viernes, 2 de agosto de 2019

El día que Juan Mahler "recordó" que era el nazi Reinhard Kopps

En 1994, con una rara mezcla de cinismo y perversión, el nazi Reinhard Kopps apeló a su indignante memoria selectiva frente las cámaras de televisión, para negar lo innegable.

Reinhard Kopps en sus días de SS, y en Bariloche bajo la falsa identidad de Juan Mahler.


Durante los días de la Segunda Guerra Mundial, Reinhard Kopps fue un alto oficial de las SS, un entusisata defensor de las ideas radicales del Partido Nazi. Sin embargo, los servicios prestados para su amada Alemania no se limitaron a eso, y tras la derrota del nrégimen de Adolf Hitler en el conflicto bélico, ayudó a miles de otros nazis a escapar con rumbo a la Argentina, hacia donde también él huyó.

Nada hubiese sido posible sin la participación del Vaticano, al amparo del Papa Pío XII y la activa participación del obispo Alois Hudal.

Austríaco de nacimiento y residente en Roma, durante 30 años Hudal fue rector del seminario alemán de Santa Maria dell'Anima en la capital italiana y, hasta 1937, un influyente representante de la Iglesia austríaca. En su libro de 1937 Los fundamentos del nacionalsocialismo, Hudal elogió abiertamente a Adolf Hitler y sus políticas. Después de la Segunda Guerra Mundial, este religioso antisemita fue uno de los artífices de la Ratline o Líneas de las Ratas, que permitió a importantes nazis alemanes y otros ex oficiales y líderes políticos del Eje, entre ellos criminales de guerra, escapar de los juicios por crímenes de lesa humanidad.

Del bando nazi, su principal contacto era justamente Reihard Kopps, quien tuvo el camino allanado para darle protección a nazis fugitivos, gracias a la red desplegada por el General Juan Domingo Perón, presidente de la Argentina desde 1946, y su esposa Eva Duarte de Perón, quien se encargó personalmente de establecer puestos de emigración hacia la Patria Justicialista en lugares como Génova (Italia) y Berna (Suiza) durante su viaje a Europa en 1947.

Al igual que tantos otros, Kopps logró establecerse tranquilamente en la ciudad de Bariloche, en la provincia de Río Negro, en la Patagonio Argentina, protegido por el régimen peronista. En 1952, la embajada alemana le otorgó un salvador cambio de identidad y desde entonces fue conocido por la comunidad local bajo el nombre falso de Juan Mahler.

Todo parecía transitar por carriles normales, hasta que en 1994, la paz de la comunidad alemana (sobre todo la de los nazis) se quebró de manera definitiva, cuando la cadena televisiva estadounidense ABC envió a Bariloche al periodista Sam Donaldson, quien viajó con inetnciones de encontrar a nazis fugitivos y que nunca llegó a sospechar lo que iba a descubrir.

Donaldson esperó pacientemente en la acera de una casa que le habían marcado como perteneciente a un alto ex oficial de las SS. Se trataba de Reinhard Kopps.

Cuando el nazi salió de la morada se topó con la incómoda pregunta de Donaldson: "¿Es usted Reinhard Kopps?"

La inmediata reacción del entrevistado, no sin antes tratar de evitar el momento, fue la de poner cara "de nada" y negar. Simplemente, negar. La negación no era extraña a los nazis fugitivos, y motivos -por supuesto- no faltaban. De hecho, la negación es un mecanismo de defensa con el que se enfrentan los conflictos negando su existencia o su relación, o incluso su relevancia con el sujeto. Se rechazan todos y cada uno de los aspectos de la realidad que se consideran desagradables. En este caso, además, incómodos y perturbadores.


Reinhard Kopps "cazado" en Bailoche.


"No, yo no soy Reinhard Kopps", atinó a decir el anciano ante los corresponsales de ABC, quienes dada su insistencia, lograron finalmente una de las confesiones más extrañas de la historia tras mostrarle una foto de sus días de juventud con el uniforme de las SS y su carnet de afiliación al Partido Nazi. 

Con la evidencia a mano, la estrategia se hizo añicos en el acto: "Yo fui Reinhard Kopps, pero ya no lo soy. Me llamé así hasta 1952, y desde entonces me llamo Mahler"; dijo -con algo de culpa en su expresión- el viejo nazi puesto en aprietos.

"Kopps era mi nombre, pero ya no. Hay una gran diferencia", sostuvo el nazi en Bariloche.

Luego, apretado por las circunstancias tras ser consultado si había ayudado a escapar a muchos nazis hacia la Argentina con ayudadel Vaticano, dijo Mahler/Kopps ante las cámaras: "Por aquel entonces, yo no sabía que hacía eso. Muchos años después me di cuenta".

Como "por arte de magia", o si se quiere por la simple y justiciera acción de la memoria (esa -muchas veces- "molesta" función del cerebro que permite codificar, almacenar y recuperar la información del pasado), Juan Mahler recordó que en realidad uno nunca deja de ser quién fue. Mucho menos él.

sábado, 20 de julio de 2019

Marcelo García en Radio Mitre sobre "Perón y la raza argentina": "El médico nazi Carl Peter Vaernet trabajó bajo órdenes del Dr. Ramón Carrillo"


El 1º de julio de 2019, Marcelo García publicó "Perón y la raza argentina" (Ediciones B), su segundo libro, y tras la llegada a las librerías de la nueva investigación, fue invitado al programa "Pensándolo bien", por Radio Mitre AM 790. En entrevista con Laura Di Marco, el autor contó detalles de su trabajo y habló sobre los puntos más destacados de esta historia con ribetes demenciales, pero absolutamente real.


Entrevista en "Pensándolo bien", 8 de julio de 2019.


domingo, 7 de julio de 2019

La Matanza de Rincón Bomba: el genocidio ordenado por Perón contra el pueblo Pilagá

La matanza de cientos de integrantes de la comunidad pilagá a manos de fuerzas federales que respondían al Gobierno del General Juan Domingo Perón en 1947 se extendió por 20 días, más de setenta años después encontró algo de justicia. La justicia federal determinó que el Estado nacional debe realizar reparaciones, que van desde la inclusión de la fecha en el calendario escolar hasta el pago de sumas millonarias para el desarrollo del pueblo indígena. 

Las fuerzas que respondían al Gobierno peronsita tomaron a integrantes de la comunidad como prisioneros 
y luego los mataron.


Apenas habían pasado dos años desde el orquestado "Día de la Lealtad peronista" cuando, el 10 de octubre de 1947, se dio inicio a a una matanza como pocas veces se recuerde en la historia argentina. El escenario fue el Territorio Nacional de Formosa, mientras que las víctimas fueron las familias pilagás, tobas y wichis que caminaron hacia la Compañía El Tabacal en Tartagal (Salta), que pertenecía a Robustiano Patrón Costas, un terrateniente y empresario del azúcar, que años antes había sido uno de los baluartes de la corrupción durante la "Dédaca infame" y que no tenía el más mínimo reparo en aceptar coimas a diestra y siniestra, incluso de manos de los nazis socios del presidente argentino Juan Domingo Perón y sus apoyos desde los días de la Logia Militar filo nazi fascista del GOU (Grupo de Oficiales Unidos).

La comunidad pilagá solo pedía una cosa: trabajo. El gobierno peronista había establecido un régimen de trabajo esclavo y Patrón Costas no cumplió ninguna de las condiciones acordadas, mucho menos con el salario que les había prometido. Los indígenas tomaron valor, reclamaron y terminaron todos despedidos; tras lo cual, agobiados por enfermedades de todo tipo y la hambruna, regresaron con sus familias al territorio de Las Lomitas, en Formosa.

La prensa de aquel entonces, servil y complaciente con el régimen de Perón, fogoneó como nunca sobre miedo al “malón”, “sublevación indígena” y “los indios revoltosos en actitud de alzamiento”, algo que no fue otra cosa más que la semilla germinal para una brutal e inédita represión. La Gendarmería agrupó a más de cien hombres armados entre el pueblo y la comunidad que reclamaba lo suyo. Los aborígenes querían parlamentar, pero fueron engañados y cayeron en la trampa. Las fuerzas del Gobierno de Perón estaban allí para aniquilarlos y quitarse el problema de encima.


Momento de detenciones.


El 10 de octubre comenzó el genocidio. Los gendarmes munidos de ametralladoras, carabinas y fusiles avanzaron sobre la comunidad aborigen. El infierno estuvo desatado durante tres interminables semanas; e incluso desde Buenos Aires se enviaron dos aviones de la Fuerza Aérea para reprimir desde el aire.

Los testimonios de los pueblos originarios hablan de una masacre, un verdadero e innegable genocidio. Los cuerpos de los infortunados integrantes de la comunidad pilagá fueron arrasados por topadoras y finalmente quemados en hogueras que sólo recordaban a la Inquisición o a los campos de concentración del régimen nazi de Adolf Hitler. Las mujeres y las niñas de la comunidad fueron violadas por las fuerzas del Gobierno peronista. Los ancianos también fueron pasados, sin piedad, por las armas.

Recién en el año 2006 fueron encontrados veintisiete cuerpos, y un grupo de abogados comenzó acciones legales contra el Estado nacional por violaciones a los derechos humanos.

Nadie de Gendarmería Nacional fue sancionado o castigado por la masacre. Santos Costas, quien fuera integrante de la fuerza de represión enviada por Perón en el momento de los hechos sangrientos de 1947, recibió su felicitación y fue ascendido por Orden 2.595 del director de Gendarmería Nacional. Tras abandonar la fuerza fue nombrado juez federal en Formosa. Su juzgado lleva adelante la causa de lesa humanidad por los hechos que se le imputan.


Integrantes de la comunidad Pilagá, exhibidos como trofeos.


Tal vez, la matanza -casi desconocida hasta nuestros días- haya sido un eslabón más en la delirante y atroz cadena de locura, basada en corrientes de pensamiento que, desde principios de siglo XX, buscaron generar -y luego proteger- a una quimérica «raza argentina», con la idea oculta de hacer de la Argentina el país rector en Sudamérica. Parece mentira, pero fue verdad, todo cobró nuevo impulso con el comienzo de la segunda guerra mundial y llegó a límites nunca antes sospechados con el ascenso de Juan Domingo Perón al poder, quien habilitó el ingreso al país de médicos criminales que habían trabajado para Adolf Hitler en experimentos para la pureza racial.
Entre otros, Josef Mengele y Carl Peter Vaernet pondrían todo su empeño, no ya en pos de la raza aria, sino para dar vida a una masa, útil y obediente, de peronistas perfectos. El Dr. Ramón Carrillo, ministro de Salud peronista, fue, cómo pocos, uno de los principales impulsores de este plan demente, pero completamente real.


Fuentes:

"Perón y la raza argentina" (Marcelo García, Ediciones B, Argentina, 2019)
https://www.megustaleer.com.ar/libros/pern-y-la-raza-argentina/MAR-016334

Fallo histórico a favor del pueblo pilagá por la masacre de Rincón Bomba
https://www.tiempoar.com.ar/nota/masacre-de-rincon-bomba-fallo-historico-a-favor-del-pueblo-pilaga

Masacre del Ricón Bomba
http://www.elortiba.org/old/bomba.html

La masacre de Perón al pueblo pilagá
http://www.laizquierdadiario.com/La-masacre-de-Peron-al-pueblo-pilaga


martes, 2 de julio de 2019

"Perón y la raza argentina", el nuevo libro de Marcelo García

El nuevo libro de Marcelo García, disponible en las mejores librerías y en versión E-book. "Perón y la raza argentina" (Marcelo García, Ediciones B, 2019)

Los médicos nazis y el plan para replicar los experimentos de manipulación genética en la Patria Justicialista.

Las corrientes de pensamiento que, desde principios de siglo XX, buscaron generar -y luego proteger- a una quimérica "raza argentina", con la idea oculta de hacer de la Argentina el país rector en Sudamérica, toman nuevo impulso con el comienzo de la segunda guerra mundial y llegan a límites nunca antes sospechados con el ascenso de Juan Domingo Perón al poder. El Gobierno Justicialista habilitará el ingreso al país de médicos criminales que habían trabajado para Adolf Hitler en experimentos para la pureza racial.
Entre otros, Josef Mengele y Carl Peter Vaernet pondran todo su empeño, no ya en pos de la raza aria, sino para dar vida a una masa, útil y obediente, de peronistas perfectos. El Dr. Ramón Carrillo, ministro de Salud peronista, será, cómo pocos, uno de los principales impulsores de este plan demente, pero completamente real.

https://www.megustaleer.com.ar/libros/pern-y-la-raza-argentina/MAR-016334




viernes, 28 de junio de 2019

domingo, 14 de octubre de 2018

Submarinos nazis y Hitler en la Argentina: entrevista a Marcelo García en "Tiempo Libre" AM550 de Neuquén


Entrevista completa del sábado 13 de septiembre de 2018 a Marcelo García en el programa "Tiempo Libre", por radio AM550 La Primera, de Neuquén, conducido por Sergio Sarachu.
Todo sobre la llegada de submarinos nazis y Adolf Hitler a la Argentina.

Audio de la entrevista:

sábado, 13 de octubre de 2018

Historiador precisó el día en que Hitler llegó a Santa Cruz

Historiador precisó el día en que Hitler llegó a Santa Cruz (Artículo publicado en www.mejorinformado.com, sábado 13 de octubre de 2018)
Con documentos desclasificados del FBI, el historiador Marcelo García dijo que está probado que los máximos jerarcas nazis llegaron al país.





El historiador y escritor Marcelo García aseguró que “hay un documento desclasificado del FBI norteamericano que prueba que Adolf Hitler desembarcó el 20 de junio de 1945, junto a dos mujeres, en Puerto San Julián, provincia de Santa Cruz.

En declaraciones al programa “Tarde Libre” de AM 550, agregó que el conocimiento público de los documentos de las inteligencias norteamericana e inglesa “permite reconstruir lo que fueron las misiones de submarinos alemanes a las costas” de la provincia de Buenos Aires y de la Patagonia.

“Uno de esos submarinos fue el que llevó a Hitler a San Julián”, según el documento del FBI. A su vez, García reclamó que “a 70 años de aquellos hechos, la Armada Argentina no ha desclasificado sus propios documentos” sobre la presencia de embarcaciones sumergibles alemanas tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.

De acuerdo con la documentación con que cuenta el historiador, se realizaron tres misiones de submarinos alemanes a las costas argentinas denominadas “Vuelo del águila” (que incluyó aviones), en 1943; luego la llamada “Tierra del Fuego” (en 1944) y la última, “Ultramar Sur” (en 1945) a “meses de haber terminado la guerra, cuando dos submarinos llegan a Puerto San Julian y desembarcan Hitler acompañado de dos mujeres, un médico y unas cincuenta personas”.

Personalmente, aseguró García “no hay ninguna demostración física de ningún tipo que demuestre que Hitler se suicidó en el búnker en Berlín” y agregó que “la famosa foto donde supuestamente aparece muerto es en realidad Ferdinand Beisel, que era uno de los 20 dobles que se utilizaban para proteger” al líder nazi. Además, agregó que “también está documentado que Josef Stalin les dijo a norteamericanos y británicos en Yalta, cuando se reúnen los aliados después de la guerra, ´Hitler huyó a la Argentina”.

Por su parte, también en el mismo programa de AM 550, el reconocido buzo profesional Tony Brochado confirmó testimonios de la presencia de Hitler en la Patagonia. Indicó que en un trabajo de investigación “con un equipo de History Chanel recorrimos las costas y localidades de la Patagonia donde se avistaron submarinos alemanes” y se reconstruyó “el recorrido de Hitler por estas tierras, para luego continuar por Chile y finalmente en el Paraguay”.

Nota original:
https://www.mejorinformado.com/regionales/2018/10/13/historiador-preciso-el-dia-en-que-hitler-llego-santa-cruz-44224.html