CDQQ6AEwAA
http://de.wikipedia.org/wiki/Heinrich_von_Kaufmann-Asser
http://de.wikipedia.org/wiki/Edmund_von_Thermann
http://en.wikipedia.org/wiki/Argentine_Civic_Legion
http://www.todoexpertos.com/categorias/humanidades/historia/respuestas/490224/legion-civica
http://www.lasegundaguerra.com/viewtopic.php?f=31&t=2397
Vierteljahrshefte Institut fuer Zeitgeschichte - Año 43 (1995) Cuaderno 1 (MFN 1148)
 http://www.ifz-muenchen.de/heftarchiv1995_1.pdf
Archivo Histórico Pestalozzi: registros MFN 937, MFN 943, MFN 599, MFN 585

Colegio Pestalozzi: símbolo de la resistencia contra el nazismo en la Argentina:
PARTE 1:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/09/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la.html
PARTE 2:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/09/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la_30.html
PARTE 3:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/10/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la.html
PARTE 4:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/10/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la_25.html
PARTE 5:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/12/colegio-pestalozzi-simbolo-de-la.html

miércoles, 29 de mayo de 2013

Jakov Djugashvilii: el hijo de Stalin capturado por los nazis

 Jakov Djugashvilii detenido por los nazis.


El 16 de julio de 1941, cerca de Vitesbsk (Rusia), se libró la durísima batalla de Smolenko. Allí las tropas nazis capturaron, entre otros, a un joven militar soviético de 34 años quien al ser interrogado tras su detención dijo que su nombre era Jakov Djugashvilii.
El joven Jakov era un ingeniero civil que durante la segunda guerra mundial cumplía funciones de Teniente de Artillería al comando de una batería del 14° Regimiento de Obuses, 14° División de Tanques.
De las tantas versiones que se han contado sobre aquella jornada bélica, la que más hondo ha calado y que más verosimilitud tiene es aquella que dice que los alemanes estaban aún muy golpeados (y no era para menos) tras el desastre en Stalingrado, buscando por todos los medios lograr la recuperación del Mariscal de Campo Friedrich von Paulus (prisionero de los rusos), cosa que pensaban podrían llegar a lograr a través de la intermediación de la Cruz Roja Internacional. La idea era intercambiar al "desconocido" prisionero ruso Jakov Djugashvilii mano a mano por Friedrich von Paulus.
Cuando la propuesta llegó a oídos del brutal y sanguinario Iósif Stalin, líder de la Unión Soviética, éste no pudo menos que rechazar totalmente aquella alocada e inconducente propuesta que los nazis habían osado realizar. A Stalin no le gustaba nada la idea de negociar, sea lo que sea, con los nazis y mucho menos le gustó la propuesta tras escuchar el nombre del prisionero ruso que los nazis pretendían devolver.
Las vueltas de la vida, el destino o vaya uno a saber qué cosa, hicieron que el nombre de Jakov Djugashvilii llegara hasta Stalin, provocándole al tirano ruso un escozor que difícilmente haya experimentado alguna otra vez. Jakov Djugashvilii era, ni más ni menos que, su hijo.

Stalin no se ha caracterizado jamás por su compasión o sus buenos sentimientos, por lo cual si alguien albergaba esperanzas de que finalmente aceptara intercambiar a Friedrich von Paulus por su hijo estaba más que equivocado. Quienes han estado cerca del dictador ruso aseguraron por entonces que Stalin dijo  "Yo no tengo ningún hijo llamado Yakov" a lo que luego agregó que "la Unión Soviética no intercambia Mariscales de campo por soldados rasos..."

Iósif Stalin (cuyo verdadero nombre era Iósif Vissariónovich Djugashvilii) siempre estuvo enfrentado con su hijo, de quien además con el paso del tiempo se fue distanciando paulatinamente. Su costumbre era por lo general detener a los familiares de los soldados capturados por el enemigo o que se rendían en combate, por lo cual su primera reacción tras enterarse de la captura de Jakov fue ordenar la detención de la esposa del soldado capturado por los rusos. Ni con su sangre hizo la más mínima excepción... Stalin detestaba desde hacía mucho tiempo a Jakov, e incluso llegó (como en este caso) a negarlo en reiteradas oportunidades. Cuenta la historia que muchos años antes y por un desengaño amoroso Jakov intentó suicidarse sin éxito, tras lo cual fue el propio Stalin quien le dijo a un allegado: "Ni siquiera sabe hacer eso". Stalin estaba convencido de la cobradía de su hijo y fue eso lo que lo llevó a pensar que Jakov en realidad se había rendido ante los nazis sin luchar. No iba a remover cielo y tierra por ese perdedor de Jakov, mucho menos teniendo en mente a los millones de valientes soldados rusos que daban la vida disparando contra los nazis. Jakov, según Stalin, no lo merecía. Para rematar la faena Stalin dijo (creyendo que Jukov sería ejecutado de inmediato por los nazis): “Una única muerte es una tragedia, un millón de muertes es una estadística”.


 Jakov Djugashvilii detenido por los nazis y declarando antes sus captores.


Jakov Djugashvilii fue enviado por los nazis al Campo de Concentración de Sachsenhausen y allí permaneció penando por espacio de dos años. Fue recién en 1943 que las autoridades nazis del campo recibieron (no con poca sorpresa) un dato estremecedor: Jakov Djugashvilii era el hijo del tirano ruso, su peor enemigo, el atroz Iósif Stalin. El "chisme" les había llegado de boca de uno de los compañeros de barraca de Jakov...
Los nazis creyeron que su gran oportunidad había llegado y le propusieron a Jakov la oportunidad de poder "pasarla mejor" en el campo a cambio de información de primera mano sobre el dictador Stalin. Jakov Djugashvilii se mantuvo imperturbable y no varió en nada su postura, negándose a colaborar con el enemigo y guardándose para sí mismo todo lo que pudiera contarles sobre su renegado padre.
La vida llegó a su fin para Jakov Djugashvilii el 15 de abril de 1943 en el Campo de Concentración de Sachsenhausen. Inicialmente se hizo correr la voz de que se había suicidado, pero las fuentes más confiables aseguran que en un vano intento de escape las balas nazis dieron en su espalda y su cuerpo quedó entremezclado con el alambre de púa de su prisión. La foto del cuerpo inerte ha sido conmovedora para miles de personas a través de los años, que han considerado esa imagen como un ícono del intento de librarse de las garras de la opresión y la barbarie, la de los nazis y la de Stalin. Muchos se han conmovido, menos su padre...


 Jakov Djugashvilii murto en el Campo de Concentración de Sachsenhausen.



martes, 28 de mayo de 2013

John F. Kennedy y su admiración por Adolf Hitler

John F. Kennedy, admirador de Adolf Hitler.


Dicen por allí que la vida te da sorpresas y en ésto, muchos de los grandes líderes de la historia de la humanidad, son verdaderos expertos. John Fitzgeral Kennedy, quien fuera presidente de los Estados Unidos de América y cayera ante las balas de quienes supuestamente se habían sentido tocados por su aparentemente firme oposición a las sociedades secretas y los grandes negociados desde la Casa Blanca, no ha sido la excepción.
Como casi siempre sule suceder, la imagen impoluta, inmaculada, progresista, respetuosa de las libertades y los derechos de la que han gozado muchos personajes históricos y que se nos "cuenta" desde la historia oficial también tiene...su Historia Lado B.

El gran demócrata norteamericano, ese mismo Kennedy que supo captar adeptos y admiradores incluso fuera de las fronteras norteamericanas, creyentes de sus ideales libertarios y de su clara postura en favor de los derechos universales, había realizado un largo viaje por Europa muchos años antes de pasar a la historia y ser una auténtica celebridad mundial. Entre 1937 y 1945, un veinteañero John Fitzgeral Kennedy recorrió de lado a lado el maltrecho continente europeo y pudo experimentar de primera mano cómo era la Europa en los días previos a la segunda guerra mundial y también aquellos en los que se tuvo que sufrir los golpes de la más cruenta contienda bélica vivida hasta ahora.

Kennedy dejó todo registrado en su diario personal y también plasmó sus pensamientos en un sinfín de cartas enviadas desde Europa, material que ha recuperado el escritor Oliver Lubrich en su libro (pronto a editarse en el momento de redactarse este post) "John Kennedy entre los alemanes. Diarios y cartas 1937-45". De todo el material recopilado de los archivos personales de Kennedy hay muchas cosas que llaman la atención pero ninguna como ciertas constancias sobre su profunda admiración hacia el nazismo imperante y hacia el nefasto Adolf Hitler. No faltan también las ponderaciones hacia Mussolini y el fascismo italiano, por supuesto. Sorprende ¿Sorprende?

Decía Kennedy en su diario personal en la página correspondiente al 3 de agosto de 1937: “Dormí mucho y con un Tour de American-Express llegué a Milán. Bella catedral, una de las más grandes del mundo. Leo a Gunther y llegué a la conclusión de que el fascismo es la cosa más justa para Alemania e Italia, el comunismo para Rusia y la democracia para los Estados Unidos de América”.
Y luego agregaba: “No existe duda de que estos dictadores en sus países, gracias a sus eficaces propagandas, son más amados que afuera” sin dudar un instante declarándose en esas mismas páginas como un "gran fanático de Hitler", según sus propias palabras.

Diarios privados de John F. Kennedy.


Si bien podría llegar a creerse (muy vagamente) que Kennedy "desconocía" algunas cosas que se daban en aquella sanguinaria Europa amenazada (y algo más) por los nazis (de hecho su padre había tenido muy buena relación con los jerarcas nazis del momento...), eso no puede decirse ya en las postrimerías de la segunda guerra mundial. Decía Kennedy en su diario llegando a mediados del año 1945:
“Todo está destruido. No existe un edificio que no esté incendiado. En algunas calles el olor de los cadáveres es terrible”. “La ilimitada ambición por su país lo volvió una amenaza el mundo. Sin embargo, tuvo algo misterioso en su modo de vivir y en su modo de morir, que lo sobrevivirá y crecerá. Tenía la pasta de la que están hechas las leyendas”.

Vamos de nuevo con sus palabras finales sobre Hitler: "Tenía la pasta de la que están hechas las leyendas”...

domingo, 5 de mayo de 2013

El fotógrafo judío que pudo retratar el rostro del odio

 Todo el odio del mundo en el rostro de Joseph Goebbels (Foto: Alfred Eisenstaedt / Life magazine)


Alfred Eisenstaedt ha sido uno de los fotógrafos más destacados del siglo XX. Nacio en Dirschau, (Prusia Oriental, Polonia) el 6 de diciembre de 1898 y supo capturar con su lente inquieta muchos momentos memorables de la historia, entre ellos el recordado V-Day (día de la victoria norteamericana sobre Japón el 14 de agosto de 1945) logrando la famosa fotografía conocida como "El beso en Times Square". Marilyn Monroe también se detuvo frente a su lente, pero esa es otra historia...
Alfred Eisenstaedt era judío y como tal fue testigo involuntario del lamentable ascenso al poder del Partido Nacionalsocialista en la Alemania de los años '30 con toda su barbarie y falta de tolerancia como marcas indelebles a cuestas. Apenas iniciada oficialmente la marcha de la maquinaria de guerra, sangre y fuego de los nazis (con la complicidad de muchos) por Europa, Alfred Eisenstaedt tuvo la oportunidad de viajar a Ginebra, Suiza, en algún momento de 1933 y fue allí donde precisamente pudo fotografiar lo que parecía imposible: la falsedad, la intolerancia y la hipocresía, todo junto casi al mismo instante...

 Joseph Goebbels distendido y simpático antes de recibir "la mala noticia" (Foto: Alfred Eisenstaedt / Life magazine)


Joseph Goebbels, ministro de propaganda del Tercer Reich, se encontraba en la ciudad suiza y tal como era su costumbre cuando se topaba con corresponsales acerditados de los diferentes medios internacionales, sonreía, conversaba y les proponía un ambiente claramente (y falsamente) distendido. Goebbels sabía muy bien lo que era hacer "propaganda", era un hombre (por decirlo de algun modo) "mediático" y manejaba muy bien esos temas.
Alfred Eisenstaedt se acercó hasta el jerarca nazi y le tomó una fotografía. En la imagen se podía ver a un Joseph Goebbels sonriente, simpático, ameno, cercano. Pero de inmediato, un asistente de Goebbels se acercó y le comunicó al oído que el fotógrafo que acababa de tomarle la fotografía era judío, tras lo cual (Goebbels) sacó a relucir "su verdadero yo" y miró con todo el odio posible a Eisenstaedt, quedando registrado para la posteridad en la imagen que encabeza este artículo.
Alfred Eisenstaedt había sido capaz de fotografiar en cuestión de segundos al verdadero Joseph Goebbels: no había modo, no hubo manual de las relaciones públicas que pudiera contra el odio visceral de Goebbels contra los judíos y eso mismo pudo retratar Alfred Eisenstaedt en su inolvidable fotografía.
La mirada demoníaca de Goebbels no merece, ni necesita, más comentarios.

Alfred Eisenstaedt y su famosa foto "El beso en Times Square" (Foto: Alfred Eisenstaedt / Life magazine)


Alfred Eisenstaedt, como era de esperarse, no pudo seguir trabajando libremente en Europa bajo la sombra del nazismo durante los oscuros y nefastos días de la Segunda Guerra Mundial. Emigró a los Estados Unidos de América y falleció el 24 de agosto de 1995 en Jackson Heighs (Queens, New York). Sin embargo, aquella imagen del "verdadero" Joseph Goebbels captada en 1933, sigue más viva que nunca para mostrarnos el rostro del odio como pocas veces se ha visto...

domingo, 28 de abril de 2013

Cae la noche: el Anschluss por Roberto Hubscher en primera persona

Roberto Hubscher comparte con Historias Lado B su relato en primera persona recordando los lejanos y oscuros días que derivaron en la anexión de Austria al Tercer Reich. El "Anchluss" dejó su huella de atropello y violencia descomunal, símbolos de la barbarie nazi. La gente de bien, los ciudadanos comunes sufrieron las consecuencias y muchas historias cambiaron para siempre. Ésta es una de esas historias.

Roberto Hubscher y Gerda. Austria, 1938.


Cae la noche.
En 1933, cuando yo nacía, los nazis, con Adolfo Hitler a la cabeza, tomaron el poder en Alemania y comenzaron la persecución de todo lo que no era "alemán" y "ario" según sus propios conceptos, incluyendo principalmente a los judíos. En Austria, en el mismo año, el canciller Dollfuss prohibió el partido nacionalsocialista y las milicias socialistas.
Al año siguiente se promulgó una nueva constitución, proclamando a Austria un estado "corporativo, autoritario, cristiano-alemán". A mediados de año Dollfuss fué asesinado en un golpe de estado por una conjura nazi destinada a unir a Austria con Alemania, unión que fracasó por la oposición de la Italia fascista en una puja de poder en el escenario europeo.
Pero los austríacos siempre se sintieron más alemanes que los mismos alemanes, al igual que ellos temían a los comunistas soviéticos y, en parte, tenían arraigados sentimientos xenófobos y antisemitas a pesar de siglos de tolerancia de los emperadores austro-húngaros.

Una visión siniestra.
Era una fría mañana del final del invierno, cuando un ruido inusual me despertó. Sordo pasos golpes rítmicos se oían llegar desde la calle. Me levanté, me acerqué a la ventana de mi pieza, que daba a la Obkirchergasse, y espié a través de las cerradas persianas de tablillas inclinadas de madera.
Alineados en filas que cubrían el ancho de la calle, marchaban. Cascos de acero verdes, chaquetas verdes, botas, cargando armas extrañas con caños exteriores perforados como una tela a lunares. Marchaban y continuaron marchando durante largo rato, soldados y mas soldados, en dirección a la Grinzinger Allee y al parque que yo frecuentaba. Yo estaba solo en mi pieza. Nadie me dijo nada y yo no creo haber preguntado nada. Para mi inocente mente de niño, esta marcha solo era una vista inusual, extraña, pero no implicaba ninguna sensación de temor o peligro. Era el 12 de Marzo de 1938: las fuerzas de la Alemania nazi habían entrado en Viena y ello, sin que yo pudiera intuirlo, marcaba un quiebre en mi destino y el de mi familia.

El brusco e inusitado fin de una amistad.

Al día siguiente, como era un hábito frecuente, fuimos con mi madre al parque y yo me dediqué a jugar en el arenero con mi amiga Gerda. En eso estábamos cuando oímos música de marcha, pasos acompasados y un entusiasmado griterío. Miramos y vimos una compañía de soldados alemanes, marchando solemnemente y con sus armas al hombro, por la avenida que bordeaba el parque. Atraídos por el bullicio y el espectáculo, corrimos de la mano hasta el borde del parque, donde se había reunido un considerable grupo de gente que, levantando el brazo derecho en el saludo nazi, gritaba "Heil Hitler!" vitoreando a las fuerzas que pasaban. Mi amiga Gerda se alineó con los demás y, a cual más entusiasta gritaba con ellos. En mi inocencia, me uní al coro, saludando y gritando al unísono con mi amiguita y todos los demás. Cuando es eso estaba, repentinamente apareció mi madre y, sin proferir palabra, me tomó de la mano, me alejó de allí y me llevó a casa. Esa fué la última vez que ví a Gerda y nunca más supe nada de ella.

Se aprueba la anexión de Austria al Tercer Reich.


Adiós Austria, viva la Marca del Este!
El 11 de Mayo de 1938 las tropas alemanas terminaron de ocupar toda Austria y, mediante un plebiscito, se confirmó la anexión, transformando la República de Austria en la Marca del Este del Reich alemán, que iba a durar 1000 años.
Los acontecimientos ocurrieron en rápida sucesión, aunque yo no fuí plenamente conciente de ellos. Sin embargo, algunos documentos  y  cartas de mis padres a mis abuelas en Austria y Polonia complementaron los pocos recuerdos propios de esta etapa.
Una de las consecuencias casi inmediatas afectó la situación laboral de mi padre y supongo que también a la de mi abuela.
   
Incautación.
Los dueños de la empresa donde trabajaba mi padre eran judíos. Según me contaron, un buen día apareció en la oficina del directorio un señor muy marcial y elegante, con un botón con la cruz esvástica en el ojal del saco, y saludó diciendo: "Señor Director General, su empresa ha sido expropiada. Puede quedarse aquí si lo desea, pero de ahora en adelante las decisiones las tomaré yo". Por supuesto, el director y propietario, Ludwig Klausner, no se quedó. Fué encarcelado pero, afortunadamente, consiguió liberarse, probablemente por el pago de una considerable suma de dinero, y, al poco tiempo, emigrar a Suiza, para luego viajar a Londres.
Mi padre recibió en su oficina una notificación, que ha llegado a mis manos:
"Del-Ka Industria del Calzado SAIC"
"Sr. Procurador José Hübscher"
"En esta casa".
"26.4.1938"
"Por la presente rescindimos la relación laboral existente entre nosotros a partir del próximo plazo mínimo prescripto por ley, o sea a partir del 31 de Julio de 1938.
Con nuestra mayor consideración
Del-Ka Industria de Calzado
(firmado con sello) Starke" .
La carta de recomendación extendida por la empresa da idea de la importancia de la posición de mi padre y de la holgada posición y seguridad futura que los nazis nos robaron a mis padres y a mi.
"Del-Ka Industria de Calzado SAIC. Dirección General, Viena VI, Mariahilferstrasse 47.
"Constancia por la que se certifica que el Sr. José Hübscher ha entrado a nuestro "servicio el 1. de Abril de 1927 y estuvo activo en nuestro establecimiento hasta el 30 de "Junio de 1938. El citado Sr. estuvo a cargo de la organización y control comercial, "financiero y administrativo de la central en Viena, los locales de venta en Viena y nuestras "sucursales en la provincia, así como de todas nuestras afiliadas extranjeras.
"El Sr. Hübscher ha realizado las tareas a el encomendadas a extraordinaria satisfacción "aún en situaciones ocasionalmente muy dificultosas, gracias a sus especiales condiciones "de organización, sus ricos conocimientos en el campo de nuevos métodos de cálculo, "supervisión empresaria y contabilidad financiera. En el trato con proveedores y clientes se "ha mostrado competente y confiable. Especialmente destacable es que es digno de la "mayor confianza. Podemos recomendar calurosamente al Sr.Hübscher para el desempeño de cualquiera de "las tareas enumeradas y le deseamos buenos éxitos para su trayectoria futura."
Cabe preguntarse si el último párrafo fue realmente sincero o si se trataba de un sarcasmo, teniendo en cuenta que en esos días era inadmisible que un judío pudiera obtener un puesto semejante en los países germano-parlantes.


Las tropas alemanas ingresan en Austria. 1938.


Un judío no es un ciudadano digno; que se vaya.   
Aunque mi padre estaba aún en edad de ser reclutado, dado que, por suerte, era "indigno" que un judío sirviera en las fuerzas armadas del Reich, fue eximido del servicio, quedando libre (?) para emigrar, según reza un certificado que también ha llegado a mi poder.

"Comando del distrito militar de Viena, 10 de Agosto de 1938
"A José Hübscher, nacido el 4.2.1900 en Zalszczyki, domiciliado en Viena XIX, "Obkirchergasee 42, se le certifica que, de acuerdo a los documentos presentados, es judío "completo y, de acuerdo al WG#15, no puede prestar servicio militar. Por parte del "Comando Militar no hay objeciones para su emigración."
   
Preparativos para la partida.
Sin demora, mis padres comenzaron los preparativos para abandonar Austria. En esa temprana época todavía era posible llevarse muebles, utensilios y ropa, por lo que se preparó todo lo posible para embalarlo. En esa época, en que los contenedores aún no se habían inventado, se estibó todo lo posible en un gran cajón cúbico de unos 3 o 4 metros de lado, que luego, al conocer nuestro destino definitivo, se despachó por una compañía transportadora.
Como solo estaba permitido llevar 20 DM ( unos 8 dólares ) en efectivo, mi padre pagó todos los pasajes y transportes antes de salir. Como todavía quedaba algo de dinero, decidió comprar algunas cosas de valor que pudiera llevar y que fueran medianamente convertibles en caso necesario.
Así fue que una tarde salí con mi mamá al centro, a una platería cuyo dueño era el cuñado de un tío de mi papá. Era un negocio relativamente pequeño, con las vidrieras y estanterías forradas con terciopelo rojo y llenos de los mas variados artículos de reluciente plata. Los nazis aún no habían pasado por allí: de lo contrario mis parientes ya no habrían estado en el negocio. Compramos un juego completo de cubiertos de plata y tres importantes candelabros, uno de ellos para tres velas montado en un pedestal cuadrado con una efigie de león en cada cara. Estos candelabros aún suelen adornar mi mesa en los días de fiesta.

 Casa natal de Roberto Hubscher en Viena. 2009. Arriba izq.: Roberto Hubscher (Abril 2013)


Hacia dónde?
Mi padre con una clara visión del futuro, trataba de acelerar lo mas posible nuestra partida. Si bien teníamos ya muchos parientes en Estados Unidos, en ese momento la emigración hacia ese país ya era muy dificultosa. Recuérdese la odisea del barco de refugiados judíos que partió de Hamburgo y que, después de recorrer puertos de varios países, incluyendo el de Nueva York, tuvo que regresar pues nadie autorizó el desembarco de los refugiados judíos. Cuando volvieron fueron despachados a campos de concentración en Alemania y Polonia.
Para obtener una visa de ingreso a EE.UU. había que obtener un "afidávit" (garantía) que debía ofrecer un residente norteamericano con holgada situación económica, lo que no era el caso de nuestros parientes, que trataban de conseguir amigos que se prestaran a ayudar a sus familiares a huir de la persecución racial.
Por ello, mi padre trató desde el principio de obtener visas para la Argentina por medio de una "llamada", ya que aquí ya residía hacía 10 años mi tío Adolfo. Pero en esa época había muchos filo-nazis en el gobierno argentino y era muy difícil obtener un permiso de emigración a la Argentina. Finalmente, después de una angustiosa espera, el 5 de Septiembre de 1938 obtuvimos las visas para mis padres y para mí, las últimas que emitió el consulado argentino en Viena. Mi abuela materna no pudo ser de la partida. Según escribe mi abuela Ietty en una carta de Mayo de 1939 desde Polonia, recordaba que mi padre había pagado desinteresadamente los gastos del viaje de mi tío Adolfo a Argentina en 1927 y que, gracias a eso, ahora podía retribuirnos en la situación de gran necesidad, salvándonos del exterminio. Escribe mi abuela: "Bendito sea Dios que he educado hijos que pueden vivir tan bien entre personas que ayudan a mis hijos; el Todopoderoso los recompense. (...) Bendito es el Gran Dios, que Adolfo consiguió sacarte a tiempo, eso es como escapar de la muerte."
Dos días más tarde, el 7 de Septiembre, llegábamos por ferrocarril a Trieste (puerto de Italia más cercano a Viena) y al día siguiente embarcábamos en la motonave Oceanía.
Cuando ya estábamos a bordo, llegó un telegrama de mi abuela informándonos que el consulado suizo nos había otorgado una visa de tránsito por 10 días, pensada para eventualmente seguir a Inglaterra, ruta que habían seguido muchos fugitivos judíos.
Pero la suerte ya estaba echada: para bien o para mal, nuestro destino sería la Argentina.

Roberto Hubscher
Exclusivo para Historias Lado B.

Datos biográficos de Roberto Hubscher:
Roberto Hübscher nació en Viena, Austria, el 13 de Abril de 1933. Su familia era originaria de la Galitzia del antiguo imperio austro-húngaro, que luego fue polaca y hoy forma parte de Ucrania. Insólitamente, sus ancestros paternos parecen haber llegado de España.
Reside en Buenos Aires, Argentina, desde 1938. Hizo aquí sus estudios y ejerció su profesión de Lic. en Química hasta, finalmente, retirarse en el año 2006. Actualmente trabaja en el armado del archivo histórico del Colegio Pestalozzi de Buenos Aires.

domingo, 14 de abril de 2013

El Dalai Lama: amigo y aprendíz de los nazis

 
El Dalai Lama y su amigo y maestro Heinrich Harrer, oficial de las SA y las SS nazis.


Ciudad de Graz, Austria, 1933. Con la llegada de Adolf Hitler al poder y con la infernal y sanguinaria maquinaria nazi en marcha, no fueron pocos los que comenzaron a mostrar su verdadero rostro y hacer lo que creían debían hacer. Los postulantes a enrrolarse en las SA (Secciones de Asalto del Partido Nazi que se encargaban de mantener el orden en las movilizaciones del Partido Nacional Socialista y "aleccionar" a los adversarios) no eran precisamente pocos, como tampoco eran pocos los que (sin que nadie los obligara) comenzaron a expresar sus simpatías por el tirano dictador que comandaba el Tercer Reich. No sólo los alemanes, sino prácticamente toda Europa parecia darle la mano a Hitler y las numerosas solicitudes para ser parte de las SA y las SS eran una clara demostración de ese apoyo y ese mortal entusiasmo nacional socialista que se daba por entonces. Entre los miles de aspirantes a formar parte de las temibles SA estuvo un joven que en 1933 contaba con 21 años de edad y que como estudiante en la austríaca ciudad de Graz "no se pudo resistir" a la tentación de ser parte de la historia de aquella Alemania integrando las Secciones de Asalto. Su nombre era Heinrich Harrer.

Harrer era un experto en alpinismo y sus dotes, por supuesto, no se le escaparon a Hitler y su maquinaria propagandística. En 1938 pudo cumplir uno de sus sueños escalando la complicada cara norte del Monte Eiger (Suiza) para luego regresar orgulloso a Alemania y "ofrecer" su proeza al Führer. Heinrich Harrer y sus compañeros alpinistas se reuniron Hitler y tras la bienvenida del tirano Harrer le dijo emocionado: "Hemos escalado esa pared para llegar, a través de su cima, hasta nuestro Führer".


 
Heinrich Harrer (segundo desde la izquierda) junto a Hitler y sus compañeros alpinistas tras su hazaña en Suiza.


La adhesión a las ideas del partido Nacional Socialista de Harrer se reafirmaron en 1938 cuando tras la anexión de Austria al Tercer Reich, envió su solictud para formar parte de las temibles SS. De inmediato Harrer pudo entrar por la "puerta grande" al nazismo siendo uno de los integrantes de la expedición nazi al Tibet junto a otros representantes del Tercer Reich como Bruno Beger y Ernst Schäffer entre otros. La expedición nazi al Tibet organizada por la Ahnenerbe (una sociedad de supuesto estudios ancestrales arios creada por el mismísimo Heinrich Himmler, jefe supremo de las SS) realizó estudios con la población del lugar, recopilando mediciones y análisis de dudoso sustento científico. Beger unos pocos años después sería uno de los máximos responsables de las matanzas masivas en campos de concentración nazi para terminar siendo juzgado en Nuremberg en 1946. Aquellos "expertos" y "científicos" nazis hacían en el Tibet lo de siempre: experimentar con gente como si estuvieran ante ratas de laboratorio. En Lhasa, la ciudad prohibida del Tibet, Harrer pudo comenzar a dar pasos importantes en su vida.

Tenzin Gyatso, el Dalai Lama, en 1939.


Mientras tanto, en 1939, fue entronizado el XIV Dalai Lama, el líder espiritual del Tibet. Era apenas un niño de cuatro años de edad nacido el 6 de junio de 1935 en Amdo (al este del Tibet) bajo el nombre de Tenzin Gyatso, también conocido como Kundun (la Presencia). El Dalai Lama tenía por entonces una capacidad especial que lo colocó por sobre los otros monjes (de apenas 9 años de edad): Tenzin Gyatso podía recordar y comprender desde su primer contacto todos y cada uno de los textos esotéricos, con lo cual demostró prácticamente desde su nacimiento ser alguien superior al resto y eso lo terminó de impulsar para convertirse en el Dalai Lama.

Ese niño creció y en 1959, a sus 24 años de edad, tras la invasión China al Tibet huyó hacia la India en donde fundó un gobierno tibetano en el exilio. Los habitantes del Tibet no la pasaban nada bien hasta entonces (después de la llegada de los chinos tampoco). La sociedad tibetana estaba dividida en 9 clases. Los sirvientes y las mujeres eran la clase más baja y eran tratados poco menos que como basura, además de ser "considerados" tan sólo como "animales parlantes". Así era la sociedad que encabezaba esta moderna deidad tibetana encarnada en el Dalai Lama, considerado (po sus súbditos y por él mismo) como un ser superior y la mismísima reencarnación del anterior Dalai Lama. El poder del Dalai Lama era (y es) tremendo,  siendo el líder de una red que llegó a abarcar hasta unos 6.000 monasterios que no eran otra cosa más que el centro del poder político y económico del Tibet. Mientras el Dalai Lama vivía (vive) en la opulencia de palacios (algunos de los cuales han tenido hasta mil salas...) la población era reducida a la servidumbre y a una vida junto a los animales. Una paz muy extraña la de este líder que tiene visos de líder espiritual de la new age entremezclados con maneras y políticas propias de jerarcas dictatoriales de otros tiempos.  Ésto pudo ser lamentablemente atestiguado y comprobado por quienes han intentado salir del totalitario sistema impuesto por el actual Dalai Lama desde el principio: quienes osaban contradecir al "Dios tibetano" o intentaban huír en busca de una vida digna terminaban indefectiblemente con sus manos cortadas... Las maneras propias de estados feudales tibetanos se modificaron (no siempre para mejor) con la entrada de los chinos en el Tibet, hecho que sin embargo provocó el alivio de muchos habitantes de esa zona del mundo.


Manos cortadas a disidentes y víctimas despellejadas en el Tibet...


El Dalai Lama ha impuesto en el Tibet un férreo sistema opresivo y cerrado. Muchas cosas están vedadas para la "gente común". La rigidez en la sexualidad no impide sin embargo que se le diga a las aspirantes budistas femeninas que para "espiritualizarse" lo mejor sea acostarse en el mismo lecho con el Dalai Lama. El voto de silencio y la lealtad absoluta completan del mejor modo posible el plan perfecto y "divino" del lider tibetano.
Tuvo buenos maestros, claro...
A la "amistad" y a las "enseñanzas" de Harrer hay que agregarle lo aportado por Bruno Beger. Beger luego de los años oscuros de las expediciones nazis al Tibet, luego de las atrocidades de la Alemania nacional socialista y tras "zafar" de la justicia (tan particular) de los Aliados en la posguerra, volvió tantísimas veces al Tibet en caracter de amigo personal, maestro y socio (en muchas cosas) del Dalai Lama. No es posible olvidar fácilmente las imágenes de Beger "experimentando" con nativos del Tibet y tampoco es sencillo olvidar sus cálidos y reiterados encuentros con un Beger que nunca dejó de ser un espejo en donde siempre se quiso mirar.

Arriba: Dalai Lama y Bruno Beger en los '90 (izq.) - Bruno Beger "experimentando" en el Tibet (der.)
Abajo: Bruno Beger con el regente del Tibet Reting Rinpoche antes de la entronización del Dalai Lama (1938)


Desde que se descubrio el pasado de Heinrich Harrer y hasta su muerte en 2006, el explorador nazi desapareció totalmente de la vida pública. Sus encuentros con el "Dios" tibetano, sin embargo, se siguieron dando sistemáticamente y la gran proliferación de fotos así lo atestiguan. En 2002, cuando cumplió 90 años, Harrer había recibido nuevamente la visita del Dalai Lama. “Heinrich Harrer fue mi amigo personal”, escribió el monje. “Aprendí muchas cosas de él, particularmente acerca de Europa. Sentimos que hemos perdido un leal amigo de Occidente.
Mientras tnato Beger, seguía haciendo de las suyas a pesar de las lecciones de la historia y los años y así las cosas se profugaba ante las 86 acusaciones de crímenes raciales durante la Segunda Guerra Mundial que le imponía un tribunal alemán, pero eso no imepdía que se reuniera con el inocente y despreocupado Dalai Lama en el Tibet tantas veces como se les antojara a ambos...Beger murió finalmente en 2009 y su partida también fue lamentada por el "líder espiritual" tibetano.


Días felices junto a Heinrich Harrer.


Pero el Dalai Lama siempre se dio el dudoso gusto de provocar a media humanidad y a pesar de los comentarios de quienes le recordaban las nefastas atrocidades de sus amigos y socios nazis alemanes, insistió con reunirse con otros nazis en diferentes partes del mundo. Tal vez el ejemplo más contundente sea el del impresentable Miguel Serrano Fernández, el deplorable escritor, diplomático y explorador chileno, líder de los nazis de su país.

 El Dalai Lama y el líder nazi chileno Miguel Serrano.


El hombre convertido en deidad tibetana, el hombre que se sindica como un dios tibetano en la Tierra, supo muy bien cómo hacer una cosa y mostrarse ante el mundo de una manera diametralmente opuesta. "Haz lo que yo digo, pero no digas lo que yo hago" es una frase que lo pinta de cuerpo entero. Un cuerpo bien concreto, de carne y hueso, nada espirtual, mundano como pocos.

sábado, 23 de febrero de 2013

La tumba de Adolf Hittler

La tumba de Adolf Hittler.


El joven empleado del cementerio judío Filantropía, ubicado en la ciudad de Bucarest, en Rumania, no daba crédito a lo que veían sus incrédulos ojos. Trató de frotárselos para ver si podía remover de sus retinas la imagen, pero no hubo caso. Sobre la fría y enorme lápida podía leerse con absoluta claridad: "Aquí descansan los restos de Adolf Hittler. Fallecido el 26 de octubre de 1892 a la edad de 60 años. Rueguen por su alma”. El hombre dudó por unos instantes y hasta llegó a creer que podría tratarse de una "broma de mal gusto", pero de inmediato cayó en la cuenta de que no se trataba de eso, sino que realmente allí estaba enterrado un tal Adolf Hittler (escrito con doble "t")...
Durante los oscuros días de la Segunda Guerra Mundial (momento en el cual el trabajador del cementerio se percató de esta tumba) no eran pocos los países dominados por la Alemania nazi en Europa, y Rumania no era precisamente la excepción. El yugo de la barbarie nacionalsocialista caía cruel e insensible sobre la población rumana que debía sufrir los embates del socio criminal local de Hitler, el Mariscal Ion Antonescu. Así las cosas 300.000 rumanos murieron por el solo hecho profesar la religión judía...  
Si la falta de tolerancia era uno de los sellos indelebles del régimen rumano vasallo del nazismo, la acción desenfrenada, totalitaria, violenta y desmedida era otra de sus caracetrísticas, por lo cual "algo había que hacer" con esa tumba tan "ofensiva", no fuera cosa que algún "buchón" de los nazis hiciera llegar la noticia hasta los mismísimos oídos del Führer o sus allegados y todos quienes se ganaban el pan de cada día en el cementerio judío terminaran pasados por cuchillo...
Adolf Hitler, el que no estaba allí enterrado, podía tomarlo a mal.

La "solución" que encontraron las autoridades del campo santo y quienes cuidaban aquel cementerio judío en medio de la línea de fuego fue la de dañar lo suficiente la lápida como para que ya no se pudiera leer el nombre de aquel hombre casi desconocido que había tenido el "triste honor" de compartir nombre y apellido con uno de los personajes más repulsivos, sanguinarios y crueles de la historia de la humanidad. La lápida fue prácticamente destruída y para cuando el final de la guerra dio algo de respiro a la población rumana, ya casi nadie se acordaba de la infausta tumba con "aquel otro" Adolf Hittler enterrado.

Detalle de la tumba de Adolf Hitler, fabricante de sombreros judío rumano...


Pero... ¿quién era aquel deconocido Adolf Hittler?
El pobre hombre que se encuentra enterrado en la tumba del cementerio judío Filantropía de Bucarest era en realidad un fabricante de sombreros, un judío rumano que tenía su taller y un pequeño negocio de venta de sombreros ubicado sobre la calle Real de la ciudad rumana de Bucarest. Unos datos más nos permiten dar algo más de luz sobre su nombre y apellido: a finales del siglo XIX el nombre Adolf (de clara consonancia germana) era muy común y muy difundido entre los judíos y también era muy común que los apellidos se relacionaran directamente con la profesión que ejercían. En el caso del "otro" Adolf Hilter, el enterrado en Bucarest, se cree que su apellido real era Hütler, que en realidad significa en alemán "fabricante de sombreros". Lo más probable es que el artesano que se encargó del tallado de la lápida haya cometido un error y finalmente en la piedra haya dejado registrado el célebre apellido Hittler.

Los años pasaron y finalmente el caso fue descubierto casi por casualidad por Marius Mircu, un cronista de la comunidad judía rumana, quien se interesó particularmente por la tumba cuando preparaba su libro "Filantropía: un cementerio lleno de vida". Mircu investigó y logró recopilar casi todos los datos que se conocen sobre aquel fabricante de sombreros enterrado en Bucarest, pero la historia no terminaría allí.
La dictadura comunista en Rumania mantuvo la tumba destruída con la lápida dañada para que no se lea el nombre de Adolf Hittler, pero en 1987 (dos años antes de que el dictador rumano Nicolae Ceausescu fuera derrocado) finalmente la dañada tumba fue reconstruída respondiendo a la iniciativa el Rabino Moses Rozen. El ingeniero judío a cargo de la justiciera reconstrucción de la lápida fue Iosif Cotnareanu, quien pudo darle forma a su trabajo respetando el epitafio original, al cual tuvo acceso a través de viejas fotografías como las aparecidas en algunos periódicos locales. La nueva lápida, sin embargo, no tiene el mismo diseño que la original y fue concebida siguiendo los cánones de los años '80.

Artículo periodístico en diario ruamno con la tumba origianl de Adol Hitler.


Finalmente se había hecho justicia con aquel trabajador judío que no tenía culpa alguna por llevar aquel nefasto nombre. Hoy en día ya nadie lleva flores a su tumba y las únicas personas que se acercan lo hacen por la tremenda curiosidad que genera ver en una lápida el nombre de Adolf Hittler. El sombrerero judío seguramente descansa en paz... el otro, el sanguinario y tirano dictador alemán del Tercer Reich, posiblemente no...


jueves, 14 de febrero de 2013

El Príncipe Felipe de Edimburgo y su pasado nazi

Felipe de Edimburgo (tercero desde la derecha) en funeral nazi. Darmstadt, 1937.


Noviembre de 1937. Por las calles de la localidad alemana de Darmstadt avanza a paso lento la columna del funeral. Alemania está bajo el yugo nazi y la gente no oculta su orgullo por la fuerza nacionalsocialista que ocupaba el poder y monopolizaba el terror y la fuerza bruta como signo de su más irracional barbarie. Al costado del cortejo fúnebre, sobre las aceras, los alemanes hacían el tristemente célebre saludo nazi con su brazo derecho sin que nadie los obligara.
Durante aquella lúgubre jornada se llevaba a cabo el funeral de una tal Cecile Hesse, joven mujer que estando en un avanzado estado de embarazo, sufrió un accidente aéreo mientras viajaba con su marido, George Donatus, recientemente nombrado (por entonces) como Duque de Hesse y el Rin tras la muerte de su padre. El despegue se produjo en el aeródromo de Frankfurt y el accidente tuvo lugar cerca de la localidad de Ostende (Bélgica) dado que hasta allí llegaría el avión para recoger a nuevos pasajeros.  El destino final era la ciudad de Londres (Inglaterra) para asistir a la boda del hermano de Donatus. En el avión viajaban también los príncipes Luis y Alejandro (hermanos de Doantus) y la duquesa Eleonor (su madre). Todos resultaron fallecidos.


Felipe de Edimburgo e Isabel de Inglaterra.




Cecilia, la joven embarazada que falleció en el accidente, era en realidad Cecilia de Grecia y Dinamarca, la hermana de Felipe de Edimburgo, quien unos años después (precisamente el 20 de Noveimbre de 1947) se convertiría en el esposo de Isabel, la heredera del trono de Gran Bretaña... y la lista de los asistentes a su funeral y de quienes han enviado mensajes de condolencia no deja lugar a dudas sobre las simpatías que había cosechado durante su corta vida y las ideas políticas que profesaba junto a su también fallecido marido.
En la foto que encabeza este post se ve (tercero desde la derecha) al joven Philip (Felipe de Edimburgo) acompañado de algunos familiares como el príncipe Christoph de Hesse y el Lord Louis "Dickie" Mountbatten, ambos enfundados en sus uniformes de las SS y la Armada alemana respectivamente. Otro asistente "destacado" al funeral fue el mismísimo Hermann Göering, jefe de la Luftwaffe, mientras que otros nazis como Adolf Hitler y Joseph Goebbels se encargaron de enviar sendos mensajes de condolencias para la familia de los difuntos recientemente afiliados al Partido Nazi.

Hoy, Felipe de Edimburgo, príncipe consorte de la Reina de Inglaterra, no ha tenido reparos en decir que por aquel entonces, durante sus lejanos y dorados días de juventud, miraba a los Nazis y su infernal maquinaria de guerra, fuego, intolerancia y sangre con ojos muy diferentes con los que (según él) los mira en la actualidad.
Él sabrá.





lunes, 28 de enero de 2013

Mikhail Gorbachov, Margaret Thatcher y la trama del asesinato de Rudolf Hess en Spandau

El 17 de Agosto de 1987 Rudolf Hess era encontrado ahorcado con una cuerda en su celda de la prisión de Spandau, en Berlín. La extraña muerte de aquel solitario nazi preso desde 1946 en la cárcel bajo custodia de los Aliados se vio rodeada de varios sucesos (como mínimo) inquietantes. Los cambios de guardia en la prisión, la "visita" de agentes de la CIA, el SAS, la idea de Gorbachov, el comentario al presidente de Alemania, la comunicación con Ronald Reagan y... un "oportuno" llamado a Margaret Thatcher. "Suicidaron" a Hess. ¿Por qué? Aquí la historia...

Mikhail Gorbachov, Rudolf Hess (preso en Spandau) y Margaret Thatcher.


Breve introducción sobre Rudolf Hess:
Cuando Rudolf Hess culminó el famoso "vuelo de la paz" estrellando su avión en suelo escocés el 10 de Mayo de 1941, nunca (jamás) pudo imaginar cómo sería el final de su vida muchos años después. Siempre creyó fervientemente que el relato de su vida culminaría de manera sensiblemente distinta. La historia del viaje que Hess, lugarteniente de Adolf Hitler, hizo hacia Inglaterra en plena Segunda Guerra Mundial es uno de los más grandes enigmas de todos los tiempos. Los intentos de negociar la paz directamente con Winston Churchill y pasar a la historia como el nazi que lograba "darle aire" a Hitler en el frente occidental para que pudiera desplegar su maquinaria bélica en el frente opuesto con la "Operación Barbarroja", o sea la invasión alemana a la Unión Soviética, no parecía para Hess algo descabellado. Sin embargo, víctima de una red de espionaje y (tal vez) de sus propios errores y una buena dosis de ingenuidad, Hess, se eyectó de su avión de combate y cayó en paracaídas en territorio enemigo para ser capturado y nunca más recuperar la libertad. Desde aquel día de 1941 hasta 1945, Rudolf Hess estuvo encarcelado por los británicos y cuando la guerra llegó a su final (oficialmente); se sentó en el banquillo de los acusados en la farsa los juicios de Nüremberg, siendo condenado a cadena perpetua.


 Mikhail Gorbachov y Richard von Weizsäcker

Prisión de Spandau (Berlín, Alemania)


La idea inesperada de Mikhail Gorbachov:
Todavía no había acabado la Tercera Guerra Mundial Guerra Fría, cuando Mikhail Gorbachov, el líder de la Unión Soviética, concibió una idea que podría haber generado una conmoción de ribetes inusitados a nivel mundial. Como golpe propagandístico audaz y muy inteligente de su parte, Gorbachov planeaba liberar a Rudolf Hess de la prisión de Spandau en 1987 y para lograrlo debía ir tejiendo una trama que le permitiera hacerlo sin inconvenientes cuando los carceleros a cargo fueran precisamente los soviéticos. Cabe recordar que la prisión de Spandau era custodiada en diferentes turnos por militares de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética, distribuyendo de mamera equitativa los turnos de guardia de la prisión y sus internos. En 1987 Rudolf Hess era el único preso alojado en Spandau, tras la liberación de Albert Speer en 1966 lo cual daba al presidio un aspecto casi fantasmal con un interno consumido por los años y una artrosis que apenas si lo dejaba caminar por los espaciosos jardines de la cárcel. Un ejército de soldados Aliados custodiaba los sombríos días de Hess en el presidio alemán y así las cosas Gorbachov debía "arreglar"  la liberación del nazi para el momento en que la guardia estuviera en manos de los suyos.
El plan resultaría impecable para la propaganda rusa: uno de los nazis más emblemáticos, un enemigo acérrimo del comunismo, liberado por sus propios enemigos en un gesto de buena voluntad y (en definitiva) de acercamiento entre las partes. Gorbachov quedaría en la historia como un ferviente defensor de los derechos humanos y sería recordado por todos los tiempos como un símbolo inequívoco de paz en la Tierra. Los norteamericanos no lo hubieran podido hacer. No les interesaba tampoco (y ni que hablar de los ingleses). La idea inesperada de Gorbachov era, sin más vueltas, inmejorable.

Alemania se entera del plan:
Richard von Weizsäcker era desde 1984 (y lo fue hasta 1994) el presidente de la República Federal de Alemania (la Alemania Occidental "compartida" por los Aliados) y para ese mismo 1987 tenía prevista una visita oficial a la Unión Soviética, por lo cual las comunicaciones diplomáticas entres los dos países estaban a la orden del día. En una de aquellas comunicaciones, Gorbachov le informó a Weizsäcker sobre su idea para liberar a Hess y dar un golpe de escena que nadie podría llegar a imaginar. La noticia no cayó en saco roto y, de inmediato, Richard von Weizsäcker se convertía en un nuevo protagonista de este increíble thriller histórico...

Rudolf Hess en Spandau, Ronald Reagan y Richard von Weizsäcker.


Un llamado urgente a Estados Unidos:
Richard von Weizsäcker demoró tan sólo cuatro minutos en levantar un teléfono y conseguir comunicación directa con Ronald Reagan, presidente de los Estados Unidos de América. Acababa de recibir información confidencial, de primera mano, de boca de su propio ideólogo y las consecuencias podrían llegar a ser tremendas para los Aliados y, muy en particular, para los ingleses. Había que avisarle a Margaret Thatcher...


El "honor" británico en peligro:
Ronald Reagan no dejó pasar mucho más tiempo y casi tan rápido como cortó al teléfono con su par de Alemania Occidental, se contactó con la "Dama de Hierro", Margaret Thatcher, Primer Ministro de Gran Bretaña. La misma escena que se había venido dando durante la Segunda Guerra Mundial se repetía unos cuantos años después en otro escenario pero con situaciones similares. Estados Unidos y Gran Bretaña unidos (lógico y comprensible) contra su "verdadero enemigo": la Unión Soviética. Así como en 1945 norteamericanos, ingleses y franceses "dejaron" entrar solos a los rusos en Berlín para que "no encontraran" a Adolf Hitler (dada la red de protección también por ellos orquestada para la huída del tirano alemán); ahora no podían dejar que los soviéticos pasaran a la historia como los emblemas indiscutidos de la paz y los derechos humanos. Había que entrar en acción...

Prisión de Spandau y Margaret Thatcher.

Rudolf Hess en Spandau.


Hay que matar a Rudolf Hess:
Mikhail Gorbachov, ajeno a toda esa serie de comunicaciones entre los líderes de Alemania, Estados Unidos y Gran Bretaña, seguía adelante con su idea de liberar a Hess y para eso había elegido una fecha dentro del mes de Julio de 1987. Las guardias rotativas de Spandau permitirían que durante las jornadas de custodia a cargo de los soviéticos la liberación se llevara a cabo sin inconvenientes. El plan original de liberar a Hess durante Julio de 1987 súbita e inesperadamente fue modificado y se eligió como fecha de liberación la de Noviembre (fines de mes) del mismo año. La noticia de la libertad de Hess llegaría casi como un regalo de Navidad de la nación atea y, entonces, el puñal clavado en la espalda del mundo occidental sería todavía más filoso...
A sus 93 años Hess, si bien estaba muy desgastado físicamente y su complicada artrosis apenas si le posibilitaba movilizarse con mucha dificultad, tenía una memoria frondosa e intacta, por lo cual podía relatar con todo lujo de detalles todos y cada uno de los hechos de su vida incluyendo por supuesto la detención en Inglaterra desde 1941 hasta 1945 y los maltratos y torturas a las que había sido sometido por los británicos. Pero Hess podía hablar de cosas mucho más complicadas y comprometedoras (para Inglaterra) y por eso había que "silenciarlo" de alguna manera. 

Hess hablaría, sin dudarlo, de las negociaciones de paz que él mismo estaba entablando secretamente con los británicos en 1941. Churchill había dado directivas muy concretas al respecto y sus órdenes no daban lugar a dudas ni vacilaciones: había que engañar a Hess para que caiga en una trampa, hacerle perder tiempo a él y a Hitler para que se les viniera el invierno encima y la Alemania nazi se viera obligada a atacar en dos frentes simultáneamente (cosa que la debilitaría). Hitler no quería mantener dos frentes de guerra y por eso deseaba una paz (aunque sea ficticia y endeble) con Gran Bretaña. Hess, a sabiendas de eso, ideo su plan de paz y su famoso vuelo hasta Inglaterra. El tema crucial era en definitiva la mentirosa tratativa de paz generada por Churchill a través de una complicada red de espionaje, por lo cual (y a raíz de lo acordado en diferentes tratados) al mentir en medio de "gestiones de paz", Churchill era co-responsable de las consecuencias derivadas de los conflictos que esa mentira pudiera haber provocado. Dicho ésto, sólo resta decir que dadas sus engañosas tratativas de paz Churchill colaboró concretamente (entre otras cosas) para que el ataque alemán a Inglaterra fuera posible y para que en definitiva a Hitler "se le soltara nuevamente la cadena" e invadiera Rusia. De esta manera Churchill era co-responsable de (por lo menos) 20.000.000 de muertes en territorio soviético (además de las víctimas británicas). Dicho de manera mucho más simple: Churchill debió haber sido juzgado como criminal de guerra al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cosa que (obviamente) no sucedió. Hess no se iba a quedar con la boca cerrada y al ser liberado estaría encendiendo otra vez la hoguera. Churchill sería ubicado en la historia en el lugar merecido y eso no iba a ser permitido.
Si Gorbachov planeaba liberarlo iba a ser muy difícil hacer que el nazi no hablara... Rudolf Hess debía morir.


Rudolf Hess en Spandau.


"Suicidan" a Rudolf Hess:
La muerte de Rudolf Hess a manos de los ingleses hubiese sido algo muy burdo (son tan delicados y detallistas los británicos...) y evidente, por lo tanto Margaret Thatcher recurrió a "mano de obra" norteamericana. Los soldados norteamericanos tendrían a su cargo el "cuidado" de Spandau en Agosto de 1987 y entonces la ocasión era más que propicia para que agentes de la CIA (Central Intelligence Agency) realizaran una inesperada visita a la prisión. Como los ingleses, además, son desconfiados (incluso de sus propios cómplices y secuaces) decidieron que "la Reina tendría ojos también dentro de Spandau" y enviaron a dos miembros del SAS (Special Air Service) para que "colaboraran" con sus amigos norteamericanos en la difícil tarea de "suicidar" a Hess. La entrada a Spandau de los agentes de la CIA norteamericana y el SAS británico se produjo entre la noche del 15 de Agosto y la madrugada del 16 de Agosto de 1987.
El lunes 17 de Agosto mientras Hess apenas si caminaba por los jardines de la prisión, los agentes se acercaron y pasaron una cuerda alrededor de su cuello con una sola y obvia intención: asesinarlo. Increíblemente Hess no murió en ese instante por lo cual fue llevado al interior de Spandau. Mientras era "asistido" Hess logró esbozar unas pocas y últimas palabras. Estaba identificando (ante un soldado norteamericano ajenos al "operativo") como únicos responsables del primer intento de asesinato contra su persona a los dos agentes del SAS británico.

Unas horas después era encontrado ahorcado en su celda. Una cuerda colgada del techo apretaba su cuello quebrado y sus débiles manos y endebles brazos carcomidos por la artrosis pendían inertes al costado de su frío cuerpo. Aquel viejo nazi de 93 años, increíblemente, había decidido suicidarse tras largos 41 años de prisión. Por las dudas de que "no pudiera con su cometido"... ingleses y norteamericanos colaboraron y haciendo gala de una filantropía humanitaria sin precedentes..."lo suicidaron" antes...

La historia oficial, sin embargo, dice que Rudolf Hess, de 93 años, con artrosis y grandes dificultades para movilizarse, había decidido subir hasta el techo de su celda, pasar una cuerda por un tirante y colgarse para cometer suicidio.

Richard Warren, el soldado norteamericano al que Hess les "marcó" a los agentes del SAS que había atentado contra su vida, había prometido escribir un libro relatando la historia, pero... lamentablemente un tiempo después decidió cambiar sus planes y se arrojó desde un piso 22.