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viernes, 28 de junio de 2019

domingo, 14 de octubre de 2018

Submarinos nazis y Hitler en la Argentina: entrevista a Marcelo García en "Tiempo Libre" AM550 de Neuquén


Entrevista completa del sábado 13 de septiembre de 2018 a Marcelo García en el programa "Tiempo Libre", por radio AM550 La Primera, de Neuquén, conducido por Sergio Sarachu.
Todo sobre la llegada de submarinos nazis y Adolf Hitler a la Argentina.

Audio de la entrevista:

sábado, 13 de octubre de 2018

Historiador precisó el día en que Hitler llegó a Santa Cruz

Historiador precisó el día en que Hitler llegó a Santa Cruz (Artículo publicado en www.mejorinformado.com, sábado 13 de octubre de 2018)
Con documentos desclasificados del FBI, el historiador Marcelo García dijo que está probado que los máximos jerarcas nazis llegaron al país.





El historiador y escritor Marcelo García aseguró que “hay un documento desclasificado del FBI norteamericano que prueba que Adolf Hitler desembarcó el 20 de junio de 1945, junto a dos mujeres, en Puerto San Julián, provincia de Santa Cruz.

En declaraciones al programa “Tarde Libre” de AM 550, agregó que el conocimiento público de los documentos de las inteligencias norteamericana e inglesa “permite reconstruir lo que fueron las misiones de submarinos alemanes a las costas” de la provincia de Buenos Aires y de la Patagonia.

“Uno de esos submarinos fue el que llevó a Hitler a San Julián”, según el documento del FBI. A su vez, García reclamó que “a 70 años de aquellos hechos, la Armada Argentina no ha desclasificado sus propios documentos” sobre la presencia de embarcaciones sumergibles alemanas tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.

De acuerdo con la documentación con que cuenta el historiador, se realizaron tres misiones de submarinos alemanes a las costas argentinas denominadas “Vuelo del águila” (que incluyó aviones), en 1943; luego la llamada “Tierra del Fuego” (en 1944) y la última, “Ultramar Sur” (en 1945) a “meses de haber terminado la guerra, cuando dos submarinos llegan a Puerto San Julian y desembarcan Hitler acompañado de dos mujeres, un médico y unas cincuenta personas”.

Personalmente, aseguró García “no hay ninguna demostración física de ningún tipo que demuestre que Hitler se suicidó en el búnker en Berlín” y agregó que “la famosa foto donde supuestamente aparece muerto es en realidad Ferdinand Beisel, que era uno de los 20 dobles que se utilizaban para proteger” al líder nazi. Además, agregó que “también está documentado que Josef Stalin les dijo a norteamericanos y británicos en Yalta, cuando se reúnen los aliados después de la guerra, ´Hitler huyó a la Argentina”.

Por su parte, también en el mismo programa de AM 550, el reconocido buzo profesional Tony Brochado confirmó testimonios de la presencia de Hitler en la Patagonia. Indicó que en un trabajo de investigación “con un equipo de History Chanel recorrimos las costas y localidades de la Patagonia donde se avistaron submarinos alemanes” y se reconstruyó “el recorrido de Hitler por estas tierras, para luego continuar por Chile y finalmente en el Paraguay”.

Nota original:
https://www.mejorinformado.com/regionales/2018/10/13/historiador-preciso-el-dia-en-que-hitler-llego-santa-cruz-44224.html


domingo, 19 de agosto de 2018

Video: presentación del libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" en Tandil

El viernes 10 de agosto de 2018 tuvo lugar la presentación del libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" (Marcelo García - Sudamericana) en la Sala Sábato de la 15º Feria del Libro de Tandil. Aquí el video completo.


viernes, 17 de agosto de 2018

La Argentina nazi fascista del GOU y Perón: "Me llamo Ester, sin H"



Para un periodista de la historia, pocas cosas deben tener tanto valor como un documento cuando se trata de investigar. Claro que esos documentos no siempre se presentan en formato de papel, a través de una fotografía o un libro para consultar.
Muchas veces esos documentos son la gente, una simple persona con su historia, pequeña y enorme a la vez, pero singular. Y lo que cuenta no se lo contó nadie. Tampoco nadie le dijo que no lo tenía que contar. Lo vivió en carne propia y -tal vez- también lo sufrió.
Durante la 15º Feria del Libro de Tandil, tuve la posibilidad de conversar con una lectora. Una señora mayor que se acercó para que le firme un ejemplar de mi libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler". Ella me hizo un regalo inesperado y se transformó en un documento vivo de la historia de nuestro país.

Al preguntarle su nombre, me dijo Ester y cuando le consulté si se escribía con H, me respondió: "No, sin H. Yo nací en 1944 en pleno gobierno del GOU, y cuando mi padre fue a anotarme le impidieron nombrarme Esther con H porque -adujeron- ese era un nombre judío".
Para quienes se empeñan en negar aquel pasado oscuro de la Argentina, los de aquellos días en que se levantaba una Nación nazi fascista desde las sombras, vaya este testimonio que ahora es también parte de la historia oficial.

Marcelo García


martes, 14 de agosto de 2018

Presentación de "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" y firma de ejemplares en Tandil

El viernes 10 de agosto de 2018, en la 15º Feria del Libro de Tandil, tuvo lugar la presentación de "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler". La conferencia se llevó a cabo en la Sala Sábato de la Cámara Empresaria y luego hubo oportunidad de conversar con los lectores y firmar ejemplares del libro en el stand de Alfa Librería / Penguin Random House.
Un agradecimiento especial a Ludmila Keegan y Alicia Laco, de Alfa Librería, por la invitación a participar del evento.







lunes, 13 de agosto de 2018

Entrevista a Marcelo García sobre "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" en El EcoTV de Tandil

Entrevista a Marcelo García sobre el libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" (Sudamericana - 2017) en el noticiero central de El EcoTV de Tandil, jueves 9 de agosto de 2018. El reportaje fue en la previa a la presentación del libro y firma de ejemplares llevadas a cabo en la 15º Feria del Libro de Tandil.

viernes, 27 de julio de 2018

Ernst Hanfstaengl y el consejo antisemita de Churchill para una reunión con Hitler que pudo ser y nunca sucedió

En 1932 Ernst Hanfstaengl pensó que una reunión entre los jóvenes Winston Churchill y Adolf Hitler era posible. Pudo haberse concretado en Münich, pero nunca sucedió. Lo único que consiguió fue una secreta confesión antisemita del británico. Esta es la historia.


Winston Churchill, Ernst Hanfstaengl y Adolf Hitler.


Ernst Hanfstaengl nació el 2 de febrero de 1887 en Münich, Alemania. Sin embargo, no era un alemán más. "Putzi", tal el apodo por el que siempre se lo conoció, era hijo de un rico curador de arte alemán y una estadounidense, que -además de ser un destacado periodista, editor y músico- tuvo gran influencia en la llegada al poder de Adolf Hitler durante los complicados días de posguerra en la República de Weimar.

Hanfstaengl pasó sus primeros años en Alemania y luego se trasladó a los Estados Unidos, donde gracias a las raíces familiares, cultivó buenas amistades e importantes contactos. Su madre Katharine Heine Guillermina, era hija de William Heine, primo de John Sedgwick; mientras que su padrino era el duque Ernst II de Sajonia-Coburgo-Gotha. "Putzi" asistió a la Universidad de Harvard y al mismo tiempo se convirtió en un talentoso pianista que compuso varias canciones para el equipo de fútbol de Harvard, que incluso, años más tarde, serían usadas también por el Partido Nazi en Alemania.

Hanfstaengl era un hombre alto, de aspecto rudo, de cuerpo macizo y desgarbado con 1,9 metros de altura, pese a lo cual siguió usando su apodo de "Putzi", que en alemán se usa para referirse a un "pequeñito". Pero claro, este hombre no era ningún "pequeñito" y tras volver a Alemania en 1922, oyó hablar a Hitler en una vieja cervecería de Múnich, momento a partir del cual su vida ya nunca más sería igual. Fue cuando un miembro de la Harvard Hasty Pudding Club que trabajaba en la Embajada de los Estados Unidos, le pidió a Hanfstaengl que observara la escena política en Münich; tras lo cual el agregado militar, capitán Truman Smith, sugirió que fuera a un mitin nazi para luego informar sus impresiones de Hitler. Hanfstaengl quedó fascinado. Vio en Hitler no sólo a un político nato, agresivo y radical; sino también a un genial orador que con un solo gesto y unas pocas palabras era capaz ade convencer al más variado auditorio. No tradó mucho en convertirse en uno de sus más íntimos y fieles seguidores, aunque de todos modos no se unió formalmente al partido nazi hasta 1931.

"Lo que Hitler fue capaz de hacer a una multitud en 2 horas y media no se repetirá nunca en 10.000 años", dijo Hanfstaengl en aquella oportunidad.


Ernst Hanfstaengl y Adolf Hitler en Oberzalsberg.


Durante gran parte de la década de 1920, Hanfstaengl presentó a Hitler a la alta sociedad de Münich y ayudó a pulir su imagen actuando como una especie de asesor de imagen. También ayudó a financiar la publicación de la biblia nazi "Mein Kampf" de Hitler y el periódico oficial del NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán), el Völkischer Beobachter. Hitler, dicho sea de paso, fue el padrino de Egon, su hijo. Entre otros aportes para los nazis, "Putzi" escribió la música para la marcha de los camisas pardas como las marchas de las Juventudes hitlerianas imitando las canciones de fútbol de Harvard. Posteriormente, ideó el célebre "Sieg Heil", muy coreado al vivo grito en las grandes concentraciones nacionalsocialistas. Hanfstaengl incluyó entre sus amigos durante este período a Hanns Heinz Ewers y compañeros del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán como el periodista Kurt Ludecke. Aunque entre los más importantes entre sus amistades y contactos personales estaban en realidad todos los más altos jerarcas nazis, como Heinrich Himmler, Hermann Göering y Joseph Goebbels, mientras que a otros los llegó a odiar hasta la médula, tal el caso de Alfred Rosemberg.

De hecho, Hanfstaengl era un verdadero idealista del nacionalsocialismo que nunca comulgó con el antisemitismo galopante del partido. Así se lo hizo saber, en la cara, reiteradas veces a Hitler. Años después, sufriría las consecuencias.

De buen dominio del inglés, con muchas conexiones con la alta sociedad, tanto en Alemania como en Inglaterra y Estados Unidos, se convirtió en jefe de la Oficina de Prensa Extranjera en Berlín. Aparte de esta posición oficial, la mayor parte de su influencia se debió a su amistad con Hitler, que gozaba escuchando a "Putzi" tocar el piano. Durante largos años y tras la llegada de Hitler al poder Hanfstaengl buscó por todos los medios llevar a Hitler a la "normalidad". A veces presentándole las más bellas y refinadas mujeres para que entablara una relación seria y personal y otras procurando alejarlo de las afiebradas mentes de los efectivos más fanáticos del partido nazi, como así también buscando que Hitler hiciera viajes al exterior para que "saliera de su burbuja" y se diera cuenta que lo importante era la cuestión mundial y no sólo la meramente continental. No logró nada de lo que se propuso. Uno de esos intentos, el más curioso, visionario  y ambicioso a la vez, es el que estuvo a punto de llevar al éxito cuando trató de juntar en torno a una misma mesa a Adolf Hitler y al -por entonces integrante de la Cámara de los Comunes británica-, el futuro Primer Ministro Winston Churchill. La irrupción de Hitler como figura de primer nivel enla política alemana -pero también de manera incipiente, europea - internacional- hizo que muchos se interesaran por el
Führer. Hanfstaengl había tenido oportunidad de conocer previamente a Randolph Churchill (hijo de Winston), quien le manifestó que su padre vería con buenos ojos conversar varias cosas de primera mano con el ascendente político alemán. En abril de 1932 Hanfstaengl y Hitler aterrizaron en el aeropuerto de Münich y se enteraron de que Winston Churchill estaba -en ese mismo momento- hospedado en el Hotel Continental de esa misma ciudad. Así surgió de inmediato la idea de Randolph Churchill y Ernst Hanfstaegl: reunir al político británico y al alemán.

La respuesta de Hitler a la propuesta lo pintó de cuerpo entero, y fue un anticipo de lo que estaba por llegar. Siempre reacio a escuchar otras opiniones sobre el tema que fuera, y siempre esquivo a una mirada internacional, Hitler le preguntó a Hanfstaengl: "¿De qué podría yo hablar con él?". El propio Hanfstaengl recuerda su reacción en su fantástico libro "Hitler, los años desaparecidos", al responderle: "Herr Hitler, yo iré a cenar con ellos y usted podría venir más tarde, como si fuese a buscarme a mí y así se quedaría a tomar un café".

Hanfstaengl, Hitler y jerarcas nazis.


Hitler, por supuesto, nunca llegó. Sigue recordando Hanfstaengl: "Nos sentamos a cenar aproximadamente a las diez de la noche. (...) Charlamos de diferentes cosas y luego Mr. Churchill me formuló algunas preguntas acerca de las ideas antisemíticas de Hitler". Churchill, según "Putzi", le prestó mucha atención y luego comentó poniendo en palabras su propias ideas racistas cercanas a las de Hitler: "Dígale a su jefe de mi parte que el antisemitismo puede ser un buen punto de partida, pero que en cambio es una mala etiqueta".  Lo que se dice, cuidar las formas de una elegante manera británica. Finalmente, dijo Churchill llevando una copa de cognac tan cerca de su boca para que nadie más lo llegara a escuchar: "Dígame Hanfstaengl, ¿qué piensa su jefe de una eventual alianza de su país con Francia e Inglaterra".

Corría 1932. La reunión entre Hitler y Churchill que puso ser y nunca se concretó, podría haber cambiado definitivamente el rumbo de la historia y salvar millones de vidas ahorrándole el peor drama a toda la humanidad.

Mientras el NSDAP consolidaba su poder, surgieron varios conflictos de intereses entre Hanfstaengl y el nuevo Ministro de Propaganda Joseph Goebbels ya que sus funciones se sobreponían y perdió no solo influencia, sino que se decepcionó profundamente de Hitler y del NSDAP. Hanfstaengl fue retirado del gobierno de Hitler en 1933. El encono de Hitler no se haría esperar. En 1937, Hanfstaengl recibió órdenes de lanzarse en paracaídas en una zona en poder de los sublevados en la Guerra Civil española, para ayudar en las negociaciones. Mientras, a bordo del avión temía un complot contra su vida y supo más detalles sobre el piloto de la misión; finalmente éste le admitió que había recibido la orden de lanzarlo sobre territorio republicano, lo que habría significado una muerte casi segura. Hanfstaengl convenció al piloto de que le dejara escapar.

Emigró a Suiza y luego a Inglaterra, donde fue encarcelado como enemigo extranjero después del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Más tarde fue trasladado a un campo de prisioneros en Canadá. En 1942, Hanfstaengl fue entregado a las fuerzas de Estados Unidos y a cambio de su libertad, trabajó para el presidente Franklin D.Roosvelt en el "Proyecto S", revelando información sobre aproximadamente cuatrocientos líderes nazis. Presentó 68 páginas de información sobre Hitler, incluyendo datos personales de la vida privada de Hitler, y ayudó al profesor Henry A. Murray, el director de la clínica psicológica de Harvard, y al psicoanalista Walter C. Langer y otros expertos para crear un informe para la OSS, en 1943, denominado "Análisis de la personalidad de Adolf Hitler." En 1944, Hanfstaengl fue devuelto a los británicos, que le repatriaron a Alemania en el final de la guerra sin sufrir nuevas detenciones. Hanfstaengl escribió Unheard witness (Testigo de primera mano) (1957) sobre sus experiencias. En 1974, asistió a su 65º reunión de Harvard, donde fue galardonado con la banda de la Universidad de Harvard acerca de los autores de diversas canciones de lucha en Harvard. Su relación con Hitler no fue mencionada.

Falleció en 1975, a la edad de 88 años sin que su historia fuera del todo conocida en relación a Hitler.



Marcelo García



Fuente de consulta: "Hitler, los años desaparecidos" - Ernst Hanfstaengl - Luis de Caralt editor - Barcelona, España. 1960.



viernes, 29 de junio de 2018

Marcelo García presenta "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" en la 15º Feria del Libro de Tandil

Marcelo García presenta su libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" (Sudamericana) el viernes 10 de agosto de 2018 a las 17:00 hs. en la Sala Ernesto Sábato, de la 15º Feria del Libro de Tandil.
Más información: http://feriadellibrotandil.com.ar/la-agente-nazi-eva-peron-y-el-tesoro-de-hitler-de-marcelo-garcia/



#FeriadelLibroTandil2018 #15añosabrazandolapalabra
@FeriaLibrosTand @megustaleerarg

miércoles, 27 de junio de 2018

"Populismo en América Latina" Episodio 2, La Argentina de Perón, con Marcelo García


"Populismo en América Latina" - Episodio 2: La Argentina de Perón.
Realizado por Emmanuel Amara, Olga de Orellana y Javier García Mata, para La División, México, 2018.
La serie de 5 capítulos, estrenada por Amazon Prime Video el 25 de junio, tiene como objetivo describir el clima político sobre el populismo en toda la región y comparar a los políticos que han usado este discurso. El capítulo dedicado a la Argentina contó con la participación de Marcelo García.

Ya disponible en Amazon Prime Video. VER AQUI

martes, 20 de marzo de 2018

La misión de Osmar Hellmuth, Perón y los nazis


El gobierno argentino desea saber si Alemania y Japón están preparados para defender con la presencia de U-Boots las costas de Argentina y Chile. (…) Como demostración de la sinceridad con la que se maneja el gobierno argentino, se ha comprometido ante nosotros a tomar medidas represivas únicamente contra agentes de los Aliados”.

Comunicación de Hans Harnisch, agente de la Abwehr en Argentina, 
a Adolf Hitler y Joachim von Ribbentrop. Julio de 1943 
“Consultation among the american Republics with respect to the Argentine situation”
Memorandum of the United States Government Washington, D.C. – Publicado en Febrero de 1946.

Osmar Hellmuth, Siegfried Johannes Becker, Juan Domingo Perón y Walter Schellenberg.


Juan Domingo Perón y la misión secreta para que uno de sus enviados parlamentara en persona con Adolf Hitler.

En enero de 1943 el coronel Juan Domingo Perón sacó provecho de la inesperada muerte del General Agustín P. Justo neutralizando el accionar de oficiales proaliados del Ejército, movida con la que también desalentó un posible foco opositor en ámbitos castrenses que podrían obstruír su camino hacia el poder.
A ese estado de cosas se sumó el inoportuno pedido de renuncia que el presidente Castillo le cursó previamente al Ministro de Guerra Pedro Ramírez, quien se perfilaba como firme candidato de la Unión Cívica Radical de cara a las próximas elecciones que pronto se iban a celebrar, además de ser uno de los hombres fuertes del GOU.
Apremiados por las circunstancias, alemanes y argentinos advirtieron entonces que había llegado la hora de tomar definitivamente el control y colocaron de facto al General Arturo Franklin Rawson en la presidencia de la Nación el 4 de junio de 1943. Según los golpistas, la aparente ventaja que tenía esa movida se sostenía en las gestiones llevadas adelante por el propio Rawson tratando de plegar a la (tradicionalmente proaliada) Marina Argentina al bando “neutralista” del GOU.
Pero si el golpe tuvo un marcado perfil antialiado y conservador, Rawson sin embargo cometió un grave error desde el inicio mismo; ya que desconociendo el terreno por el que transitaba propuso a varios aliadófilos para sus más importantes ministerios. Farrell y Perón estaban en completo desacuerdo con los nombramientos por lo que luego de tres días de inconsistente gestión enviaron un emisario para obligarlo a renunciar sin darle siquiera la más mínima opción. El General Pedro Ramírez formó nuevo gobierno con gente de su confianza, entre ellos el General Edelmiro Farrell como Ministro de Guerra y el Coronel Juan Domingo Perón como su secretario. La oficialidad filonazi finalmente había llegado al poder. (…)

(...) Pero pese a que los lazos entre Alemania y la Argentina parecían ser muy fuertes, nada pudo evitar que las negociaciones para conseguir armamento de los nazis llegaran a un abrupto final (…)

(…) Dada la complicada coyuntura, el presidente Pedro Ramírez informó al embajador alemán sobre su firme decisión de retomar las negociaciones interrumpidas, proponiendo designar como nexo entre las partes al Coronel Servando Santillana (Agregado Militar en la embajada argentina en Berlín) quien ya coordinaba el envío de fondos nazis hacia la Argentina abusando de la inmunidad que le confería su fuero diplomático. Sin embargo, el gobierno argentino abrió de manera incomprensible una vía paralela de negociación a través de Hans Harnisch (agente de la Abwehr y gerente de la firma “Boker & Cía.”), un personaje que tenía entre sus amistades al Almirante Mario Fincati, el Capitán Eduardo A. Aumann y también a Perón, resultando invalorable su experiencia junto a Siegfried Johannes Becker en el Sicherheitsdienst (SD o Servicio de Seguridad), de quien hablaremos a continuación.
Pero Harnisch no estaba solo y contaba con un inesperado colaborador: su nombre era Osmar Alberto Hellmuth. (…)

(…) Hellmuth coordinó una reunión entre Harnisch y el Coronel Enrique P. González (vocero del Presidente Ramírez) a mediados de 1943 con el objetivo de reinicar las negociaciones previamente interrumpidas y conseguir un salvoconducto que liberara un buque retenido en Gotemburgo (cuyo dueño era Aristóteles Onassis que ya tenía nacionalidad argentina), en el cual podrían transportarse las armas en una hábil maniobra difícil de advertir.
El gobierno de Hitler fue informado del encuentro a través de un radiograma en donde se dijo que “…el gobierno argentino cree que la guerra con otros países americanos sería inevitable si no se apega a los acuerdos alcanzados tras la Conferencia de Rio de Janeiro de 1942. El eventual enfrentamiento armado con un Brasil mejor equipado, no tendría posibilidades de éxito de no contarse con el apoyo político, económico y militar de las potencias del Eje. El gobierno argentino desea saber si Alemania y Japón están preparados para defender con la presencia de U-Boots las costas de Argentina y Chile, como así también para la provisión de artillería antiaérea costera, municiones, gasolina, licencias para fabricar elementos indispensables para el esfuerzo bélico y las fórmulas para la manufactura de diferentes materiales también útiles en la guerra. Como demostración de la sinceridad con la que se maneja el gobierno argentino, se ha comprometido ante nosotros a tomar medidas represivas únicamente contra agentes de los Aliados” (1) 
Luego Ramírez mejoró la oferta de alineamiento autorizando a Harnisch a revelar la idea de Perón sobre la conformación de un bloque antinorteamericano continental en coincidencia con el inicio de tratativas paralelas entre el gobierno y los alemanes, de las que participaron el General Alberto Gilbert (Ministro del Interior), Edelmiro Farrell (Ministro de Guerra), Erich Otto Meynen (representante diplomático de Alemania) y el General Fiedrich Wolf  (Agregado Militar en reemplazo del “expulsado” Niebhur), quienes estuvieron de acuerdo en enviar otro emisario a Europa para acordar los detalles finos del plan.

Nota de Siegfried Johannes Becker a Walter Schellenberg en la cual Perón le informa sobre 
la detención de Hellmuth. 12 de noviembre de 1943. (Foto: N.A.R.A.)


El carácter paralelo de las negociaciones y el desconocimiento absoluto de los diplomáticos alemanes sobre los roles de Harnisch y Hellmuth tendrían indeseadas consecuencias poco después, como se verá.
En septiembre de 1943 Hellmuth fue informado de su inminente viaje a Europa esgrimiendo como cubierta su asignación en Barcelona al puesto de Cónsul Auxiliar, tras lo cual fue presentado ante el mencionado Becker quien le informó que su primer contacto en el Viejo Continente sería Walter Schellenberg, Jefe del servicio de información y contraespionaje alemán.
Luego Schellenberg llevaría a Hellmuth ante Himmler y Hitler para informarles en nombre de Perón que la Argentina no rompería relaciones con Alemania de no mediar una insostenible presión de los Aliados, tras lo cual la ruptura llegaría de manera ficticia como pantalla ante la opinión pública internacional.
Cuando la embajada alemana supo de la participación de Harnisch, el escarmiento empezó a tronar. Ludwig Freude se opuso al nombramiento de Hellmuth proponiendo a cambio que la misión fuera asignada al Coronel Carlos Vélez (Agregado Militar en la embajada argentina en España), pese a lo cual el gobierno argentino hizo oídos sordos habilitando a Hellmuth sin advertir que ponían en completo peligro el éxito de la operación. Cuando la orden de posponer la salida de Hellmuth llegó a Buenos Aires desde Berlín, éste ya se había embarcado en su peligrosa misión. (…)

(…) Gracias a informes pasados por los delatores, Hellmuth fue detenido en la isla caribeña de Trinidad por los ingleses (informados por la inteligencia estadounidense desde Buenos Aires) en la madrugada del 29 al 30 de octubre de 1943, siendo trasladado a una prisión en Inglaterra en noviembre donde se vio irremediablemente obligado a confesar.
Entre sus pertenencias, una extraña nota iba a complicarlo aún más: la palabra “baker” (panadero) escrita al final de la misma fue relacionada por los interrogadores británicos con un intento de disimular el apellido de Siegfried Johannes Becker, el jefe del SD en Buenos Aires y cerebro junto a al coronel Juan Domingo Perón del arriesgado plan de los militares filo nazis argentinos para que su enviado mantuviera una entrevista porivada con Adolf Hitler.
La misión de Hellmuth implicó -por otra parte- una abierta violación de la Argentina a su compromiso previo de mantener una política neutral durante la Segunda Guerra Mundial, en consecuencia nuevos inconvenientes no demoraron en llegar. Tal como informó la inteligencia norteamericana, todo se trataba de “un plan premeditado de los gobiernos del Eje para tomar el territorio de la República Argentina como centro de sus actividades ilícitas”. (2) 



Tomado de "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" 
(Marcelo García - Sudamericana - 2017)




(1) Blue book on Argentina - Consultation among the american Republics with respect to the Argentine situation – Memorandum of the United States Government – Washington, D.C. – Febrero de 1946.
(2) “La Argentina ante el Libro Azul” - Argentina. Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto - Dirección de información al exterior, 1946.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Reseña de "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" en blog Perlitas de la Historia




Artículo sobre "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" en blog Perlitas de la Historia:
Existió una trama de acuerdos, traiciones entre la Alemania nazi y la Argentina de Perón, hubo negocios y operaciones que los vinculaban (documentos desclasificados del archivo Hoover)
Por Ale Dube


Los testimonios lo avalan y los documentos lo confirman, Perón , como es sabido tomó las ideas y acciones de Mussolini en Italia y Hitler en Alemania para levantar y movilizar a las masas en las que basó su poder y figura en los treinta años que presente o desde el exilio fue un factor decisivo en la politica argentina, se ha reconocido también la bienvenida y protección que les dio a jerarcas nazis luego de la segunda guerra mundial.

Ahora con la apertura de los archivos Hoover surgen nuevos documentos desclasificados por el FBI que fueron la llave, aunque por supuesto no han sido un limitante, sino por el contrario, la invalorable oportunidad de acceder a un nuevo abanico de posibilidades que sembraron el proceso investigativo con datos aportados por otras impensadas fuentes de información.

¿Cómo fue que se entrelazaron los caminos de estas tres figuras: Hitler, Hoover y Perón?Responder este interrogante nos lleva a cuestionar —lo que no implica negar totalmente— la historia que se ha contado desde siempre, escribiendo con una perspectiva crítica sobre los hechos y sus protagonistas para dar con sorprendentes revelaciones que hasta hoy no se habían abordado del mismo modo. A medida que avanzaba página tras página, en un archivo de más de setecientas densas carillas desclasificadas, la tarea se transformó en un laberinto de nombres, insospechadas sociedades, arteras traiciones, hábiles movimientos de distracción y monumentales operaciones de engaño, inimaginables hasta hoy", revela "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" ( Sudamericana), escrito por Marcelo García, que en forma análoga a su trabajo en Diario26 y en el blog HistoriasLadoB, revisa, cuestiona, confirma o corrige la historia oficial.

"Muchos investigadores tocaron el tema basando sus relatos en testimonios verbales y la declaración de testigos (a quienes este trabajo no pretende desestimar) sobre la vida que llevó adelante el Führer después que fuera orquestada su muerte con el propósito de permitirle escapar. Sin embargo, no es mi objetivo hacer un relato pormenorizado de la vida de Hitler en la Argentina, pero sí dar cuenta de la trama oculta y los hechos demostrados en los documentos sobre el perfecto conocimiento previo que tenían las máximas autoridades norteamericanas respecto de los planes, la exitosa concreción de una gigantesca conspiración de engaño mundial y las impensadas consecuencias que muchos de los principales actores involucrados llegaron a enfrentar", asegura su autor.

De lo anterior surgen preguntas inevitables: ¿qué datos tenía Hoover sobre un pacto entre allegados de Hitler y Perón? ¿De qué actividades, negocios y operaciones que relacionaban a la Alemania nazi y la Argentina peronista estaba al tanto la inteligencia norteamericana? ¿Qué descubrió y cómo reaccionó ante la trascendencia de semejante información?.

Surgen luego de la desclasificación de los archivos desclasificados del FBI de Hoover una La trama de acuerdos y traiciones entre la Alemania nazi y la Argentina de Juan Domingo Perón Tal como veremos, las respuestas dadas a estos interrogantes son las que marcan la gran diferencia entre otras anteriormente publicadas y esta nueva investigación.

Ya no se trata de sostener la hipótesis, carente de sustento, de que Hoover perseguía a Hitler con irreductibles intenciones de detenerlo, sino de dar otro giro al relato tradicionalmente aceptado demostrando que el director del FBI no pretendía atrapar al Führer en fuga, mientras que sí colaboró para que (con sus particulares métodos investigativos) los Aliados encontraran sobrados motivos que llevaron al posterior derrocamiento del presidente argentino Juan Domingo Perón.

Fue gracias al trabajo de los agentes de Hoover que los Estados Unidos estuvieron en inmejorables condiciones de saber sobre un laberíntico entramado de negociaciones secretas y operaciones encubiertas entre personajes claramente funcionales tanto para el régimen de la Alemania nazi como para el movimiento que se encolumnaba detrás de Perón en la Argentina, con el preciado objetivo de sentar bases firmes y apuntalar el futuro resurgir del nacionalsocialismo desde el exterior.


Con la debacle nazi consumada, esa sociedad dio lugar a un reacomodamiento de las fichas sobre un imaginario tablero en el que un desgastado Hitler comenzó a perder fuerza, influencia e interés, en tanto que Perón —envalentonado por las circunstancias— buscó hacer de la Argentina la nación rectora política, económica y militar en Sudamérica, tomando la posta dejada por la derrotada Alemania e intentando replicar sus políticas expansionistas en la región.

Muy atrás quedaron los supuestos beneficios que el régimen peronista alguna vez había representado para los norteamericanos como un válido freno al avance del comunismo en el sur de América. Hoover fue uno de los máximos responsables de darles a las autoridades gubernamentales norteamericanas los elementos necesarios para que se hicieran una acabada composición de ideas que los llevaron a comprender qué rol jugarían Hitler y Perón durante los complicados días de posguerra que estaban por llegar. El Führer era un hombre acabado, en tanto que no sucedía lo mismo con el “primer trabajador”.

Tal fue el peso del militar argentino y sus cómplices —Eva Duarte entre ellos— en la secreta operación inicialmente destinada a gestar un IV Reich desde el exterior que Hoover dispuso una política investigativa y un despliegue de agentes especialmente concebidos para la Argentina de Perón.


De todos modos, los asombrosos resultados de las operaciones de la inteligencia aliada no se limitaron a la toma de conocimiento sobre los detalles de una peligrosa sociedad que podría poner en jaque los intentos de dominación total de los Estados Unidos sobre el resto de América, sino que permitieron saber que Eva Perón también respondía a pie juntillas las órdenes de una poderosa organización en las sombras, que la tenía como una de sus más destacadas colaboradoras desde 1941, encomendándole poner a salvo  parte del legendario tesoro nazi ante los sorpresivos avances y el artero intento de expolio pretendido por Perón.

Bien vale entonces aceptar el desafío y leer sin preconceptos sobre un reguero de muertos a lo largo del camino, pistas falsas plantadas para despistar, datos fidedignos y el accionar de fabuladores, soplones, aventureros, gente confiable e informantes solitarios cuyos caminos se han cruzado tantas veces sin poder diferenciarse.

Treinta años después de acalladas las bombas que destruyeron los últimos vestigios del III Reich alemán, y pasadas tres décadas desde que los Aliados informaron sobre la nunca demostrada muerte de Hitler en Berlín, aún resonaba el estruendo.

Clarence Kelley —director del FBI entre el 9 de julio de 1973 y el 15 de febrero de 1978—, tercero en la línea de sucesores tras la muerte de Hoover, reclamaba por importantes documentos sobre el Führer, extrañamente faltantes de los archivos del Bureau, según puede leerse en el memorando del 23 de mayo de 1975. Mientras que el 11 de junio aún solicitaba la aparición de dossiers perdidos que le habrían permitido realizar reveladoras pericias caligráficas sobre cartas sospechadas de haber sido escritas por Hitler mucho tiempo después del final de la guerra, dejando suspendido en el aire un insondable y misterioso final.

Mientras una leyenda cuenta que Hitler murió el 13 de febrero de 1962 en la Argentina a los setenta y tres años, y otra dice que habría fallecido en 1971 escondido en un remoto lugar del Paraguay, muchas otras cosas en cambio sí se pueden demostrar.

Hoover supo por anticipado que Hitler encontraría refugio en la Argentina de Perón. El presidente argentino buscó instalarse como árbitro del mundo y posible reemplazo del Führer desde su inaceptable Tercera Posición. Y Evita viajó miles de kilómetros al otro lado del arco iris poniendo a salvo millonarias fortunas de sus jefes nazis, evitando dejarlas en manos de un traicionero Perón.

Con la debacle nazi consumada, el tablero de la política internacional comienza a reacomodarse. Mientras Adolf Hitler, en el exilio, pierde fuerza e influencia, Juan Domingo Perón -alentado por las circunstancias- se propone erigir a la Argentina como una nación rectora de Sudamérica, tomando la posta de la derrotada Alemania e intentando replicar su ímpetu expansionista en la región.

¿Cómo pretende Perón financiar sus planes de dominación? Mediante el expolio de las millonarias fortunas que fueron secuestradas por el nacionalsocialismo alemán y pacientemente trasladadas hasta Buenos Aires. Su mayor obstáculo será nadie menos que su propia esposa, Eva Duarte, quien pondrá en acción sus poderosas conexiones para salvaguardar esos tesoros.

La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler nace del trabajo de investigación y consulta de cientos de documentos desclasificados -entre ellos, los de las pesquisas que mandó a hacer John Edgar Hoover cuando se encontraba al frente del FBI-, sobre los cuales el historiador Marcelo García construye una irresistible tesis destinada a entrelazar la inesperada y atrapante trama internacional de acuerdos y traiciones entre la Alemania nazi y la Argentina de Perón.

El resultado de este enorme trabajo es un libro que revisa uno de los misterios más magnéticos del peronismo desde una perspectiva nueva: la de los conflictos de intereses entre sus dos más grandes figuras.



Fuente:
García, Marcelo. La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler, Sudamericana, Buenos Aires, 2017.
http://www.megustaleer.com.ar/libro/la-agente-nazi-eva-peron-y-el-tesoro-de-hitler/AR18875

Publicado por Ale Dube en https://perlitasdelahistoria.blogspot.com.ar/2017/09/existio-una-trama-de-acuerdos.html?showComment=1511400533585#c8075201012654456476





lunes, 16 de octubre de 2017

Las mentiras del 17 de octubre

“Si el coronel Perón no fue parte del plan para su remoción, en un esfuerzo por hacerlo un mártir y por lo tanto más agradable para los votantes civiles, entonces su remoción será para mejor de los argentinos. Pocos sucesores podrían tener sus talentos demagógicos”.
Artículo de Arnaldo Cortesi, 
“New York Times”, 11 de octubre de 1945.

Perón da inicio a una de las más grandes farsas de la historia argentina: el 17 de Octubre de 1945.


Por más de 70 años, un aura romántica y misteriosa envolvió a hechos y protagonistas del histórico 17 de Octubre de 1945. Presionada, y en un claro intento de presentar los hechos como una espontánea demostración popular en favor del supuestamente detenido coronel Juan Domingo Perón, la dictadura fascista filo nazi argentina, se verá obligada a reinventarse mediante una insospechada movida destinada a simular un cambio para que nada cambie en realidad. Desde las sombras, y con el aporte de millones ingresados clandestinamente al país por los nazis, el "Día de la Lealtad" peronista fue pacientemente orquestado y se transformó en una de las más grandes farsas de la historia argentina. Todos los detalles, en este fragmento de uno de los capítulos de mi libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" (Sudamericana - 2017).


(...) Apenas había pasado un día desde el quincuagésimo cumpleaños de Perón, cuando el 9 de octubre un grupo de camaradas de la guarnición de Campo de Mayo exigió su renuncia ante Farrell, dando inicio una de las mayores operaciones de engaño de la historia argentina con una movida magistral que pretendió simular un cambio para que nada cambiara en realidad. En la designación de Oscar Nicolini al frente del Ministerio de Correo y Telecomunicaciones (llegado por recomendación de Eva Duarte), cierto sector del ejército creyó ver el primer intento de Perón por lograrlo.
La idea era simple: desde su puesto Nicolini podía manipular el recuento de votos de un futuro proceso electoral que Perón ya comenzaba a planear en su propio beneficio, siendo ese el detonante para que oficiales del ejército representados por el General Eduardo Ávalos presionara a Farrell pidiendo la dimisión del cuestionado vicepresidente y super ministro de la Nación.
Claro que detrás de la movida había un plan perfectamente orquestado, ya que -pese a verse obligado a renunciar- el 10 de octubre Perón pudo despedirse de “sus” trabajadores frente a la Secretaría de Trabajo y Previsión no sin antes anunciar un masivo aumento de sueldos y la implementación del salario mínimo vital y móvil, operación extrañamente coronada con el discurso del “renunciante” transmitido a través de la radio por el propio Nicolini en cadena a toda la Nación; para luego pasar por la Jefatura de la Policía Federal despidiéndose figuradamente del Coronel Filomeno Velazco y retirándose poco después con la más maravillosa música que hasta entonces habían escuchado sus oídos: no era la voz del pueblo argentino; sino la de los adictos agentes policiales que lo despidieron al grito de ¡viva Perón!.
Acto seguido, emisarios antiperonistas visitaron a Hortensio Quijano (Ministro del Interior) presionándolo para que relevara de la jefatura policial al filo nazi Velazco; sin advertir que –en otra hábil maniobra- se designaba en su reemplazo al Coronel Aristóbulo Mittelbach, otro fiel ladero de Perón.


Perón y Farrell activan la conspiración. Fieles seguidores de Perón.


Mientras el 11 de octubre el pueblo tomaba las calles reclamando por el mantenimiento de las conquistas sociales a punto de ser arrebatadas bajo la consigna de “fuera los nazis del gobierno” con el firme propósito de exigir la entrega del mismo a la Corte Suprema de Justicia; también había quienes estaban debidamente advertidos de la movida, entre ellos Arnaldo Cortesi (corresponsal del “New York Times” en Buenos Aires) encargado de hacer una acertada lectura de la situación al escribir “que el remedio -su forzada partida en manos del grupo de oficiales del ejército de quienes había derivado su poder- sea mejor o peor que la enfermedad peronista que él ha infligido al pueblo argentino, queda por verse. Si el coronel Perón no fue parte del plan para su remoción, en un esfuerzo por hacerlo un mártir y por lo tanto más agradable para los votantes civiles, entonces su remoción será para mejor de los argentinos. Pocos sucesores podrían tener sus talentos demagógicos” [1].
Su descripción de los hechos iba en perfecta  sintonía con lo expresado en un documento enviado por el Departamento de Estado norteamericano a funcionarios de la embajada y agentes del FBI apostados en Buenos Aires en el cual se informaba que “el fracaso en eliminar intereses e influencia de las potencias del Eje y una actitud benigna y simpatizante para con un reestablecimiento de la organización alemana y su influencia en las repúblicas americanas, son factores importantes en este análisis” –agregando que- “organizaciones argentinas y ciudadanos a título personal han expresado su condena a los abusos en contra de los derechos constitucionales y las libertades civiles. A importantes agentes nazis, de los cuales el Departamento (de Estado) posee abundante evidencia incriminatoria, se les ha permitido permanecer libres a pesar de las repetidas protestas hechas por este gobierno para que sean arrestados”.


¿Premonición? "Mañana llega Perón", avisan los simpatizantes peronistas durante el 16 de Octubre.


En esas complicadas circunstancias, el 12 de octubre nada pudo evitar la masiva protesta popular congregada frente al Círculo Militar; un hecho que inflamó los ánimos amalgamando a las Fuerzas Armadas contra los manifestantes mientras el variopinto espectro político se reunía con los representantes del régimen en busca de una salida consensuada tratando de evitar situaciones que luego se pudieran lamentar.
Mientras Vernego Lima vociferaba desde los balcones del Círculo Militar que “Todos los culpables de este estado de cosas serán castigados, empezando por Perón” y la jornada culminaba con refriegas generalizadas, heridos, detenidos y la muerte del Dr. Eugenio Ottolenghi a manos de la policía properonista; Perón y Eva encontraban refugio en una isla del Tigre, retirándose del centro mismo de la escena para mantener estratégicos encuentros con dirigentes gremiales con quienes acordaron la organización de un gran movimiento de agitación.
La casa [2] era propiedad de Rodolfo Freude, hijo de Ludwig Freude y cuñado del agente nazi Werner Koennecke (muy relacionado al Banco Germánico y testaferro de Himmler en la Argentina), integrantes de un tándem conocido por los más allegados como la “clique Freude-Perón”, cuyo principal objetivo en esa coyuntura fue el de construír la nueva imagen del militar y hacerlo más agradable para los votantes civiles” en una hábil jugada que estaban más que dispuestos a concretar.
Las primeras consecuencias de esas reuniones fueron el anuncio de la detención de Perón en la prisión militar de la Isla Martín García y la llegada de Juan Fentanes a la Secretaría de Trabajo y Previsión, cuyas posibles medidas presagiaban la pérdida de todas las conquistas sociales hasta entonces alcanzadas y la idea oculta de “hacer sentir la ausencia de Perón”, situación que llevó a que los dirigentes de la CGT (Confederación General del Trabajo) se reunieran determinando los próximos pasos a seguir dejando expuestas dos posturas claramente diferenciadas.
Si bien todos coincidían en la necesidad de reclamar por el mantenimiento de las conquistas sociales, la gran diferencia entre los sectores radicaba en que la postura oficial representada por el secretario general Silverio Pontieri no mencionaba -en ningún punto del documento- a Perón reclamando su regreso, mientras que los únicos que apoyaban al militar “desplazado” eran los sindicatos identificados como “autónomos” liderados por Cipriano Reyes; situación sanjada con el triunfo de la posición oficialista que convocó a un paro general para el día 18. Sin embargo Perón y sus adeptos en la central obrera acordaron por su lado una movilización para la jornada del 17.
El 16 de octubre se inició el “operativo retorno” cuando grupos organizados del gremio de la carne encabezados por Reyes marcharon desde Berisso y Ensenada a Buenos Aires pidiendo por el regreso del “detenido” Perón, mientras por su lado el gobierno orquestaba otra movida asegurando su presencia en el mismísimo lugar de los candentes acontecimientos trasladándolo entre gallos y medianoche desde el presidio de Martín García al Hospital Militar en la Capital Federal.


Primeras horas de la tarde del histórico 17 de Octubre de 1945.


A primera hora del 17 de octubre, el diario “Crítica” denunció desde su portada que “grupos aislados que no representan al auténtico proletariado argentino tratan de intimidar a la población”[3] anticipando los primeros ataques violentos perpetrados por peronistas tal como luego fue replicado en las páginas del “New York Times” dejando claro que “el Coronel Perón, quien hace sólo ocho días fue echado del gobierno argentino por el ejército y fue enviado como prisionero a la Isla Martín García, protagonizó un sensacional regreso hoy y confirmó quién es el “hombre fuerte” en Argentina. (…) Un gran grupo atacó al Diario Crítica, cuyas sirenas se hicieron oír en toda la ciudad en un infructuoso esfuerzo por atraer la atención hacia sí y conseguir ayuda. La policía, sin embargo, no se veía por ningún lugar”.[3] 
Poco después fue Arnaldo Cortesi (corresponsal del diario norteamericano) quien hizo otra acertada pintura de los acontecimientos al asegurar que el avance de los grupos armados peronistas le hizo recordar la “Marcha sobre Roma” de los “Camisa Negra” de Benito Mussolini.
Como fuera, el momento tantas veces esperado, finalmente había llegado.
Arreglos de última hora y febriles reuniones llevaron a Farrell a salir al balcón de la sede de Gobierno para anunciar el glorioso regreso de Juan Domingo Perón. Cuando faltaban cinco minutos para que terminara la noche del 17 de octubre de 1945, el abrazo sentido entre el Presidente de facto y el “regresado” Coronel le puso broche de oro a la monumental farsa para tomar el control y perpetuarse solapadamente en lo más alto del poder.
Claro que si algo faltaba para dejar expuesto lo ingenioso del plan, allí estaban -por supuesto- las palabras del propio militar. “Ya para entonces” -dijo Perón-  teníamos preparada a la juventud. No podíamos perder ninguna elección, eso estaba clarísimo. Cuando la noche del 17 de octubre llegué a la Casa de Gobierno, le dije a Farrell: ¡Vamos, llame de una vez a elecciones, hombre! ¿O quiere que nos arruínen la revolución?” [4] 


La dictadura y sus "nuevas formas". Perón asume la Presidencia de La Nación en 1946.


La histórica jornada culminó –figuradamente- cinco días después cuando Perón y Eva Duarte estamparon su firma en un modesto registro civil de la ciudad de Junín convirtiéndose en matrimonio que selló su “lealtad” frente a Dios en la ciudad de La Plata pocos días después.


Fragmento del capítulo 9 "Lealtad a Perón", del libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" (Marcelo García - Sudamericana - 2017)
Link del libro:




[1]  Artículo publicado en “New York Times” – Arnaldo Cortesi – 11 de octubre de 1945.
[2]  El mismo lugar en donde previamente los agentes del FBI descubrieron una de las estaciones de radio clandestinas.
[3]  Diario Crítica  - 16 de Octubre de 1945.
[4] Las memorias del General” – Tomás Eloy Martínez – Planeta – Argentina – 1996.

viernes, 6 de octubre de 2017

El lado B de la historia peronista: nota sobre "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" en TVShow.com.uy

El portal de noticias de Uruguay, tvshow.com.uy (Sección del diario El País), publicó un breve e interesante comentario sobre el libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" (Marcelo García - Sudamericana - 2017).




El lado B de la historia peronista.

Tiene un subtítulo tan ganchero como su título: “Los archivos desclasificados de Hoover. La trama de los acuerdos y traiciones de la Alemania nazi y la Argentina de Juan Domingo Perón”. El periodista Marcelo García debuta con un libro que, como es su costumbre, intenta revelar el lado B de la historia. A sabiendas del material con el que cuenta, García deja que los documentos hablen por él.

Link:
https://www.tvshow.com.uy/libros/libros-andan-redaccion-8.html

martes, 26 de septiembre de 2017

sábado, 9 de septiembre de 2017

Artículo sobre "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" en el Blog de la Historia


Publicado bajo el título "Eva Perón, considerada una agente nazi", el jueves 7 de septiembre de 2017 en El blog de la Historia. http://www.elblogdelahistoria.com




Eva Perón, considerada una agente nazi.

Bajo el título de “La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler”, Marcelo García nos ofrece un libro que no tiene desperdicio.
Aunque el libro es bastante fuerte y directo, y también hay que tener presente que toca dos de los temas más icónicos de la historia del siglo XX. Por un lado, el mayor ícono femenino de Argentina y por otro, el nazismo y la figura de Hitler. Ofreciéndonos una interesante tesis, aunque también arriesgada. No obstante, este libro tiene más que fundamentos. El autor a recogido cientos de documentos desclasificados del FBI para poner en pie su teoría.

Tampoco hay que olvidar que en esta ocasión la temática de Eva Perón podría desconcertar incluso a sus más fieles seguidores. Tal como anuncia el autor, quizás debido fundamentalmente a la ambición desmedida hacia los tesoros nazis. También debemos mencionar que no es la primera vez que se habla de la perfecta connivencia del gobierno nazi y el peronista. Recordemos también, tal como menciona el autor en “La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler” que la formación académica militar de Perón era simpatizante del nacionalismo y de sus constantes viajes a ciudades europeas.

Resumen de la agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler.
El autor nos habla del supuesto encuentro entre Evita y Hitler, en un viaje donde la protagonista también aprovecho para visitar varias entidades bancarias suizas. Gracias a Marcelo García podremos vivir un momento histórico plagado de luces y sombras, con muchos intereses políticos entre medio. Este escritor nacido en 1970, también es ilustrador y diseñador. Actualmente trabaja en Diario26, un portal periodístico pero además puedes visitar su blog HistoriasLadoB.blogspot.com.ar.

Fundamentos de la alianza Argentina-nazi.
Conocida como Evita, Eva Perón había realizado su viaje a Europa, supuestamente para fortalecer lazos diplomáticos y empresariales. Según los registros de muchos de los archivos suizos y las investigaciones de los considerados cazadores nazis, Evita estaba en realidad coordinando una red para ayudar a nazis a trasladarse a Argentina.

Por ello este libro que habla sobre la leyenda de las relaciones entre ambos personajes puede estar más que probada, aunque todavía existe interrogantes que deben contestarse. No hay que olvidar que los archivos suizos también indican que Suiza tampoco hizo nada por parar a los secuaces de Hitler o ayudar a colapsar al Tercer Reich. Y que esa antigua conexión suizo-argentino-nazi llegaría incluso hasta el presente. No hay que olvidar que el juez español Baltasar Garzón también saco a la luz la existencia de cuentas bancarias controladas por oficiales militares argentinos que dirigieron la llamada “Guerra sucia” que mato a miles de argentinos entre1976-83. En 1946, la primera oleada de fascistas derrotados se instalaba en la nueva Argentina y empezaron a saltar los rumores que los agradecidos nazis pagarían a Perón en agradecimiento, la campaña presidencial.

La figura de Evita con el nazismo.
Nacida en 1919 como hija ilegítima, Evita tuvo que prostituirse para sobrevivir pero quizás nunca pensara que llegaría tan alto gracias a sus amantes que sin duda le ayudaron a subir la escalera social. Pronto entraría en su vida el apuesto militar Juan Perón con el que se caso en 1945. Evita como segunda esposa, se convirtió en la "reina de los pobres", y la protectora de los descamisados, creando una fundación para ayudar a los más pobres. Pero los intereses inesperados que empezaron a llenar también su vida, le hizo también empezar a ayudar a los nazis. Sobre todo, por apoyar a su marido. El propósito secreto de su gran viaje a Europa apunta a la reubicación nazi.

Se sabe que la primera parada de Evita en su gira europea fue España, donde el Generalísimo Francisco la recibió con los brazos abiertos. La España de Franco fue una importante tapa temprana para los nazis que necesitaban un lugar para quedarse provisionalmente antes de continuar su viaje permanente hacia a América Latina o Oriente Medio. Para saber más te animamos a que leas el maravilloso “La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler” de  Marcelo García.



Link a artículo original:
http://www.elblogdelahistoria.com/2017/09/eva-peron-libros-considerada-una-agente.html


domingo, 3 de septiembre de 2017

jueves, 10 de agosto de 2017

Artículo sobre el libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" en Culturamas.es

Artículo sobre el libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" (Marcelo García - Sudamericana - 2017) en www.culturamas.es.
Por Juliano Ortíz. 8 de Agosto de 2017.



El título del libro es fuerte y directo. Proponer sin remilgos que la “Abanderada de los humildes”, quizás el mayor ícono femenino de la Argentina haya sido agente del nazismo es, en principio, temerario y muy categórico. Marcelo García, nos explica mediante un trabajo de investigación arduo, sobre cientos de documentos desclasificados del FBI, el posible accionar de Eva Perón y construye una arriesgada tesis en procura de comprender una parte de la historia que todavía tiene consecuencias en nuestros días.

También, por si no fuera poco, el autor, va más allá y propugna una idea que desconcertaría a muchos peronistas. La ambición desmedida de Juan Domingo Perón se dirigió hacia los tesoros del nacionalismo alemán que pretendían escapar a la victoria aliada. García nos dice que Eva podría haber sido la causante de que Perón no pudiera hacerse de esas enormes riquezas.

Bien es sabido, que hubo una gran connivencia entre el gobierno peronista y el régimen nazi, habiéndose encontrado miles de documentos que avalan los testimonios de muchos personajes que estuvieron implicados en la relación Buenos Aires-Berlín. La formación académica militar de Perón dentro de una institución en la que había mayoría de simpatizantes del nacionalismo, sus estadía en Italia y sus viajes por diversas ciudades de Europa, son ejemplos de una construcción lenta pero sin pausa de una relación constante con quienes serían, por un tiempo, dueños del mundo. En Argentina, fueron varios los empresarios y dirigentes alemanes que intentaron hacer negocios con el Estado argentino previendo una supremacía del nazismo en el mundo, y previendo además una hegemonía de Perón en toda Sudamérica.

En un capítulo muy polémico, García da cuenta de un supuesto encuentro entre Evita con Martin Bormann en Europa, sin la autorización de Perón, con el objetivo de negociar que parte del “tesoro nazi” que el presidente Perón había nacionalizado en Argentina, vuelva a manos del delfín del Führer. Es necesario aclarar que la historia oficial habla de la muerte de Bormann en 1945, con cadáver encontrado inclusive. A los fanáticos de la historia paralela o no oficial, esta explicación les resulta insuficiente abonando la idea de un escape de Bormann para terminar sus días en Argentina o Paraguay.

En ese viaje, Evita habría visitado también las entidades bancarias suizas en medio de un secreto que obvio ese detalle, dejando para la “comunicación verdadera”, una visita protocolar por Italia, el Vaticano, España y Francia. ¿Visitó realmente Suiza?, para Marcelo García hay documentación evidente que fue así. Queda en el lector cotejar datos, analizar esta historia, y hurgar en las otras historias que buscan dar una visión fehaciente de lo ocurrido con las más altas figuras del peronismo y los jerarcas nazis.

Con una buena dinámica y exactitud cronología, Marcelo García nos permite vivir un momento histórico que está plagado de luces y sombras, con muchos intereses políticos alrededor que todavía pretenden inclinar el relato según su conveniencia y que rondan como un fantasma los archivos que, de a poco, van dejando de estar vedados al conocimiento público.

Marcelo García nació en Buenos Aires en 1970. Dibujante, ilustrador y diseñador. Actualmente se desempeña como redactor periodístico en el portal Diario26. Volcado a la investigación histórica, dirige y edita HistoriasLadoB.blogspot.com.ar, donde revisa -cuestiona, confirma o corrige- la historia oficial. La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler es su primer libro.

Juliano Ortíz


Artículo original:
http://www.culturamas.es/blog/2017/08/08/la-agente-nazi-eva-peron-y-el-tesoro-de-hitler-de-marcelo-garcia/#.WYowiUpgUN4.twitter