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domingo, 4 de enero de 2015

La perfecta niña nazi que era judía

Portada de la mayor revista familiar nazi 'Sonne ins Haus' con Hessy Taft.


Hessy Taft, una profesora estadounidense de origen judío de 80 años de edad, finalmente ha contado su increíble historia en recientes declaraciones al diario alemán 'Bild'. Cuando Hessy nació, pasó a ser una bebé modelo del III Reich: su foto, por entonces, ganó un concurso y  fue elegida para ser la imagen perfecta de lo que debería ser un bebé "ario" por el mismísimo ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels.
Al relatar su historia, Hessy Taft dijo entre el asombro y el terror: "Ahora puedo reírme de ello. Pero si los nazis hubieran sabido quién era en realidad, no estaría viva".
Sus padres, Jacob and Polin Levinson, se mudaron a Berlin desde su originaria Letonia en el año 1928 intentando encontrar un mejor destino como cantantes de música clásica, pero, una vez llegados al poder los nazis ya no pudieron seguir cantando, sencillamente por ser judíos.

Hessy nació en 1934, y con apenas 6 meses de vida, su madre la llevó a lo de un fotógrafo de moda, llamado Hans Ballin, para que le hiciera unas buenas fotografías. Fue ese mismo fotógrafo quien decidió finalmente enviar la foto de la niña al concurso de las niñas arias más lindas, aún a sabiendas de que ella era judía. Su posterior confesión, no podía heber sido más elocuente de sus intenciones y propósitos: "Quise ridiculizar a los nazis", diría Ballin un tiempo después. Y vaya si lo hizo.
La foto de Hessy apareció en la portada de la mayor revista familiar nazi 'Sonne ins Haus' en su edición del 24 de enero  de 1935, difundiénose luego en forma de postales que intentaban ilustrar a la población sobre cómo debería ser una "perfecta niña aria". Los padres de la niña quedaron tan aterrados que dejaron de salir con ella a la calle para que nadie la reconociera y, lógicamente, protegerla.

Hessy Taft: Hoy y ayer.


Tres años después, en 1938, Jacob Levinson fue detenido, pero afortunadamente, luego fue liberado y junto a su familia se trasladó a Letonia, recalando finalmente en París. Tras la ocupación nazi de Francia, lograron escapar a Cuba para llegar, tras tantas penurias, a los Estados Unidos en 1949. Hessy Taft reside allí actualmente y trabaja dando clases de química en la Universidad de San Juan, en Nueva York.
La perfecta niña nazi que -en realidad- era judía, es la viva imagen de uno de los más grandes engaños perpetrados contra el III Reich. Y nadie los obligó -como tantas otras cosas- a hacerlo.



jueves, 4 de diciembre de 2014

Los 11 principios de la propaganda por Joseph Goebbels

 
La Propaganda según Joseph Goebbels.


En los tiempos que corren, en los que resulta tan sencillo confundir los tantos, desviar la atención de los desprevenidos y manejar destinos y voluntades, bien vale darle una mirada a una serie de principios que -aunque parezca- no fueron escritos en la actualidad. Joseph Goebbels, el maquiavélico Jefe de la efectiva propaganda Nazi, ha sido un verdadero genio de la comunicación, con todo lo que ello implicaba. No se trata de hacer aquí un juicio de valores, analizar su rol en la historia, atacar o defender sus radicales posturas políticas o -si se quiere- los efectos derivados de las mismas. Desde el necesario desapasionamiento que aporta la verdadera investigación histórica, con la debida perspectiva y distancia que se deben tomar a la hora de tratar de desentrañar los misterios latentes detrás de determinados personajes, es que bien vale la pena leer los "11 principios de la propaganda" plasmados a mediados de los años '30 por Goebbels. En 2004, el escritor e investigador Walter Graziano publicó un excepcional libro titulado "Hitler ganó la guerra" (Editorial Planeta) -al cual recomiendo sin dudar- en el que dejó claramente demostrado que los hilos del poder se manejan y entrelazan desde las sombras a manos de una élite que coloca presidentes, los derroca, los asesina, los vanagloria, tergiversa la realidad a su antojo, además de hacernos entrar a un peligroso juego de humo y espejos mediante el cual, quienes determinan, pretenden hacernos perder de vista determinadas conexiones entre el pasado, el presente y lo que vendrá. La historia es cíclica, ya se sabe. Cada tanto determinados hechos se repiten de modo similar, se reciclan y adoptan aparentes nuevas formas. Sin embargo, es muy factible que todo sea parte del mismo plan, de hecho lo es. Precisamente los "11 principios de la propaganda"escritos por Goebbels, eso mismo demuestran: lo que fue útil entonces, sigue vigente hoy.


Aquí a continuación, los "11 principios de la propaganda" escritos por Goebbels, cualquier similitud con la realidad actual es, por supuesto, sólo una curiosa coincidencia. Después de leerlos, usted sabrá decir si muchos han aprendiodo de todo ésto y si... Hitler ganó la guerra o no.

1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo; individualizar al adversario en un único enemigo.

2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

9.- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.



miércoles, 4 de junio de 2014

La odisea de los argentinos judíos en la Segunda Guerra

Consecuencias inesperadas de un cambio de política. Por orden de Adolf Eichmann, cuarenta ciudadanos de la Argentina fueron arrestados en Francia después de que el país abandonó la neutralidad; veinte de ellos fueron deportados y otros veinte sobrevivieron. La decisión recrudeció el enfrentamiento entre las dos líneas predominantes dentro del nazismo
Por María Oliveira-Cézar  | Para LA NACION

Las hermanas Hélène y Suzanne Moncarz, de 8 y 11 años, hijas del matrimonio de argentinos 
Salomón y Nehama Moncarz, deportadas en el convoy 68.. Foto: Archivo 


París.- Desde 1939 hasta 1944 el importante disenso sobre la neutralidad de la Argentina frente a la Segunda Guerra Mundial no había logrado cambiar la posición tradicional del país. Tanto los gobiernos civiles de los presidentes Roberto M. Ortiz y de Ramón Castillo como el del general Pedro Pablo Ramírez, instalado en el poder por la logia militar del GOU en junio de 1943, estaban decididos a defenderla. Y el GOU nombró a Ramírez al darse cuenta, en menos de tres días, del error cometido con su primer candidato, el general Arturo Rawson, un aliadófilo que hubiera podido terminar con la neutralidad. La inmensa mayoría de la población urbana, que era la que pesaba en la opinión pública, se sentía muy implicada en el conflicto por sus cercanos orígenes europeos, que fueron caldo de cultivo de las ideas fascistas, falangistas y nazis, apoyadas por el nacionalismo católico vernáculo y los sectores pro germánicos de los cuadros militares, así como de las que auspiciaban al liberalismo británico y el republicanismo francés y español, ya con cierta antigüedad en los sectores ilustrados y en los amplios sectores medios que ellos habían educado.

Si bien Ortiz, Castillo y Ramírez sostenían ideologías e implementaron políticas diferentes, cuando no opuestas entre sí, los tres coincidían en mantener la neutralidad. La diferencia principal era que la neutralidad de Ortiz no era favorable al Eje, como lo fueron la de Castillo y aún más la de Ramírez. No cabe duda de que la neutralidad permitía el desarrollo interno, continuar el estrecho vínculo económico con Gran Bretaña y a la vez mantener la buena relación con Alemania, y en particular no ceder ante la fuerte presión de Estados Unidos para que la Argentina integrara el sistema panamericano que ellos dirigían. Pero el difícil equilibrio se rompió cuando a las evidentes actividades antiargentinas del nazismo en el país se sumaron las pruebas del espionaje, con el fallido y torpe intento de compra clandestina de armamento a Alemania en momentos en que Brasil se hacía fuerte con las armas que Estados Unidos nos negaba por nuestra posición internacional.

Ante el escándalo público, Ramírez se vio obligado a romper las relaciones con el Eje. Fue el 26 de enero de 1944. Probablemente se consideraron las eventuales implicancias políticas, internacionales, económicas y muchas otras. Pero nadie consideró que la ruptura resultaría dramática para más de un centenar de judíos que residían en la Europa ocupada por el nazismo y que habían pasado ya más de tres años de la guerra protegidos de la deportación por su estatuto de ciudadanos de país neutral. Y a los que nadie les avisó.

Los hermanos Eddy y Elena Szabasohn, deportados a Auschwitz. Ambas fotos pertenecen al libro 
French Children of the Holocaust, de Serge Klarsfeld. La primera aparece en la página 1038 de la obra 
y la segunda, en la página 1263.. Foto: Archivo 


Nadie podía avisarles porque -al menos en Francia- los diplomáticos argentinos se enteraron de la ruptura por la radio, varias horas antes de que les llegaran los cables oficiales de la Cancillería. Y ellos mismos pasaron unos días sin saber a qué atenerse sobre su situación personal, ya que sólo una semana después Alemania les permitió seguir residiendo en sus domicilios privados hasta que se organizara su salida conjunta de los territorios ocupados para ir a un lugar neutral como Lisboa, donde serían canjeados por los diplomáticos alemanes y franceses en puesto en la Argentina. Tan complejo fue aquel canje que recién se iniciaría seis meses después de lo previsto. Los que estaban en Francia, que incluían a catorce mujeres y cuatro niños pequeños, saldrían en tren de París el 30 de julio, se reunirían en Friburgo con los que estaban en Alemania, Rumania, Bulgaria y Hungría, y atravesarían toda Alemania para arribar a un país neutral ya sin riesgo de bombardeos. Pasaron por Dinamarca y el 18 de septiembre llegaron a Gotemburgo, donde el centenar de diplomáticos y sus familiares pasaron todo un otoño y un invierno sin poder salir de la pequeña pero acogedora ciudad sueca, hasta que el 14 de marzo de 1945 fueron embarcados con destino a Portugal. Hicieron escala en Liverpool, donde no se les permitió bajar a tierra pero sí recibir a bordo a los colegas argentinos en Inglaterra. Después de dos semanas de navegar en aguas minadas, el 28 de marzo desembarcaron por fin en Lisboa, donde se les confiscarían los documentos hasta el momento del canje. Entretanto, para poder entrar en la futura ONU la Argentina acababa de declarar la guerra al Japón y a Alemania, cuando ya estaba casi ganada por los aliados. El 7 de mayo embarcaron en el Cabo de Hornos, que los dejaría en Buenos Aires el 17 de junio de 1945. El canje había durado casi exactamente un año, durante el cual los diplomáticos no sólo no gozaban de libertad sino que estaban expuestos a los peligros de la guerra sin ninguna capacidad de decisión y la mayoría de ellos con serios apuros económicos. El gobierno había decidido que cada funcionario costease sus gastos con sus sueldos, lo que era imposible porque por la enorme afluencia de refugiados no había lugar en ningún lado que no fuera lujoso. Y a ello se sumó el desasosiego de varias partidas anunciadas, preparadas y anuladas sin que se supiesen las razones, siempre con el temor infundado de que por algún motivo el canje no se hiciese y fuesen internados en alguno de los campos. Entre los funcionarios en Francia más activos en la organización de la vida cotidiana del grupo de rehenes argentinos durante aquel último año de la guerra se contaban Alberto Agüero, encargado de Negocios; Ramón L. de Oliveira Cézar, cónsul general; Horacio Olazábal, cónsul en París, y Alberto Saubidet, cónsul en Lyon. Pero estos inconvenientes vividos por nuestros diplomáticos a raíz de la ruptura son totalmente irrisorios frente a lo que ella haría sufrir a los judíos argentinos en territorios ocupados por el nazismo.

Como todos los judíos bajo el nazismo y el régimen de Vichy, los argentinos que vivían en Francia fueron registrados en el fichero organizado por la policía y gendarmería francesas, luego discriminados, expulsados de sus empleos en la administración pública. Incluso sus bienes fueron "arianizados", o sea, intervenidos, puestos bajo control de un individuo no judío y generalmente liquidados. Perdieron gran parte de sus libertades y derechos, pero los judíos de países neutrales no eran "deportables", o sea no estaban destinados al exterminio. Por eso era imprescindible registrarse en un consulado de su país. Además, sus condiciones de vida presentaban mejoras esenciales respecto de las de los judíos en general, sobre todo en el caso de los argentinos, ciudadanos del país neutral que el canciller Joachim von Ribbentrop privilegiaba. Si bien la mayoría de los funcionarios actuantes en Francia obedecía las normas ministeriales secretas que ordenaban denegar los pedidos de ingreso al país de judíos extranjeros, casi todos intentaron ayudar en lo posible a los que eran argentinos.

Buena parte de los cónsules actuantes en Francia trataron de defender las vidas y los bienes de los judíos argentinos, logrando que a los de su circunscripción no se les aplicara algunas de las exigencias y prohibiciones impuestas por Alemania o por Vichy, como llevar la estrella de David, frecuentar colegios públicos, jardines y espectáculos, obtener los mismos vales de raciones alimenticias que tenían los "arios", comprar a cualquier hora sin limitarse al corto horario reservado a los judíos, viajar en cualquier vagón del subte, salir de los límites de la aglomeración de su domicilio. Multiplicaron las atestaciones de nacionalidad, pegaron documentos de protección en sus casas y negocios, impidiendo así que fueran incluidos en las listas de personas por arrestar en las redadas; gestionaron por sus mercaderías bloqueadas e intervinieron contra la "arianización" de sus bienes con administradores franceses, proponiendo a argentinos que los administrarían sin liquidarlos. Inclusive lograron sacar de Drancy y de otros campos franceses a judíos argentinos detenidos por causas particulares o en controles callejeros.

Pero para intentar salvarlos había que saber que habían sido arrestados, y en ciertos casos las víctimas no pudieron comunicarlo a los consulados. Además, hay que tener en cuenta que hubo argentinos con doble nacionalidad que no se dieron a conocer como tales, que no se matricularon en ningún consulado, tal vez creyendo que su ciudadanía francesa los protegería de modo más eficaz, y cuyos nombres aparecieron al liberarse Francia en las listas nazis de deportación, seguidos de un lugar de nacimiento en la Argentina. Sólo entonces se supo que eran connacionales. De los nueve argentinos deportados y asesinados antes de la ruptura sólo uno de ellos, Jacob Yourowski, había contactado un consulado. Pero él fue arrestado con otros dos hombres cuando intentaba cruzar a España con papeles falsos, y los tres fueron deportados enseguida. Aunque los cónsules se hubieran enterado a tiempo no hubiesen podido hacer nada por él dado que tal hecho era considerado acto de resistencia, por lo tanto, "terrorista" e insalvable para los nazis y milicianos. Ninguna de estas personas fue deportada como argentina.

Al día siguiente de la ruptura Adolf Eichmann telegrafió de Berlín a los jefes SS y SD de Francia y de Bélgica la orden de arresto inmediato y deportación de todos los judíos argentinos residentes en sus jurisdicciones. Eichmann era subordinado de Heinrich Himmler, jefe supremo de los SS y de una de sus secciones, la Gestapo. La orden de Eichmann era la represalia directa a la inconcebible e inesperada ruptura argentina. La línea militar más dura y terrible del régimen nazi era reacia a cualquier negociación que pudiera impedir el asesinato de judíos o militantes antinazis, considerados todos enemigos que debían ser aniquilados. Es decir, en total oposición a la actitud de Ribbentrop y de los miembros de su embajada en París, quienes sin dejar un ápice de su nazismo mantenían amistosa relación con los argentinos, en particular con los del Consulado General y su entorno parisino, aun al precio de otorgar a los judíos argentinos concesiones que no se hacían a los judíos de los otros países neutrales. Esta relación la mantuvieron después de la ruptura, conscientes de preservar así los importantes intereses alemanes en la Argentina, y a la vez esos contactos cuyas buenas relaciones con los aliados les podrían ser útiles. Quién sabe si también, a sabiendas de la debacle militar del Reich pero sin jamás reconocerla, no preservaban un eventual refugio para después de su derrota.

La oposición entre estas dos líneas nazis aparece claramente con sus diferentes reacciones ante los judíos argentinos, eslabón más frágil que muy a su pesar estuvo en la primera trinchera de esa confrontación. Para cumplir con la orden de Eichmann fueron arrestados 40 argentinos, una treintena en París y sus alrededores en la primera y única redada dirigida contra argentinos, entre el 28 y 29 de enero, y los restantes fueron detenidos entre marzo y mayo en el interior del país, en Limoges, Marsella, Montecarlo, Nancy... A pedido oficioso del Consulado General a los consejeros de la embajada alemana, éstos pidieron el 1° de febrero al teniente coronel SS Heinz Röthke, antiguo jefe del campo de Drancy y superior del actual, el capitán Aloïs Brunner, que les entregaran la lista de los argentinos arrestados en Drancy. Röthke transmitió la orden al campo y el suboficial SS Weissl le contestó el 2 de febrero con una lista falsa de trece personas, omitiendo deliberadamente a las otras once que seguían allí, ya que un pequeño grupo había sido liberado por error horas después de su arresto. Jamás Weissl hubiera tomado esa iniciativa sin la orden explícita de Brunner, y tal vez el mismo Röthke había planeado este modo de obedecer a la vez la voluntad de sus propios mandos militares SS deportando a un grupo de argentinos, y la de los diplomáticos de Ribbentrop en París, permitiendo la supervivencia del otro grupo. Los once argentinos deportados por esa artera maniobra de los SS fueron Isaías Wulfman y su mujer Fajga; Salomón Moncarz, su mujer Nechama y sus hijas Suzanne y Hélène, de 11 y 7 años; Rebecca Benzonana; Elena Szabasohn; Henry Jerusalmy y su mujer Raquel, y Jaime Finkelstein. El único y paupérrimo consuelo es que no hayan podido ni siquiera imaginar que el responsable directo de su martirio obtendría luego refugio en su país.

El telegrama de Eichmann que ordena la detención de judíos argentinos. Foto: Archivo


Esas once personas no fueron alistadas porque los SS ya habían decidido deportarlas en el Convoy 68 del 10 de febrero, y de ese modo evitaron la intervención directa en favor de ellas de su propia embajada, que para quedar bien con los funcionarios argentinos hizo trasladar a las personas reconocidas como arrestadas a diversas dependencias de la Fundación Rothschild (el hospital, hospicio y orfelinato con ese nombre), anexadas administrativamente al campo de Drancy. Estar en Rothschild solía evitar la deportación, y el mejor trato que allí recibían les daba grandes posibilidades de sobrevivir. Con excepción de Pablo/Paul Recht, que fue igual deportado como francés por tener la doble nacionalidad, todos los de la lista falsa sobrevivieron, como algunos de los otros que arrestaron luego y fueron también remitidos a ese hospital por la misma doble intercesión que ya había funcionado. Como balance final, de los 40 argentinos judíos arrestados en Francia después de la ruptura, 20 fueron deportados y 20 sobrevivieron. Si sumamos a los deportados antes del 26 de enero de 1944 se llega a un total de 29 deportados judíos. No contabilizamos aquí a los 12 argentinos no judíos deportados por resistentes o por eventuales militancias izquierdistas.

El último 10 de febrero, en el 70° aniversario de esa primera deportación de argentinos como tales formamos una pequeña delegación de compatriotas para homenajearlos en el Mémorial de la Shoah de París, durante la ceremonia de lectura de sus nombres junto a la evocación de los 1.500 deportados en aquel Convoy 68 del 10 de febrero de 1944, organizada y conducida por Serge y Beate Klarsfeld.


María Oliveira-Cézar es una historiadora argentina residente en Francia
Viernes 11 de abril de 2014 | Publicado en edición impresa



martes, 6 de mayo de 2014

El milagro de la estatua del General José de San Martín en Boulogne Sur-Mer

 Boulogne Sur-Mer bombardeada en 1944 y la estatua de San Martín "milagrosamente preservada.


A finales de 1944, las bombas de los aviones aliados no dejaban de caer sobre la costera ciudad de Boulogne Sur-Mer, en el norte de la Francia ocupada por los Nazis. La cercanía del famoso Paso de Calais -lugar más cercano entre los territorios de Francia y Gran Bretaña en el Canal de la Mancha- ubicaban a la ciudad en una ruta obligada y la convertían en blanco constante de los incesantes bombardeos aéreos dada la cercana ubicación de un apostadero de U-Boots alemanes. Así las cosas, Boulogne Sur-Mer llegó a soportar estóicamente 487 bombardeos que la dejaron prácticamente en ruinas. Barrios enteros desaparecieron y a lo largo de toda la zona costera no había quedado ladrillo sobre ladrillo.

Vista aérea del bombardeo del apostadero de submarinos en Boulogne Sur-Mer.


Cerca del apostadero naval de submarinos alemanes, a unos doscientos metros del lugar, se emplazaba -y sigue ubicada allí- una estatua ecuestre del General don José de San Martín; el militar argentino y libertador de América que tras un largo exilio pasó a la eternidad el 17 de Agosto de 1850, precisamente allí, en Boulogne Sur-Mer.

 Imágenes actuales de la estatua ecuestre de San Martín en Boulogne Sur-Mer.


Las bombas aliadas cayeron a un lado y al otro del monumento y, sin embargo, apenas unas pocas esquirlas lograrían impactar en su base casi sin dañarla. La magnífica estatua de San Martín, sobrevivió de un modo -que para los pobladores del lugar- resultaba sencillamente inexplicable. No habían pasado previamente los "Hombre Monumentos" norteamericanos por allí preservando obras dignas de toda admiración. Para muchos, tan sólo la providencia o la intervención de algo parecido a un verdadero milagro se había encargado de preservarla de la destrucción. Imágenes posteriores a los bombardeos dan cuenta de lo que muchos llegaron a pensar. No pocos fueron los que creyeron en "El milagro de la estauta del General José de San Martín". Desde entonces, así se lo conoce.


Marcelo García
Historias Lado B


Referencias y bibliografía:
- Sorcaburu, Aníbal E, – El milagro de la estatua de San Martín – Rev. Del Inst. Nac. Sanmartiniano – N.º 17, Sept-Oct. 1947
- Rogelio Alaniz. San Martín en Boulogne Sur Mer en http://www.rogelioalaniz.com.ar/?p=1096

lunes, 5 de mayo de 2014

Sigmund Freud, salvado por un nazi

Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, se salvó de la persecución de Hitler por un antiguo nazi que estaba fascinado con su trabajo, según revela el libro “La fuga de Sigmund Freud” escrito por el investigador David Cohen. La historia a continuación.

 Sigmund Freud y su hija comenzando el exilio.


El destino de Freud y su familia pendía de un hilo después de que las  fuerzas de Hitler ocuparan Austria en 1938, sin embargo, el psicoanalista fue protegido por Anton Sauerwald, un nazi quien lo ayudó a escapar a Gran Bretaña y quien después de la segunda guerra mundial fue llevado a juicio, acusado de saquear las riquezas de la familia Freud.
Un tiempo después, de todos modos, fue una de las hijas de Freud quien se decidió a contar la verdad.

La historia completa ha surgido gracias a la investigación por David Cohen, autor de “La fuga de Sigmund Freud”, publicado por Libros JR.
En la década de 1930 Freud era famoso en Europa y los Estados Unidos por su trabajo pionero sobre el inconsciente. Había fundado la Asociación Psicoanalítica Internacional junto a Carl Jung y ayudó a iniciar un gran negocio editorial. Su éxito había traído recompensas financieras y la familia vivía cómodamente en Viena justo en el mismo momento en que los nazis ordenaron a todos los judíos declarar sus bienes mientras afirmaban que "se supone todas las pertenencias de los judíos han sido mal adquiridas".
Pero por suerte, Sauerwald no era un nazi ordinario, ya que asistía usualmente a la Universidad de Viena (en donde había sido alumno del profesor Josef Herzig) visitando a Freud, a quien admiraba y con quien pasaba largas horas jugando a las cartas. Es indudable que la amistad parece haber influido de manera notable en Sauerwald pero también lo hicieron los interesantes escritos de Freud.
"Los libros tuvieron un impacto extraordinario sobre él", dice Cohen. Eso no impidió que una noche  mientras Sauerwald golpeaba cortesmente a la puerta de Freud como habitualmente lo hacía, las SS irrumpieran violentamente para llevarse a Anna Freud, una de las hijas de Sigmund, para ser interrogada.
Cohen afirma: "Sauerwald no reveló a sus superiores que Freud poseía cuentas bancarias secretas en el extranjero. En su lugar, guardó los documentos en su apartamento, donde tenía una panzerkassette, una caja cerrada de documentos."

Como crecieron las tensiones y la guerra se cernía, Freud decidió huir. Para ello necesitaba un visado de salida y por eso mismo fue que recurrió a Sauerwald.
Entre tanto, los nazis querían todos los libros y los escritos de Freud para ser destruidos, pero Sauerwald no quería verlos destruidos ya que eran -ni más ni menos- que los documentos raíz del psicoanálisis.
Fue así que Sauerwald y un cómplice introdujeron de manera encubierta los valiosos libros en la Biblioteca Nacional de Austria, en donde permanecieron ocultos durante mucho tiempo; en tanto que, consternado ante la posibilidad de que la casa de Freud se conviertiera en un instituto para el estudio de la superioridad aria, fue que el propio Sauerwald quien firmó finalmente el visado de salida de Freud hacia la libertad.
También ayudó a recaudar dinero con el cual en junio de 1938 Freud dejó Viena en el Orient Express instalándose en Londres en donde moriría en septiembre de 1939.

De todos modos, una vez finalizada la guerra, surgieron sospechas de que Sauerwald había intentado quedarse con la riqueza y el resguardado tesoro familiar.
Por ésto Harry Freud, sobrino de Sigmund y oficial del ejército de los Estados Unidos, denunció a Sauerwald, tras lo cual fue inmediatamente detenido y llevado injustamente a juicio.
La desesperada esposa de Sauerwald escribió a Anna Freud en Londres, pidiéndole que diga la verdad de  lo que su marido había hecho. Anna respondió que "No había ninguna duda de que su marido utilizó su cargo como nuestro comisario designado de tal manera como para proteger a mi padre."  Por su lado, Harry Freud, también advertido de la verdadera situación, escribió que "la verdad es que realmente debemos nuestras vidas y nuestra libertad a Sauerwald. Sin él, (Sigmund Freud) nunca habría llegado lejos".

Felízmente, con la verdad expuesta, Sauerwald fue liberado y vivió tranquilamente hasta el momento de su muerte en el año 1970, llevándose a la tumba la plena satisfacción por todo lo hecho atesorando el recuerdo de aquella inesperada relación.


Marcelo D. García
Historias Lado B




Fuentes: 
Diario The Times - Edición del 27 de diciembre de 200909
http://www.diasdehistoria.com.ar/content/sigmund-freud-salvado-por-un-nazi?page=1

sábado, 26 de abril de 2014

El Veterano Waffen SS que desafió a Spielberg

Hans Schmidt, ex combatiente y veterano de la División Hitler Jugend de la Waffen SS, quien falleció hace casi cuatro años, desafió al director de cine Steven Spielberg escribiéndole una carta en la que le criticaba inexactitudes históricas y posturas tendenciosas en la producción de la película “Salvando al Soldado Ryan”.

Hans Schmidt, ex combatiente y veterano de la División Hitler.


“Estimado Señor Spielberg:
Permítame a mí, un veterano de la Waffen SS dos veces herido, y partícipe de tres campañas (Ardenas, Hungría y Austria), hacer una crítica de su película “Rescatando al Soldado Ryan”.
Habiendo leído muchos de los reconocimientos de la que es sin lugar a dudas, una exitosa y podríamos decir, “impresionante” película, yo espero que no le importe la crítica desde el punto de vista de un alemán y un germanoamericano.
Aparte de la carnicería mostrada inmediatamente al principio de la historia, durante la invasión de la playa “Omaha”, (de la cual yo no puedo opinar porque no me encontraba ahí) muchas de las escenas de combate parecen irreales.
Usted debió de hacer un gran esfuerzo para proveer de autenticidad al filme, y los equipos de combate idénticos a los originales lo demuestra (el Schützenpanzerwagen (SPW), las MG 42′s, y los Kettenkrad).
Pero las unidades regulares de infantería del ejército alemán, en los búnkers de Normandía, no estuvieron bien representadas y las Waffen SS en las luchas callejeras al final de la película no iban bien ataviadas.
Mí crítica respecto a la falta de realismo en las escenas de batallas, tiene que ver con el hecho de que las Waffen SS jamás hubieran actuado como se les presenta en la película, como tampoco era común observar a los soldados americanos o rusos congregándose en torno a sus tanques, estrategia que , desde luego, no ocurrría nunca  con las Waffen SS. (Los únicos americanos que yo vi en la Batalla de las Ardenas en torno a algo era a un obús autopropulsado que estaba incendiándose).
Además, casi todos los soldados alemanes que aparecen en la película llevanban el cabello a rape, o peor, rasurado del todo algo que evidentemente no corresponde a la realidad. Quizás estaba confundiendo a soldados alemanes con rusos.O quizás, su judería se hace presente en ese asunto, queriendo esbozar una relación directa entre los skinheads de hoy y unidades de la Waffen SS  y otros soldados del Tercer Reich.
También, debieron haber utilizado jóvenes de 18 a 19 años para representar mi unidad, en lugar de personas mayores, ¡La edad promedio, incluyendo a los oficiales de la heróica División Hitler Jugend que peleó en Caen, fue de 19 años!La escena en que un soldado ameicano muestra su medalla con la estrella de David a unos prisioneros de guerra alemanes mientras les dice: “Ich Jude, Ich Jude”, es tan indignante como graciosa. Yo le puedo decir lo que un soldado alemán le hubiera dicho a otro si un incidente como ese hubiese ocurrido: “Ese tío está loco”.
Parece que usted no sabe que, para el soldado alemán en la Segunda Guerra Mundial, la raza, color o religión de cualquier enemigo no era trascendente. Ni lo sabían ni tampoco les importaba.En la escena de apertura de “Rescatando al Soldado Ryan”, movió la cámara de la solitaria tumba judía, hacia las cientos de tumbas con cruces, para descubrir que en algún otro lado había otra estrella de David. Eso es tendencioso.
Yo sé lo que usted quería dar a entender, pero no hacía falta tanto hincapié en el asunto, aunque es natural que esté de parte de las recientes afirmaciones de organizaciones judías, las cuales aseveran que los voluntarios judíos en la Segunda Guerra Mundial sirvieron en mayor proporción que la población en general, y que su sacrificio fue mayor consiguientemente.
Visité el cementerio militar de Luxemburgo en donde el General Patton se encuentra enterrado y conté las estrellas de David en las lápidas. Me impresioné por su ausencia.
Después de la Primera Guerra Mundial, algunos líderes judíos de Alemania montaron la misma patraña: Ellos reclamaron en ese entonces e incluso hasta este día, que doce mil judíos dieron sus vidas por la madre patria, lo cual hubiera hecho que su participación en términos generales, fuese mayor en relación a la demás población, lo cual es falso. Quizás lo de los doce mil participantes sirva como un símbolo: “Desde nuestro punto de vista, hicimos lo suficiente”.
Durante la Segunda Guerra Mundial, aproximadamente la cuarta parte de la población norteamericana se consideraba, y se considera, germano-americana. Conociendo el fervor patriótico que los germano-americanos tienen por América, podemos asegurar que su porcentaje en las fuerzas armadas fue igual o superior que el de la población en general.
Mi comentario final se ocupa de la presentación del fusilamiento de prisioneros de guerra alemanes inmediatamnte después de combatir un incendio. Una lectura concienzuda de literatura americana especializada en la Segunda Guerra Mundial, indica que dichos incidentes eran mucho más frecuentemente de lo que en general se acepta, y es muy común que dichos excesos contra las leyes aplicables a los beligerantes, sean comunmente justificados con argumentos como: “los soldados americanos se cebaron con los alemanes porque acababan de matar a uno de sus compañeros más queridos”.
En otras palabras, la ira y el crimen de guerra subsecuente, son entendibles, y por tanto justificables ipso facto. En “Salvando al Soldado Ryan” parecía que usted estaba de acuerdo con esta afirmación, al permitir que sólo uno de los soldados, el arquetipo del bien conocido cobarde, dijera que no estaba permitido disparar a prisioneros que han depuesto sus armas.Recuerdo bien que, en enero de 1945, nos sentamos con unos prisioneros de guerra americanos después de una furiosa batalla, y los mismos estaban realmente sorprendidos de que los tratáramos casi como auténticos compañeros, sin mediar ningún rencor.
Si usted quiere saber el por qué de esa actitud, yo se lo puedo decir:  Nosotros no padecimos décadas de propaganda anti enemiga, como si fue el caso de los soldados americanos y británicos, cuyo sentido básico de la caballerosidad brilló por su ausencia a menudo debido a los cientos de películas de guerra anti alemanas, que fueron producidas por sus hermanos raciales.
Para su información: Yo jamás vi siquiera una película de guerra anti americana, puesto que no había un sólo director judío en los estudios UFA 
Sinceramente,
Hans Schmidt


Publicado: abril 21, 2014 | Autor: elsilenciodelaverdad

lunes, 20 de enero de 2014

Henry Ford: nazi norteamericano, financista de Hitler y rabioso enemigo de los judíos

 Henry Ford, nazi norteamericano.


Pensar en la barbarie nazi desatada y sin control, en el antisemitismo rabioso e irracional, en la intolerancia elevada a su máxima expresión, en la persecución y el exterminio de millones de seres humanos, inevitablemente (y por designios prefijados por la historia oficial, aunque no sin motivos) significa pensar en Adolf Hitler. Desde su irrupción a principios de los años '20 Hitler fue sistemáticamente sindicado como el generador de las más radicales y extremas políticas que derivaron luego en el terror vomitado por el sanguinario Tercer Reich alemán. No carecen de fundamentos, por supuesto, las acusaciones sobre Adolf Hitler, de hecho el Führer nazi ha sido el rostro visible del mal durante mucho tiempo, pero en realidad Hitler no había "inventado" nada. Absolutamente nada. No estaba solo y, a nadie ha sorprendido. El surgimiento de Hitler y su ascenso vertiginoso y letal hasta la cumbre del poder fue la triste y lamentable resultante de un pensamiento y un sentimiento (no sólo alemán) que llevaba en gestación mucho tiempo. Muchos pensadores, filósofos e ideólogos habían venido sembrando el camino del antisemitismo y unas otras cuantas teorías de más que dudosa validez en Europa mucho antes de que Hitler hubiera nacido. Las falsas ideas de una superioridad racial, de una humanidad "pura", de gente superior a otra y los postulados que sindicaban al pueblo judío como causante de todos los males de la humanidad estaban más que instauradas y bien aceptadas. Hasta la "inesperada" irrupción de Hitler en las veladas de debates de una vieja cervecería de Munich con sus arengas violentas, nadie se había "animado" a llevar adelante aquellas ideas extremistas y, finalmente, ponerlas en práctica.
El "poder" real que siempre se oculta en las sombras necesitaba y venía buscando desde hacía tiempo a un enceguecido que se pueda hacer cargo de aquella inmunda tarea de lograr un mundo para pocos y que además, llegado el caso, quedara en la historia como el único responsable de las más grandes atrocidades. Había llegado Hitler, pero... había quienes lo habían fogoneado.

Símbolo inequívoco de la pujanza, la mentalidad y el poder (en muchos sentidos) de los Estados Unidos de América, Henry Ford supo estar desde la pimera hora entre aquellos que se encargaron, sistemáticamente, de esgrimir sus más que discutibles argumentos antisemitas a diestra y siniestra y, como si fuera poco, dejarlo todo escrito para la posteridad y la memoria siempre tan selectiva de los poderosos y los vencedores en las guerras. La mentalidad sectaria de Henry Ford encontró inspiración en todos aquellos pensamientos discriminatorios y violentos que insistían en la superioridad de unos sobre otros, pero además supo ser además debida inspiración para otros que vienieron después.
Ford no sólo fue orgulloso portador de la "Gran Cruz del Águila Alemana" en su solapa desde el 30 de julio de 1938, no sólo supo hacer pingües negocios con la Alemania nazi a costa de la provechosa venta de vehículos que movilizaban a la Wermacht hitleriana durante la segunda guerra mundial, sino que desde mucho tiempo antes, fue un auténtico y más que válido inspirador (uno más entre tantos) de Adolf Hitler, ese mismo Hitler que enagenado como estaba, nada había inventado. Hitler era una "cartero". Llevaba un mensaje que otros, ya mucho antes, se habían encargado de escribir...
Dice la leyenda que en uno de los despachos de Hitler había una fotografía del Führer nazi con, precisiamente, Henry Ford. La admiración de Hitler por Ford tenía su explicación, y es que estando encarcelado el Führer nazi entre 1923 y 1925, y en momentos de escribir su panfletario "Mein Kampf" pudo volcar en sus páginas algunas ideas que ya previamente, en 1920, el mismísimo Ford había planteado en su ofensivo libro "El Judío internacional".

"Der Internationale Jude" escrito por Henry Ford.


En su libro profundamente sectario, discriminador y violento, Ford comenzaba su primera parte colocando la vara muy alta y haciendo suyo un texto de la Nueva Enciclpedia Intrernacional, Ford comenzaba su agresión diciendo lo siguiente:
 
"Entre las más destacadas características de la raza hebrea, es preciso citar: acentuada aversión
por toda labor física que implique fatiga; muy pronunciado espíritu de familia; instinto religioso
innato y concepto en extremo elevado de la hermandad de tribu; ánimo esforzado, propio de
profetas y de mártires, más bien que de adalides cultu ales y belicosos; extraordinaria aptitud para
afrontar adversidades; excelente predisposición para el comercio; astucia y perspicacia para la
especulación, particularmente en asuntos de dinero; una pasión de oriental por el lujo, el íntimo
goce del poderío y de los placeres que ofrece una posición social elevada; bien equilibradas
facultades intelectuales".


Y continuaba:

"Vivimos nuevamente en una época en que el judaísmo atrae la atención crítica del mundo entero.
Su ingreso durante la Gran Guerra en lo más escogido de las esferas financieras, políticas y sociales
fue tan general y evidente, que su posición, su poderío y sus fines fueron recibidos con acerba
crítica, y en la mayoría de los casos causaron repulsión. No constituyen las persecuciones una
novedad para el judío. En cambio, para su ética racial, es nueva esta exaltación. Cierto es que este
pueblo sufre hace 2000 años los efectos de un instintivo antisemitismo de las demás razas, pero
semejante aversión nunca llegó a ser consciente, ni pudo expresarse concreta ni claramente. Hoy,
por el contrario, digámoslo así, esta sometido al microscopio de la observación científica, que nos
hace conocer y comprender los verdaderos orígenes de su poderío, de su aislamiento y hasta de
sus amarguras.
En Rusia se le responsabiliza del bolcheviquismo, acusación que, según de donde provenga, podrá
considerarse fundada o infundada. Los norteamericanos, que fuimos testigos de la fanática
elocuencia de los jóvenes judíos, apóstoles de una revolución social y económica, estamos en
excelente posición para poder formar un claro juicio de lo que existiera real y verdadero en tales
acusaciones. En Alemania se achaca al judío la derrota experimentada, y una amplísima literatura
con innumerables pruebas detalladas impele, en verdad, a muy serias cavilaciones. En Gran
Bretaña, se dice que el judío es el amo verdadero del mundo, que la raza hebrea constituye una
supranacionalidad que vive entre y sobre los pueblos, los domina por el poder del oro, y acicatea
fríamente un pueblo contra otro, en tanto se oculta cautelosamente entre bastidores. Por último, en
Estados Unidos llama la atención la insistencia con que los judíos - los viejos por apego al dinero,
por ambición los jóvenes - se infiltran en todas las organizaciones militares, y particularmente en
los rubros dedicados a los negocios industriales y mercantiles derivados de la guerra, criticándose
en especial el cinismo con que dichos judíos explotan en provecho propio los innúmeros
conocimientos que lograron en su calidad de funcionarios del Estado".


"La cuestión judaica, en una palabra, ha hecho su aparición en escena. Más, como ocurre en casos
parecidos, en los que cuestiones de ventaja personal desempeñan cierto papel, aparecen también
determinados esfuerzos para acallarla, insinuando la inconveniencia de exponerla en público. En
cambio, la infalible experiencia prueba que todo problema escamoteado así, tarde o temprano
torna a abrirse paso, y entonces en formas inconvenientes y hasta muchas veces peligrosas.
El judío constituye un enigma mundial. No obstante ser su masa pobre en absoluto, domina,
empero, el mercado económico y financiero del mundo entero. Viviendo sin patria, ni gobierno, es
decir, en la dispersión, demuestra, empero, una unidad nacional y una tenacidad no alcanzada por
pueblo alguno. En la mayoría de los países, salvo restricciones, supo convertirse en el soberano
efectivo, al amparo a veces de los patronos. Dicen antiguas profecías, que los judíos retornarán a
su vieja patria, desde cuyo centro geográfico dominarán a la totalidad de los pueblos, no sin antes
haber resistido el combinado al mundo de las naciones del mundo entero".


"Der Internationale Jude" escrito por Henry Ford.


En su libro de más de 220 páginas plagadas de filosos puñales disfrazados de palabras, Henry Ford daba rienda suelta a su más agrio antisemitismo racial sin el más mínimo reparo y pudor. Su escrito y sus pensamientos han sido,en parte, la lamentable inspiración que Hitler había encontrado para darle forma a su arenga en "Mi lucha". Palabras como las que son expresadas a continuación no dejan dudas sobre la clase de persona y dirigente que era Ford. Decía el creador del genial Ford "T":

"La facilidad de los hebreos para negociar con los gobiernos halla también su explicación en las
antiguas persecuciones, en cuyos dolorosos momentos el judío comprendió el inmenso poder del
oro sobre los caracteres venales. Allí donde se dirigía, le perseguía como una maldición la creciente
antipatía popular. Los judíos, como raza, no se hicieron jamás simpáticos, hecho que el más
ferviente hebreo no negará, aunque se esfuerce por ofrecer una explicación satisfactoria. Tal vez
alguno que otro judío, como particular, goce de nuestra estima, y hasta es posible que
determinados rasgos del carácter judío, detenidamente estudiados, nos resulten simpáticos. Sin
embargo, una de las cargas que soportan los judíos como raza, radica en la antipatía colectiva de
los otros pueblos. Existe esta antipatía en nuestra eran moderna, en países civilizados y en
condiciones que, al parecer, tornan imposible toda persecución.
El judío, en cambio, parece preocuparse muy poco de la amistad o enemistad de los demás
pueblos, acaso por los fracasos de épocas pretéritas, o también, y con mayor verosimilitud, por
suponerse hijos de una raza superior a todas las otras. Pero sea cual fuere el verdadero motivo,
existe el hecho de que su tendencia principal se dirigió siempre a conquistar para sí reyes y
nobleza. ¿Qué les importaba a los hebreos que los pueblos murmuraran contra ellos, en tanto los
reyes y su corte fueran sus amigos? Así vimos existir siempre, hasta en las épocas más duras para
ellos, un "judío de corte", que mediante sus préstamos y los grillos de la deuda, pudo penetrar a
cada instante en la antecámara real. Fue siempre táctica judaica aquella del "camino recto al
cuartel general". Jamás trato el judío de conciliarse con el pueblo ruso; buscó, en cambio, las
simpatías de la corte imperial. Tampoco quiso nunca envolver en sus redes al Zar y a su Gobierno.
En Inglaterra se reía el hebreo del pronunciado antisemitismo del pueblo inglés. ¿No tenía acaso,
detrás suyo a toda la nobleza? ¿No apretaba en sus manos todos los hilos de la bolsa londinense?
Dicha táctica de ir "derecho al cuartel general" explica perfectamente la omnipotente influencia que
tiene el judaísmo sobre tantos gobiernos y la política de los pueblos. Semejante táctica pudo desarrollarse con facilidad por la habilidad del judío de poder ofrecer en cualquier momento aquello
que los Gobiernos precisaban. Cuando se trataba de un empréstito, intervenía al punto el judío de
corte, facilitándolo con ayuda de hebreos de otras capitales o centros financieros. Si un gobierno
quería saldar una deuda vencida, pero sin confiar el precioso metal a un convoy a través de
terrenos peligrosos, también aparecía el judío, que se hacía cargo del asunto; extendía
sencillamente un papel, y cualquier institución bancaria establecida en la otra capital pagaba el
importe. Cuando por primera vez se proveía un ejército con pertrechos modernos, igualmente se
encargaba de ello un judío que poseía el dinero suficiente y disponía también del sistema
adecuado. Lograba, además, la satisfacción de convertirse en acreedor de toda una nación".


Protestas en Estados Unidos contra Ford.


La admiración no iba en un solo sentido. Lo mismo que Hitler sentía por Ford, Ford lo sentía por Hitler. Ese emblema de la industria norteamericana, ese estandarte de la concreción de las "oportunidades" en la tierra de la libertad y el respeto, se encargó también de ser uno de los más fieles y contínuos sostenedores económicos del Führer nazi. Ford hizo todo lo posible para lograr que Adolf Hitler llegara al poder en Alemania y, de paso, intentara dominar al mundo. Y cuando Hitler estuvo en la cima, Ford se encargó de sostenerlo. Después de todo ¿por qué no financiar a alguien que pensaba igual que él?
Los medios periodísticos y no pocos ciudadanos comunes (Sobre todo y fundamentalmente en los Estados Unidos) no permanecieron ajenos a todo eso.
Hubo manifestaciones en las calles, hubo multitudinarias protestas contra Ford, en quien la gente no sólo veía a un socio inpensado de su propio supuesto "enemigo", sino que por sobre todas las cosas, advertía a un intolerante autoritario que lejos estaba de traer bienestar a sus semejantes.
Los medios periodísticos, por su parte, también tenían lio suyo para decir.


El financiamiento de Hitler de parte de Ford en la prensa. 28 de diciembre de 1922 "Fort Wayne News Sentinel".


Para remate, a modo de "tiro de gracia", entre tantas cosas que decía Henry Ford en las páginas del ofensivo libro "El Judío internacional", se preguntaba ¿Cómo se defiende Alemania contra los hebreos?. Así lo respondía:

 "El judío, en Alemania, es considerado solo como un huésped que, abusando de la tolerancia, pecó
con su inclinación hasta el dominio. En efecto; no hay en el mundo mayor contraste que el
existente entre la raza germana pura y la hebrea. Por esta razón no existe, ni puede existir
mancomunidad entre ambas. El alemán no ve en el judío más que al huésped. En cambio, el judío,
indignado por que no se le conceden todas las prerrogativas del indígena, alimenta un odio injusto
contra el pueblo que le aloja. En otros países logro el judío mezclarse mas fácilmente con el pueblo
indígena y acrecentar su poderío con menos trabas, mas en Alemania no le fue posible. El judío
odia por esto al pueblo alemán y, precisamente, por esta misma razón, aquellos pueblos en que la
influencia judía predominaba en mayor grado, demostraron durante la lamentable guerra mundial
el más exacerbado odio contra Alemania. Fueron judíos los que predominaron casi exclusivamente
en el enorme engranaje informativo mundial, que fabricó la "opinión pública" con respecto a
Alemania. Los únicos que resultaron beneficiados con la Gran Guerra fueron en realidad los judíos".


El libro fue publicado originalmente en 1920 bajo el título completo de "The international jew: the world's foremost problem" (El judío internacional: el primer problema del mundo), por The Dearborn Independent, un semanario antisemita de derecha dirigido por el secretario privado de Ford, Ernest G. Liebold. El periódico había publicado también, y difundido ampliamente en los Estados Unidos, "Los protocolos de los sabios de Sion" una publicación marcadamente antisemita y decididamente mentirosa."El judío internacional" se ha publicado en cuatro volúmenes y se ha traducido a seis idiomas, entre ellos el alemán. Conservado tristemente para la posteridad, este libro es la más clara y contundente prueba de que la barbarie, la intolerancia, la denigración y la violencia, también pueden camuflarse detrás de una nación supuestamente democrática, rectora de la conducta mundial.


Marcelo García
Historias Lado B


Referencias:
- Ford, Henry (2003). The International Jew: The World's Foremost Problem. Kessinger Publishing. ISBN 0-7661-7829-3, p. 61.
- Farber, David R. (2002). Sloan Rules: Alfred P. Sloan and the Triumph of General Motors. University of Chicago Press, ISBN 0-226-23804-0, p. 228.
- Lewis, David I. (1976). The Public Image of Henry Ford: An American Folk Hero and His Company. Wayne State University Press., pp. 146–154.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Conmemoran aniversario de la "La Noche de los Cristales Rotos"

"La noche de los Cristales Rotos", 1938.


Conmemoran aniversario de la "La Noche de los Cristales Rotos"
Por Kirsten Grieshaber / Associated Press

BERLIN -- Los alemanes en todo el país conmemoraron el sábado el 75º aniversario de la Kristallnacht —La Noche de los Cristales Rotos-, en la que los nazis lanzaron una ola de ataques contra judíos en Alemania y Austria. El 9 de noviembre de 1938, centenares de sinagogas fueron incendiadas, numerosas viviendas y negocios de judíos saqueados, unas 1.000 personas fueron asesinadas y más de 30.000 judíos enviados a campos de concentración. Los ataques marcaron el comienzo formal de una violenta persecución estatal contra los judíos, que terminó con la muerte de seis millones de judíos europeos para cuando el Tercer Reich cayó en 1945. Alemanes en muchas ciudades y pueblos realizaron vigilias con velas, escucharon a judíos sobrevivientes del Holocausto narrar recuerdos y se congregaron en cementerios judíos para honrar a las víctimas de la Kristallnacht. La canciller Angela Merkel dijo que la Noche de los Cristales Rotos fue "un evento que humilló a los judíos de una forma inconcebible... se había alcanzado un punto realmente bajo en la historia alemana". "Desafortunadamente, más adelante la historia alemana se desarrolló en una forma aún peor que llevó eventualmente al Shoah (Holocausto)", afirmó. La jefa del gobierno exhortó a los alemanes a jamás olvidar el pasado. En Berlín, grupos de residentes recorrieron con guías sus barrios, deteniéndose en sitios en los que alguna vez estuvieron tiendas, escuelas y otros edificios judíos destruidos por los nazis y sus partidarios. Varios berlineses se unieron para pulir algunas de las 5.000 Stolpersteine ——o piedras de tropiezo-, que identifican por su nombre a víctimas de los nazis frente a sus antiguas viviendas. Las placas de bronce del tamaño de una piedra están insertadas en aceras y su nombre se debe a que uno se topa con ellas cuando camina por Berlín.

"Piedras del tropiezo" en Berlín.


"Hemos organizado 16 grupos que han salido hoy a limpiar las placas, y esperamos convertir esto en un evento anual en el futuro", dijo la coordinadora de los recorridos, Silvija Kavcic. Pese a todas las actividades positivas, algunos oradores en la jornada emitieron una nota de cautela, al recordarles a los participantes que el antisemitismo sigue siendo un problema en Europa. Un sondeo de judíos europeos dado a conocer el viernes reveló que más de tres cuartas partes de los entrevistados piensan que el antisemitismo está aumentando en sus países y casi una tercera parte han considerado emigrar porque se sienten inseguros.


Nota original: http://www.elnuevoherald.com/2013/11/09/1610749/conmemoran-el-75mo-aniversario.html#storylink=cpy

sábado, 26 de octubre de 2013

Juan Domingo Perón, socios de dudosa reputación y el buque ballenero más grande del mundo

Megalomanía, habilidad comercial y marcados deseos de conquista en su máxima expresión. Durante el primer gobierno Justicialista, Juan Domingo Perón se puso una idea fija entre ceja y ceja: acaparar, en el complicado y hambriento mundo de posguerra, el negocio de la pesca de ballenas y la manufactura de aceites en la mismísima Antártida con el buque ballenero/factoría más grande jamás construído hasta entonces. Para lograr su cometido se valió de no pocos contactos de dudosa reputación, en su gran mayoría cercanos al "desaparecido" Adolf Hitler, fondos estatales a discreción, los servicios de efectivos testaferros, una alta dosis de sigilo y el guante lanzado al rostro de grandes empresas multinacionales que tenían el mismo objetivo comercial y estratégico que el presidente argentino. Conflicto en puerta y una conspiración. Esta es la historia del "Juan Perón", el buque factoría más grande y ambicioso del mundo. Pulgares hacia abajo de las grandes potencias, que jamás le perdonarían a Perón semejante atrevimiento.

Por Marcelo D. García para Historias Lado B.

Buque "Juan Perón", el ballenero / factoría más grande del mundo.


Reflotar una vieja idea.
La Marina de Guerra de Argentina lo tenía entre sus planes de inmediata concreción desde principios del Siglo XX: la idea de avanzar sobre el continente Antártico y adueñarse de la caza y el comercio de ballenas en la zona más austral del planeta era algo que desde hacía rato se veía con muy buenos ojos. Por eso mismo no habrá sorprendido a muchos cuando una vez establecido con el poder real, total y absoluto de su primer gobierno, Juan Domingo Perón reflotó aquel viejo anhelo.
Perón recuperó la idea de la creación de una importante flota mercante en 1946, valiéndose de un argumento por demás contundente: la industria naval se encontraba en un pozo profundo por aquel entonces, tras los desastres de la Segunda Guerra Mundial y entonces dar nacimiento a una poderosa flota mercante argentina auspiciada por Perón resultaba más que viable e interesante.
El presidente argentino decide entonces convocar a conspícuos y efectivos hombres de negocios para que la flota mercante, ballenera concretamente, se pueda hacer realidad, al tiempo que las agencias de espionaje de Estados Unidos y Gran Bretaña comenzaban a mirar a Perón con una atención muy especial...

Los elegidos de Perón.
Uno de los empresarios elegidos por Perón fue Alberto Dodero, de una familia genovesa residente en Montevideo, Uruguay. Dodero se venía encargando, desde el final de la guerra, de adquirir viejos buques fuera de servicio a muy bajo costo, y lejos de comercializarlos como chatarras se encargó de dejarlos en condiciones para darle forma a una poderosa flota de transporte de pasajeros que cubría fundamentalmente el trayecto entre Europa (Génova, Italia más precisamente) y la Argentina. Dodero tendría vital importancia en la "Gira del Arco Iris" que en 1947 llevó a Eva Perón a Europa para un misterioso viaje que más allá de forzar cálidos recibimientos de autoridades europeas, tenía como principal finalidad la concreción de turbios negocios y asegurarse un buen pasar.
Dodero, una vez convocado por Perón, generó el interés de Aristóteles Onassis, el magnate naviero griego nacido en Turquía, que se había visto involucrado en un verdadero escándalo internacional durante la Segunda Guerra Mundial cuando fue detenido un agente nazi camino a Berlín, quien iba a conseguir el salvoconduto para que un buque de Onassis con bandera de Argentina fuera "liberado" en Suecia y pueda volver al país de bandera.

Fritz Mandl (izquierda) y Arsitóteles Onassis (derecha): dos de los socios de Perón.


Al "equipo de elegidos" se le uniría el controvertido Fritz Mandl, fabricante (y traficante) de municiones austríaco. Mandl era un caso (no tan) atípico: era judío y era además socio y protegido de los nazis (durante la Segunda Guerra Mundial y después de la misma). Mandl era maigo personal de Benito Mussolini y Francisco Franco, a quien le había suministrado armas para su bando durante la Guerra Civil Española.
Finalmente se conseguiría la participación de Alfredo Ryan, un empresario marítimo de los Talleres de Reparaciones del Río de la Plata, de familia irlandesa, nacido en Gibraltar. Ryan se encontraba en el momento de ser convocado por Perón, en la lista negra de los Estados Unidos por ser considerado colaboracionista nazi. Sin embargo en el Curículum Vitae de este tan particular y camaleónico empresario figuraba el traslado junto a sus equipos, obreros y colaboradores hasta Montevideo, Uruguay, para reparar los buques británicos Achiles, Exeter y Ajax, tras su feroz combate en aguas del Río de la Plata contra el acorazado alemán Graf Spee. Ryan era empleado del servicio secreto británico y los ferrocarriles británicos (en Argentina) le pagaban con acciones. Cuando Perón nacionalizó los ferrocarriles, Ryan vendió todas sus acciones y se lanzó a la especulación financiera en Wall Street, Londres y Rotterdam. Ryan además recibía desde finales de la Segunda Guerra Mundial, ayuda directa y colaboración técnica en sus talleres de parte de Siemens, Thyssen y Manesman, todos fuertes grupos industriales nazis. Un personaje "pintoresco" sin lugar a dudas. Lo dicho: camaleónico.

Mayo de 1949: estatización del Grupo Dodero. En la foto, Perón junto a Dodero (anteojos en mano).


Los elegidos de Perón, un verdadero "seleccionado de notables", reunían, todos ellos, más de una ventaja y unos cuantos denominadores comunes, a saber: tanto Dodero, como Mandl, Onassis y Ryan tenían y habían tenido muy estrechas y excelentes relaciones con la Alemania nazi y sus jerarcas y empresarios devotos. Los cuatro seguían manteniendo esas excelentes relaciones y trato aún después de la finalización de la guerra. Los cuatro tenían nacionalidad argentina desde antes de la Segunda Guerra Mundial y, como si fuera poco, los cuatro eran especialistas en negocios descomunales y en la "atención" (léase: manejo) de capitales nazis en la posguerra.
Con este equipo casi infalible y ultra influyente, con testaferros de importancia, con apoyos de cuestionable reputación, unas ansias de poder expansionista inigualables y, por supuesto, el uso y abuso de medios del Estado argentino a discreción, Perón se embarcó en esta empresa asombrosa: la conquista de la caza, el mercado y comercio de ballenas y todos sus importantes y valiosos derivados, en una de las zonas más requeridas por las grandes potencias y los conglomerados industriales multinacionales, con su flota de buques peronistas. A nadie le gusta que le "mojen la oreja". A las grandes potencias dominantes y a los intereses internacionales, menos... Y eso hizo Perón.

La construcción el buque "Juan Perón".
Ryan viajó a Inglaterra para supervisar personalmente la construcción del buque soñado por Perón. En 1948 la Compañía Argentina de Pesca (presidida por Ryan) entrega los planos del gigantesco buque factoría a los astilleros "Harland & Wolff" (los mismos en los que se había construído el famoso "Titanic"). Se trataba de un infernal buque de 25.000 toneladas brutas que estaría preparado para transportar petróleo cuando no se estuviese en temporada de caza de ballenas. En el buque se podría llegar a faenar la ballena completa. Se procesarían la carne y el aceite y todo (2.000 toneladas de carga) se acomodarían en sus bodegas frigoríficas. El buque estaba pensado para ser de lo más versátil que se haya visto, siendo apto también para el transporte de aceites comestibles de girasol y lino, como así también combustible líquido y otros.


Entrada a los astilleros "Harland & Wolff" en Irlanda.


El gobierno argentino (Perón) se comprometió con los astilleros "Harland & Wolff" y permitió que Ryan se instale en la ciudad irlandesa de Belfast. Desde allí se dedicó a la supervisión de la construcción del buque y a pasar toda la información requerida por Perón practicamente a diario. El costo de producción del buque "Juan Perón" fue de cerca de 3 millones de libras esterlinas.
Pero los planes y los sueños desmedidos no culminaban allí y así las cosas Perón le ordenó a Ryan que prometa la construcción de otras 15 embarcaciones pequeñas más, llamadas "catchers" destinadas a acompañar las tareas del enorme buque ballenero. La promesa fue realizada en simultáneo a astilleros de Alemania, Italia y Holanda. Quedar bien con varios a la vez, otra de las grandes habilidades de Perón.


Astilleros "Harland & Wolff".


La desgracia sobrevuela al buque "Juan Perón".
En el ambiente de la navegación y, principalmente, en el de la construcción de buques hay determinados signos, ciertas señales, que se asocian indefectiblemente a la desgracia y a la mala fortuna que puede llegar a tener un buque. En ese sentido el buque "Juan Perón" no logró escapar a esos fantasmas cuando un accidente durante la construcción provocó la trágica muerte de varios operarios del astillero. En la mitología naviera, eso se relaciona sin más vueltas con la mala fortuna, la mala suerte. El barco de Perón había nacido torcido y un tiempo más tarde, ya en 1951, esa mala fama se acrecentó cuando a punto de cargar unas 22.000 toneladas de combustible, se abrieron las compuertas del buque golpeando bruscamente el muelle. La desgracia seguía sobrevolando la cubierta del "Juan Perón".
Tras un interés inicial, Onassis, Dodero y Mandl no tomaron parte en el negocio y dejaron a Perón tan sólo acompañado por Ryan en esta complicada empresa. Fue el mismo Onassis quien le recomendó a Ryan que no lleve ese buque a la Argentina, pero finalmente el "Juan Perón" llegó a Buenos Aires en 1951, algo sobre lo que profundizaremos más adelante.


El ballenero "Juan Perón".


Perón recurre a asesores e inversionsitas nazis.
Con la "salida" del tandem Onassis-Dodero-Mandl del mega proyecto del buque ballenero más grande del mundo, Perón se aseguró finalmente los "servicios" de Lars Andersen, un legendario cazador de ballenas noruego, el mejor harponero del mundo. Andersen, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, recaló en Buenos Aires, Argentina, se naturalizó argentino y se radicó en la capital de Argentina tras haber escapado de Noruega (mediante un suculento "pago" a las autoridades locales). Andersen era un colaboracionista nazi en Noruega y era intensamente buscado. Una vez instalado cómoda y plácidamente en la siempre receptiva Argentina de Perón, Andersen comenzó a "llenarle la cabeza" al presidente argentino sobre las bondades, ventajas y beneficios del negocio ballenero.
Demanda mundial de materias primas en un mundo de posguerra, buenas posibilidades de comercialización de aceite de ballena, derivaciones importantes hacia el mercado de las margarinas, carne de ballena congelada y enlatada por toneladas para ser ofrecida a un hambriento mundo que recién salía de la Segunda Guerra Mundial. Andersen le había aportado otro dato más a Perón para convencerlo de seguir adelante: en 1938, para citar un ejemplo, el ballenero nazi "Unitas" había capturado en la Antártida unas 1700 ballenas, produciendo 120.00 barriles e aceite y 20.000 secciones de carne para exportar.
Todos esos argumentos resultaron más que aceptables y tentadores para un Perón que por nada del mundo dejaba de lado sus intentonas expansionistas en todas las áreas y de todos los modos posibles.
Perón , lejos de amilanarse y retraerse tras la negativa de Dodero, Mandl y Onassis de participar en esta aventura, logró otro contacto sumamente importante. Ese contacto llegó de la mano de un amigo personal de Andersen.

Hjalmar Schacht, asesor de Perón y banquero de Adolf Hitler.


Se trataba ni más ni menos que de Hjalmar Schacht. Schacht había sido desde los años '30 y hasta llegado el final de la Segunda Guerra Mundial, financista y banquero de Adolf Hitler. Extrañamente "absuelto" por los Aliados tras los juicios a los nazis en 1946, Hjalmar Schacht era una de las cabezas visibles de la reconstrucción alemana de la posguerra (para darse una idea de quien era Schacht recordemos la Conferencia de Estrasburgo de 1943. http://historiasladob.blogspot.com.ar/2013/08/el-nacimiento-del-iv-reich-en.html). No resulta un dato menor el hecho de saber que Hjalmar Schacht basaba su plan de reconstrucción económica de Alemania precisamente en la industria naval y...la caza de ballenas. Para conocer un poco mejor a Hjalmar Schacht vale recordar que fue uno de los principales responsables de contactar personalmente a Adolf Hitler con un importante y fructífero grupo de industriales alemanes y que para 1936 ocupaba un cargo de ministro en el gabinete nazi. Schacht fue el impulsor directo de la organización de la flota ballenera de la Alemania nazi y el propulsor de las acciones y medidas que desbancaron del negocio ballenero y sus derivados al gigante conglomerado anglo-holandés Unilever (mayor comprador mundial de aceite de ballena por aquel entonces). Schacht bloqueó las ganancias de Unilever en Alemania y amenazó al gigante Unilever con reducir su cuota de importación de margarina si no financiaba (Unilever) la construcción de la flota ballenera nazi. Finalmente Schacht optó por quedarse con Onassis, quien en su buque factoría "Olimpic Challenger" tenía como capitán a un oficial de la Kriesgmarine, la Marina de Guerra de la Alemania nazi. De todos modos, Hjalmar Schacht, y a pesar de unirse a la flota de Aristóteles Onassis, no había dejado pasar la oportunidad para abrir "otro frente" y asesorar personalmente a Ryan y a Perón.
Y un dato más... fue el mismísimo Hjalmar Schacht quien se reunió con Eva Perón cuando ésta realizó su famosa y misteriosa "Gira del Arco Iris" por Europa en el año 1947. Casualidades. Meras casualidades.

Crónica de un final anunciado.
El buque "Juan Perón" rebautizado como "Cruz del Sur" en épocas de la Revolución Libertadora de 1955.


La historia del "Juan Perón", el buque ballenero / factoría más grande y ambicioso del mundo, símbolo de la desmesurada ambición de Juan Domingo Perón y consecuencia directa de los negocios sucios y poco claros y la participación de no pocos personajes de más que dudosa reputación, estaba llegando a un final anunciado. Había nacido mal y seguramente todo terminaría del mismo modo. En 1951 el buque es confiscado por el Banco Central de la República Argentina. El desenlace de esta trama es digno de una película de cine negro: el buque "Juan Perón" estaba inscripto a nombre del propio Ryan y así las cosas es "adquirido" por el Estado Argentino por órdenes de Perón (¿y el dinero quién lo puso y a qué cuenta ha ido a parar?) en 1952 y en 1953 es transferido finalmente a YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) para ser utilizado como buque de transporte de combustibles. Sin embargo en otra movida muy poco clara, Perón volvió a insistir sobre el tema pesquero y finalmente en 1955, sobre el final de su segundo gobierno, firma importantes acuerdos pesqueros con el Grupo Krupp (uno de los principales grupos ecónomicos sostenedores de Hitler en sus años de "gloria"). Los acuerdos incluían extrañamente la utilización del "Juan Perón" nuevamente cumpliendo funciones de buque factoría con miras a la temporada pesquera de 1956/1957. Pero la llamada "Revolución Libertadora", régimen (también) militar y dictatorial como el de Perón, se encargó de que el segundo mandato de Perón no llegue a buen térrmino y el derrocamiento del líder Justicialista hizo que muchos planes y proyectos, también el de la continuidad del "Juan Perón" como buque ballenero / factoría, queden truncos.
La "Revolución Libertadora" derrocadora de Perón, cambió el nombre del buque rebautizándolo como "Cruz del Sur" para comenzar a utilizarlo exclusivamente como transporte de combustible hacia los puertos argentinos.

El imponente buque ballenero "Juan Perón".


Tras pasar por varias manos, el buque culmina sus días en Argentina amarrado y fuera de servicio, cosa que sucedió en 1963. Fue vendido varias veces y enarboló repetidamente la bandera nacional de muchos países.
Veamos a continuación, en resumidas cuentas, la historia de principio a fin del buque "Juan Perón":
1951. Octubre. Construido para la Compañía Argentina de Pesca (Argentina) a un costo de ₤ 2,8 millones.
1952. Febrero. Transferido a la Flota Mercante del Estado (Argentina) y amarrado en Buenos Aires.
1953. 15 de Marzo. Vendido a YPF  (Argentina) en $ 70 millones.
1955. Re bautizado "Cruz del Sur".
1967. Rematado en U$S 810.000 a Fluor Corporation (Middle East Fluor S. A. de Panamá) (Liberiana).
1968. Vendido a Southern Cross Operating Co Ltd de Liberia (adm. Fluor Corporation de Los Angeles) para ser convertido en buque de perforaciones petroleras pero utilizado como buque tanque administrado por Hendy International Co.
1969. Cortado y convertido en 2 unidades en Yokohama. Con la proa se construyó en el astillero Mitsubishi H. I. una barcaza sin propulsión destinada a perforaciones (446 x 40 x 28) 9.457 TRG bautizada "Western Offshore VII".
1972. Registrada por Fluor Corp.
1989. Re bautizada "Ismaya" y utilizada como pontón.
1974. Con la sección de popa se construyó una unidad de perforaciones petroleras en un astillero de Taiwán. Bautizada "Western Offshore VIII".
1985. Transferido a la Western Offshore Drilling & Exploring Co. (Fluor Drilling Services Inc. mngr)
1988. Vendida  a Frigg Shipping Ltd (J. Lauritzen A/S, mngr) re bautizado "DeepSea Duchess".

El "Juan Perón", el más grande buque ballenero / factoría de aquellos años, el símbolo de la megalomanía galopante del presidente Perón, pasaba así sin pena ni gloria, sin haber sido útil a la Argentina casi en ninguno de los proyectos trazados, pero siendo un firme estandarte de los negocios sucios que involucran al poder. El buque "Juan Perón" ha sido el símbolo de una historia oscura, corrupta, ambiciosa y que nada tuvo que ver con los deseos de bienestar y progreso para la Nación Argentina, pero que sí fue la concreción de negocios que el gobierno nacional, Perón puntualmente, hizo no sólo usufructuando dinero que no le pertenecía, sino además rodeándose de personajes que lisa y llanamente deberían haber estado, por aquel entonces, en la cárcel, unos como delincuentes económicos y otros (los más) como socios y financistas de criminales de guerra.



Bibliografía y textos consultados:
- Clarin.com - Edición digital 18 de Junio de 2000
- "Últimas noticias de Perón y su tiempo" (Rogelio García Lupo - Vergara, Grupo Zeta - 2006)
- FlotaYPF.com.ar