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miércoles, 17 de julio de 2013

Publican las fotografías que Hitler mandó destruír

Fotografía de Adolf Hitler tomada por Heinrich Hoffmann.


Adolf Hitler no dejaba nada librado al azar. Si bien era un creyente empedernido en el destino y creía que todo lo que hacía y decía era guiado por la providencia, había aspectos de su vida que se preocupaba en cuidar y acomodar según sus necesidades y conveniencias. Su famosa (¿y por qué no decirlo? memorable) oratoria, sanguínea, violenta y con ciertos ribetes histriónicos ha sido verdadera marca registrada para el dictador desde sus comienzos en la vida pública. Esa misma (casi inigualable) capacidad de enfrentar a las multitudes y hablar hasta llegar a conmoverlos y (lamentablemente) convencerlos era cuidada de manera muy especial por el Führer alemán del Tercer Reich y eso mismo se encargó de capturar con su cámara el fotógrafo personal de Hitler, Heinrich Hoffmann (fotógrafo que además le presentó a Eva Braun).
Hitler era un férreo dictador hasta en el estudio fotográfico de Hoffmann y no dejaba escapar oportunidad de mandonearlo mientras le indicaba qué fotografías suyas (de Hitler) Hoffmann debía arrojar al cesto de resíduos. Hoffmann ha retratado a Hitler en la intimidad de su estudio desde el comienzo de su relación y amistad y así las cosas fue el legendario fotógrafo quien se encargó de capturar para la posteridad las imágenes de un Hitler que ensayaba como un verdadero actor de cine todos y cada uno de sus movimientos para que nada escapara de la cárcel de sus planes.

Fotografía de Adolf Hitler tomada por Heinrich Hoffmann.


Hoffmann retrató en innumerable cantidad de oportunidades a un Hitler que en la intimidad de su estudio practicaba y buscaba mejorar su técnica retórica, pero cada vez que el dictador se daba cuenta de las tomas que había realizado Hoffmann le ordenaba que destruyera los negativos y nunca, jamás, los revelara ni los mostrara a nadie. Afortunadamente Hoffmann no le hacía caso y así fue que logró poner a resguardo la mayoría de aquellos famosos negativos y de una manera parcial los publicó en su libro de 1955 "Yo fui amigo de Hitler", en el cual contaba sus experiencias junto al tirano.
Esas fotos que Hitler no quería ni ver fueron conservadas en el estudio de Heinrich Hoffmann hasta que finalmente fue detenido tras la finalización de la segunda guerra mundial. Como en tantas otras oportunidades, quienes se encargaron de detener al fotógrafo (las fuerzas armadas de los Estados Unidos) también se tomaron el "trabajo" y el tiempo para quedarse con los negativos de las sesiones fotogáficas de Hitler. Hoffmann fue condenado a diez años de prisión acusado de participar en diferentes actividades pro-nazis. El material fotográfico permaneció perdido u oculto durante décadas y ahora se han dado a conocer algunas de aquellas inéditas imágenes.

Fotografía de Adolf Hitler tomada por Heinrich Hoffmann.


Decía Hoffmann en el prólogo de su libro: ""Adolf Hitler parece un bufón en algunas de las fotos, pero ésto demuestra que él estaba experimentando con su imagen. Es decir, Hitler fue un político muy moderno para su época".
A casi 70 años de haberse tomado aquellas primeras imágenes de un Hitler ensayando sus palabras y movimientos en la soledad de un estudio fotográfico, a pesar del largo tiempo transcurrido y las insistentes órdenes cerradas de parte de Hitler y los intentos de destruír el material o (inclusive) robarse los negativos originales, las imágenes vuelven a cobrar vida ganándole una desigual pulseada a la barbarie que también pretendió avanzar sobre el trabajo de un artista.

REFERENCIAS:
- "Yo fui amigo de Hitler" (Heinrich Hoffmann - Ediciones Sieghels) 1955
- Actualidad RT.com
- Fotografías: Heinrich Hoffmann

jueves, 20 de junio de 2013

Rosita Serrano: "El ruiseñor chileno" que deslumbró a los jerarcas del Tercer Reich

 Rosita Serrano, Die chilenische Nachtigall (el ruiseñor chileno).


El 10 de Junio de 1914 nacía en la ciudad de Viña del Mar, en Chile, María Martha Esther Aldunate del Campo. Hija de un reconocido diplomático chileno llamado Héctor Aldunate y de la soprano Sofía del Campo, se convirtió de buenas a primeras en una cantante que supo realizar, durante los años '30, una gira internacional por Europa que significaría un giro total en su vida. En 1930 daba comienzo una particular carrera artística que la llevaría a países como Brasil, España, Francia y Portugal, para terminar llegando en 1936 a la Alemania nazi.
Para ese entonces había adoptado el nombre artístico de Rosita Serrano y su presentación, durante 1937, en el Teatro Metropolitano de Berín le valió saltar a la fama en aquella Alemania tan convulsionada.
El director de orquesta, compositor y pianista austro-alemán, Peter Kreuder, la introdujo de inmediato en el círculo íntimo de los jerarcas nazis, logrando que éstos lleguen no sólo a admirarla sino también a colaborar en la difusión de sus presentaciones. Rosita Serrano puso el toque final a la sensación que provocaba en la Alemania nazi al cantar grandes canciones en el idioma del país que la había recibido con las puertas de par en par.

 
El Ruiseñor de Hitler en uno de los tantos mitines nazis de la época.


La llegada al entorno de los jerarcas nazis le valieron su participación, muy solicitada por cierto, en diferentes mitines políticos del régimen nazi y tantísimas ceremonias del Partido Nacional Socialista. Rosita Serrano (años después) declaraba que no sentía particular simpatía por los nazis (tampoco expresaba claramente una antipatía manifiesta) y así las cosas "le daba lo mismo" lucir brazaletes con la Cruz Esvástica o incluso realizar sus famosas presentaciones con la bandera nazi como telón de fondo. Más allá de su supuesta "inocencia" o su fenomenal capacidad para "aprovechar"  las ventajas que le daba ser parte del entorno nazi (también supo ser protagonista exclusiva de muchos filmes realizados bajo el ala de los nazis y su infernal maquinaria propagandística), su voz aterciopelada y suave dejó de "caer simpática" en Alemania una vez que la cantante comenzó a ofrecer conciertos benéficos para niños judíos y refugiados daneses en Suecia. Sucedió en 1943 y eso marcó el final de esa complicada "historia de amor" entre Rosita, el ruiseñor de Hitler (como también solían apodarla) y la cúpula nazi.
Fue expatriada ese mismo año alternando también actuaciones en Africa y algunos lugares de América.

Si Rosita había caído en desgracia en los '40 al cantar para judíos europeos, aquella antipatía de los jerarcas (y sus continuadores) se marcaría profundamente en los años '50 cuando contrajo matrimonio con un millonario judío sefaradí llamado Jean Aghion, radicado en El Cairo, Egipto.
Las vueltas de la vida hicieron que durante los años '60 "die chilenische Nachtigall" (el ruiseñor chileno) regresara a Alemania convocada por algunas cadenas televisivas que pretendieron darle un renacer a su maltrecha carrera como cantante. Había vuelto a ser una sensación en aquella Alemania que, aún en los años '60, no había cambiado tanto como muchos podían llegar a creer (más de un nazi reconocido andaba pululando por las calles y en puestos claves del gobierno...).

Su definitivo regreso a Chile le valió la admiración, la cercanía y la confianza de otro oscuro personaje que (definitivamente) hizo dejar de lado aquello de su supuesta "inocencia" ante el régimen hitleriano: su más destacado admirador en Chile era el dictador Augusto Pinochet.
Luego, con la llegada de los gobiernos de la Concertación, su carrera pasó al olvido y su cuenta bancaria quedó reducida a la nada misma. Rosita Serrano falleció de bronconeumonía (y en la indigencia más absoluta) a la edad de 83 años en el Hospital del Tórax en la ciudad de Santiago de Chile. El Ruiseñor de Hitler había dejado de cantar para siempre...


Alemania nazi, 1937: El presentador anuncia a "Rúsita" Serrano...




martes, 28 de mayo de 2013

John F. Kennedy y su admiración por Adolf Hitler

John F. Kennedy, admirador de Adolf Hitler.


Dicen por allí que la vida te da sorpresas y en ésto, muchos de los grandes líderes de la historia de la humanidad, son verdaderos expertos. John Fitzgeral Kennedy, quien fuera presidente de los Estados Unidos de América y cayera ante las balas de quienes supuestamente se habían sentido tocados por su aparentemente firme oposición a las sociedades secretas y los grandes negociados desde la Casa Blanca, no ha sido la excepción.
Como casi siempre sule suceder, la imagen impoluta, inmaculada, progresista, respetuosa de las libertades y los derechos de la que han gozado muchos personajes históricos y que se nos "cuenta" desde la historia oficial también tiene...su Historia Lado B.

El gran demócrata norteamericano, ese mismo Kennedy que supo captar adeptos y admiradores incluso fuera de las fronteras norteamericanas, creyentes de sus ideales libertarios y de su clara postura en favor de los derechos universales, había realizado un largo viaje por Europa muchos años antes de pasar a la historia y ser una auténtica celebridad mundial. Entre 1937 y 1945, un veinteañero John Fitzgeral Kennedy recorrió de lado a lado el maltrecho continente europeo y pudo experimentar de primera mano cómo era la Europa en los días previos a la segunda guerra mundial y también aquellos en los que se tuvo que sufrir los golpes de la más cruenta contienda bélica vivida hasta ahora.

Kennedy dejó todo registrado en su diario personal y también plasmó sus pensamientos en un sinfín de cartas enviadas desde Europa, material que ha recuperado el escritor Oliver Lubrich en su libro (pronto a editarse en el momento de redactarse este post) "John Kennedy entre los alemanes. Diarios y cartas 1937-45". De todo el material recopilado de los archivos personales de Kennedy hay muchas cosas que llaman la atención pero ninguna como ciertas constancias sobre su profunda admiración hacia el nazismo imperante y hacia el nefasto Adolf Hitler. No faltan también las ponderaciones hacia Mussolini y el fascismo italiano, por supuesto. Sorprende ¿Sorprende?

Decía Kennedy en su diario personal en la página correspondiente al 3 de agosto de 1937: “Dormí mucho y con un Tour de American-Express llegué a Milán. Bella catedral, una de las más grandes del mundo. Leo a Gunther y llegué a la conclusión de que el fascismo es la cosa más justa para Alemania e Italia, el comunismo para Rusia y la democracia para los Estados Unidos de América”.
Y luego agregaba: “No existe duda de que estos dictadores en sus países, gracias a sus eficaces propagandas, son más amados que afuera” sin dudar un instante declarándose en esas mismas páginas como un "gran fanático de Hitler", según sus propias palabras.

Diarios privados de John F. Kennedy.


Si bien podría llegar a creerse (muy vagamente) que Kennedy "desconocía" algunas cosas que se daban en aquella sanguinaria Europa amenazada (y algo más) por los nazis (de hecho su padre había tenido muy buena relación con los jerarcas nazis del momento...), eso no puede decirse ya en las postrimerías de la segunda guerra mundial. Decía Kennedy en su diario llegando a mediados del año 1945:
“Todo está destruido. No existe un edificio que no esté incendiado. En algunas calles el olor de los cadáveres es terrible”. “La ilimitada ambición por su país lo volvió una amenaza el mundo. Sin embargo, tuvo algo misterioso en su modo de vivir y en su modo de morir, que lo sobrevivirá y crecerá. Tenía la pasta de la que están hechas las leyendas”.

Vamos de nuevo con sus palabras finales sobre Hitler: "Tenía la pasta de la que están hechas las leyendas”...

sábado, 23 de febrero de 2013

La tumba de Adolf Hittler

La tumba de Adolf Hittler.


El joven empleado del cementerio judío Filantropía, ubicado en la ciudad de Bucarest, en Rumania, no daba crédito a lo que veían sus incrédulos ojos. Trató de frotárselos para ver si podía remover de sus retinas la imagen, pero no hubo caso. Sobre la fría y enorme lápida podía leerse con absoluta claridad: "Aquí descansan los restos de Adolf Hittler. Fallecido el 26 de octubre de 1892 a la edad de 60 años. Rueguen por su alma”. El hombre dudó por unos instantes y hasta llegó a creer que podría tratarse de una "broma de mal gusto", pero de inmediato cayó en la cuenta de que no se trataba de eso, sino que realmente allí estaba enterrado un tal Adolf Hittler (escrito con doble "t")...
Durante los oscuros días de la Segunda Guerra Mundial (momento en el cual el trabajador del cementerio se percató de esta tumba) no eran pocos los países dominados por la Alemania nazi en Europa, y Rumania no era precisamente la excepción. El yugo de la barbarie nacionalsocialista caía cruel e insensible sobre la población rumana que debía sufrir los embates del socio criminal local de Hitler, el Mariscal Ion Antonescu. Así las cosas 300.000 rumanos murieron por el solo hecho profesar la religión judía...  
Si la falta de tolerancia era uno de los sellos indelebles del régimen rumano vasallo del nazismo, la acción desenfrenada, totalitaria, violenta y desmedida era otra de sus caracetrísticas, por lo cual "algo había que hacer" con esa tumba tan "ofensiva", no fuera cosa que algún "buchón" de los nazis hiciera llegar la noticia hasta los mismísimos oídos del Führer o sus allegados y todos quienes se ganaban el pan de cada día en el cementerio judío terminaran pasados por cuchillo...
Adolf Hitler, el que no estaba allí enterrado, podía tomarlo a mal.

La "solución" que encontraron las autoridades del campo santo y quienes cuidaban aquel cementerio judío en medio de la línea de fuego fue la de dañar lo suficiente la lápida como para que ya no se pudiera leer el nombre de aquel hombre casi desconocido que había tenido el "triste honor" de compartir nombre y apellido con uno de los personajes más repulsivos, sanguinarios y crueles de la historia de la humanidad. La lápida fue prácticamente destruída y para cuando el final de la guerra dio algo de respiro a la población rumana, ya casi nadie se acordaba de la infausta tumba con "aquel otro" Adolf Hittler enterrado.

Detalle de la tumba de Adolf Hitler, fabricante de sombreros judío rumano...


Pero... ¿quién era aquel deconocido Adolf Hittler?
El pobre hombre que se encuentra enterrado en la tumba del cementerio judío Filantropía de Bucarest era en realidad un fabricante de sombreros, un judío rumano que tenía su taller y un pequeño negocio de venta de sombreros ubicado sobre la calle Real de la ciudad rumana de Bucarest. Unos datos más nos permiten dar algo más de luz sobre su nombre y apellido: a finales del siglo XIX el nombre Adolf (de clara consonancia germana) era muy común y muy difundido entre los judíos y también era muy común que los apellidos se relacionaran directamente con la profesión que ejercían. En el caso del "otro" Adolf Hilter, el enterrado en Bucarest, se cree que su apellido real era Hütler, que en realidad significa en alemán "fabricante de sombreros". Lo más probable es que el artesano que se encargó del tallado de la lápida haya cometido un error y finalmente en la piedra haya dejado registrado el célebre apellido Hittler.

Los años pasaron y finalmente el caso fue descubierto casi por casualidad por Marius Mircu, un cronista de la comunidad judía rumana, quien se interesó particularmente por la tumba cuando preparaba su libro "Filantropía: un cementerio lleno de vida". Mircu investigó y logró recopilar casi todos los datos que se conocen sobre aquel fabricante de sombreros enterrado en Bucarest, pero la historia no terminaría allí.
La dictadura comunista en Rumania mantuvo la tumba destruída con la lápida dañada para que no se lea el nombre de Adolf Hittler, pero en 1987 (dos años antes de que el dictador rumano Nicolae Ceausescu fuera derrocado) finalmente la dañada tumba fue reconstruída respondiendo a la iniciativa el Rabino Moses Rozen. El ingeniero judío a cargo de la justiciera reconstrucción de la lápida fue Iosif Cotnareanu, quien pudo darle forma a su trabajo respetando el epitafio original, al cual tuvo acceso a través de viejas fotografías como las aparecidas en algunos periódicos locales. La nueva lápida, sin embargo, no tiene el mismo diseño que la original y fue concebida siguiendo los cánones de los años '80.

Artículo periodístico en diario ruamno con la tumba origianl de Adol Hitler.


Finalmente se había hecho justicia con aquel trabajador judío que no tenía culpa alguna por llevar aquel nefasto nombre. Hoy en día ya nadie lleva flores a su tumba y las únicas personas que se acercan lo hacen por la tremenda curiosidad que genera ver en una lápida el nombre de Adolf Hittler. El sombrerero judío seguramente descansa en paz... el otro, el sanguinario y tirano dictador alemán del Tercer Reich, posiblemente no...


lunes, 28 de enero de 2013

Mikhail Gorbachov, Margaret Thatcher y la trama del asesinato de Rudolf Hess en Spandau

El 17 de Agosto de 1987 Rudolf Hess era encontrado ahorcado con una cuerda en su celda de la prisión de Spandau, en Berlín. La extraña muerte de aquel solitario nazi preso desde 1946 en la cárcel bajo custodia de los Aliados se vio rodeada de varios sucesos (como mínimo) inquietantes. Los cambios de guardia en la prisión, la "visita" de agentes de la CIA, el SAS, la idea de Gorbachov, el comentario al presidente de Alemania, la comunicación con Ronald Reagan y... un "oportuno" llamado a Margaret Thatcher. "Suicidaron" a Hess. ¿Por qué? Aquí la historia...

Mikhail Gorbachov, Rudolf Hess (preso en Spandau) y Margaret Thatcher.


Breve introducción sobre Rudolf Hess:
Cuando Rudolf Hess culminó el famoso "vuelo de la paz" estrellando su avión en suelo escocés el 10 de Mayo de 1941, nunca (jamás) pudo imaginar cómo sería el final de su vida muchos años después. Siempre creyó fervientemente que el relato de su vida culminaría de manera sensiblemente distinta. La historia del viaje que Hess, lugarteniente de Adolf Hitler, hizo hacia Inglaterra en plena Segunda Guerra Mundial es uno de los más grandes enigmas de todos los tiempos. Los intentos de negociar la paz directamente con Winston Churchill y pasar a la historia como el nazi que lograba "darle aire" a Hitler en el frente occidental para que pudiera desplegar su maquinaria bélica en el frente opuesto con la "Operación Barbarroja", o sea la invasión alemana a la Unión Soviética, no parecía para Hess algo descabellado. Sin embargo, víctima de una red de espionaje y (tal vez) de sus propios errores y una buena dosis de ingenuidad, Hess, se eyectó de su avión de combate y cayó en paracaídas en territorio enemigo para ser capturado y nunca más recuperar la libertad. Desde aquel día de 1941 hasta 1945, Rudolf Hess estuvo encarcelado por los británicos y cuando la guerra llegó a su final (oficialmente); se sentó en el banquillo de los acusados en la farsa los juicios de Nüremberg, siendo condenado a cadena perpetua.


 Mikhail Gorbachov y Richard von Weizsäcker

Prisión de Spandau (Berlín, Alemania)


La idea inesperada de Mikhail Gorbachov:
Todavía no había acabado la Tercera Guerra Mundial Guerra Fría, cuando Mikhail Gorbachov, el líder de la Unión Soviética, concibió una idea que podría haber generado una conmoción de ribetes inusitados a nivel mundial. Como golpe propagandístico audaz y muy inteligente de su parte, Gorbachov planeaba liberar a Rudolf Hess de la prisión de Spandau en 1987 y para lograrlo debía ir tejiendo una trama que le permitiera hacerlo sin inconvenientes cuando los carceleros a cargo fueran precisamente los soviéticos. Cabe recordar que la prisión de Spandau era custodiada en diferentes turnos por militares de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética, distribuyendo de mamera equitativa los turnos de guardia de la prisión y sus internos. En 1987 Rudolf Hess era el único preso alojado en Spandau, tras la liberación de Albert Speer en 1966 lo cual daba al presidio un aspecto casi fantasmal con un interno consumido por los años y una artrosis que apenas si lo dejaba caminar por los espaciosos jardines de la cárcel. Un ejército de soldados Aliados custodiaba los sombríos días de Hess en el presidio alemán y así las cosas Gorbachov debía "arreglar"  la liberación del nazi para el momento en que la guardia estuviera en manos de los suyos.
El plan resultaría impecable para la propaganda rusa: uno de los nazis más emblemáticos, un enemigo acérrimo del comunismo, liberado por sus propios enemigos en un gesto de buena voluntad y (en definitiva) de acercamiento entre las partes. Gorbachov quedaría en la historia como un ferviente defensor de los derechos humanos y sería recordado por todos los tiempos como un símbolo inequívoco de paz en la Tierra. Los norteamericanos no lo hubieran podido hacer. No les interesaba tampoco (y ni que hablar de los ingleses). La idea inesperada de Gorbachov era, sin más vueltas, inmejorable.

Alemania se entera del plan:
Richard von Weizsäcker era desde 1984 (y lo fue hasta 1994) el presidente de la República Federal de Alemania (la Alemania Occidental "compartida" por los Aliados) y para ese mismo 1987 tenía prevista una visita oficial a la Unión Soviética, por lo cual las comunicaciones diplomáticas entres los dos países estaban a la orden del día. En una de aquellas comunicaciones, Gorbachov le informó a Weizsäcker sobre su idea para liberar a Hess y dar un golpe de escena que nadie podría llegar a imaginar. La noticia no cayó en saco roto y, de inmediato, Richard von Weizsäcker se convertía en un nuevo protagonista de este increíble thriller histórico...

Rudolf Hess en Spandau, Ronald Reagan y Richard von Weizsäcker.


Un llamado urgente a Estados Unidos:
Richard von Weizsäcker demoró tan sólo cuatro minutos en levantar un teléfono y conseguir comunicación directa con Ronald Reagan, presidente de los Estados Unidos de América. Acababa de recibir información confidencial, de primera mano, de boca de su propio ideólogo y las consecuencias podrían llegar a ser tremendas para los Aliados y, muy en particular, para los ingleses. Había que avisarle a Margaret Thatcher...


El "honor" británico en peligro:
Ronald Reagan no dejó pasar mucho más tiempo y casi tan rápido como cortó al teléfono con su par de Alemania Occidental, se contactó con la "Dama de Hierro", Margaret Thatcher, Primer Ministro de Gran Bretaña. La misma escena que se había venido dando durante la Segunda Guerra Mundial se repetía unos cuantos años después en otro escenario pero con situaciones similares. Estados Unidos y Gran Bretaña unidos (lógico y comprensible) contra su "verdadero enemigo": la Unión Soviética. Así como en 1945 norteamericanos, ingleses y franceses "dejaron" entrar solos a los rusos en Berlín para que "no encontraran" a Adolf Hitler (dada la red de protección también por ellos orquestada para la huída del tirano alemán); ahora no podían dejar que los soviéticos pasaran a la historia como los emblemas indiscutidos de la paz y los derechos humanos. Había que entrar en acción...

Prisión de Spandau y Margaret Thatcher.

Rudolf Hess en Spandau.


Hay que matar a Rudolf Hess:
Mikhail Gorbachov, ajeno a toda esa serie de comunicaciones entre los líderes de Alemania, Estados Unidos y Gran Bretaña, seguía adelante con su idea de liberar a Hess y para eso había elegido una fecha dentro del mes de Julio de 1987. Las guardias rotativas de Spandau permitirían que durante las jornadas de custodia a cargo de los soviéticos la liberación se llevara a cabo sin inconvenientes. El plan original de liberar a Hess durante Julio de 1987 súbita e inesperadamente fue modificado y se eligió como fecha de liberación la de Noviembre (fines de mes) del mismo año. La noticia de la libertad de Hess llegaría casi como un regalo de Navidad de la nación atea y, entonces, el puñal clavado en la espalda del mundo occidental sería todavía más filoso...
A sus 93 años Hess, si bien estaba muy desgastado físicamente y su complicada artrosis apenas si le posibilitaba movilizarse con mucha dificultad, tenía una memoria frondosa e intacta, por lo cual podía relatar con todo lujo de detalles todos y cada uno de los hechos de su vida incluyendo por supuesto la detención en Inglaterra desde 1941 hasta 1945 y los maltratos y torturas a las que había sido sometido por los británicos. Pero Hess podía hablar de cosas mucho más complicadas y comprometedoras (para Inglaterra) y por eso había que "silenciarlo" de alguna manera. 

Hess hablaría, sin dudarlo, de las negociaciones de paz que él mismo estaba entablando secretamente con los británicos en 1941. Churchill había dado directivas muy concretas al respecto y sus órdenes no daban lugar a dudas ni vacilaciones: había que engañar a Hess para que caiga en una trampa, hacerle perder tiempo a él y a Hitler para que se les viniera el invierno encima y la Alemania nazi se viera obligada a atacar en dos frentes simultáneamente (cosa que la debilitaría). Hitler no quería mantener dos frentes de guerra y por eso deseaba una paz (aunque sea ficticia y endeble) con Gran Bretaña. Hess, a sabiendas de eso, ideo su plan de paz y su famoso vuelo hasta Inglaterra. El tema crucial era en definitiva la mentirosa tratativa de paz generada por Churchill a través de una complicada red de espionaje, por lo cual (y a raíz de lo acordado en diferentes tratados) al mentir en medio de "gestiones de paz", Churchill era co-responsable de las consecuencias derivadas de los conflictos que esa mentira pudiera haber provocado. Dicho ésto, sólo resta decir que dadas sus engañosas tratativas de paz Churchill colaboró concretamente (entre otras cosas) para que el ataque alemán a Inglaterra fuera posible y para que en definitiva a Hitler "se le soltara nuevamente la cadena" e invadiera Rusia. De esta manera Churchill era co-responsable de (por lo menos) 20.000.000 de muertes en territorio soviético (además de las víctimas británicas). Dicho de manera mucho más simple: Churchill debió haber sido juzgado como criminal de guerra al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cosa que (obviamente) no sucedió. Hess no se iba a quedar con la boca cerrada y al ser liberado estaría encendiendo otra vez la hoguera. Churchill sería ubicado en la historia en el lugar merecido y eso no iba a ser permitido.
Si Gorbachov planeaba liberarlo iba a ser muy difícil hacer que el nazi no hablara... Rudolf Hess debía morir.


Rudolf Hess en Spandau.


"Suicidan" a Rudolf Hess:
La muerte de Rudolf Hess a manos de los ingleses hubiese sido algo muy burdo (son tan delicados y detallistas los británicos...) y evidente, por lo tanto Margaret Thatcher recurrió a "mano de obra" norteamericana. Los soldados norteamericanos tendrían a su cargo el "cuidado" de Spandau en Agosto de 1987 y entonces la ocasión era más que propicia para que agentes de la CIA (Central Intelligence Agency) realizaran una inesperada visita a la prisión. Como los ingleses, además, son desconfiados (incluso de sus propios cómplices y secuaces) decidieron que "la Reina tendría ojos también dentro de Spandau" y enviaron a dos miembros del SAS (Special Air Service) para que "colaboraran" con sus amigos norteamericanos en la difícil tarea de "suicidar" a Hess. La entrada a Spandau de los agentes de la CIA norteamericana y el SAS británico se produjo entre la noche del 15 de Agosto y la madrugada del 16 de Agosto de 1987.
El lunes 17 de Agosto mientras Hess apenas si caminaba por los jardines de la prisión, los agentes se acercaron y pasaron una cuerda alrededor de su cuello con una sola y obvia intención: asesinarlo. Increíblemente Hess no murió en ese instante por lo cual fue llevado al interior de Spandau. Mientras era "asistido" Hess logró esbozar unas pocas y últimas palabras. Estaba identificando (ante un soldado norteamericano ajenos al "operativo") como únicos responsables del primer intento de asesinato contra su persona a los dos agentes del SAS británico.

Unas horas después era encontrado ahorcado en su celda. Una cuerda colgada del techo apretaba su cuello quebrado y sus débiles manos y endebles brazos carcomidos por la artrosis pendían inertes al costado de su frío cuerpo. Aquel viejo nazi de 93 años, increíblemente, había decidido suicidarse tras largos 41 años de prisión. Por las dudas de que "no pudiera con su cometido"... ingleses y norteamericanos colaboraron y haciendo gala de una filantropía humanitaria sin precedentes..."lo suicidaron" antes...

La historia oficial, sin embargo, dice que Rudolf Hess, de 93 años, con artrosis y grandes dificultades para movilizarse, había decidido subir hasta el techo de su celda, pasar una cuerda por un tirante y colgarse para cometer suicidio.

Richard Warren, el soldado norteamericano al que Hess les "marcó" a los agentes del SAS que había atentado contra su vida, había prometido escribir un libro relatando la historia, pero... lamentablemente un tiempo después decidió cambiar sus planes y se arrojó desde un piso 22.

domingo, 13 de enero de 2013

Por dudosa "falta de espacio" Argentina incineró en 2008 todos los archivos sobre el ingreso de nazis al país


La relación de la Argentina con los criminales de guerra nazis ha dado mucha tela para cortar a lo largo de los años. Lejos, muy lejos, de ser leyenda o mera historia fantástica, la plácida vida en esta parte de Sudamérica de los jerarcas relacionados al Tercer Reich, roza lo macabro y de alguna manera pinta de cuerpo entero el pensamiento y las políticas (que aún en tiempos tan recientes como el año 2008) siguen contaminando las mentes de muchos.
Han sido décadas y décadas de apoyo sistemático, de simpatías profundas, de encubrimiento descarado y de asilo "desinteresado" a muchos de los responsables de crímenes contra la humanidad, quienes han logrado sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial y que han podido ingresar a la Argentina desde (incluso) antes de terminar la contienda bélica, sin el más mínimo inconveniente y con más de un beneficio. El apoyo oficial de Argentina y sus gobiernos (fundamentalmente los de las décadas de los años '30 y '40 y muy particularmente los dos primeros gobiernos de Juan Domingo Perón), no han caído en saco roto y si para muestra faltaba un botón entonces habrá que hablar de la quema de los expedientes que documentaban (y dejaban al descubierto) la entrada de los nazis a la Argentina y las responsabilidades que les cabían a las autoridades de entonces.

En marzo de 2008 se informó tímida, escueta y descaradamente a la opinión pública que los expedientes relacionados con el ingreso de nazis a la Argentina desde la década de 1940 se habían incinerado "por falta de espacio" en las dependencias oficiales en las que se encontraban archivados. Para que "el trabajito" fuera completo, también se arrojaron a las llamas (por las dudas) todos los documentos relacionados con otro tipo de "inmigrantes" llegados a la Argentina entre los años 1946 y 1952. 
La tarea de quemar documentos tan importantes como los que demostraban responsabilidades y complicidades oficiales sobre la ayuda a los nazis en la Argentina, recayó sobre la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina, una dependencia directa del Ministerio del Interior, por aquel entonces (y en la actualidad) bajo el mando de Florencio Randazzo. 
Algunos pocos expedientes (supuestamente) se han conservado, vaya uno a saber bajo qué criterio de selección, pero la mayoría de los documentos ya son, tan sólo, ceniza en el viento.

Los responsables del área se despacharon muy sueltos de cuerpo por aquel entonces sobre el tema en cuestión agregando además (como si fuera poco) que la documentación sobre los nazis en Argentina que no ha sido quemada, fue (pese a su importancia) "regalada como papel usado"...

En pleno Siglo XXI, en la era de los archivos digitalizados y con la posibilidad de conservar semejante tipo de documentación sin la necesidad de grandes espacios, Argentina optó por "la más fácil" (sobre todo a la hora de encubrir responsables y tirar la tierra debajo de la alfombra)... Criminales (más de 7.000 ingresados) como Erich Priebke (aún vivito y coleando); Ante Pavelic, Gregor Helmut, Adolf Eichmann y hasta el mismísimo Josef Menguele, (por no nombrar a otros "peso pesado" como Martin Bormann y hasta Adolf Hitler) agradecidos a la Argentina por los servicios prestados... 

martes, 8 de enero de 2013

La Argentina filonazi de 1938: Circular 11 de José María Cantilo contra los "indeseables" o "expulsados"


Cuando la inmigración hacia la Argentina estaba alcanzando uno de sus puntos más álgidos, cuando eran miles y miles los inmigrantes que llegaban desde tantísimos lugares del mundo hacia Sudamérica en busca de mejor vida, más dignidad y un bienestar que no podían encontrar sus países de origen, comenzó a gestarse en la Argentina una tendencia que mostraría a las claras (y sin dudas) la posición del país a pesar de su eterna y falsa postura de neutralidad. Una vez llegados los nazis al poder en Alemania, se dio lo que muchos esperaban para sus propias sociedades: un enfermo tirano con delirios de dios que llevara a la práctica las más brutales políticas discriminatorias. Eso se dio en la tremenda Alemania del Tercer Reich de maera flagrante pero no fueron pocos precisamente los países, sociedades y gobiernos que de inmediato se sintieron "identificados" y "simpatizaron" con la barbarie nazi. Mal que le pese a la historia argentina, el país sudamericano ha sido uno de los emblemas de las simpatías por el fascismo y el nazismo en la región sudamericana y así las cosas, de aquellas políticas migratorias abiertas y bastante permisivas desde finales del siglo XIX se fue pasando paulatinamente (sin pausa) a otras mucho más restrictivas y no tan blandas (por no decir sectarias...). 
Pero los cambios en la política migratoria de Argentina fueron tomando otro caríz, sobre todo, desde el ascenso del nazismo y Adolf Hitler al poder. 

No fue instantánea la "cercanía" de Argentina con la Alemania intolerante, el proceso venía gestándose desde hacía largo rato. La gran colonia alemana en Argentina supo desde el principio hacer gala de sus ideas nacionalistas (cosa que se venía dando incluso antes de la llegada de Hitler al poder) y muchas familias influyentes y poderosas encontraron buen caldo de cultivo en la sociedad argentina de entonces a la hora de "reclutar simpatizantes" con el nefasto régimen imperante en Alemania. Por supuesto que al decir la gran colonia de alemanes influyentes no estamos hablando de todos, cosa que sería (como mínimo) mentirosa e injusta, pero no hay que dejar de observar que sobre todo después de 1933 la educación de los alemanes en la Argentina estaba "alineada" con las políticas del Tercer Reich y eso caló muy profundo en la sociedad argentina en su gran mayoría. 

Si la llegada de los nazis al poder había sido la semilla germinal de aquellas ideas sectarias en la sociedad argentina de aquel entonces, el paso de los años y el afianzamiento de aquel Reich "destinado a durar mil años" hizo que los miles de adeptos locales se "envalentonaran" y creyeran que ya nada ni nadie los detendría... Así a medida que Argentina "cerraba filas" secretamente con la Alemania nazi, se llegó al año 1938, momento en el cual se redactó una nefasta disposición que (por si faltaba algo) dejaba muy clarita la posición argentina sobre la inmigración judía. La nota redactada por el canciller argentino José María Cantilo  era, sin más vueltas,  una orden concreta para los embajadores argentinos en Europa sobre los procedimientos a llevar adelante con gente que deseaba emigrar a la Argentina. 

Se trataba de la Circular 11 emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina durante la presidencia de Roberto M. Ortíz. Siguiendo fielmente las políticas de gobiernos argentinos filonazis, el de Ortíz se encargó de emitir esta sectaria circular (secreta y con orden de no ser divulgada públicamente) en la que se incluyó un párrafo que con "cierta sutileza" prohibía la entrada de judíos a la Argentina. Sobre el final de la "recomendación" de dos páginas decía lo siguiente: "Sin perjuicio de las demás disposiciones establecidas para la selección de viajeros destinados al país, y salvo orden especial de esta Cancillería, los Cónsules deberán negar la visación - aún a título de turista o pasajero en tránsito - a toda persona que fundadamente se considere que abandona o ha abandonado su país de orígen como indeseable o expulsado, cualquiera que sea el motivo de su expulsión. Este Ministerio espera que el celo y buen criterio del Señor Cónsul suplirán a este efecto la información formal que no sea posible obtener en cada caso, lo que permitirá establecer la capacidad del funcionario para el cargo que ocupa. Todo caso de duda deberá ser consultado a la Cancillería, así como el de toda persona cuya incorporación al país considere el Señor Cónsul inconveniente. Estas instrucciones son estrictamente reservadas y por ningún motivo deberán ser invocadas ante el público o ante las autoridades del país donde ejerce sus funciones. Quedan derogadas todas las instrucciones anteriores en cuanto se opongan a la presente. Los Señores Cónsules se servirán acusar recibo de la presente circular, directamente al Ministerio de Relaciones Exteriores".
A buen entendedor, pocas palabras: "...toda persona que fundamentalmente se considere que abandona o haya abandonado su país de origen como indeseable o expulsado..."



La circular 11 redactada y firmada por José María Cantilo el 12 de Julio de 1938.


Argentina hizo la "vista gorda" ante esta circular secreta del Minsiterio de Relaciones Exteriores y Culto durante décadas, por lo cual el comunicado oficial siempre estuvo vigente en el país. Recién en 2005 la Circular 11 fue simbólicamente derogada durante el gobierno de Néstor Kirchner tras el descubrimento en la embajada argentina en Estocolmo de la única copia existente (qué lejos la mandaron...¿no?) de la circular. La copia fue descubierta por la investigadora Beatríz Gurevich y denunciada por el escritor/investigador Uki Goñi en su libro "La auténtica Odessa". En un acto llevado a cabo en la Casa Rosada, sede del gobierno argentino, y con presencia de los nombrados junto al Ministro de Relaciones Exteriores de entonces, Rafael Bielsa, finalmente la nefasta Circular 11 (tras 67 largos años de vigencia en Argentina) dejaba de tener validez...

domingo, 6 de enero de 2013

Archivo desclasificado del FBI: Adolf Hitler en Argentina

La historia, ya sabemos, puede tomar dos caminos al ser contada. Está la historia oficial, esa misma que se plasma en los periódicos, los libros fervientemente divulgados y difundidos, en los medios y es repetida una y otra vez hasta que finalmente "entra en la mente de la gente y es aceptada como verdadera". Y está la otra historia, la real. Los documentos que muestro en este post son parte de la historia real, la de los asombrosos relatos de hechos que muchos pretender hacer pasar por falsos pero que en definitiva son la historia misma contada como siempre debió haberse contado.
Los documentos clasificados, las millones y millones de páginas que se encuentran "resguardadas" y "protegidas" por los popes del poder mundial para que la "gente común" no acceda a ellas son la más clara demostración de que esa historia "real" existe, está allí, a la espera de ser contada y divulgada. 

A continuación publico unos documentos desclasificados pertenecientes al Federal Bureau of Investigation (FBI). Como se verá, los mismos tras ser desclasificados, han sido "censurados" como suele suceder con este tipo de información (hay cosas que nunca se terminan de revelar), pero sin embargo tienen una importancia y un valor realmente incalculables por algunos detalles, a saber: Se trata de un documento fechado el 21 de Septiembre de 1945, destinado a Edgar Hoover (legendario jefe del FBI) y habla sobre la vida de Adolf Hitler en Argentina. Un "pequeño" detalle para tener en cuenta: Hitler, según la historia "oficial" (auspiciada, escrita y difundida por los norteamericanos) se había suicidado en el bunker de Berlín el 30 de Abril de 1945... 5 meses antes de haberse fechado este documento.

Para el mundo entero Hitler estaba oficialmente muerto. Para el poder norteamericano, no.




Detalle del encabezado del informe desclasificado hablando del escape de Hitler a la Argentina:



martes, 30 de octubre de 2012

La "Operación Sunrise": Norteamericanos y nazis secretamente de acuerdo

Stalin, la toma de Berlín y Hitler.



Cuando todo estaba llegando al final, cuando las tropas soviéticas comenzaban a invadir cada uno de los rincones de la ciudad de Berlín y el "Reich de los mil años" sucumbía ante el avance de los aliados, se tejían arreglos en las sombras, se aceitaban mecanismos y se trazaban planes descabellados destinados a facilitar huídas y escapes que, por entonces, no muchos creían posibles.
Una vez que Hitler cayó en la realidad de que su imperio se derrumbaba (sólo en los campos de batalla) de manera inexorable, planificó una reunión de emergencia con el Ministro de Producción y Armamento, Albert Speer, y trazó los lineamientos de una huída que lo pondría a salvo más temprano que tarde.
La idea era la de negociar directamente con los aliados pero a espaldas de la Unión Soviética.
No es un secreto para nadie que durante la segunda guerra mundial los comunistas eran vistos por los aliados más como una amenaza real que como fieles laderos en la lucha. El peligro del comunismo a futuro unía en ese caso a los norteamericanos, los ingleses, los franceses y... los nazis.
Hitler planteaba sobre los finales de la contienda bélica que el peligro concreto era el avance comunista hacia el oeste y esa idea era ampliamente compartida por quienes (en teoría) eran sus enemigos, vale decir los aliados.

Hitler creyó que era posible llegar a un acuerdo secreto con norteamericanos e ingleses fundamentalmente para que le dieran un cierto halo protector, el cual llegó a concretarse. Dicho en palabras sencillas: a Hitler había que preservarlo sano y salvo en algún lugar del planeta para que llegado el caso de "necesitarlo" para levantarse contra los comunistas, estuviera listo y dispuesto. A todos (menos los rusos) les cerraba perfectamente el plan.
Hitler pensó "pagar" esos servicios de protección indicándole a los "aliados" la ubicación de grandes plantas productoras (entre otras cosas) de armamento pesado.


Karl Wolff y Allen Dulles: los negociadores de la Operación "Sunrise".



La idea de la "Operación Sunrise", tal el nombre dado a esta serie de negociaciones, tuvo  su génesis en 1942, cuando el abogado Allen Dulles (casualmente letrado del clan de los Bush...) se encargó de diseñar la operación desde sus oficinas ubicadas en la ciudad de Berna, Suiza.
Los nazis veían que el final de su "sueño de los mil años" se acercaba irremediablemente; sobre todo después del desastre de Stalingrado y prefirieron "rendirse" (sí, entre comillas) ante norteamericanos e ingleses en lugar de hacerlo frente al verdadero enemigo: la Unión Soviética. Fue por ello que enviaron como negociador y emisario a Karl Wolff, jefe de la Gestapo en Italia.

La conexión tan estrecha y cercana entre Wolff y Dulles y los fuertes lazos entablados por ambos le sirvieron al nazi alemán  evitar ser enjuiciado en los juicios de Nuremberg.
Finalizados los juicios se descubrió que Karl Wolff había enviado a 300.000 judíos al campo de concentración de Treblinka, aunque de tofdos modos se le dió sólo una "sentencia simbólica" (o sea: la nada misma), pero esa es otra historia.
El acuerdo entre los norteamericanos y los nazis fue conocido secretamente como "Operación Sunrise" (nombre sugestivo si los hay, "Operación Sale el Sol) y significó la traición de parte de Estados Unidos hacia la Unión Soviética, tras la firma del tratado firmado por los "aliados" el 29 de abril de 1945.
Cuando Dulles y Wolff sellaron el acuerdo norteamericano / nazi, asegurando los términos de la tan particular "rendición", el alemán comenzó a tejer la trama y a tender todos los hilos destinados a dar apoyo de todo tipo y protección a los jerarcas nazis y a muchos de sus subordinados, quienes se desparramaron por diferentes partes del mundo.
Acababa de nacer la Organización "Odessa" (Organisation der ehemaligen SS-Angehörigen / Organización de Antiguos Miembros de la SS) la cual tuvo su centro organizativo, operativo y neurálgico en la República Argentina.

Un tiempo después, ajenos a todo ésto, los soldados rusos entraban en Berlín y se convertían de buenas a primeras en los liberadores del mundo y en los únicos "aliados" en salir en la foto de la toma de la capital del Tercer Reich. Sugestivamente ni norteamericanos, ni ingleses, ni franceses quisieron entrar a Berlín a darle caza a Hitler... dejándole ese privilegio a los rusos.
Mientras las noticias sobre los suicidios de Hitler y su esposa Eva Braun comenzaban a dar la vuelta al mundo, los soviéticos se desvivían por encontrar los cadáveres cosa que... nunca sucedió en realidad.

Para las autoridades aliadas, las mismas que se habían repartido Europa tras la guerra, Adolf Hitler fue oficialmente dado por muerto recién en 1955. Stalin, ya en mayo de 1945, se había dado cuenta del macabro plan que le dio protección al Führer alemán y decía: "Hitler no ha muerto. Ha escapado en submarino hacia la Argentina..."


Marcelo D. García
Historias Lado B

domingo, 30 de septiembre de 2012

Colegio Pestalozzi: símbolo de la resistencia contra el nazismo en la Argentina. Parte 2.

"Historias Lado B" prosigue su investigación sobre el "Colegio Pestalozzi" de Buenos Aires y presenta la segunda parte gracias a los aportes del Licenciado Roberto Hübscher, exalumno y actual encargado del archivo histórico de la prestigiosa institución. En esta oportunidad hacemos foco en el nombre del colegio y los motivos para su elección.


 Colegio Pestalozzi. Edificio de calle Zapiola esquina Virrey del Pino. 1938. Buenos Aires, Argentina. 


Historias Lado B: La a elección del nombre para la institución no podía haber tenido un mensaje más claro. Johann Heinrich Pestalozzi, fue prácticamente el padre de la pedagogía moderna, un pensador y pedagogo suizo reformador de la pedagogía tradicional, dirigiendo sus esfuerzos hacia la educación popular. La postura del Colegio plasmada en el nombre elegido para que no queden dudas.

Roberto Hübscher: Correcto. Además, el “alma mater” de la fundacion fue el Dr. Ernesto Alemann, de origen suizo, de la familia del fundador del diario “Argentinisches Tageblatt”, que aún subsiste hoy como semanario.

Las declaraciones de apoyo remitidas al Argentinische Tageblatt con motivo de su serie de artículos sobre los problemas de la Gleichschaltung de los colegios alemanes fueron tan numerosas que el diario consideró que una acción contraria tenía muchas posibilidades de éxito (AT 17/1/1934).
Una comisión escolar preparatoria convocó a los involucrados a una reunión a realizarse el 24 de enero de 1934 en la Confitería del Águila. Se encontraron mucho más de 100 personas, entre ellas dos miembros de las Comisiones Directivas del Colegio Goethe y del Colegio Humboldt, en "un clima de entusiasmo unánime y una decidida voluntad de hacer, como nunca antes lo habíamos visto en Buenos Aires". La reunión resolvió "fundar un nuevo colegio, libre e independiente de cónsules alemanes y otros representantes de la barbarie".

Todos tuvieron muy en claro: "No sólo debemos fundar un nuevo colegio, sino un colegio mejor. Un colegio que sea gloria de lo verdaderamente alemán. Un colegio con los mejores docentes, que al mismo tiempo será un asilo para los pedagogos alemanes expulsados por los gobernadorzuelos de su patria debido a su mentalidad humana y sus rendimientos ejemplares. Es éste nuestro objetivo" (AT 26/1/1934).  Para el nombre del nuevo colegio se había optado en un principio por Gotthold Ephraim Lessing (1) como símbolo de tolerancia y humanismo, pero muy pronto se acordó que fuera Heinrich Pestalozzi (2) . Este nombre no podía ser colocado en una lista ni confundido con los nombres de otros colegios alemanes. Pestalozzi, en tanto suizo, simbolizaba la neutralidad y en tanto pedagogo la educación social, humana y moderna, que debía ser la idea conductora de la escuela alemana nueva y libre.

Colegio Pestalozzi. Buenos Aires, Argentina. Año 1938.

Colegio Pestalozzi. Buenos Aires, Argentina. Año 1938.


La Asociación de Escuelas Alemanas no ve peligro alguno  en un Heine, un Ehrlich,  hablaron alemán? ¿Nosotros, austriacos, que hemos conquistado más amigos de lo alemán en el Este que 10 Ministerios de Propaganda" de Goebbels  podrían sumar  en 100 años? ¿Nosotros,  suizos, orgullosos de nacer  libres y morir libres desde hace siglos? ¿Todos nosotros, ...nacidos  allí o aquí, que nos sentimos ligados a la cultura alemana, que no queremos echar de menos:. la voz alemana en la orquesta de la cultura  mundial, que deseamos transmitirles a nuestros hijos la riqueza y la belleza del idioma .alemán? "¿Nosotros habríamos de permitir una igualación con personas que no merecen llamarse ... alemanes y que denigran lo alemán en el mundo? ¡Jamás!
Y por eso debemos fundar  un colegio, en el que no ingresará la política pero en que reinará una cosmovisión. Nuestro colegio, que será un Colegio del siglo XX, libre de los malos espíritus de los enemigos del pueblo, libre de xenofobia y soberbia, libre de glorificación de la guerra y adoración de la violencia . En nuestro colegio no se educaran esclavos , sino personas libres. En él se enseñara que no hay virtudes  más bellas y nobles que la libertad, la humanidad y la justicia. En ese sentido, nuestro colegio será un colegio alemán. Debemos agregar que, al mismo tiempo, será un colegio sumamente argentino?  No sabemos todos que los hombres que le dieron la libertad a este maravilloso país, en que vivimos y del que somos - la mayoría – ciudadanos, estuvieron inspirados por los mismos ideales?  Los argentinos buscaron la humanidad y la justicia. Los niños que crezcan en nuestro colegio cumplirán los ideales de Rivadavia y de Sarmiento. Queremos que sean dignos de la gbran historia de su hogar americano.
Nuestro colegio se llamará Colegio Pestalozzi.  Si recurrimos al nombre del gran pedagogo suizo para nuestra fundación, esto implicará que ésta será una escuela moderna, una escuela sin polvo ni trastos viejos, lleno de luz y aire, en que sopla un viento fresco y donde no se conserve nada apolillado.  En un prinicipio, comprenderá 6 grados de primaria. Se establecerá en Belgrano R. Tenemos la intención de organizar un serviocio de ómnibus. De ser posible, se les adjuntará un jardíon de infantes. Prevemos promover el contacto con los padres y todos los demás amigos de la cultura alemana, a través de conferencias y debates.  Ahora se trata de poner manos a la obra. Muy pronto convocaremos  a una asamblea fundadora. Pero antes queremos saber: quien nos acompañará? Rogamois a los padres que nos quieran confiar a sus niños que nos indiquen sus nombres y edades escolares. Solicitamos a todos los interesados, aún si no tienen hijos en edad escolar, que se asocien a la Asociación Cultural Pestalozzi para proveernos de apoyo moral y financiero.
(AT 24/02/1934 )

Juan Enrique Pestalozzi enseñando.


Influido por la visión de la naturaleza de Rousseau y necesitando crearse una situación económica con que aspirar a la mano de una muchacha de la burguesía de Zurich, Ana Schultess, Pestalozzi se dedica a la agricultura, adquiriendo una granja agrícola  "Neuhof" (Granja nueva). La primera experiencia pedagógica de Pestalozzi surge al transformar Neuhof en un establecimiento para la educación de niños pobres educados a través del trabajo. Es la iniciación de lo que hoy llamamos escuela activa o del trabajo.  Inicia entonces su actividad literaria; publica primero su "Velada de un solitario" (1780), en la que están ya en germen sus ideas pedagógicas más esenciales. Mayor trascendencia por su carácter filosófico y social tiene la obra "Mis investigaciones sobre la marcha de la naturaleza en el desarrollo del género humano" (1779), de la que dijo Herder que representaba "El nacimiento del genio filosófico alemán". Continúa su actividad educativa en Stanz (1799), donde recogió más de 400 huérfanos de la guerra y donde le surgió la idea de la educación elemental y de la intuición. La vida del asilo de Stanz fue corta y agotadora para Pestalozzi, quien vivía día y noche con sus niños. Tras unas semanas de reposo da comienzo a su tercera gran empresa pedagógica: Burgdorf. Se trata de la cima de la actuación pedagógica de Pestalozzi, por los ensayos y resultados prácticos obtenidos; porque de él surge la obra metodológica más importante de Pestalozzi, "Cómo Gertrudis enseña a sus hijos" (1801).La última etapa de la gloriosa actuación pedagógica de Pestalozzi está en Iverdon. Aquí a los sesenta años estableció, en 1805, un instituto de educación y desarrolló una actividad prodigiosa, ensayando también la preparación del magisterio. En 1825, Pestalozzi tuvo que dejar Iverdon y se retiró a Neuhof, donde escribió su última obra "El canto del cisne". Su obra influenció a hombres de la talla de Fitchte, Stein, Humboldt, etc. El 17 de febrero de 1827 murió el educador más grande de la historia. Sus últimas palabras fueron: "Pueda la paz a que me dirijo llevar también a ella a mis enemigos. En todo caso, yo los perdono; bendigo a mis amigos y espero que se acordarán con amor de lo ya realizado y proseguirán con sus mejores fuerzas, después de mi muerte, los fines de mi vida".
Hoy día son innumerables las escuelas e institutos de enseñanza que llevan el nombre de Enrique Pestalozzi en todos los países del mundo.
http://www.venamimundo.com/GrandesPersonajes/Pestalozzi.html


(1) Lessing, Gotthold Ephraim (1729-1781) 
 Es una de las figuras clave de la Ilustración alemana. En Berlín conoció a Voltaire, fue amigo Friedrich Nicolai y del filósofo Moses Mendelssohn y estudió la filosofía de Spinoza y Leibniz. Lessing se ocupó también de filosofía de la religión, que lo hizo unportavoz de la filosofía ilustrada. Afirmaba que la razón ya ha alcanzado su estadio de madurez y debía superar la mera Revelación del Antiguo Testamento -en que la moralidad se rige por premios y castigos, propia de una edad infantil del desarrollo humano-, pero también el segundo estadio del Nuevo Testamento -en que la moralidad se funda en la esperanza en una vida eterna- para alcanzar, en un tercer estadio, un fundamento de la moralidad basado en la pura racionalidad humana para dirigirla hacia la perfección de la humanidad a través de una religión racional. Introduce la idea clave de la historicidad de la razón, de la naturaleza y de la humanidad, que identifica con la divinidad. La humanidad ya ha llegado la época en que debe encontrar el auténtico significado de la religión y alcanzar el estadio racional y ético. 

(2) Biografía Pestalozzi:

Pedagogo suizo, reformador de la educación del siglo XVIII, nacido en Zurich en 1746, fallecido en Brugg en 1827.Admirador de Rousseau, fue uno de sus más influyente seguidores e impulsor de los sistemas nacionales de escolarización. Pestalozzi creo un sistema educativo  basado en el principio de que la inteligencia sólo es posible mediante la percepción espontánea.
Sus ideas y prácticas ejercieron gran influencia en las escuelas de todo el continente europeo y han contribuido al desarrollo de la pedagogía en todo el mundo.
El principal objetivo de Pestalozzi fue adaptar el método de enseñanza al desarrollo natural del niño, que debía aprender de sus propias experiencias. Para lograr este objetivo, consideraba el desarrollo armonioso de todas las facultades del educando (cabeza, corazón y manos).

domingo, 23 de septiembre de 2012

Los mártires del Star F.C. de Kiev contra los nazis


En septiembre de 1941 mientras Kiev, la capital de Ucrania, sucumbía y se quebraba ante el poderío y la barbarie nazi, comenzaba a gestarse una de esas historias dignas de ser recordadas y merecedoras de ser llevadas a las pantallas del cine o a las páginas de un libro. Josef Kordik era un panadero local de origen alemán que, lejos de lamentarse por las atrocidades de la guerra entre rusos y alemanes, veía día tras día cómo se llenaban sus bolsillos. El pan era por aquellos días uno de los pocos productos accesibles para la arrasada población, de modo que su negocio le aseguraba un buen pasar en medio de semejante hambruna, miseria y desolación. Un buen día, mientras caminaba por las calles de la ciudad ocupada por los nazis se encontró con Nikolai Trusevich, quien había sido el arquero del Dinamo de Kiev con anterioridad y que acababa de ser liberado de una prisión por los mismos alemanes. Kordik lejos de solicitarle un autógrafo, le ofreció trabajo en su panadería. El exarquero debía encargarse de la limpieza del local y a cambio se aseguraba comida caliente, algo de abrigo y una modesta cama en el depósito del lugar. Era, al menos, una muy digna manera de sobrevivir durante la sangrienta ocupación.
Con el paso de los días Josef Kordik le pidió a Nikolai Trusevich que encontrara a sus excompañeros del Dinamo de Kiev y eso fue precisamente lo que hizo. De esa manera ocho exjugadores del famoso equipo de Kiev y tres del Lokomotiv (todos expresidiarios rusos como Trusevich) comenzaron a trabajar en la panadería bajo las mismas condiciones "de contratación" que Trusevich. El dueño de la panadería siempre les pedía a los exjugadores algo que les llamaba la atención en aquellos dramáticos momentos: que trabajaran pero que también siguieran entrenando...

La idea de Josek Kordik era la de crear su propio equipo de fútbol, el Star F.C., cosa que efectivamente logró. El Star F.C. debía volver a poner en lo más alto el orgullo soviético, tan venido a menos por entonces bajo el yugo alemán. La posibilidad de entrar en la historia grande llegó para los jugadores del Star F.C. el 6 de agosto de 1942, jornada en la cual se enfrentaron en un campo de juego al Flakelf, un combinado de fútbol de la Alemania nazi que ocupaba Rusia.

El partido fue muy violento de parte de los jugadores del Flakelf, quienes contaban con la complicidad del árbitro, quien les permitía todo tipo de agresiones contra los del Star F.C. mirando constantemente hacia otro lado. Llegó el final de la primera etapa con el Star F.C. 2 a 1 arriba en el marcador, cosa que motivó la "visita" al vestuario de varios jerarcas nazis que los "invitaron" a dejarse ganar. Lejos de tomar aquella indecente e indigna propuesta los jugadores del Star F.C. le propinaron una contundente goleada a los nazis.
El resultado hubiese sido distinto. Cuando faltaba poco para el final el jugador Klimenko eludió al arquero del combinado nazi, llegó con el balón hasta la línea de gol y contrariamente a lo que todos esperaban, giró y pateó la pelota hacia la mitad de cancha. Les "había perdonado la vida" a los alemanes.  El 5 a 3 final fue lapidario para el orgullo nazi, que no olvidaron esa humillación frente a una ensordecedora multitud de ucranianos.
La semana siguiente el Star F.C. jugaría su último partido. Los jerarcas nazis a cargo de la ciudad decidieron el envío de escuadrones que se encargarían de "empatar" el partido. Nicolai Korotkykhn fue el primero en caer, siendo torturado hasta más no poder, mientras que diez compañeros suyos fueron enviados al campo de concentración de Sirtez. Ivan Kuzemko,Trusevich  y Klimenko fueron ejecutados al cabo de unos días.
Pero para quienes subsistieron en el campo de concentración, la caída del régimen nazi y la derrota propinada en Rusia por Stalin, lejos estuvo de ser la salvación. Stalin los acusó de colaborar con el enemigo por jugar un partido de fútbol con ellos. La mayoría de los jugadores sobreviveintes fueron encerrados por la terrible policía stalinista.

Hoy en día, a tantos años de distancia de aquel horror, los integrantes del modesto Star F.C. son considerados héroes ucranianos y sus vidas y su historia se estudian en los colegios de la ciudad de Kiev. Después de todo, son el ejemplo de la lucha por la libertad y la dignidad del hombre, cosa que será recordada por siempre gracias al monumento en el estadio del Zenit de Ucrania, a cuyo pie se pueden leer las siguientes palabras: "A los jugadores que murieron con la frente en alto ante el invasor nazi".

martes, 28 de agosto de 2012

Albert Speer y su extraña salvación en Nuremberg

Albert Speer y Adolf Hitler haciendo "su" trabajo.


Los Juicios de Nuremberg realizados entre 1945 y 1946, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, fueron considerados por muchos como el broche de oro aliado y la concreción de justicia más estricta de parte de las naciones que resultaron victoriosas tras la tremenda contienda mundial. Pero no son pocos los que sostienen, aún hoy en día, que en aquellas tediosas y largas jornadas no ha faltado una altísima dosis de farsa...
Una vez juzgados y condenados casi todos los jerarcas nazis implicados en los atroces hechos de la guerra, varias cosas quedaron en claro: Los grandes crímenes perpetrados por las naciones triunfantes no fueron juzgados, Adolf Hitler no fue ni juzgado en ausencia (como en tantos otros casos) ni en rebeldía por supuesto, habilitando la dura sospecha de que se lo estaba protegiendo efectivamente para los días por venir y, finalmente, también quedaba en claro que uno de los más importantes personajes de la historia nazi... era condenado a cumplir prisión por escasos 20 años. Era el "arquitecto de Hitler", Albert Speer.

Albert Speer y Adolf Hitler, una sociedad al servicio de la maquinaria nazi.


Las sesiones previas hacían prever que Speer recibiría la más dura de las penas, como le sucedió a otros camaradas suyos. El propio Speer sostenía que la horca ya se veía venir en su horizonte, pero al llegar el momento de dictar sentencia los jueces aliados dictaminaron que apenas 20 años a la sombra serían más que suficientes... Ni el propio Albert Speer daba crédito a lo sucedido y así las cosas logró salir de su cautiverio y morir muy tranquilo y en libertad en 1981.

Albert Speer juzgado en los Juicios de Nuremberg.


Pero... ¿por qué se salvó Speer? Aquí las respuestas con un viaje hacia atrás en la historia.
Albert Speer se afilió al Partido Nacional Socialista el 1º de marzo de 1931 y más temprano que tarde pasó a formar parte de las SA y luego de las SS. No era precisamente una vida nazi "pasiva" la de Speer y tan ha sido así que además de ser el arquitecto oficial de las grandes y monumentales obras edilicias del Tercer Reich, fue también (nada más y nada menos) el Ministro de Armamento y Municiones de la Alemania nazi.
Pero a pesar de tan temprana afiliación al partido Nazi, la ficha de Speer se "oficializó" recién en 1942 y con ese "error burocrático interno" se le otorgaba el derecho a Speer de decir muy suelto de cuerpo que "no sabía absolutamente nada sobre la política nazi previa a esos años", con lo cual se lavaba a sí mismo de su culpa y responsabilidad en tantos crímenes cometidos. Resulta poco menos que extraño sostener y pensar (además de creer) que Speer nada sabía de las actividades de los nazis, sobre todo en lo que al exterminio en los campos de concentración se refiere, pero ese ha sido su argumento hasta el final... o casi...

Albert Speer en 1981.


Es que prácticamente sobre el final de su vida en 1981, Albert Speer "recordó" que aún tenía en su poder un cúmulo comprometedor de documentos desconocidos de las SS que mostraban a las claras su implicación en primera persona en la construcción del campo de concentración de Auschwitz... Una vez más la "Historia Lado B" al descubierto: Albert Speer lo sabía y estaba al tanto de todo pero, un "cómplice error administrativo" de sus amigos del partido (¿sólo de ellos?), se había encargado de preservarlo por las dudas...