domingo, 11 de marzo de 2012

El abrazo entre Eisenhower y Franco: el aval del "mundo libre" a la dictadura española

El obseno abrazo entre Eisenhower y Franco en la base aérea de Torrejón.

El 21 de diciembre de 1959 quedará por siempre grabado en la memoria como un día en el que el por entonces presidente de Estados Unidos, Dwight D. "Ike" Eisenhower y el dictador español Francisco Franco, se fundieron en un abrazo que dejó perplejos a propios y a extraños. Atrás quedaban el ostracismo y el oprobio de 1945. Para los norteamericanos, defensores de la libertad de los pueblos, poco y nada tuvieron que ver todas y cada una de las acciones de un Franco que supo ser aliado incondicional de Adolf Hitler durante la segunda guerra mundial. El presidente del "mundo libre" llegó a España sin ocultar un entusiasmo tan incomprensible como obseno. "Ike", tras bajar del avión,  se despachó con un discurso que como resumen dejó sus palabras de satisfacción "por cumplir uno de sus sueños. Llegar a España..."

Tras una breve visita que reunió a más de 500 periodistas (entre extranjeros y españoles), 10 autobuses para comitivas, 15 cabinas de transmisión para los medios de comunicación, 110 aparatos telefónicos para comunicar "la buena nueva" al mundo entero, siete líneas para fototelegrafiar, centenares de cámaras de televisión de los medios mundiales y a casi 1 millón y medio de españoles vitoreando el encuentro, el presidente norteamericano y el caudillo dictador español se abrazaron al pie de la escalinata del avión en la base aérea de Torrejón, cerca de Madrid, para sellar lo impensado: el formal apoyo de los Estados Unidos a la más sangrienta y feroz dictadura de la historia española.
Si faltaba alguna otra prueba para demostrar que Francisco Franco se había salido (parcialmente) con la suya, ahora los hechos se encargaban de eliminar la duda: España lograba cambiar el aislamiento al que había sido sometida desde finales de la segunda guerra mundial, por una complicada y dudosa integración al sistema diplomático, militar y (por supuesto) económico de occidente.

No importaba ya si Franco había apoyado a Hitler. No importaba si la nación que dice defender los derechos humanos en cada rincón del planeta hacía la vista gorda ante las atrocidades franquistas de la España de entonces. No importaba nada. Después de todo, al fin y al cabo, los Estados Unidos (de siempre) y la España (de Franco) estaban firmemente unidas por algo: su desbocada y frenética lucha contra el comunismo.

Para España llegaron grandes cambios que difícilmente puedan opacar lo obseno del encuentro: España logró entrar en la Organización mundial de la Salud, la UNESCO y la OIT, entre otras cosas. Rápidamente y tras este aval norteamericano a la dictadura de Franco, España viró bruscamente de una economía agrícola a una decididamente industrial. España también logró su ingreso al Fondo Mundial Internacional, el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación Económica Europea y finalmente logró mostrar "orgullosa" al mundo como su tasa de crecimiento anual real llegaba al 7% y cómo ingresaba al círculo "exclusivo" de los países con una renta por habitante superior a 2.000 dólares.
España quedó dividida una vez más (como si ya no lo estuviera). Tristemente dividida, entre los aduladores de las "supuestas mejoras económicas y el atropello al otro" y los españoles que aún soñaban con una patria en donde el respeto, la dignidad humana, la libertad y la unidad real fueran algo posible.

La poco decorosa memoria siempre tan selectiva norteamericana, una vez más exhibida en la máxima expresión. Los planes de eternizarse en el poder ilegítimo que ostentaba, vilmente utilizados como centro de la cáscara que pretendía mostrar un amor incondicional por España por parte de Franco, también elevados a la máxima potencia.
Ese abrazo, obseno y prepotente, entre Eisenhower y Franco, les costó caro a los españoles. Muy caro.

jueves, 8 de marzo de 2012

Thomas Watson y el Holocausto: Cuando Hitler quiso una lista de los judíos, IBM le mostró cómo hacerla

Adolf Hitler dialoga con amigos. A su izquierda, Thomas Watson, fundador de la IBM.

Thomas Watson empezó a hacer sus primeras armas en el mundo de los negocios como un modesto vendedor ambulante de máquinas de coser y pianos. Sabor a poco para alguien que años después esgrimiría como frase de cabecera que "si uno quiere ser mañana una gran empresa, debe empezar hoy mismo a actuar como si lo fuera". El camino ascendente de Watson en los negocios, comenzó en realidad en 1895, cuando contando con 21 años de edad, se unió a una de las compañías más rapaces de entonces, la NCR (National Cash Register), una empresa fabricante de máquinas registradoras. Durante más de 17 años Watson hizo de todo para convertirse en el vendedor estrella de la compañía, sin dudar a la hora de utilizar los métodos más bajos y viles para eliminar a la competencia, tales como incendios de locales, sobornos, utilización de patotas para intimidar, etc. En 1912 Watson y los suyos fueron acusados formalmente por el gobierno por conspiración criminal para restringir el comercio y establecer un monopolio. El monstruo se estaba gestando.

Años más tarde Watson renunció a su cargo en NCR y se unió a Charles Flint, presidente de la CTR (Compañía Tabuladora Registradora). Flint era otro conspícuo personaje sin escrúpulos que, además de haber sido uno de los primeros norteamericanos en tener un auto, se dedicaba a comerciar armas y buques simultáneamente a países que eran enemigos entre sí, como por ejemplo Japón y Rusia o Chile y Perú entre otros. Junto a Flint, Watson, también aprendió a perfeccionar el sistema de "Trust", por medio del cual a través de combinaciones empresarias y maniobras secretas destruían literalmente a la competencia. Thomas Watson era paternalista y fundamentlmente autoritario, incluso llegando a obligar a sus empleados el modo en que debían vestirse (con trajes negros y camisa blanca) y también ordenando que se componga una canción en su nombre para recibirlo en la empresa. El monstruo seguía creciendo...

A partir de 1924 cambió el nombre de CTR por el de IBM (International Business Machines) y desde entonces ya nada sería igual. Ni para él ni para muchos otros.
Entrada ya la década del '30, Watson comenzó a viajar asiduamente a Alemania, cosa que se hizo de manera regular y sistemática entre 1933 y 1939. La amistad y admiración mutuas entre Watson y los principales jerarcas del Partido Nacional Socilista, Hitler a la cabeza, hizo que entre otras colaboraciones Watson y la IBM llevaran adelante el censo de Alemania en 1933. Los datos arrojados por el censo y el pormenorizado trabajo de IBM le permitieron a Hitler contar con el primer listado completo de todos y cada uno de los judíos de Alemania. IBM siempre había sido presentada por Watson como "una compañía de soluciones". Hitler, por supuesto buscaba esas "soluciones" (finales) y Watson estaba empezando a dárselas.

La máquina Hollertih y Thomas Watson.

La eficiencia de Watson hizo que Hitler lo condecorara a través de Hermann Göering, premiándolo con la Cruz al Mérito del Aguila Germana, la máxima distinción del Tercer Reich para personalidades extranjeras (como Henry Ford, por ejemplo). Pero ese entusiasmo mutuo no se detendría allí, sino que eso sería el comienzo de la puesta en marcha de una infernal y siniestra maquinaria en la que los dos, Thomas Watson y Adolf Hitler eran los principales engranajes. Watson, ni bien empezada la segunda guerra mundial, buscó a través de intermediarios, que las más avanzadas máquinas de tabulación de tarjetas perforadas llegaran al Tercer Reich y de ese modo ofreció nuevamente "soluciones" a Hitler. Desde entonces la filial alemana de IBM, la Deustche Hollerith Maschinen Gesellshaft (Dehomag), diseñó y perfeccionó un complicado sistema de entrecruzamiento de datos, direcciones, cuentas bancarias, orígen etc. de los judíos de Alemania a través de las tarjetas perforadas Hollerith pero adaptadas a sus nuevas necesidades. De este modo es que Hitler comenzó a "automatizar" la persecución de judíos, gitanos, religiosos y otros inadaptados sociales (según su punto de vista), para después poder confiscar sus bienes, deportarlos, utilizarlos como mano de obra esclava o bien confinarlos en los campos de concentración de manera mucho más sencilla y efectiva.

Esas mismas tarjetas perforadas se utilizaban en los campos de concentración. Al ingresar cada prisionero recibía un número de identificación Hollerith. Las tarjetas eran rectangulares, de trece centímetros de largo y 8 de alto, estando divididas en columnas numeradas con perforaciones en cada hilera. Había en total 16 diferentes categorías de tarjetas según la ubicación de las perforaciones, estando asignados números según el tipo de prisioneros. Así, los judíos tenían el número 8. los homosexuales el 3, los gitanos el 12 y los "antisociales" el 9, sólo por nombrar a algunos. Dado ésto, podemos decir que estas tarjetas eran ni más ni menos que códigos de barras para seres humanos.

La tarjeta perforada Hollertih.

Al respecto el escritor Edwin Black, autor del libro "IBM y el Holocausto" ha dicho de manera magistral que: "cuando Alemania quiso una lista de los judíos, IBM le mostró cómo hacerla".

Watson, sin embargo, seguiría mostrando la hilacha. Ni bien ingresados los Estados Unidos a la segunda guerra mundial, devolvió la condecoración entregada por Hitler, intentando comenzar a limpiar su prontuario.
La historia dice además que ningún ejecutivo de la IBM fue llevado por los aliados al banquillo de los acusados en los juicios de Nuremberg.
Watson, tras finalizar la guerra, descubrió no con poca satisfacción que la fábrica de IBM en Alemania no había recibido ni un rasguño ni de parte de los bombardeos alemanes ni del lado de los aliados. Zona protegida.
El magnate empresario norteamericano también encontró una muy buena manera de demostrar su cinismo al finalizar la contienda, ofreciendo sus servicios y "soluciones" a los aliados para participar con IBM en la sistematización de la reconstrucción de las zonas devastadas por la guerra.
El sistema de las tarjetas Hollerith, aunque con las lógicas actualizaciones, ha sido el mismo utilizado en las controvertidas y fraudulentas elecciones presidenciales de los Estados Unidos del año 2000 en las que resultó sugestivamente triunfador (en medio de denuncias de fraude) George W. Bush.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Buenos Aires, 1938: el mayor acto nazi fuera de Alemania celebrando la anexión de Austria al Tercer Reich


Tras el ataque de la Alemania nazi provocando la anexión de Austria al Tercer Reich, el 12 de marzo de 1938, las reacciones en Argentina no se hicieron esperar. Los hitleristas nazis (entre los que había alemanes y austríacos argentinos) identificados como el "Landesgruppe" se congregaron en el Club Alemán de Buenos Aires (Argentina), donde reunieron a 3.500 personas, con la intención de sumar a los simpatizantes del Nacional Socialismo vernáculo al plebiscito organizado por Adolf Hitler para avalar la anexión austríaca al Tercer Reich (Anschluss). No lo lograron, pero siguieron con sus intentos y finalmente sorprendieron al mundo con un impresionante acto celebrado en el Luna Park de Buenos Aires, uno de los centros de reunión más importantes (incluso hoy en día) de la Argentina.
El hecho tuvo lugar en el emblemático lugar de la Capital Federal el 10 de abril de 1938, contándose la asistencia de 20.000 personas con gran despliegue de banderas argentinas y emblemas del Tercer Reich con cruces esvásticas y estandartes, en el que fue el mayor acto celebrado por el nazismo fuera de las fronteras de Alemania en toda su historia.


Al acto nazi asistieron en aquella (tristemente célebre) jornada, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires; Manuel A. Fresco y el ministro de gobierno, Roberto J. Noble, quien en 1945 sería el fundador del Diario "Clarín". Fresco y Noble eran notables simpatizantes del nazismo y las potencias que conformaban el Eje y entre sus más destacadas acciones de gobierno se destaca la clausura en 1937 de las escuelas obreras judías existentes a lo largo y a lo ancho de la provincia de Buenos Aires. Por otro lado, tanto Fresco como Noble eran quienes más apoyaban a los grupos de choque fascistas que merodeaban por la Capital Federal en zonas de alta población judía.

Las fotos de la época son por demás elocuentes. El inmenso lugar, en pleno Buenos Aires, y a la vista de todos, "vestido de fiesta nazi" provocadora, insensible y repugnante.



martes, 6 de marzo de 2012

Los SS norteamericanos en Afganistán

Los SS norteamericanos en Afganistán.

Afganistán. Noviembre de 2010. Base (una de las tantas) norteamericana en una zona del mundo en donde una vez más la gente de la bandera de barras y estrellas ha metido sus narices para ver qué tajada puede sacar. El Marine Corps de Estados Unidos, supo de inmediato de esta lamentable fotografía. Diez soldados ignorantes de toda ignorancia posando con dos banderas: la norteamericana y la de las SS, o lo que es igual, la Schutzschaffel, guardia pretoriana de Adolf Hitler.
Lo hermético del círculo de protección de los Marines Corps impidió que esta imagen patética se diera a conocer con la premura que merecía el caso, pero unos soldados anónimos las vieron circulando por la base y decidieron presentarlas directamente a la Fundación por la Libertad Religiosa en el Ejército, desatando la polémica para que todo el mundo se entere.
La ofensa no sólo llega a los prácticamente 14.000 efectivos judíos del ejército norteamericano, sino que afecta a todos por igual. No hay modo a esta altura del partido que alguien aduzca "ignorancia sobre el tema de las SS y el Holocausto" tal como expresó este grupo de soldados, amparados por su jefe, el comandante James Amos.

El secretario de Defensa, Leon Panetta, ordenó una rápida investigación pero el comandante James Amos, superior de los soldados de la foto, adujo muy suelto de cuerpo que "el comando local al que los marines en la foto fueron asignados investigó el caso en noviembre (N.de la R.: en 2011). Se determinó que los marines en la foto ignoraban la conexión de este símbolo del Holocausto y las atrocidades monumentales asociadas con la Alemania nazi".

Finalmente, lo esperable: una excusa/explicación/interpretación emanada por el Pentágono diciendo que en realidad la sigla SS significa en ese caso "Scout Sniper", la especialidad de francotiradores asignados en la base de Afganistán a la que pertenecen los 10 inocentes soldados. Podían haber elegido otro logotipo, pero optaron justamente por ese que está en la bandera...Nadie los ha obligado.

lunes, 5 de marzo de 2012

Residencia Inalco: la casa de Hitler en Argentina

Inalco en la actualidad (en la foto, cubierta por las cenizas del volcán Peyehue).

Si la historia oficial dice que Adolf Hitler se suicidó en el bunker subterráneo de la Cancillería del Tercer Reich en Berlín en abril de 1945, el labo B de esa misma historia dice todo lo contrario. No hubo suicidio de Hitler. Hubo un escape, una huída perfectamente organizada y planeada de antemano, con mucho tiempo (años tal vez) de anticipación y ejecutada no sólo con absoluta tranquilidad, sino además enmarcada en un operativo en el que no sólo estuvieron involucrados muchos de los jerarcas nazis, sino también naciones "enemigas" como Estados Unidos e Inglaterra, sólo por nombrar a algunas. Mientras los rusos descubrían "el cadaver del Hitler que murió en Berlín", el verdadero Hitler se dirigía primero hacia Linz, ciudad en la que sugestivamente estuvo unos cuatro días, y luego a España, desde donde al amparo del sistema implantado por Franco obtuvo la suficiente protección para viajar en un convoy de submarinos hacia el Atlántico Sur, más precisamente hacia la Patagonia argentina. También ha cobrado fuerza la versión que indica un viaje hacia Sudamérica desde Noruega.

Inalco.

La leyenda popular dice que los submarinos llegaron hasta la Caleta de los Loros, provincia de Río Negro, y desde allí la comitiva alemana se dirigió de este a oeste atravesando la Argentina hasta llegar a la zona de Bariloche (sobre la cordillera de los Andes en el oeste argentino). Hitler, acompañado por un séquito numeroso también integrado por su esposa Eva Braun, llegó hasta la localidad de Villa La Angostura y tras un paso por la estancia San Ramón, se instaló de manera secreta en la residencia Inalco (fotos), una asombrosa propiedad que el arquitecto Alejandro Bustillo había terminado de construír en 1943 (Bustillo es conocido por haber construído inmuebles para la colonia alemana en la zona desde hacía años).

El lote de la casa había sido adquirido en 1943 por un famoso lobbista fuertemente ligado a capitales alemanes en la Argentina, llamado Enrique García Merou. Merou un poco más tarde tendría un interesante acercamiento a Juan Domingo Perón y de inmediato se supo que en realidad quien controlaba la residencia no era otro más que Jorge Antonio, casualmente confidente y financista del líder argentino.
Antonio mantuvo Inalco hasta iniciados los '70, momento en el cual la casa habría pasado supuestamente a manos del banquero José Rafael Trozzo. Hubo una época de abandono y saqueos luego, para ser recuperada un tiempo más tarde.

Planos originales de Inalco.


Inalco aún sigue en pie. Intacta. Haciendo frente a quienes desean verla en el presente y soportando la sombra negra de sus habitantes del pasado. Hitler habitó esa enorme casa (que dicho sea de paso mantenía inequívocas similitudes en su estructura y distribución con el Nido del Aguila de Hitler en en el Berghof de Alemania) desde 1945 hasta por lo menos mediados o finales de los años '70 y no son pocos los testimonios que así lo aseguran. La permanencia de Hitler en esta propiedad se alternaba con viajes a Chile y con visitas a otras zonas de Argentina, como por ejemplo Mar del Plata (ciudad balnearea en donde se entrevistó al menos en dos oportunidades con Ante Pavelic, lider de la Croacia nazi) y Córdoba. Hitler iba por la vida con un aspecto diferente al que todos conocían. Cabeza rapada, su pequeño bigote había desaparecido y dejaba ver una importante cicatríz sobre el labio superior pero casi todo esa no era necesario ante la enorme protección que Inalco proveía por entonces. Incluso es complicado llegar hoy en día, por lo que la teoría del escondite perfecto para Hitler en la Patagonia, cobra fuerza a cada instante.

Camino hacia Inalco desde la playa privada y vista frontal de la casa desde el Lago Nahuel Huapi.

Inalco está ubicada en Villa La Angostura, en un impresionante predio de 460 hectáreas, al borde el Lago Nahuel Huapi a escasos 7 kilómetros de la ciudad de Bariloche en la provincia de Río Negro, Argentina. Su acceso no es nada sencillo y está amparada por un frondoso bosque a sus espaldas, cosa que complica más la llegada al lugar, que se hace a través de un único y sinuoso sendero. La propiedad cuenta con una gran extensión de playa propia y se sabe que en los días de esplendor había incluso un muelle con amarradero apto para hidroaviones.


Inalco sigue allí. Mudo testigo de una historia que no muchos pueden confirmar con absoluta seguridad, pero que no tantos otros pueden negar. Aunque no son pocos los que creen que Hitler se suicidó en Berlín en 1945, su fantasma sigue dando vueltas por Inalco. Muchos aseguran haberlo visto por allí (y no sólo al fantasma...).

domingo, 4 de marzo de 2012

Francisco Franco y su particular devoción por la mano incorrupta de Santa Teresa de Jesús

Francisco Franco y la reliquia de la mano de Santa Tersa de Jesús.

Santa Teresa de Jesús no ha sabido lo que es descansar en paz tras su muerte el 4 de octubre de 1582. Sus restos fueron exhumados en 1585 y, según los relatos y las leyendas, su cuerpo estaba incorrupto mientras que su vestimenta se encontraba totalmente consumida. En esa oportunidad, de manera casi inexplicable, el carmelita Gracián de Dios mandó separar la mano izquierda del cuerpo de la santa, llevándosela consigo y entregándola luego a las Carmelitas Descalzas de San José de Ávila en primera instancia y luego a las Carmelitas de San Alberto de Lisboa. Un tiempo después, en otro hecho difícil de entender y explicar, fue el mismo Gracián de Dios quien decidió amputar el dedo meñique de la mano de la santa para conservarlo entre algunas reliquias de su "propiedad" a partir del año 1599. La mano de Santa Teresa de Jesús permaneció en Portugal hasta el año 1920, momento en el que las monjas que la protegían la llevaron de regreso a España tras la revolución que en 1910 depuso a la monarquía en Portugal.

Todo parecía indicar que la reliquia de la santa encontraría descanso final y definitivo en el recién inaugurado convento de las Carmelitas Descalzas en Ronda, pero con el paso de los años y la explosión de la Guerra Civil española, el descanso de Santa Teresa nuevamente se vio interrumpido y esta vez de un modo tan inexplicable como en otros casos y con un tinte, hasta si se quiere, macabro.
Los republicanos revisaron el convento hasta dar con una maleta en la que estaba la mano olvidada por el general (también republicano) Villalba Riquelme. Cuando en 1937, el bando "sublevado" se hicieron con el control de Málaga, encontraron esa maleta y se la llevaron a la ciudad de Burgos. Una vez allí, Francisco Franco, el dictador español que manejó al país entre 1936 y 1975, no dudó ni un solo instante en apropiarse de la mano incorrupta de su santa preferida. No hubo manera de detener ese atraco. Ni siquiera el dolor de las Carmelitas del convento pudo lograr un instante de racionalidad de parte del duro caudillo español, cosa que fue reafirmada con una lapidaria frase del padre Rendón justificando lo injustificable: "La mano no se pierde" -les dijo a las religiosas- "Se va con el caudillo para guiarle en la conducción de la patria".
No contento con lo suyo, Franco pretendía convertir en su involuntaria "cómplice" a la (según él) "Santa más española"...

Lejos de conformarse, las religiosas pidieron insistentemente la devolución de la reliquia, cosa que mereció una respuesta por escrito de parte de Franco (firmada en realidad por su secretaria personal) en la que además usaba el sarcasmo y hasta inclusive pretendía hacer gala de un humor de más que dudoso gusto (por no decir, pésimo gusto) al final del primer párrafo. A continuación, un detalle de la carta enviada:

Carta de Francisco Franco explicando los motivos dela usurpación de la reliquia de la mano de Santa Tersa de Jesús.

Así como los nazis alemanes atribuían a cierto objetos sagrados poderes sobrenaturales sobre el resto de los mortales o, según ellos mismos, los infrahumanos, Franco también le daba una particular importancia a la mano de Santa Teresa de Jesús, insistiendo tercamente en conservarla para sí mismo e incluso llevarla (según se dice en una valija) cada vez que se desplazaba, sea por temas oficiales, de estado o en sus períodos de descanso.
La obsesión de Franco por la reliquia religiosa llegó a límites insospechados y la muestra más clara de eso es el hecho de que el caudillo hizo un reclinatorio con la mano de la santa en su propio dormitorio en el Palacio de El Pardo (Ver fotografías de ABC, del año 2005, aquí abajo).

Dormitorio de Francisco Franco y el reclinatorio.

Cuando en 1975 Franco enfermó gravemente, nadie logró hacerle entender la necesidad de su traslado a un centro asistencial totalmente equipado para tratarlo. El caudillo de mano férrea e inflexible, también en los momentos previos a su muerte, decidió que su habitación sería el lugar de tratamiento, seguramente confiando en la mano salvadora de la santa para lograr su recuperación. La muerte llegó inexorable y no hubo mano que lo salve.
Una vez el caudillo ya fallecido, la mano fue devuelta al convento de la Merced de la ciudad de Ronda, en Málaga, pero el descanso de Santa Teresa de Jesús sigue como asignatura pendiente. Su maltratado cuerpo incorrupto está descuartizado de la siguiente manera: su ojo izquierdo en Málaga; el pie derecho y parte de la mandíbula en Roma; la mano izquierda en Lisboa y finalmente el brazo izquierdo y el corazón en la Iglesia de la Anunciación del Alba de Tormes. Un cuerpo maltratado, violado y dividido. Algo similar a lo que la Guerra Civil con toda su carga de irracionalidad y fuerza bruta hizo con la querida España.

Nota: un interesante comentario de mi querido amigo Antonio; hizo que me interesara particularmente por recavar más datos sobre este particular episodio de la historia. Abrazo Antonio.

sábado, 3 de marzo de 2012

Heinrich Himmler obsesionado por la búsqueda del Santo Grial en Montserrat

Llegada de Himmler a Barcelona.

Había llegado el 21 de octubre de 1940 y Heinrich Himmler, Jefe de las temibles SS alemanas y Reichsführer, concretó su ansiado viaje a España, Madrid concretamente, para terminar de coordinar la reunión que el día 23 del mismo mes tendrían en la localidad española de Hendaia (zona fronteriza vasco francesa) el mismísimo Adolf Hitler con el Generalísimo Francisco Franco. Ni bien llegó a la estación del norte de la capital española, Himmler tras ser recibido por el ministro español de Asuntos Exteriores, Serrano Suñer, decidió viajar a Barcelona, dejando de lado de alguna manera los asuntos políticos que tanto (también) le importaban.

Llegada de Himmler al aeropuerto del Prat.

Si el día 23 será recordado por la famosa reunión Hitler-Franco, esa misma fecha quedará grabada en la hsitoria como el día en que Himmler llegó al aeropuerto del Prat, siendo recibido de manera marcial y con los símbolos nazis "adornando" cada rincón. El pueblo Prat de Llobegrat, recibe a Himmler también con adornos y honores para darle una bienvenida difícil de olvidar. Los agasajos no se hicieron esperar en el Hotel Ritz aquel 23 de octubre de 1940, pero Himmler tenía la mente en otra parte. El jefe de las esotéricas y feroces SS no estaba allí sólamente para organizar el encuentro entre los dos dictadores europeos del momento. Había llegado hasta esas tierras movilizado por su obsesión por objetos sagrados que, según los nazis de la Ahnenerbe, dotaban de poderes superiores a quienes los poseyeran. El Santo Grial era uno de esos objetos tan preciados y la creencia de Himmler era que estaba escondido precisamente en la montaña de Montserrat (Otros objetos buscados eran el Arca de la Alianza, el Martillo de Wotan, la Lanza de Longinos, etc.).
Hacia allí se dirige finalmente Himmler, acompañado por un séquito integrado por el general Karl Wolf y Günter d'Alquen, como así también por los españoles Miguel Matheu Pla (alcalde de Barcelona); otros militares españoles destacados y miembros de la Falange.

Himmler y su comitiva saludan al monje Andreu Ripoll.

La locura esotérica del nazismo llegó a su momento culminante en aquella oportunidad. Himmler, desesperado por encontrar el Santo Grial, llegó hasta la cumbre de uno de los picos más encumbrados de Montserrat (ubicado ésto a unos 40 kilómetros por ruta desde Barcelona) y luego, al descender hasta la base comenzó una frenética búsqueda del preciado objeto sagrado entre la maleza y los arbustos. Esta versión de los hechos contrasta en cierta manera con otras que indican que Himmler no pudo ser tan grosero e ingenuo al buscar de esa manera algo tan valioso y deseado. Otras fuentes indican que Himmler en realidad "pidió" muy a su manera a los religiosos del convento (Andreu Ripoll a la cabeza) del lugar que lo condujeran hasta las cavernas subterráneas para encontrar al Grial y que los religiosos se negaron rotundamente, provocando la ira y la locura del nazi. A esos lugares sagrados y ocultos, vaya uno a saber por qué, no llegaría jamás. Ni él ni nadie.

Montserrat.

La misión de Himmler en Montserrat no fue un acto alocado y solitario del jefe de las SS. Fue parte de un plan debidamente instrumentado por los nazis y sistemático que incluyó visitas (muchas o la mayoría, de incógnito) a diferentes y distantes lugares del mundo como el Tibet, Brasil y otras partes de América del Sur, como así también diferentes lugares de Europa.
Con las manos absolutamente vacías Himmler regresó al día siguiente a Berlín en un avión militar con una frase salida de una obra de Wagner que no podía quitar de su macabra mente: "En el cielo hay un castillo y su nombre es Montsalvat". (Nota: Montsalvat era Montserrat). Himmler no fue a España a arreglar los detalles de la reunión entre Hitler y Franco. Fue a buscar el Santo Grial...


jueves, 1 de marzo de 2012

Ferdinand Beisel: El Hitler que murió en Berlín

Ferdinand Beisel recorriendo la destrozada Cancillería del Tercer Reich.


Ferdinand Beisel era un hombre común, un alemán que, como tantos otros, veía con absoluta "normalidad" ser parte activa de las SS. Una tarde Beisel repitió el viejo ritual de ir a una cervecería con un grupo de amigos de toda la vida, esa misma vida que estaba por experimentar un giro absolutamente inesperado en cuestión de minutos. A Ferdinand Beisel se le ocurrió la "felíz idea" de imitar a Adolf Hitler a raíz de su enorme parecido con el Führer. El hecho hubiese pasado totalmente inadvertido de no ser por un pequeño detalle: unos jerarcas de la Gestapo estaban presentes en el lugar y no dudaron ni un instante en detener a Beisel por, según ellos, mofarse del conductor de Alemania. Beisel fue detenido pero fueron las mismas personas que lo llevaron a prisión quienes vieron algo positivo en aquel asombroso parecido con el Führer. En los días finales de la Segunda Guerra Mundial no estaba demás cubrirle las espaldas a Hitler y "mandar al frente" a un socias o doble. 
Cuando Ferdinand Beisel fue presentado a Martin Bormann, vice Führer, ya tenía asignada una nueva tarea en el alicaído Tercer Reich: a partir de ese momento era uno de los dobles de Adolf Hitler.

Ferdinand Beisel recorriendo la destrozada Cancillería del Tercer Reich.


Con el paso del tiempo Beisel estuvo muy atareado, sobre todo cuando el ejército rojo comenzó a cercar Berlín y cuando el final resultaba ya inexorable e irreversible. El interior del bunker de Hitler en Berlín era un hervidero. Reuniones secretas, gritos desesperados, intentos de suicidio y escape. Suicidios concretados, promesas de lealtad eterna, apretones de mano y la idea que flotaba en el aire del viciado espacio subterráneo: Hitler ya no estaba allí. Con el paso de los días los contactos visuales con el Führer se fueron espaciando hasta casi desaparecer de toda posibilidad e incluso los últimos colaboradores en recibir el saludo del líder alemán sostuvieron que en realidad su aspecto era diferente al habitual y que ni siquiera pronunció palabra al despedirse de ellos con un apretón de manos.

El entorno de Hitler (ya en viaje hacia Sudamérica) se encargó de "organizar" una última sesión de fotos del "Führer" observando los destrozos iniciales en la Cancillería del Tercer Reich. En las imágenes (las dos primeras de este post) se observa al supuesto Hitler que en realidad no es tal. El de las imágenes finales en la Cancillería es ni más ni menos que Ferdinand Beisel, el infortunado imitador de Hitler que cambió su destino para siempre aquella tarde en una cervecería al imitar al Führer.

El cuerpo muerto de Ferdinand Beisel. Los rusos lo exhibieron como el cadaver de Hitler.

Luego, lo conocido: el "suicidio" de Hitler en el bunker. Su cuerpo retirado de incógnito al patio de la Cancillería junto al de su esposa Eva Braun, la supuesta incineración y... la aparición de un cadáver que los rusos tomaron como el de Hitler (ver tercera foto). Hitler ya no estaba allí. El Führer alemán estaba seguramente embarcado en un submarino Tipo XXI surcando las aguas del Atlántico hacia un paraje lejano del sur argentino. El que había muerto era el pobre de Beisel.

miércoles, 29 de febrero de 2012

¿De dónde salieron la izquierda y la derecha?


¿De dónde han salido la izquierda y la derecha en política? ¿qué hecho ha determinado esa clasificación que perdura hasta nuestros días? Leyendo uno siempre llega... y el sitio www.uca.edu.sv en algo me ha ayudado.

La distinción entre izquierdas y derechas se aplicó, por primera vez a la política, en la Francia revolucionaria. La Asamblea Constituyente, inició sus trabajos en 1792. Los diputados se hallaban divididos en dos grupos enfrentados: el de la Gironda, que se situó a la derecha del Presidente, y el de la Montaña, que se situó a la izquierda. En el centro tomó asiento una masa indiferenciada a la que se designó como el Llano -o la Marisma-. Los girondinos deseaban restaurar la legalidad y el orden monárquico, mientras que La Montaña propugnaba un estado revolucionario, el cual, después de anular a los girondinos, desembocaría en lo que se conoció -lamentablemente, aunque con justicia- como el Terror. Así se produjo una identificación de la izquierda con la radicalización revolucionaria que, al grito de "Libertad, Igualdad y Fraternidad", desencadenaría una etapa de utopías y ferocidad que sólo lograría detener el golpe de Estado de Bonaparte. Los implacables Robespierre, Danton y Marat fueron los caudillos y los definidores del primer partido político francés que se situó a la izquierda.
Texto: http://www.uca.edu.sv

domingo, 19 de febrero de 2012

Los Marines de Estados Unidos, la Triple Frontera, las reservas energéticas bolivianas y el Acuífero Guaraní


En Sudamérica no nos habíamos dado cuenta. Necesitábamos, casi como quien no quiere la cosa, que los Marines norteamericanos lleguen hasta la Triple Frontera (entre Argentina, Brasil y Paraguay) esgrimiendo, además de su arsenal, los mismos (no tan) viejos argumentos: ayuda humanitaria y entrenamiento en la lucha contra el terrorismo. Las tropas norteamericanas, con una avanzada inicial de 400 hombres, están en la región del Chaco,Paraguay, desde 2.005 instaladas en una base que llega a albergar sin drama a 16.000 efectivos. George W. Bush consiguió que desde ese año, Estados Unidos tenga absoluta libertad e impunidad para permanecer y accionar en territorio paraguayo por parte de sus destacamentos militares. Estados Unidos tenía autorización para permanecer allí (tan cerca de las reservas energéticas de Bolivia, la Triple Frontera y, por supuesto, el Acuífero Guaraní) hasta diciembre de 2006, plazo que además se actualizó automáticamente.
Estados Unidos logró además que Paraguay renuncie a la potestad de investigar delitos que puedan llegar a cometer sus soldados. Paraguay tampoco podrá, llegado el caso, demandar a Washington ante la Corte Penal Internacional (CPI). Lo particular del caso es que la impunidad norteamericana lograda a cambio de amenazas contra Paraguay y no pocas falsas promesas, tiene su origen en un informe de la CIA al Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, en el cual se revelaba lo siguiente: El Servicio Clandestino de la CIA es la única dependencia de la Comunidad de Inteligencia (léase: el gobierno norteamericano) donde cientos y cientos de empleados son conducidos o inducidos cada día a transgredir gravemente las leyes de diferentes países del mundo. De este informe se desprende además que unas 100 mil acciones al año a cargo de personal del Departamento de Operaciones, son relativas a actividades fuera de la ley.

Estados Unidos ha puesto sigilosamente sus pies en Sudamérica con impunidad absoluta (avalada por un país de la zona) y una excusa poco creíble a esta altura del partido, mientras que en realidad sólo llegan por un motivo: las reservas naturales de la región.

La historia es simple: el Acuífero Guaraní es una formación geológica con reservas naturales de agua dulce que la ubican como la tercera más grande del planeta. El 25% del agua dulce del mundo entero, está en el Acuífero Guaraní (que abarca parte de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay); mientras que tan sólo el 6% de la población mundial ocupa ese territorio. De modo que la cuenta es simple: el 25% del agua dulce mundial en un territorio ocupado por (apenas) el 6% de la población mundial, o sea que según ellos, el agua en esta parte del mundo, sobra.

Estados Unidos lo sabe muy bien y algunos países sudamericanos, no: la guerra hasta ahora ha sido por el petróleo, el "oro negro", pero a partir de ahora será por el agua, a quien no pocos ya identifican claramente como el "oro azul". Si las leyes y las normas por esta parte del mundo se lo permiten con alarmante facilidad y si a eso se le suma la tradicional habilidad que Estados Unidos tiene para encontrar motivos intervencionistas, incluso esgrimiendo argumentos preventivos, en diferentes partes del mundo, el combo es explosivo: Estados Unidos ya ha llegado a Sudamérica para llevarse el agua, mientras por este lado del planeta seguimos tratando de darle, en la zona referida, inadecuada lucha al dengue en pleno siglo XXI.
Tal vez los Marines nos ayuden...

martes, 14 de febrero de 2012

HAARP: ¿el arma capaz de manipular y trastornar los procesos mentales?

HAARP.

HAARP... o High Frequency Active Auroral Research Program. Se trata de un proyecto que está siendo financiado en Alaska por la Fuerza Aérea y la Marina de los Estados Unidos, en conjunto con la Universidad de Alaska, lisa y llanamente para poder manipular y controlar a los fenómenos ionosféricos (la ionósfera es la parte ionizada de manera permanente de la atmósfera terrestre debido a la fotoinización derivada de los rayos solares), con el objetivo de poder cambiar en el futuro (no tan lejano) el funcionamiento de las comunicaciones, sistemas de seguridad, defensa y vigilancia, entre otras cosas.

Vistas aéreas de las instalaciones del HAARP en territorio de Alaska.

Si bien varios expertos de la comunidad científica conocedores de ciencia espacial y física del plasma, se encargan de negar los objetivos ulteriores del HAARP norteamericano, no estará demás prestar debida atención a lo que el autor Nick Begich dijo al respecto en su libro "Angels don't play this harp". Begich dijo que el HAARP es un sistema "capaz de manipular y trastornar los procesos mentales mediante la radiación pulsada de frecuencias de radio sobre extensas zonas geográficas". Pero no ha sido el único en decir cosas interesantes sobre el HAARP. A su debido momento, Zbigniew Brzezinski, ex consejero de seguridad nacional de la admisntración del presidente norteamericano Jimmy Carter, opinó que el uso de las transmisiones de energía destinadas a la guerra física y ambiental pueden manipular (ni más ni menos que) el pensamiento humano.
Aparentemente el HAARP está aún en plena fase experimental.
A buen entendedor... pocas palabras.

lunes, 13 de febrero de 2012

August Landmesser: El hombre que se negó a hacer el saludo nazi

August Landmesser, solitario entre la multitud nazi.


No es de los casos más rutilantes y conocidos, sin embargo, este hombre se ha convertido en involuntario protagonista de una de las más curiosas historias del siglo XX..
Se llamaba August Landmesser, quien en algún momento de1936, en pleno auge del nazismo, tuvo la valentía de negar el saludo nazi durante la botadura de un buque de la marina alemana mientras se encontraba entre una multitud de personas congregadas en el astillero "Blohm & Voss" (en el que trabajaba como operario) emplazado en el pujante puerto de Hamburgo.
Mientras todos levantaban su brazo derecho al vivo grito de "Heil Hitler", él -contra todo pronóstico- permaneció ininmutable.
Pasaron muchos años para que -recién en 1991- una de sus hijas pudiera identificarlo, cosa que fue posible gracias a la extraña imagen que comenzó a ser difundida por Internet.

Pero Landmesser, aún a riesgo de su propia vida, sentía que tenía motivos más que suficientes para semejante "atrevimiento" ignorando el órden establecido.
El hecho es que, pese a haber sido un afiliado al Partido Nazi entre 1931 y 1935, luego sería expulsado de las filas partidarias por el simple hecho de haberse casado con una mujer judía llamada Irma Eckler.
Con ella tuvo dos hijas y ésto le costó años de cárcel -lisa y llanamente- por "deshonrar a la raza aria". De Irma, se cree que fue inmediatamente detenida por la Gestapo y enviada a la prisión de Hamburgo, en tanto que sus hijas -Ingrid e Irene- fueron separadas para ya no verse nunca más.
A Ingrid se le permitió vivir con su abuela materna, mientras que Irene fue llevada a un orfanato y más tarde adoptada por una familia sustituta.
Cuando Landmesser salió de la cárcel en 1941 fue enviado a la guerra, aunque pronto se le declaró como desaparecido en combate y se le dio por muerto. De todos modos, no son pocos los que dan por cierta la posibilidad de que en realidad haya sido encubiertamente ejecutado, algo que nunca jamás pudo ser comprobado.
En 1996, su hija Irene le hizo saber al mundo entero la desgarradora historia de su familia y cómo ella, su hermana y sus padres fueron separados para siempre por la galpoante intolerancia del régimen nazi impuesto por el Führer, Adolf Hitler.

Marcelo D. García
Historias Lado B



Referencias: http://www.lanacion.com.ar/1447435-la-historia-del-hombre-que-se-nego-a-hacer-el-saludo-nazi

domingo, 5 de febrero de 2012

William Joyce: El traidor del micrófono

En la sección "Esto pasó" de la edición 534 de la revista "Todo es Historia", correspondiente al mes de enero de 2012, Ana Arias ha publicado una muy interesante nota sobre un oscuro personaje del que no muchos tienen conocimiento y que ha sido protagonista de una historia digna de una película. Comparto en este espacio la transcripción del artículo citado.

 William Joyce, conocido como lord Haw Haw, o "el traidor del micrófono".

Ejecutan por nazi a lord Haw Haw.
Hacia 1940 más de 5.000.000 de personas escuchaban diariamente el programa de radio dirigido por Lord Haw Haw y otros 18.000.000 lo oían ocasionalmente. La mayor parte de sus oyentes eran ingleses, pero más tarde también se fueron sumando los soldados de las fuerzas aliadas estadounidenses, canadienses y australianos. El programa, transmitido desde Alemania a partir de septiembre de 1939, comenzaba con la frase Germany Calling (Alemania llamando) y funcionó como arma de guerra que intentaba desmoralizar a los británicos, desmotivar a las fuerzas aliadas e impulsarlos a aceptar las condiciones de paz exigidas por el nazismo, al tiempo que auguraba el futuro derrumbe del Reino Unido. Empleando las técnicas de propaganda, se daba información falsa mezclada con la verdadera: hundimiento de barcos, bombardeo de poblaciones, aviones derribados, número de víctimas.
El hombre que dirigía la programación y que hablaba con un tono metálico y burlón, era William Joyce, apodado lord Haw Haw y conocido como el traidor del micrófono. El apodo había sido empleado para nombrar a distintos locutores de los programas de propaganda de las radios alemanas, pero finalmente se aplicó exclusivamente a Joyce y se cree que tenía relación con su acento, fuertemente nasal, probablemente a causa de haber sufrido la rotura de la nariz durante una pelea en la escuela.
¿Quién era Joyce? Hijo de un comerciante inglés protestante y de madre irlandesa católica que habían emigrado a los Estados Unidos, nació en 1906. A los quince años viajó a Inglaterra y continuó sus estudios logrando altas calificaciones en historia y literatura. En su época de estudiante comenzó a relacionarse con grupos fascistas y antisemitas británicos y llegó a ofrecer sus servicios al gobierno para luchar contra los irlandeses y hasta contra los Estados Unidos. En 1932 ingresó en la Unión Británica Fascista donde se destacó como orador, haciendo gala de un discurso fuertemente provocador, mordaz e insultante y terminó fundando su propia liga, financiada por Hitler. En 1939 viajó a Alemania, obtuvo la nacionalidad y rápidamente comenzó a trabajar como locutor en el programa de radio más importante que se dirigía a los ingleses, en su propia lengua. Aunque la audición era ilegal, sus millones de oyentes lo seguían porque, en medio del conflicto la información brindada por el gobierno inglés estaba muy restringida y se esperaba obtener otros datos, aunque vinieran del enemigo.
Lord Haw Haw logró crear la leyenda de que conocía por completo todos los movimientos militares y políticos. El 30 de abril de 1945 realizó la última transmisión desde Hamburgo, mientras se producía la caída de Berlín, advirtiendo sobre el peligro soviético y lanzando un Heil Hitler de despedida. Mientras intentaba huír fue detenido, según se dice, identificado por su propia voz, reconocida por un empleado ferroviario. Fue juzgado por alta traición y ejecutado el 3 de enero de 1946, aunque en el juicio se produjo una controversia acerca de su verdadera nacionalidad.

William Joyce en plena actividad de difusión del nazismo y tras ser detenido por las tropas británicas.



Artículo escrito por Ana Arias, extraído de la edición 534 de la Revista "Todo es Historia" correspondiente al mes de enero de 2012.
Visitá: http://www.todoeshistoria.com.ar/

sábado, 4 de febrero de 2012

Jorge Cafrune: la extraña muerte de la esperanza


La madrugada del 31 de enero de 1978 encontró a Jorge Cafrune, el folclorista argentino al que todos apodaban como "El Turco", cabalgando hacia la ciudad de Yapeyú para homenajear al libertador de América, el General José de San Martín. Cafrune iba a caballo llevando entre sus pocas pertenencias tierra de Boulogne Sur Mer, lugar de Francia en el que falleció San Martín. Su idea era llevar esa tierra francesa hasta tierras natales del libertador, a modo de homenaje, en señal de respeto y sincera ofrenda. En una cabalgata casi religiosa y apenas empezada su larga travesía gauchesca, la madrugada llegó mientras Cafrune cruzaba una ruta a la altura de la localidad de Benavidez, provincia de Buenos Aires. Una camioneta conducida por un joven de entre 19 y 20 años,  luego identificado por vecinos del lugar, pasó raudamente, a toda velocidad, llevando consigo todo lo que encontraba a su paso, también a Jorge Cafrune y su caballo. El cantor quedó tendido varias horas sobre el asfalto, con sus costillas perforando inexorablemente sus pulmones, ante la mirada atónita e inconducente de los curiosos y testigos que nada hacían para que no se calle el cantor y no se apague su vida.

Cafrune falleció al día siguiente, un 1º de febrero de 1978 y con él se iba, de alguna manera, la esperanza. Esa era la palabra fatal: esperanza. Es que Cafrune había tenido la osadía de ser  intérprete de la famosa "Zamba de mi esperanza" y a pesar de las "recomendaciones" que le llegaban en esa época (1978, plena dictadura militar en Argentina) nunca había hecho caso y seguía "ofendiendo" con sus palabras que a muchos les resultaban hirientes... Esperanza... ¿cómo se atrevía a hablar de esperanza en esa época?

Alguna vez, desde las altas esferas de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), alguien habría dicho que Cafrune era más peligroso con la guitarra que un ejército entero con armas en sus manos... Esa era la palabra fatal.... esperanza. Una conjunción irreverente de letras que para algunos eran equiparables a las armas que ellos mismos empleaban a mansalva y con total impunidad.

La supuesta "sentencia de muerte" de Cafrune, sin embargo, habría sido firmada por el cantor un tiempo antes. Subió a la anterior edición del festival folclórico de Cosquín y empuño su guitarra para entonar una canción que no muchos en el poder querían escuchar en aquellos días de persecución y encarcelamiento injustificado en muchas oportunidades. Se trataba de la canción "Luna cautiva". Dice la leyenda que alguien, una noche en el centro clandestino de detención denominado "La Perla", en Buenos Aires, dictaminó que el hecho de cantar esa canción a pesar de la prohibición, habría significado que el cantor debía ser eliminado.
De todos modos, siempre se habló de la muerte de Cafrune como un simple accidente carretero...

Los años pasaron, la muerte de Cafrune ya no ocupa titulares en los periódicos, tampoco sale en los programas de televisión, pero el relinche de su caballo en medio de la noche y el silencio eterno de su voz y su guitarra retumban pidiendo verdad. Sólamente la verdad.


jueves, 2 de febrero de 2012

11S y el ataque al Pentágono: ¿Boeing o misil?


El 11 de septiembre de 2001 se produjo el atentado más extraño de la historia. Un avión Boeing 757-200 de la empresa American Airlines, relizando el vuelo 77 con recorrido entre Washington y Los Angeles, se vio obligado a desviar su trayecto para, por orden de los terroristas de Al-Qaeda que lo habían tomado, impactar contra el Pentágono, el emblemático y casi inexpugnable edificio con cinco anillos pentagonales concéntricos, con 242 metros de lado y con su propio sistema de defensa antimisilístico incorporado...
Una fortaleza tan pero tan robusta como para hacer desaparecer por completo el avión de 47,3 metros de largo; 13,6 metros de alto y 38 metros de envergadura (ancho de sus alas) que hizo impacto contra uno de sus muros. 


Las fotos hablan por sí solas, pero vaya uno a saber por qué nunca se ha visto un avión por allí y por qué Donald Rumsfeld, ex secretario de Defensa de Estados Unidos, alguna vez declaró lo siguiente: "Es evidente que un terrorista puede atacar a cualquier momento, en cualquier lado, utilizando una técnica de ataque específica, y es físicamente imposible de defenderse a cada momento, en cada sitio contra cualquier tipo de ataque inimaginable. Estamos hablando aquí de cuchillos de plástico y de la utilización de un vuelo de la American Airlines repleto de nuestros compatriotas, y del misil para dañar este edificio (hablando del Pentágono) y otros que han dañado el World Trade Center."

La leyenda cuenta que el misil efectivamente existió y que fue disparado por el sistema de defensa antimisíles del propio Pentágono con... un margen de error bastante considerable. El misil no habría impactado en un supuesto avión raptado por los terroristas de Al-Qaeda, sino que lo habría hecho contra el mismísimo Pentágono. Es lo que los mismo norteamericanos llaman, en las guerras que emprenden, "daños colaterales". 

martes, 31 de enero de 2012

Veneno en el suero del general George Patton

General George Patton.

Para la historia, el General George Patton, ha quedado registrado como uno de los más bravos y arrojados miltares norteamericanos. Nadie duda a esta altura de las circunstancias de la valentía y el coraje de ese militar que tuvo a su cargo importantes misiones durante uno de los conflictos bélicos más dramáticos de la humanidad. Patton era bravo, un hueso duro de roer, pero esa bravura también lo enfrentó incluso con los mismos altos mandos norteamericanos. Patton era indoblegable, dogmático, ininmutable a la hora de dar el brazo a torcer o aceptar directivas de sus superiores que él consideraba verdaderas barbaridades.
Tras haber sido "confinado" a manejar diferentes divisiones del ejército norteamericano entre 1941 y 1945, a Patton no tenían como sacárselo de encima, tras sus constantes enfrentamientos con superiores y arengas consideradas "inadecuadas" (por la superioridad) a sus tropas.

Patton era un grano molesto para el sistema establecido entre la superioridad militar (y política) norteamericana y el motivo era muy sencillo: él creía firmemente que muchos superiores y muchos políticos de Estados Unidos eran muy parecidos en muchos aspectos a los nazis. Y se encargaba de hacércelos saber... a cada instante.
Así, llegó el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa y Patton creyó que tras sus actos de valentía durante la contienda, debería ser merecedor de un alto cargo, bien activo, en el conflicto que aún continuaba en la zona del Océano Pacífico contra los japoneses. El mando del III cuerpo del Ejército norteamericano que ostentaba desde Julio del '44 ya no era para él. A partir de la caída de Berlín, Patton recibió como "premio" estar destinado al comando del XV Ejército (una unidad meramente administrativa y no operativa en el campo de batalla) y ser nombrado Gobernador de Baviera. Sabor a poco para un militar con sed de sangre y al que le gustaba arengar a sus subordinados infundiéndoles el miedo y el terror ante él. Sabor a nada, en realidad.

Mientras tanto, un hecho marcaría el destino final de Patton como pocos: Patton nunca comprendió el motivo por el cual al caer Berlín ante los aliados, los Estados Unidos (e Inglaterra) "no saldrían en la foto" de la toma final de la capital del Tercer Reich. En medio de trasgreciones, insubordinaciones constantes y planteos incómodos a sus superiores, Patton sostenía un par de cosas: en primer lugar que los comunistas (aparentes aliados en la guerra) eran el gran enemigo real, en ese momento y en el futuro. Y en segundo lugar, sospechaba (no sin fundamentos y algunas pruebas) que los norteamericanos (fundamentalmente encabezados no sólo por su presidente, sino también por el General Dwight Eisenhower) habían orquestado un plan en las sombras tendiente a "salvar" a muchos jerarcas nazis y brindarles protección eterna a cambio de parte de los tesoros del Reich, materia gris de exportación (científicos y "especialistas" nazis llegados luego a los Estados Unidos) y secretos bélicos de gran magnitud (¿la bomba atómica?). Además de quedarse (los norteamericanos) con un suculento pedazo de los tesoros nazis como pago... Todo eso sabía Patton. Y todo eso sabían los norteamericanos que Patton sabía.
Para colmo, seguía preguntándose ¿por qué dejaron entrar a los rusos a Berlín y no lo hicimos nosotros? (es que en Berlín no estaba Hitler...y de ese modo los "responsables" de "dejarlo escapar" eran los rusos...así quedaría plasmado en la historia). Patton también descubrió ese plan.

Accidente automovilístico de Patton.

Algo había que hacer con Patton. Y algo se hizo en Diciembre de 1945. Patton circulaba plácidamente con su auto (un Cadillac Model 75 de 1938) por caminos alemanes cuando repentinamente tras una curva se encontró con un camión (¿del ejército norteamericano?) atravesado en la ruta. El accidente fue inevitable y terrible, pero algo "salió mal": Patton no murió en el accidente y tras poder bajar de su auto gravemente herido, recibió lo que intentaba ser "un tiro de gracia" de parte de un francotirador pertrechado en las cercanías. El tiro dio cerca del cuello e, increíblemente, Patton tampoco murió. Tras ser trasladado a un hospital, curiosamente, la custodia que tenía en la puerta de su habitación dejó el puesto, liberando la zona, cosa que fue aprovechada por alguien que inyectó un veneno mortal en el suero. Patton había pasado a mejor vida y la causa de su deceso se estableció bajo la carátula de "muerte natural por accidente". Fue un 21 de Diciembre de 1945.
Luego, las exequias con todos los honores, como corresponde, en el cementerio militar estadounidense de Hamm en Luxemburgo. La bandera con las barras y las estrellas cubrió su ataúd hasta el final. Estados Unidos enterraba al general que no había entrado en su juego.


lunes, 30 de enero de 2012

El día que John Fitzgerald Kennedy sacó los pies del plato

Estados Unidos, o mejor dicho los grupos económicos y las sociedades secretas que lo manejan y desmanejan desde hace décadas, no derrocan presidentes. Nunca. Sólo se toman la molestia de que a los demás, también a esos mandatarios, les quede claro el mensaje cuando hay alguien que saca los pies del plato. Las sociedades secretas, ocultas, herméticas, sectarias, centenarias y ultra conservadoras, no perdonan ciertas cosas. Estados Unidos es el país que puede gobernarse sin presidente y eso mismo es lo que los verdaderos poderosos de esa nación se encargaron de dejar bien en claro el 22 de noviembre de 1963 en Dallas...

Discurso de John Fitzgeral Kennedy que resultó intolerable para las sociedades secretas norteamericanas.

El tesoro al final del Arco Iris

Eva Duarte de Perón saluda a Francisco Franco en el inicio de la Gira del Arco Iris.

Juan, quiero ir a Europa. Sí, Negrita, claro. Voy sí o sí. Claro, Negrita, yo lo arreglo todo. Quiero me traten como una reina. Así será. Quiero condecoraciones, visitas protocolares, honores. Eso merecés. Quiero gente en las calles, saludos desde balcones importantes. La multitud a mis pies. Sí, así será. Salgo desde la base de Morón el 6 de junio del '47. Serán 3 meses. Les voy a mostrar a todos lo que es ser peronista. Voy como Eva, regresaré como Evita. Quiero gloria. No quiero abucheos. Quiero ser idolatrada. No quiero nada fuera de mi control. Todo como yo quiera. Sí, Negrita, como vos quieras. Que Franco pregunte por mí. Son 25 baúles cargados de ropa. Una reina viste así en cada viaje. No se puede repetir el modelo a lucir. Qué grande es el Escorial... Franco, ¿por qué no hacen un orfanato en las habitaciones vacías? Cuando necesite reunir tanta gente otra vez, mándeme a llamar...  ¿Dónde estaban? ¿en conventos españoles? que salgan de allí hacia Buenos Aires. Que se arregle todo rápido. Italia. Que el Papa me espere un rato ¿quién se cree que es? Quiero que me nombre Marquesa Pontificia, no quiero este rosario de m..... que me regaló. Al final, me pidó por Ante Pavelic, el jefe de la Croacia nazi. Si de este tipo se quejaban hasta los de las SS alemana ¡qué los parió! ¿Por qué gritan contra mí los italianos? Están a la miseria tras la guerra y siguen como cocoritos. Todo debía salir a las mil maravillas. Sólo quería que me admiren. No tolero ciertos papelones. No estaban en mis planes. El Vaticano tiene todo arreglado. El Consulado argentino los tiene: 2.000 pasaportes en blanco. Todos para los croatas. No quiero contratiempos. Que me siga el séquito. A donde yo vaya. Siempre. Portugal y después Francia. París y la Costa Azul. Abanderada de los humildes, sí, y con buen gusto. Acá también quería visita oficial. ¿Cómo carajo que no puede ser? Ahora Suiza. Algo rápido, sin levantar la perdíz. Ya saben lo que es el peronismo. También es ésto. Llegan los banqueros. Firmamos. Todo bien guardado por las dudas. Acá hay secreto. ¿Que son testaferros de quién? sigue vivo. No se suicidó en Berlín. Ya viajó para allá. Le gusta el sur argentino. Ahora faltan varios más. Me gustan los arco iris, siempre al final hay un tesoro. Eso dicen. Me gusta eso, un arco iris. Así se llama el viaje y el tesoro está al final. Volví Juan. Hola Negrita. Cumplí con todo Juan. Como siempre Negrita, como siempre. Sos un tesoro. Vos también.

domingo, 29 de enero de 2012

Fanta: la gaseosa nazi surgida de la fantasía alemana

Afiche original de Fanta. Alemania, 1941.

Si las increíbles relaciones entre empresas norteamericanas y el régimen implantado por Hitler en Alemania desde 1933 siempre han llamado la atención, lo sucedido con la "norteamericanísima" Coca Cola no se queda atrás. La bebida cola por excelencia era un éxito total de ventas en la Alemania nacional socialista de entonces y para el año 1939 se vendían 4 millones y medio de botellas al año. Las ventas iban en aumento, los alemanes contentos, enfrascados en la propaganda nazi y tomando sorbos de la refrescante bebida hasta que en 1941, los Estados Unidos "se vieron forzados" a ingresar a la guerra.
De allí en más, lo previsible: el bloqueo de Estados Unidos a Alemania impidió el ingreso de los insumos e ingredientes necesarios para producir Coca Cola y Hermann Goering se quedó con las ganas de apropiarse de la fórmula secreta 7X, para producir masivamente la bebida en Alemania.
Algo había que hacer y como a lo largo de la historia ha sucedido, si bien en los campos de batalla el odio entre norteamericanos y alemanes era insuperable, en las oficinas y a la hora de hacer negocios, todo se olvidaba.

Max Keith, jefe de Coca Cola Gmbh (la filial alemana) se puso manos a la obra y llevó adelante la nada sencilla tarea de combinar diferentes ingredientes accesibles en la Alemania bloqueda comercialmente para dar vida a una nueva bebida, bien alemana. Un mix que combinaba sidra, queso y azúcar inicialmente dio origen a una bebida a la que había que dar nombre para ser lanzada al mercado interno alemán. Keith les propuso a sus empleados que piensen en eso y que dejen volar toda su imaginación y fantasía. De ese modo, y tras ganar en esa empresa la "fantasía" se optó por el nombre de Fanta (derivado de "Fantasie" o "Fantasía" en alemán).

No anduvo nada mal la cosa (por supuesto luego aprovechada sobre manera por la casa matríz de Coca Cola en los Estados Unidos) y para 1943, apenas dos años despúes de su lanzamiento, se vendían 3 millones de botellas al año en toda Alemania. El buen gusto volvía a estar en boca de todos los alemanes de entonces... ese buen gusto que habían dejado de lado en tantas otras áreas...

Para cambiar ese sabor en la boca, vale recordar la llegada de "prisioneros" alemanes a la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, en 1945. Los alemanes trasladados a la tierra de la Libertad (tal vez en calidad de "expertos" y materia gris necesaria para seguir incrementando su "grandeza") se sorprendieron al ver enormes afiches de Coca Cola en la ciudad... Siempre habían creído que Coca Cola y Fanta eran en realidad alemanas...
La vida te da sorpresas. En un sentido o en otro, a todos por igual.

Ford y General Motors, proveedores de camiones para Hitler

Camión Opel Blitz y soldados alemanes.

Ingrata sorpresa la que se habrán llevado los idealistas soldados razos norteamericanos (que los habíaa y muchos) cuando ni bien ingresados a la Segunda Guerra Mundial, se toparon en los campos de batallas y en las ciudades en las que iban ingresando, con camiones del Ejército nazi alemán marca Ford y Opel (léase General Motors). ¿Cómo podía ser eso posible? Símbolos inequívocos del sueño americano, emblemas de la "Tierra de la Libertad" daban forma a la maquinaria nazi alemana que arrasaba Europa a fuerza de sangre y fuego.
Retomando algo planteado en el post anterior, Henry Ford era uno de esos empresarios norteamericanos ferviente simpatizante del abominable Nacional Socialismo de Hitler desde la primera hora. Su estrecha relación con el Führer se veía coronada y ejemplificada de la más terrible manera con su retrato exhibido en una de las paredes del mismísimo despacho del líder alemán. Ford admiraba a Hitler y Hitler, por su parte, admiraba a Ford. Esa admiración y respeto mutuos (de ambas partes, anteriores a la llegada de Hitler al poder en 1933) hizo posible que, a pesar de que la propaganda norteamericana vomitaba fuego contra Hitler, a espaldas del mundo entero (también del pueblo norteamericano, casi siempre ignorante de todo) se pudieran tejer negocios que hoy no sorprenden a nadie.

Soldados alemanes empujan un camión con el logo de Chevrolet en el frente.

De esa manera Ford y General Motors (a través de su filial alemana, Opel) ya producía en 1939 prácticamente el 70% de los vehículos que se comercializaban en Alemania. Esa producción formidable no se detuvo (todo lo contrario) al dar comienzo la Segunda Guerra mundial y los frutos se vieron en el fragor de la batalla, con los camiones Ford y los famosos Opel Blitz transportando a los entusiastas (no en todos los casos) soldados de las Wehrmacht.
Los directores ocasionales de las plantas fabriles de Ford y General Motors en la Alemania nazi, jamás se opusieron a la transformación de las plataformas de producción en pos de favorecer, a cambio de negocios sin precedentes, a la máquina de guerra alemana de Hitler.

Adolf Hitler y Louis Renault (a su izquierda) en el Salón del Automóvil de Paris de 1937.

A propósito de todo ésto, bueno será recordar lo expresado por el prestigioso investigador Bradford Snell, quien al respecto ha comparado oportunamente la importancia de Suiza y General Motors en los planes expansionistas y bélicos de la Alemania de Hitler. Snell dijo alguna vez que: Alemania pudo haber invadido Polonia y Francia (párrafo aparte merece la relación también estrecha de Louis Renault con Adolf Hitler) sin la complicidad y ayudas ofrecidas desde lo económico y financiero por Suiza, pero jamás hubiera podido hacerlo sin el aporte material de los vehículos de General Motors.
Las evidencias, hoy en día son más que obvias. Henry Ford y en parte Louis Renault (a quien más de un francés considera un verdadero traidor) colaboraron de manera notable para que la maquinaria bélica de Adolf Hitler encontrara gracias a sus modelos (sobre todo de camiones pesados) éxito en su camino a los países invadidos y a las ciudades tomadas en su caravana del terror.
La unión y la fuerza siempre van de la mano y ellos, las tuvieron a ambas.


Henry Ford y su Gran Cruz del Águila Alemana: o la frágil memoria selectiva norteamericana

Foto: Karl Kapp (Consul general alemán en Cleveland); Henry Ford y Fritz Hailer (Cónsul de Alemania nazi en Detroit).

Estados Unidos siempre se ha caracterizado, desde el comienzo de su propia historia, por dominar. Sin vueltas. Sus maestros, los ingleses, le han enseñado muy bien y lo bien que han aprendido. Y para dominar no está nada mal, si es que el archivo no lo resiste, tratar de olvidar o simplemente optar por una frágil memoria selectiva como pocas. Los Estados Unidos, hoy devenidos el gran rector y dominador del nuevo "Orden mundial" han sido y son verdaderos campeones en estas lides de desviar la atención de los "seres inferiores" que no comparten muchas de sus acciones a lo largo de los años. Hoy en día y desde hace un largo tiempo, es común escuchar a mandatarios norteamericanos poner contra la espada y la pared a la humanidad afirmando que "o están con ellos o están en contra (en este caso,ahora , nombran al terrorismo)", frase acuñada tratando de olvidar algunos episodios que demuestran que han sido ellos mismos quienes no lo tenían tan claro.

Para comenzar a desandar este camino de "estar de un lado o estar del otro", bastará con recordar lo sucedido en Cleveland (Ohio, Estados Unidos) el 30 de julio de 1938. No pudo haber mejor regalo aquel día (el de su cumpleaños 75º) para Henry Ford, que la Gran Cruz del Aguila Alemana, enviada por el mismísimo Adolf Hitler y recibida de manos de Fritz Hailer, Cónsul de Alemania en Detroit. La extraña habilidad de los norteamericanos a la hora de hablar públicamente de la desgracia de ciertos regímenes y líderes de la historia y al mismo tiempo admirarlos y poder generar suculentos negocios con ellos, en su máxima expresión, o por lo menos, en una muy evidente.
La Gran Cruz del Aguila Alemana sólo se había colocado con anterioridad en el pecho de otros dos seres "elegidos": Benito Mussolini, el dictador fascista italiano, y su yerno, el Conde Ciano.

Cuando un año después Alemania invadió Polonia, dando inicio a la Segunda Guerra mundial, Henry Ford lanzó una de sus frases más urticantes: "No se ha disparado ni un sólo tiro. Todo ésto ha sido generado por los banqueros judíos". Hizo autos geniales, pero lejos estaba de ser un buen muchacho.

La historia del mundo la escriben y digitan los vencedores: siempre hay un Lado B


Desde que el mundo es mundo, la historia ha sido siempre la misma. Los hay quienes ganan y los hay quienes pierden. En los campos de batalla, en los escritorios (tantas veces relacionados entre sí), al depositar votos en las urnas, al leer periódicos, ver programas de televisión que en ningún caso conocen independencia alguna, siempre, están los de un lado y los del otro. Durante mucho tiempo nos han hecho creer que la cosa se simplificaba dividiendo a la humanidad y sus protagonistas entre los que defienden el bien y los que forman parte del "Eje del mal", cosa que (tan suelto de cuerpo) vociferaba quien fuera durante dos períodos consecutivos presidente de los Estados Unidos de América, el "Skull and Bones" George W. Bush.
¿Es así? ¿Están todos los buenos de un lado y todos los malignos del otro? ¿o es que se ha llegado a esa simplista y abominable afirmación para plantear lo que no pocos buscan denodadamente desde hace años: la lucha entre dos civilizaciones?
Así como la Luna, la historia tiene un lado oscuro, oculto a la mirada y percepción de la gente común. "Historias Lado B", no plantea en sus post posiciones políticas o planfetarias de ninguna índole, pero expone y rescata hechos aislados que, a la postre, no lo son tanto y que en definitiva han marcado y seguirán marcando el rumbo y la suerte de la humanidad.