jueves, 4 de julio de 2013

El otro Maradona

 Esteban Laureano Maradona, el “médico de los pobres”, en Estanislao del Campo.


El otro Maradona.
Por Mariana Rambaldi | El blog editorial (Yahoo Noticias)

La profunda vocación. Así se puede definir a Esteban Laureano Maradona. Hoy (4 de Julio) es el día del médico rural en honor a él. Pero, ¿quién fue? Un breve repaso por la vida del doctor Maradona.
Nació el 4 de julio de 1895, en Esperanza en la provincia de Santa Fe. Estudió medicina en la Universidad de Buenos Aires y se recibió con diploma de honor en el año 1926. Por esos años de estudiante, fue discípulo nada menos que de Bernardo Houssay.
Pero en lugar de perfilarse como profesional en ascenso y elegir una cómoda vida urbana, para el año de 1930, se fue a vivir a la capital chaqueña, Resistencia. Luego trabajó como voluntario en el Hospital Naval de Asunción durante la guerra del Chaco y cuando el conflicto llegaba a su fin, llegó a ser director del hospital.

En el año 1935, un viaje en tren signó su destino: el ferrocarril en el que viajaba realizó una parada para un trasbordo de pasajeros en el pequeño pueblito formoseño de Estanislao del Campo (por aquel entonces Formosa no era aún una provincia sino el Territorio Nacional de Formosa). El doctor se quedó para atender a una mujer a punto de dar a luz en un parto distócico que amenazaba su vida y la de su bebé, allí, en medio del monte formoseño. Perdió el tren, perdió una oferta de trabajo firme. Y se quedó en Estanislao del Campo durante 53 años. “Había que tomar una decisión y la tomé… Quedarme donde me necesitaban. Y me quedé ", dijo.

Maradona ejerció la medicina desinteresadamente, vivió en una casa humilde, con costumbres humildes. No solo atendió a los enfermos, siempre relegados, de los pueblos originarios sino que aprendió de ellos e incorporó su sabiduría medicinal aborigen. Además, fundó una colonia para personas leprosos y también la primera escuela bilingüe del país que daba clases para aborígenes usando en parte su lengua.

El doctor fue propuesto por la Universidad de Formosa para el premio Nobel de La Paz, aunque nunca lo ganó. Pero sí obtuvo la distinción de la ONU Estrella de Medicina para la Paz, entre otros numerosos premios nacionales e internacionales. Además dejó una nutrida obra: publicó algunos libros y muchos otros quedaron sin publicar.

El “doctorcito Dios” o el “médico de los pobres”, llevó la medicina y la atención a los que las tenían fuera de su alcance. Fue nada más que un médico que cumplió con su tarea. Pero la llenó de amor, solidaridad y compromiso y se entregó a esa tarea como solo los grandes hombres pueden hacerlo: con abnegación y con el alma. El doctor Maradona, podría conocerse también como el “doctor vocación”.
Poco antes de cumplir 100 años, Maradona murió en Rosario el 14 de enero de 1995.

“Así viví muy sobriamente cincuenta y tres años en la selva – dijo poco antes de morir – hasta que el cuerpo me dijo basta. Un día me sentí morir y me empecé a despedir de los indios, con una mezcla de orgullo y felicidad, porque ya se vestían, se ponían zapatos, eran instruidos, creo que no hice ninguna otra cosa más que cumplir con mi deber”.




Nota original:  http://ar.noticias.yahoo.com/blogs/blog-editorial/el-otro-maradona-144847975.html

martes, 2 de julio de 2013

1° de Julio: Se cumplen cinco años de la salida de Nelson Mandela de la lista terrorista de Estados Unidos

 ¿Cómo arreglamos ésto Barack?. Ni puta idea George. En medio: Mandela.


Nelson Mandela atraviesa, al momento de escribir este artículo, los que deben ser sus últimos instantes de vida. El líder sudafricano, emblema de la lucha contra el feroz sistema racista del Apartheid en Sudáfrica, recibe desde hace mucho tiempo todo tipo de honores y es acompañado por miles y miles de seguidores que rezan por su recuperación o, en el peor de los casos, el descanso de su alma cuando le llegue la hora. No han sido pocos los que se han acercado hasta el hospital en que se encuentra internado Mandela a rezar, a dejar sus ofrendas o simplemente a acompañar con su silencio y respeto sincero. Y hubo de todo. También estuvieron aquellos eternos oportunistas que se "amigan" justo en estos momentos, los de la cercanía de una muerte anunciada.
Entre esos oportunistas estuvo Barack Obama, el mismísimo presidente de los Estados Unidos de América, quien en reciente visita oficial intentó acercarse hasta el lecho de muerte de Mandela para rendirle un falso tributo y decirle al líder sudafricano (también falazmente) que "él es su líder y héroe personal". Obama, ni siquiera con el alto cargo que ostenta (prácticamente presidente del mundo...) pudo ver a "su héroe" convaleciente. La familia de Mandela no se lo ha permitido (por fin alguien no le permite algo a un presidente de Estados Unidos). Obama pegó la vuelta y regresó por donde había llegado no sin antes ser testigo y destinatario de las protestas de miles de sudafricanos antes su indeseada visita.

Era 28 de Junio de 2013 y restaban tan sólo tres días para que el 1° de Julio se cumplieran los primeros cinco años desde que Nelson Mandela saliera de "otra injusta prisión" en la que lo habían metido: la lista de terroristas que los Estados Unidos habían elaboraborado tiempo atrás.

Mientras Obama seguía repitiendo como un lorito que Mandela es su ídolo, otro nefasto mandamás del mundo como George W. Bush vomitaba a la distancia otra frase tan poco creíble como obscena: "El legado de Madiba (Mandela) vivirá siempre"...
Fue precisamente durante su segunda e ilegítima presidencia cuando el país rector de la moral mundial había elaborado la lista de terroristas mundiales que incluía (curiosamente) a Nelson Mandela. En 2008 vaya uno a saber por qué vueltas de la vida (léase: conveniencia para Estados Unidos) se decidió "modificar" esa lista para poder lograr el fortalecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Sudáfrica. No vaya a ser que "quedaran mal ante el mundo". El, por entonces, senador norteamericano John Kerry, esbozó tibiamente que el haber incluído a Mandela en una lista de terroristas peligrosos para Estados Unidos era una verdadera deshonra, pero no fueron muchos los que se dignaron a escucharlo tampoco.

Y como siempre Estados Unidos "encuentra" una explicación que sólo ellos (y nadie más que ellos) puede llegar a ceer. No importaba nada más de Mandela: su encomiable lucha contra el racismo y el Apartheid, haber sido elegido primer presidente negro recién en 1994, haber ganado merecidamente el Premio Nobel de la Paz en 1993 y haber dado vida al legendario Congreso Nacional Africano (CNA), nada de eso importaba ya que la CIA y los sucesivos gobiernos norteamericanos "apretaron las tuercas" de sus engranajes de "seguridad" tras los auto-atentados del 11 de Septiembre del 2001 y consideraron "terroristas" a todos aquellos que "usaran la fuerza" para lograr sus objetivos. Según estos inescrupulosos, Mandela a través de las acciones de resistencia del CNA había utilizado "la fuerza" contra el Apartheid, por ende... era un "terrorista".
Mandela estuvo injustamente recluído en prisión por larguísimos 27 años. Y estuvo "preso" también en una lista confeccionada por los Estados Unidos. De ella, también, pudo salir.


lunes, 24 de junio de 2013

La foto mentirosa: los norteamericanos y la toma de Iwo Jima

Otra mentira norteamericana: soldados actúan la toma de Iwo Jima como si nada...


La fotografía ha dado la vuelta al mundo y se ha convertido en uno de los íconos indiscutidos de la victoria norteamericana tras la sangrienta Segunda Guerra Mundial. El día 23 de febrero de 1945 el fotógrafo Joe Rosenthal inmortalizó el instante con su cámara fotográfica. Cinco marines de los Estados Unidos y un médico de la Armada colocaban, no sin poco esfuerzo de su parte, una enorme bandera norteamericana en la cumbre del Monte Suribachi, en Iwo Jima, tras una de las más cruentas batallas de la Guerra del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial.
La imagen, de una fuerza inusitada y un clima excepcional, fue conocida con el nombre de "Rising the flag on Iwo Jima" (Levantando la bandera en Iwo Jima) y le ha valido a su autor el Premio Pulitzer en 1945. Esa foto siempre ha sido considerada como una de las instantáneas más importantes de la guerra y es, tal vez, una de las más reproducidas de todos los tiempos. Inclusive, la abusiva utilización de la foto por parte del gobierno norteamericano de aquel entonces (y otros posteriores) y los "frutos" comerciales que de eso han derivado, ha causado más de un revuelo y alguna polémica (también generada por los propios soldados retratados en la foto).
Es una imagen genial, sólo que... es falsa.

La verdadera toma de Iwo Jima. Una imagen mucho menos impactante que la mundialmente difundida...


El problema es que cuando Joe Rosenthal tomó la foto "real", el resultado final no fue lo suficientemente impactante. La composición de la foto, la postura de los soldados y una bandera sustancialmente más pequeña que la de la foto que finalmente pasó a la posteridad no causaban la impresión deseada, de modo que una vez que la lucha culminó y los norteamericanos libertarios ya tenían bajo su control a la isla en el Pacífico, se tomó la determinación de "recrear" la heróica escena. Sin vueltas.
Franklin Sousley, Harlon Block, Michael Strank (los tres caídos en combate al continuar la guerra), John Bradley, Rene Cagnon e Ira Hayes quedaron inmortalizados en una fotografía asombrosa y conmovedora, pero actuando la situación, materializando una farsa más, digna de la historia de los Estados Unidos. No sería ni la primera ni la última vez que los norteamericanos "modificaban" la realidad de acuerdo a sus necesidades y a su conveniencia...


FOTOGRAFIAS: 
- Joe Rosenthal

domingo, 23 de junio de 2013

Violación de la legislación internacional: Exterminio de prisioneros alemanes en uno de los campos establecidos por Eisenhower

Soldados alemanes en un campo provisional en Stedal, Alemania, Mayo de 1945.


En una clara violación de la Convención de Ginebra, el 26 de abril de 1945 la cúpula militar de los aliados aprueba la propuesta de Eisenhower privando de todos los derechos solamente a los prisioneros de guerra alemanes en manos de los norteamericanos. Los miembros británicos habían rehusado violar los acuerdos internacionales firmados al adoptar el plan norteamericano para sus propios prisioneros.
Con efecto inmediato todos los miembros de las fuerzas alemanas que se mantienen en custodia norteamericana en la zona de ocupación en Alemania, serán considerados como Fuerzas Enemigas Desarmadas y no tendrán el estatus de prisioneros de guerra.
Dwight D. Eisenhower

A partir de ese momento los prisioneros alemanes quedan privados del derecho internacional, siendo su seguridad transferida a la arbitrariedad de los vencedores. Recordemos que el no respeto del derecho internacional en las cuestiones de guerra es considerado como crimen de guerra.

La cifra de víctimas.
El canadiense James Bacque, autor del libro "Otras pérdidas" explica:
"La cifra total de víctimas se encuentra sin ninguna duda por encima de los 800.000, con casi toda seguridad más cerca de los 900.000 y posiblemente por encima de un millón. Las causas de su muerte fueron esencialmente provocadas por los oficiales del ejército norteamericano, que disponían de suficientes alimentos y otros medios como para poder mantener a los prisioneros con vida. A las organizaciones de ayuda que procuraron auxiliar a aquellos prisioneros les fue prohibido el acercarse. Todo esto fue entonces ocultado y cubierto mediante mentiras.... Las actas y pruebas fueron eliminadas, manipuladas o guardadas secretamente. Esto continúa así todavía hasta la actualidad".
James Bacque, investigador canadiense.

Crimen de odio.
En una carta a su esposa, fechada en septiembre de 1944, Eisenhower exclamó: "Dios, odio a los alemanes..." ("God, I hate the Germans...")[1]. Antes, en frente del embajador británico en Washington había dicho que todos los oficiales del Staff de Generales alemanes (unos 3.500 aproximadamente) deberían ser "exterminados". El doctor Ernest F. Fisher jr., Mayor del Ejército de los Estados Unidos, escribió:
"El odio de Eisenhower, tolerado por una burocracia militar que le era dócil, produjo el horror de los campos de la muerte, algo incomparable con cualquier otro suceso a lo largo de la historia militar norteamericana".
En vista de las catastróficas consecuencias de aquel odio y de la indolente indiferencia que la oficialidad de la SHAEF (del comando central de las fuerzas expedicionarias aliadas) se mostró la más dolorosa cara del ejército norteamericano.




Fuente original: Rafael Nacher Perez

sábado, 22 de junio de 2013

Othon Corrêa Netto: heróico piloto brasileño en la Segunda Guerra Mundial

Othon Corrêa Netto, pilto brasileño en la Segunda Guerra Mundial.


Tarde soleada en el aeródromo militar de San Giusto, Pisa, Italia. El sonriente piloto con su pulcro uniforme verde oliva y un impresionante palmarés destacado en el lateral de su Republic P-47D-25-RE Thunderbolt es Othon Corrêa Netto, uno de los 48 pilotos de combate brasileños que cumplían servicio en el "1° Grupo de Aviação de Caça" y que desde finales de Octubre de 1944 hasta principios de Marzo de 1945 hizo su trabajo como parte de las fuerzas aliadas que dieron lucha en la campaña de Italia, durante las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial.

La sonrisa y la estampa cuasi legendaria de Othon Corrêa Netto antes de cumplir con la 58ª misión de su dilatada trayectoria como aviador de guerra, desaparecerían al promediar aquella jornada del 26 de Marzo de 1945 cuando su avión fue derribado por las baterías antiaéreas alemanas en las cercanías del puente de Casarsa, al oeste de Udine, en Italia. Othon Corrêa Netto fue capturado vivo, sano y salvo, por los nazis y recluído en un centro de detención. Otros tres compañeros suyos en la Fuerza Aérea Brasileña también habían sido derribados por los alemanes pero lograron escapar antes de ser capturados. Othon logró regresar finalmente a su escuadrón siete días después del final de la guerra y tras sus heróicas acciones en combate fue condecorado con sendas medallas de honor por la Fuerza Aérea de Estados Unidos y la de Gran Bretaña.
Othon Corrêa Netto vivió para contarlo y se retiró años después de la Fuerza Aérea de su país con el grado de Brigadier General. Ha sido toda una leyenda en el mundo de la aviación militar y falleció el 7 de Abril de 2008 a la edad de 87 años. Su estampa romántica, signo de aquellos tiempos de la aviación, y su sonrisa entradora quedaron grabadas también como parte de la triste historia de horror y muerte de los oscuros días de la Segunda Guerra Mundial.


jueves, 20 de junio de 2013

Rosita Serrano: "El ruiseñor chileno" que deslumbró a los jerarcas del Tercer Reich

 Rosita Serrano, Die chilenische Nachtigall (el ruiseñor chileno).


El 10 de Junio de 1914 nacía en la ciudad de Viña del Mar, en Chile, María Martha Esther Aldunate del Campo. Hija de un reconocido diplomático chileno llamado Héctor Aldunate y de la soprano Sofía del Campo, se convirtió de buenas a primeras en una cantante que supo realizar, durante los años '30, una gira internacional por Europa que significaría un giro total en su vida. En 1930 daba comienzo una particular carrera artística que la llevaría a países como Brasil, España, Francia y Portugal, para terminar llegando en 1936 a la Alemania nazi.
Para ese entonces había adoptado el nombre artístico de Rosita Serrano y su presentación, durante 1937, en el Teatro Metropolitano de Berín le valió saltar a la fama en aquella Alemania tan convulsionada.
El director de orquesta, compositor y pianista austro-alemán, Peter Kreuder, la introdujo de inmediato en el círculo íntimo de los jerarcas nazis, logrando que éstos lleguen no sólo a admirarla sino también a colaborar en la difusión de sus presentaciones. Rosita Serrano puso el toque final a la sensación que provocaba en la Alemania nazi al cantar grandes canciones en el idioma del país que la había recibido con las puertas de par en par.

 
El Ruiseñor de Hitler en uno de los tantos mitines nazis de la época.


La llegada al entorno de los jerarcas nazis le valieron su participación, muy solicitada por cierto, en diferentes mitines políticos del régimen nazi y tantísimas ceremonias del Partido Nacional Socialista. Rosita Serrano (años después) declaraba que no sentía particular simpatía por los nazis (tampoco expresaba claramente una antipatía manifiesta) y así las cosas "le daba lo mismo" lucir brazaletes con la Cruz Esvástica o incluso realizar sus famosas presentaciones con la bandera nazi como telón de fondo. Más allá de su supuesta "inocencia" o su fenomenal capacidad para "aprovechar"  las ventajas que le daba ser parte del entorno nazi (también supo ser protagonista exclusiva de muchos filmes realizados bajo el ala de los nazis y su infernal maquinaria propagandística), su voz aterciopelada y suave dejó de "caer simpática" en Alemania una vez que la cantante comenzó a ofrecer conciertos benéficos para niños judíos y refugiados daneses en Suecia. Sucedió en 1943 y eso marcó el final de esa complicada "historia de amor" entre Rosita, el ruiseñor de Hitler (como también solían apodarla) y la cúpula nazi.
Fue expatriada ese mismo año alternando también actuaciones en Africa y algunos lugares de América.

Si Rosita había caído en desgracia en los '40 al cantar para judíos europeos, aquella antipatía de los jerarcas (y sus continuadores) se marcaría profundamente en los años '50 cuando contrajo matrimonio con un millonario judío sefaradí llamado Jean Aghion, radicado en El Cairo, Egipto.
Las vueltas de la vida hicieron que durante los años '60 "die chilenische Nachtigall" (el ruiseñor chileno) regresara a Alemania convocada por algunas cadenas televisivas que pretendieron darle un renacer a su maltrecha carrera como cantante. Había vuelto a ser una sensación en aquella Alemania que, aún en los años '60, no había cambiado tanto como muchos podían llegar a creer (más de un nazi reconocido andaba pululando por las calles y en puestos claves del gobierno...).

Su definitivo regreso a Chile le valió la admiración, la cercanía y la confianza de otro oscuro personaje que (definitivamente) hizo dejar de lado aquello de su supuesta "inocencia" ante el régimen hitleriano: su más destacado admirador en Chile era el dictador Augusto Pinochet.
Luego, con la llegada de los gobiernos de la Concertación, su carrera pasó al olvido y su cuenta bancaria quedó reducida a la nada misma. Rosita Serrano falleció de bronconeumonía (y en la indigencia más absoluta) a la edad de 83 años en el Hospital del Tórax en la ciudad de Santiago de Chile. El Ruiseñor de Hitler había dejado de cantar para siempre...


Alemania nazi, 1937: El presentador anuncia a "Rúsita" Serrano...




domingo, 2 de junio de 2013

La inesperada y oportuna ayuda de Eva Perón a los pobres "cabecitas negras" de Washington

Eva Perón.


Para los Estados Unidos aquella jornada del año 1949 debía ser de júbilo y fiesta nacional. Harry Truman asumía la presidencia del país y se encaminaba reforzar los actos de gobierno con los que había dejado su lamentable huella en el período anterior. Truman, aquel granjero norteamericano que de la noche a la mañana había sucedido al fallecido Franklin D. Roosevelt había querido pisar fuerte y sin dudarlo lanzó las criminales bombas sobre Hiroshima y Nagasaki poniendo fin (?) a la Segunda Guerra Mundial. Tras aquellos actos de puro terrorismo, Truman creyó que se llevaría el mundo por delante (en parte ya lo había hecho...) pero se topó con un hecho que estaba destinado a enfurecerlo como pocas veces alguien lo había logrado.
Mientras las más importantes delegaciones mundiales llegaban a Washington para participar de la asunción de Truman como nuevo presidente de Estados Unidos, llegaba también a la embajada argentina en la capital norteamericana un comunicado que tuvo (en sentido figurado) efectos similares al de aquellas bombas sobre Japón.

Truman recibía una bofetada en su propia casa. La carta recibida en la embajada argentina aquel 21 de enero de 1949 provenía de la Fundación Eva Perón, en Buenos Aires, y anunciaba que al día siguiente de la asunción presidencial de Truman se haría efectiva la entrega de ropa de abrigo y calzado proveniente del gobierno argentino y cuyos destinatarios eran los pobres que habitaban los suburbios de la ciudad capital norteamericana. Eva Perón no hacía nada por casualidad y todos sus actos buscaban lograr un cometido. No era espontánea y sabía pegar siempre donde más dolía. En eso también era una experta.
La fundación que comandaba la mujer más importante de la Argentina de entonces había diagramado un sistema de ayuda junto a la Children's Aid Society para unos 600 indigentes de Washington, lo cual incluía prendas de abrigo y calzado fabricados en la Argentina. El encargado de recibir el envío argentino en Washington era el reverendo Ralph Faywatters, quien estaba al tanto de las verdaderas intenciones de Evita. Faywatters se encargó no sólo de ser el "cartero" que anunció la "buena nueva" de la llegada de la ayuda argentina a Washington, sino que además se encargó de organizar a otras tantas instituciones de ayuda social en Estados Unidos, con lo cual puso en alerta a muchas personas que efectivamente necesitaban ayuda de alguien, aunque fuera de Evita y Perón.
El mensaje de Evita era claro: en los Estados Unidos también había pobreza y qué mejor manera de dejarla al descubierto (y de paso dar una bofetada al gobierno norteamericano) que enviando una ayuda inesperada.
Los destinatarios de aquella ayuda "desinteresada" de Eva Perón y del gobierno que encabezaba su esposo, Juan Domingo Perón, eran 600 niños pobres, negros, que se encontraban en los barrios más marginales de Washington. El gobierno norteamericano pidió explicaciones de inmediato tras lo cual los diferentes medios se hicieron eco del "escandalo" internacional y el golpe de knock-out recibido por Truman. La agencia AFP se encargó de aclararlo todo con un poco creíble: "No hubo intención de demostrar que en un país rico cual es Estados Unidos, hay niños pobres"...
La revista Newsweek llevó el caso a su portada con el sugestivo titular de "Señora pockets" (Señora bolsillos) y Times ocupó su primera plana con un contundente "Helping hand" (Mano que ayuda). No fueron los únicos medios que dieron espacio al dolor de cabeza de Truman...

Cobertura en los medios norteamericanos.


A Truman le costó digerir ese trago amargo y removió cielo y tierra para evitar que la ayuda se concrete de manera efectiva dejando al descubierto la pobreza en la mismísima ciudad de Washington.
La embajada argentina esbozó una inconsistente explicación alegando que en realidad lo de la superposición de fechas (la asunción de Truman y la llegada de la ayuda argentina) era mera coincidencia. Nadie lo creyó, ni Evita, por supuesto.
Aquel gesto de típica filantropía peronista destinada más a desarmar a "la contra" antes que a ayudar concretamente a los más necesitados logró todo lo esperado y deseado por Eva Perón. Impacto en los destinatarios y un sabor a victoria enviciada de revancha y venganza tan habituales en la abanderada de los humildes.
Años más tarde fueron encontrados rebiosos manuscritos de puño y letra de Eva Perón y en uno de ellos se leía claramente "la pasada de facturas" propinada por Evita, en ese caso al gobierno norteamericano, que con tan malos ojos veía al dictatorial gobierno peronista elegido por el voto popular. Decía Evita sobre aquella ayuda "desinteresada" y sin "doble intención":
"Sirva de ejemplo este acto y esta ayuda que lo hacemos con todo respeto y todo carinño por el gran pueblo de los Estados Unidos y humildemente le hacemos llegar nuestro granito de arena de ayuda. Este avión argentino que llegará a Estados Unidos representa a la bondad de nuestro conductor y lo que somos capaces de hacer por el desposeído, esté donde esté y se encuentre donde se encuentre".

Tras la prosa y la verborrágica dialéctica de Eva Perón, Harry Truman supo leer toda la rabia, el odio y el fanatismo de una mujer que solía hacer gala de esos dudosos atributos más a menudo de lo imaginado. Las enormes diferencias insanjables entre el gobierno de Estados Unidos y el demagogo y poco afecto a la pluralidad gobierno de Juan Domingo Perón quedaron marcadas de manera inocultable tras este episodio enviado desde "el más allá" por la Santa Evita, endiosada como nunca por su altanería y sus reacciones intempestivas, agrandada por un poder absoluto que ella y su marido habían forjado a fuerza de palo y chicana para con quienes no pensaban como ellos. La pedantería en su máxima expresión. Aquella ayuda de Evita a los "cabecitas negras" norteamericanos llegó y lejos de calmar los ánimos y los espíritus, lejos de dar sincero y desinteresado abrigo a los desposeídos, revolvió el avispero como tantas otras veces supo hacerlo a lo largo de su historia...Después de todo, era su especialidad.


miércoles, 29 de mayo de 2013

Jakov Djugashvilii: el hijo de Stalin capturado por los nazis

 Jakov Djugashvilii detenido por los nazis.


El 16 de julio de 1941, cerca de Vitesbsk (Rusia), se libró la durísima batalla de Smolenko. Allí las tropas nazis capturaron, entre otros, a un joven militar soviético de 34 años quien al ser interrogado tras su detención dijo que su nombre era Jakov Djugashvilii.
El joven Jakov era un ingeniero civil que durante la segunda guerra mundial cumplía funciones de Teniente de Artillería al comando de una batería del 14° Regimiento de Obuses, 14° División de Tanques.
De las tantas versiones que se han contado sobre aquella jornada bélica, la que más hondo ha calado y que más verosimilitud tiene es aquella que dice que los alemanes estaban aún muy golpeados (y no era para menos) tras el desastre en Stalingrado, buscando por todos los medios lograr la recuperación del Mariscal de Campo Friedrich von Paulus (prisionero de los rusos), cosa que pensaban podrían llegar a lograr a través de la intermediación de la Cruz Roja Internacional. La idea era intercambiar al "desconocido" prisionero ruso Jakov Djugashvilii mano a mano por Friedrich von Paulus.
Cuando la propuesta llegó a oídos del brutal y sanguinario Iósif Stalin, líder de la Unión Soviética, éste no pudo menos que rechazar totalmente aquella alocada e inconducente propuesta que los nazis habían osado realizar. A Stalin no le gustaba nada la idea de negociar, sea lo que sea, con los nazis y mucho menos le gustó la propuesta tras escuchar el nombre del prisionero ruso que los nazis pretendían devolver.
Las vueltas de la vida, el destino o vaya uno a saber qué cosa, hicieron que el nombre de Jakov Djugashvilii llegara hasta Stalin, provocándole al tirano ruso un escozor que difícilmente haya experimentado alguna otra vez. Jakov Djugashvilii era, ni más ni menos que, su hijo.

Stalin no se ha caracterizado jamás por su compasión o sus buenos sentimientos, por lo cual si alguien albergaba esperanzas de que finalmente aceptara intercambiar a Friedrich von Paulus por su hijo estaba más que equivocado. Quienes han estado cerca del dictador ruso aseguraron por entonces que Stalin dijo  "Yo no tengo ningún hijo llamado Yakov" a lo que luego agregó que "la Unión Soviética no intercambia Mariscales de campo por soldados rasos..."

Iósif Stalin (cuyo verdadero nombre era Iósif Vissariónovich Djugashvilii) siempre estuvo enfrentado con su hijo, de quien además con el paso del tiempo se fue distanciando paulatinamente. Su costumbre era por lo general detener a los familiares de los soldados capturados por el enemigo o que se rendían en combate, por lo cual su primera reacción tras enterarse de la captura de Jakov fue ordenar la detención de la esposa del soldado capturado por los rusos. Ni con su sangre hizo la más mínima excepción... Stalin detestaba desde hacía mucho tiempo a Jakov, e incluso llegó (como en este caso) a negarlo en reiteradas oportunidades. Cuenta la historia que muchos años antes y por un desengaño amoroso Jakov intentó suicidarse sin éxito, tras lo cual fue el propio Stalin quien le dijo a un allegado: "Ni siquiera sabe hacer eso". Stalin estaba convencido de la cobradía de su hijo y fue eso lo que lo llevó a pensar que Jakov en realidad se había rendido ante los nazis sin luchar. No iba a remover cielo y tierra por ese perdedor de Jakov, mucho menos teniendo en mente a los millones de valientes soldados rusos que daban la vida disparando contra los nazis. Jakov, según Stalin, no lo merecía. Para rematar la faena Stalin dijo (creyendo que Jukov sería ejecutado de inmediato por los nazis): “Una única muerte es una tragedia, un millón de muertes es una estadística”.


 Jakov Djugashvilii detenido por los nazis y declarando antes sus captores.


Jakov Djugashvilii fue enviado por los nazis al Campo de Concentración de Sachsenhausen y allí permaneció penando por espacio de dos años. Fue recién en 1943 que las autoridades nazis del campo recibieron (no con poca sorpresa) un dato estremecedor: Jakov Djugashvilii era el hijo del tirano ruso, su peor enemigo, el atroz Iósif Stalin. El "chisme" les había llegado de boca de uno de los compañeros de barraca de Jakov...
Los nazis creyeron que su gran oportunidad había llegado y le propusieron a Jakov la oportunidad de poder "pasarla mejor" en el campo a cambio de información de primera mano sobre el dictador Stalin. Jakov Djugashvilii se mantuvo imperturbable y no varió en nada su postura, negándose a colaborar con el enemigo y guardándose para sí mismo todo lo que pudiera contarles sobre su renegado padre.
La vida llegó a su fin para Jakov Djugashvilii el 15 de abril de 1943 en el Campo de Concentración de Sachsenhausen. Inicialmente se hizo correr la voz de que se había suicidado, pero las fuentes más confiables aseguran que en un vano intento de escape las balas nazis dieron en su espalda y su cuerpo quedó entremezclado con el alambre de púa de su prisión. La foto del cuerpo inerte ha sido conmovedora para miles de personas a través de los años, que han considerado esa imagen como un ícono del intento de librarse de las garras de la opresión y la barbarie, la de los nazis y la de Stalin. Muchos se han conmovido, menos su padre...


 Jakov Djugashvilii murto en el Campo de Concentración de Sachsenhausen.



martes, 28 de mayo de 2013

John F. Kennedy y su admiración por Adolf Hitler

John F. Kennedy, admirador de Adolf Hitler.


Dicen por allí que la vida te da sorpresas y en ésto, muchos de los grandes líderes de la historia de la humanidad, son verdaderos expertos. John Fitzgeral Kennedy, quien fuera presidente de los Estados Unidos de América y cayera ante las balas de quienes supuestamente se habían sentido tocados por su aparentemente firme oposición a las sociedades secretas y los grandes negociados desde la Casa Blanca, no ha sido la excepción.
Como casi siempre sule suceder, la imagen impoluta, inmaculada, progresista, respetuosa de las libertades y los derechos de la que han gozado muchos personajes históricos y que se nos "cuenta" desde la historia oficial también tiene...su Historia Lado B.

El gran demócrata norteamericano, ese mismo Kennedy que supo captar adeptos y admiradores incluso fuera de las fronteras norteamericanas, creyentes de sus ideales libertarios y de su clara postura en favor de los derechos universales, había realizado un largo viaje por Europa muchos años antes de pasar a la historia y ser una auténtica celebridad mundial. Entre 1937 y 1945, un veinteañero John Fitzgeral Kennedy recorrió de lado a lado el maltrecho continente europeo y pudo experimentar de primera mano cómo era la Europa en los días previos a la segunda guerra mundial y también aquellos en los que se tuvo que sufrir los golpes de la más cruenta contienda bélica vivida hasta ahora.

Kennedy dejó todo registrado en su diario personal y también plasmó sus pensamientos en un sinfín de cartas enviadas desde Europa, material que ha recuperado el escritor Oliver Lubrich en su libro (pronto a editarse en el momento de redactarse este post) "John Kennedy entre los alemanes. Diarios y cartas 1937-45". De todo el material recopilado de los archivos personales de Kennedy hay muchas cosas que llaman la atención pero ninguna como ciertas constancias sobre su profunda admiración hacia el nazismo imperante y hacia el nefasto Adolf Hitler. No faltan también las ponderaciones hacia Mussolini y el fascismo italiano, por supuesto. Sorprende ¿Sorprende?

Decía Kennedy en su diario personal en la página correspondiente al 3 de agosto de 1937: “Dormí mucho y con un Tour de American-Express llegué a Milán. Bella catedral, una de las más grandes del mundo. Leo a Gunther y llegué a la conclusión de que el fascismo es la cosa más justa para Alemania e Italia, el comunismo para Rusia y la democracia para los Estados Unidos de América”.
Y luego agregaba: “No existe duda de que estos dictadores en sus países, gracias a sus eficaces propagandas, son más amados que afuera” sin dudar un instante declarándose en esas mismas páginas como un "gran fanático de Hitler", según sus propias palabras.

Diarios privados de John F. Kennedy.


Si bien podría llegar a creerse (muy vagamente) que Kennedy "desconocía" algunas cosas que se daban en aquella sanguinaria Europa amenazada (y algo más) por los nazis (de hecho su padre había tenido muy buena relación con los jerarcas nazis del momento...), eso no puede decirse ya en las postrimerías de la segunda guerra mundial. Decía Kennedy en su diario llegando a mediados del año 1945:
“Todo está destruido. No existe un edificio que no esté incendiado. En algunas calles el olor de los cadáveres es terrible”. “La ilimitada ambición por su país lo volvió una amenaza el mundo. Sin embargo, tuvo algo misterioso en su modo de vivir y en su modo de morir, que lo sobrevivirá y crecerá. Tenía la pasta de la que están hechas las leyendas”.

Vamos de nuevo con sus palabras finales sobre Hitler: "Tenía la pasta de la que están hechas las leyendas”...

domingo, 19 de mayo de 2013

Desaparecidos en Argentina: ¿Las políticas de Derechos Humanos actuales favorecen la impunidad?


Cuando el 17 de mayo de 2013 el dictador argentino Jorge Rafael Videla era encontrado sin vida en el baño de su celda en el Penal de Marcos Paz, se cerraba un tristísimo capítulo de la reciente historia argentina del modo menos deseado. Videla se llevó muchos de sus nefastos secretos a la tumba y eso es algo que no sólo debemos lamentar, sino que es algo sobre lo que deberíamos pensar y debatir.
Asesinos, delincuentes y sediciosos de la calaña de Videla debieron, deben y deberán ser juzgados, de eso no quedan dudas. Pero lo que sí deberíamos preguntarnos es ¿qué clase de justicia esperamos para casos tan dolorosos y lamentables como el de los desaparecidos? Si el juicio y el castigo son justos y necesarios, también es justo y necesario poder encontrar a esas miles y miles de personas desaparecidas y en eso, la justicia argentina y los sucesivos gobiernos que han basado parte importante de sus "políticas" sobre los derechos humanos (sobre todo desde 2003 a la fecha) están en deuda.

¿Será que se busca realmente terminar con el tema de los desaparecidos, moviéndose en serio, actuando efectivamente para dar con los archivos, listas y datos que conduzcan a saber algo más sobre el paradero de quienes nada se sabe todavía? o... ¿será que simplemente se busca castigar (merecidamente) a los genocidas, responsables de semejantes atrocidades y nada más?

La muerte de Videla nos debe hacer pensar en todo ésto.
Desde 2003 a esta parte se ha tenido mucho tiempo para lograr encontrar archivos que ayuden a resolver parte de este tema. Registros ocultos en destacamentos militares, policiales, de la Iglesia y hasta en alguna sede de partido político deben existir y 10 años parece ser tiempo suficiente para dar con ese material. Sin embargo día tras día vemos como tristemente la "justicia" argentina hace dudosa gala de "poca muñeca" a la hora de conseguir buenos resultados. Es cierto que hay que juzgar a los criminales (en este caso Videla y la lacra de cómplices cobardes), pero también es cierto que hay que ser lo suficientemente hábil, creativo e inteligente como para lograr obtener información concreta y útil de parte de ellos y eso es algo que no se ha sabido (¿o no se ha querido?) hacer...

No hablo de "regalarle" nada a nadie, mucho menos a asesinos, criminales y golpistas. Pero sí hablo de propiciar una búsqueda de la justicia que no sólo haga foco en el castigo reiterado y sistemático a los culpables sino que además sea capaz de sentarse a buscar otros caminos, que (dicho sea de paso) tiendan a lograr obtener información concreta.
Para decirlo más claramente: en los juicios existen las figuras de los arrepentidos y también la posibilidad de conmutar años de penas a cambio de información. Ninguna de estas opciones se ha tenido nunca en cuenta durante los juicios a los responsables del secuestro, la tortura y la desaparcición de personas en nuestro país. Resumiendo: si nos topamos con un genocida que no sólo que no se arrepiente de lo actuado, sino que además lo reafirma y asegura que lo volvería a ser (Videla y tantos otros) y si a eso le sumamos que en los juicios tan sólo se busca el castigo (merecido y necesario), la resultante será la que hemos obtenido el 17 de mayo de 2013: un criminal que se lleva valiosa información a la tumba...

Pienso lo siguiente: ¿Qué tanto puede afectar a un criminal como Videla con 87 años de edad a cuestas, una colección completa de condenas (de la justicia y sociales) y una tonelada de impresentables convicciones asesinas, que le den 50 años de cárcel en la causa por el  robo de bebés durante el Proceso de Reorganización Nacional? En nada, absolutamente en nada. Jugado por jugado, Videla optó por cerrar filas con sus camaradas, apostar a una verdadera "Omertá" militar y cagar (una vez más a la sociedad toda) llevándose información más que valiosa y necesaria a la tumba.
¿No hubiese sido mucho más "inteligente" de parte del Estado Nacional como querellante en estas lamentables causas, haber apostado a buscar otros caminos alternativos que se sumen al del juzgamiento merecido? Insisto: conmutación de años de cárcel por datos concretos sin que eso implique regalarle nada a nadie o perdonar sin encarcelar. Utilizar la figura del arrepentido a cambio de información. Y tantas otras variantes que nunca se han considerado.

Ahora ya es tarde.
Ahora Videla está inerte, frío, muerto, bien muerto. Muy pronto recibirá sepultura y sus familiares podrán llevarle flores para rendirle tributo y recordarlo allí, sabiendo donde está. Una posibilidad que el asesino Videla le ha privado a miles y miles de personas que aún no saben en dónde están sus seres queridos. Pero no ha sido Videla el único responsable: quienes no han sabido obtener información en lugar de tan sólo dedicarse a castigar y castigar, en parte, también lo son...


Historias Lado B
19 de Mayo de 2013


viernes, 17 de mayo de 2013

Jorge Rafael Videla: Ha muerto un dictador y un asesino

Jorge Rafael Videla, dictador argentino, asesino, falleció el 17 de Mayo de 2013. Sólo Dios podría perdonar a un ser semejante... A no olvidar: nunca más.


miércoles, 15 de mayo de 2013

Adolf Eichmann en Israel: la banalidad del mal y un final como cualquier otro...

 
Adolf Eichmann en Israel. (Foto: Revista "Life")


Para Adolf Eichmann, Obersturmbannführer de las sanguinarias y efectivas SS Nazis, los judíos eran simplemente una estadística. Este Teniente Coronel alemán tenía la (dudosa) cualidad de ser uno de los más efectivos a la hora de "cumplir" con esas estadísticas que se le pedían desde la plana mayor alemana durante los oscuros días de la Segunda Guerra Mundial. Eichmann "hacía bien los deberes", pero no sólo eso, sino que además fue uno de los arquitectos generadores del perfecto funcionamiento de la terrible maquinaria que hizo posible el Holocausto. Eichmann, mal que le haya pesado en algún momento decisivo y final de su lamentable vida, no sólo ha sido un eficaz ejecutor de las nefastas políticas de deportación y exterminio de millones de personas, sino que además disfrutó siendo uno de los más directos responsables por su concepción. Aportaba ideas, planificaba, proponía salvajada tras salvajada más allá de lo que le pedían. En eso fue uno de los "mejores".

Con la Guerra Mundial llegando a su fin (¿llegó?) los "inocentes" norteamericanos no advirtieron que Eichmann era en realidad uno de los criminales de guerra más peligrosos, un asesino serial que pretendió adquirir inmundos visos de legalidad, resguardándose en la insostenible y obscena "obediencia debida". Llegado el año 1946 escapó de la "custodia" (entre comillas...) del ejército de Estados Unidos y como quien no quiere la cosa, tras ocultarse (no sin protección aliada) en diferentes partes de Alemania, obtuvo un salvoconducto que le permitió escapar hacia Argentina, cosa que sucedió recién en 1950. Llegó desde Génova, Italia, con pasaporte provisto por la Cruz Roja Internacional (¿fue creada por un suizo, no?...) y así las cosas logró establecerse en Buenos Aires y ocuparse de varias cosas bajo el falso nombre de Ricardo Klement.
El 1° de mayo de 1960, tras largos años de incógnito y protección en Argentina, un comando israelí del Mossad comenzaba (por un lado) a violar la soberanía jurídica de Argentina y las normas internacionales y, de paso (por otro lado) comenzaba a cumplir con un acto de estricta justicia para muchos. Los "Nokmin" (Vengadores) israelíes comandados por Rafael Eitan finalmente lograron el cometido de capturar a uno de los nazis más buscados el 11 de mayo de 1960 en la localidad de San Fernando, Buenos Aires (Argentina). Lo demás es historia y tras un juicio con "veredicto cantado" Adolf Eichmann fue ahorcado en la prisión de Ramla, Jerusalen (Israel) durante la madrugada del 31 de mayo de 1962.

La historia lado B, que siempre la hay, nos muestra gracias a las sensacionales e impactantes fotografías de la Revista "Life" que todo el poder, toda la arrogancia, la altanería, la mentira, el crimer sistematizado y organizado, todo el salvajismo, la insensibilidad y las ansias de dominación eterna y total de otros tiempos, duraron lo que un suspiro dentro de una canasta... : la nada misma. Eichmann antes de sentir la soga al cuello, tuvo sin embargo tiempo para vomitarle al mundo unas cuantas palabras más. Dijo en aquella oprtunidad: "Larga vida a Alemania. Larga vida a Austria. Larga vida a Argentina. Estos son los países con los que más me identifico y nunca los voy a olvidar. Tuve que obedecer las reglas de la guerra y las de mi bandera. Estoy listo."

Pero claro, antes había tenido que bajar la cabeza y calladito la boca, sumiso, fue un prisionero más. Lo mismo que le había exigido alguna vez a millones de víctimas. Eichmann, en esa cárcel, era casi una "estadística" más. Un de aquellas "estadísticas" que él, tan solícitamente, gustaba recopilar y engrosar...
Todo llega...

 Adolf Eichmann en la prisión de Ramla (Jerusalen). (Fotos: Revista "Life")



jueves, 9 de mayo de 2013

Perón y la recuperación de las Islas Malvinas: el acuerdo secreto con Gran Bretaña

Juan Domingo Perón. 1974.


La propuesta secreta de los ingleses a Perón por las Malvinas.
El ex embajador Ortiz de Rozas revela detalles de las negociaciones de 1974 con Gran Bretaña para establecer un condominio sobre las islas; qué decía el documento presentado por los británicos al ex presidente
Por Maia Jastreblansky | LA NACION

Fue testigo de una parte crucial de la historia bilateral y revela detalles de gestiones desconocidas porMalvinas . El 11 de junio de 1974, Gran Bretaña le propuso a Juan Domingo Perón una administración compartida sobre las islas. Ese día, el ex presidente proyectó el camino para recuperarlas definitivamente. De aquella situación hoy da testimonio el ex embajador Carlos Ortiz de Rozas, un diplomático de más de 45 años de carrera que estuvo cerca de numerosas negociaciones diplomáticas en torno al archipiélago.
"Si ponemos un pie sobre las islas, no nos sacan más", le confió Perón, por entonces, a su canciller, según relata Ortiz de Rozas a La Nación. Un condominio entre los dos países resultaba una salida controvertida si lo que se quería era obtener la soberanía inmediata.
La historia quiso que el presidente falleciera tres semanas después y las negociaciones se desvanecieron durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón. Después llegaría el gobierno de facto, la guerra de 1982 y la relación bilateral daría un vuelco difícil de revertir.

LA PROPUESTA
Quienes conocen los corrillos diplomáticos aseguran que la propuesta británica a Perón de 1974 está archivada en algún lugar de la Cancillería. Se trata de un non-paper (documento no oficial) a cuya copia pudo acceder este medio, que le proponía un condominio sobre las islas. La intención, dice el escrito, era "poner fin a la disputa sobre la soberanía" y "crear una atmósfera favorable dentro de la cual los isleños podrían desarrollarse de acuerdo a sus intereses".
Aquel texto fue entregado por el entonces embajador británico en Buenos Aires, James Hutton, a Perón y a su ministro de Relaciones Exteriores, Alberto Vignes, en una reunión confidencial.
Entre otros puntos, proponía que las banderas de Gran Bretaña y Argentina fueran "enarboladas juntas" en tierra malvinense, que allí convivieran el inglés y el castellano como idiomas oficiales y que el gobernador de las islas fuera "designado de manera alternada por la Reina y el presidente argentino".
"Sobre estas bases, el gobierno de Su Majestad propone que, si el gobierno argentino está de acuerdo, deberían realizarse conversaciones oficiales o preliminares en Buenos Aires lo antes posible", concluye el texto.
Una copia del non-paper con la propuesta británica.

 El texto en inglés de la propuesta británica a Perón.


EN LA AGENDA DE PERÓN
Ortiz de Rozas es una de las pocas personas que supo de aquel encuentro. Este ex embajador en Gran Bretaña, Austria, Francia y Estados Unidos, ex presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y jefe de la misión para las negociaciones con Chile bajo la mediación del Papa Juan Pablo II, intervino en distintas negociaciones confidenciales sobre las islas, algunas de las cuales reveló en su libro, Confidencias diplomáticas, editado en junio del año pasado.
Estaba cumpliendo funciones en la ONU, cuando Vignes le participó la propuesta británica de condominio y, en estricta reserva, le entregó una copia del non-paper. "Me confió que Perón le había expresado: «Aceptemos. Una vez que pongamos pie en las Malvinas no nos saca nadie y poco tiempo después la soberanía será argentina por completo», relata a La Nación.
Pero el 1° de julio de 1974, tres semanas después de la reunión con la comitiva inglesa, Perón falleció. Su viuda, Isabel Martínez de Perón, heredó la presidencia y el asunto del condominio quedó sin resolver. "Isabelita no habrá querido avanzar porque temía a algunos sectores que pretendían una posición más dura con Gran Bretaña", reflexiona Ortiz de Rozas, a sus 85 años.
No obstante, un documento fechado el 20 de diciembre de 1974 revela que el proyecto no había sido borrado de la agenda. El texto consiste en una versión en castellano del non-paper británico, firmada y sellada por el Departamento de traducciones de la Cancillería argentina. "Pero los ingleses se dieron cuenta que sin Perón la iniciativa no iba a ningún lado, y retiraron la propuesta", señala Ortiz de Rozas.
La traducción del documento tras la muerte de Perón.

 Traducción de la propuesta británica realizada tras la muerte de Perón.


El gobierno de Isabelita pronto se vería sumido en serios conflictos políticos internos y ni Argentina ni Gran Bretaña volvieron a dar señales con respecto al condominio. Mucho menos después del golpe de la Junta Militar, cuando empezó a tomar fuerza el camino bélico.
"Camino equivocado".

Ortiz de Rozas estaba en la embajada argentina en Londres cuando, en la madrugada del 2 de abril de 1982, se conoció el desembarco argentino en Malvinas. "Apenas me enteré, supe que el trabajo de años se venía abajo. Lo único que logró [Leopoldo] Galtieri fue darle la oportunidad a Margaret Tatcher de no ser eyectada del gobierno británico", opina entre las fotografías y condecoraciones que decoran su amplísimo departamento de la Recoleta.
"Además de trágico, el de la guerra fue un camino equivocado, porque se habían dado pasos concretos para resolver el problema de la soberanía por la vía pacífica", reflexiona.
Y recuerda: "En 1966 Henry Hohler, subsecretario del Foreign Office para Asuntos de América del Sur, me invitó a un restaurante muy bueno de Londres y en términos confidenciales me informó que las islas ya no tenían el valor estratégico de antaño y que tarde o temprano iban a integrarse con Argentina. Me recomendaron hacer lo posible para conquistar la mente y el corazón de los isleños", agrega.
"Incluso en febrero de 1982, días antes de la guerra, en las rondas de la ONU se discutió la posibilidad de un retroarriendo, para que los ingleses se comprometieran administrar las Malvinas por un determinado número de generaciones y luego cedieran la soberanía", manifiesta Rozas.
Considera que "la historia hubiera sido distinta si se hubiesen dado pasos para que los isleños sintieran que la tutela argentina era lo mejor para sus intereses".


Harold Wilson, primer ministro británico en 1974, y Perón.

  

Por Maia Jastreblansky | LA NACION

domingo, 5 de mayo de 2013

El fotógrafo judío que pudo retratar el rostro del odio

 Todo el odio del mundo en el rostro de Joseph Goebbels (Foto: Alfred Eisenstaedt / Life magazine)


Alfred Eisenstaedt ha sido uno de los fotógrafos más destacados del siglo XX. Nacio en Dirschau, (Prusia Oriental, Polonia) el 6 de diciembre de 1898 y supo capturar con su lente inquieta muchos momentos memorables de la historia, entre ellos el recordado V-Day (día de la victoria norteamericana sobre Japón el 14 de agosto de 1945) logrando la famosa fotografía conocida como "El beso en Times Square". Marilyn Monroe también se detuvo frente a su lente, pero esa es otra historia...
Alfred Eisenstaedt era judío y como tal fue testigo involuntario del lamentable ascenso al poder del Partido Nacionalsocialista en la Alemania de los años '30 con toda su barbarie y falta de tolerancia como marcas indelebles a cuestas. Apenas iniciada oficialmente la marcha de la maquinaria de guerra, sangre y fuego de los nazis (con la complicidad de muchos) por Europa, Alfred Eisenstaedt tuvo la oportunidad de viajar a Ginebra, Suiza, en algún momento de 1933 y fue allí donde precisamente pudo fotografiar lo que parecía imposible: la falsedad, la intolerancia y la hipocresía, todo junto casi al mismo instante...

 Joseph Goebbels distendido y simpático antes de recibir "la mala noticia" (Foto: Alfred Eisenstaedt / Life magazine)


Joseph Goebbels, ministro de propaganda del Tercer Reich, se encontraba en la ciudad suiza y tal como era su costumbre cuando se topaba con corresponsales acerditados de los diferentes medios internacionales, sonreía, conversaba y les proponía un ambiente claramente (y falsamente) distendido. Goebbels sabía muy bien lo que era hacer "propaganda", era un hombre (por decirlo de algun modo) "mediático" y manejaba muy bien esos temas.
Alfred Eisenstaedt se acercó hasta el jerarca nazi y le tomó una fotografía. En la imagen se podía ver a un Joseph Goebbels sonriente, simpático, ameno, cercano. Pero de inmediato, un asistente de Goebbels se acercó y le comunicó al oído que el fotógrafo que acababa de tomarle la fotografía era judío, tras lo cual (Goebbels) sacó a relucir "su verdadero yo" y miró con todo el odio posible a Eisenstaedt, quedando registrado para la posteridad en la imagen que encabeza este artículo.
Alfred Eisenstaedt había sido capaz de fotografiar en cuestión de segundos al verdadero Joseph Goebbels: no había modo, no hubo manual de las relaciones públicas que pudiera contra el odio visceral de Goebbels contra los judíos y eso mismo pudo retratar Alfred Eisenstaedt en su inolvidable fotografía.
La mirada demoníaca de Goebbels no merece, ni necesita, más comentarios.

Alfred Eisenstaedt y su famosa foto "El beso en Times Square" (Foto: Alfred Eisenstaedt / Life magazine)


Alfred Eisenstaedt, como era de esperarse, no pudo seguir trabajando libremente en Europa bajo la sombra del nazismo durante los oscuros y nefastos días de la Segunda Guerra Mundial. Emigró a los Estados Unidos de América y falleció el 24 de agosto de 1995 en Jackson Heighs (Queens, New York). Sin embargo, aquella imagen del "verdadero" Joseph Goebbels captada en 1933, sigue más viva que nunca para mostrarnos el rostro del odio como pocas veces se ha visto...

domingo, 28 de abril de 2013

Cae la noche: el Anschluss por Roberto Hubscher en primera persona

Roberto Hubscher comparte con Historias Lado B su relato en primera persona recordando los lejanos y oscuros días que derivaron en la anexión de Austria al Tercer Reich. El "Anchluss" dejó su huella de atropello y violencia descomunal, símbolos de la barbarie nazi. La gente de bien, los ciudadanos comunes sufrieron las consecuencias y muchas historias cambiaron para siempre. Ésta es una de esas historias.

Roberto Hubscher y Gerda. Austria, 1938.


Cae la noche.
En 1933, cuando yo nacía, los nazis, con Adolfo Hitler a la cabeza, tomaron el poder en Alemania y comenzaron la persecución de todo lo que no era "alemán" y "ario" según sus propios conceptos, incluyendo principalmente a los judíos. En Austria, en el mismo año, el canciller Dollfuss prohibió el partido nacionalsocialista y las milicias socialistas.
Al año siguiente se promulgó una nueva constitución, proclamando a Austria un estado "corporativo, autoritario, cristiano-alemán". A mediados de año Dollfuss fué asesinado en un golpe de estado por una conjura nazi destinada a unir a Austria con Alemania, unión que fracasó por la oposición de la Italia fascista en una puja de poder en el escenario europeo.
Pero los austríacos siempre se sintieron más alemanes que los mismos alemanes, al igual que ellos temían a los comunistas soviéticos y, en parte, tenían arraigados sentimientos xenófobos y antisemitas a pesar de siglos de tolerancia de los emperadores austro-húngaros.

Una visión siniestra.
Era una fría mañana del final del invierno, cuando un ruido inusual me despertó. Sordo pasos golpes rítmicos se oían llegar desde la calle. Me levanté, me acerqué a la ventana de mi pieza, que daba a la Obkirchergasse, y espié a través de las cerradas persianas de tablillas inclinadas de madera.
Alineados en filas que cubrían el ancho de la calle, marchaban. Cascos de acero verdes, chaquetas verdes, botas, cargando armas extrañas con caños exteriores perforados como una tela a lunares. Marchaban y continuaron marchando durante largo rato, soldados y mas soldados, en dirección a la Grinzinger Allee y al parque que yo frecuentaba. Yo estaba solo en mi pieza. Nadie me dijo nada y yo no creo haber preguntado nada. Para mi inocente mente de niño, esta marcha solo era una vista inusual, extraña, pero no implicaba ninguna sensación de temor o peligro. Era el 12 de Marzo de 1938: las fuerzas de la Alemania nazi habían entrado en Viena y ello, sin que yo pudiera intuirlo, marcaba un quiebre en mi destino y el de mi familia.

El brusco e inusitado fin de una amistad.

Al día siguiente, como era un hábito frecuente, fuimos con mi madre al parque y yo me dediqué a jugar en el arenero con mi amiga Gerda. En eso estábamos cuando oímos música de marcha, pasos acompasados y un entusiasmado griterío. Miramos y vimos una compañía de soldados alemanes, marchando solemnemente y con sus armas al hombro, por la avenida que bordeaba el parque. Atraídos por el bullicio y el espectáculo, corrimos de la mano hasta el borde del parque, donde se había reunido un considerable grupo de gente que, levantando el brazo derecho en el saludo nazi, gritaba "Heil Hitler!" vitoreando a las fuerzas que pasaban. Mi amiga Gerda se alineó con los demás y, a cual más entusiasta gritaba con ellos. En mi inocencia, me uní al coro, saludando y gritando al unísono con mi amiguita y todos los demás. Cuando es eso estaba, repentinamente apareció mi madre y, sin proferir palabra, me tomó de la mano, me alejó de allí y me llevó a casa. Esa fué la última vez que ví a Gerda y nunca más supe nada de ella.

Se aprueba la anexión de Austria al Tercer Reich.


Adiós Austria, viva la Marca del Este!
El 11 de Mayo de 1938 las tropas alemanas terminaron de ocupar toda Austria y, mediante un plebiscito, se confirmó la anexión, transformando la República de Austria en la Marca del Este del Reich alemán, que iba a durar 1000 años.
Los acontecimientos ocurrieron en rápida sucesión, aunque yo no fuí plenamente conciente de ellos. Sin embargo, algunos documentos  y  cartas de mis padres a mis abuelas en Austria y Polonia complementaron los pocos recuerdos propios de esta etapa.
Una de las consecuencias casi inmediatas afectó la situación laboral de mi padre y supongo que también a la de mi abuela.
   
Incautación.
Los dueños de la empresa donde trabajaba mi padre eran judíos. Según me contaron, un buen día apareció en la oficina del directorio un señor muy marcial y elegante, con un botón con la cruz esvástica en el ojal del saco, y saludó diciendo: "Señor Director General, su empresa ha sido expropiada. Puede quedarse aquí si lo desea, pero de ahora en adelante las decisiones las tomaré yo". Por supuesto, el director y propietario, Ludwig Klausner, no se quedó. Fué encarcelado pero, afortunadamente, consiguió liberarse, probablemente por el pago de una considerable suma de dinero, y, al poco tiempo, emigrar a Suiza, para luego viajar a Londres.
Mi padre recibió en su oficina una notificación, que ha llegado a mis manos:
"Del-Ka Industria del Calzado SAIC"
"Sr. Procurador José Hübscher"
"En esta casa".
"26.4.1938"
"Por la presente rescindimos la relación laboral existente entre nosotros a partir del próximo plazo mínimo prescripto por ley, o sea a partir del 31 de Julio de 1938.
Con nuestra mayor consideración
Del-Ka Industria de Calzado
(firmado con sello) Starke" .
La carta de recomendación extendida por la empresa da idea de la importancia de la posición de mi padre y de la holgada posición y seguridad futura que los nazis nos robaron a mis padres y a mi.
"Del-Ka Industria de Calzado SAIC. Dirección General, Viena VI, Mariahilferstrasse 47.
"Constancia por la que se certifica que el Sr. José Hübscher ha entrado a nuestro "servicio el 1. de Abril de 1927 y estuvo activo en nuestro establecimiento hasta el 30 de "Junio de 1938. El citado Sr. estuvo a cargo de la organización y control comercial, "financiero y administrativo de la central en Viena, los locales de venta en Viena y nuestras "sucursales en la provincia, así como de todas nuestras afiliadas extranjeras.
"El Sr. Hübscher ha realizado las tareas a el encomendadas a extraordinaria satisfacción "aún en situaciones ocasionalmente muy dificultosas, gracias a sus especiales condiciones "de organización, sus ricos conocimientos en el campo de nuevos métodos de cálculo, "supervisión empresaria y contabilidad financiera. En el trato con proveedores y clientes se "ha mostrado competente y confiable. Especialmente destacable es que es digno de la "mayor confianza. Podemos recomendar calurosamente al Sr.Hübscher para el desempeño de cualquiera de "las tareas enumeradas y le deseamos buenos éxitos para su trayectoria futura."
Cabe preguntarse si el último párrafo fue realmente sincero o si se trataba de un sarcasmo, teniendo en cuenta que en esos días era inadmisible que un judío pudiera obtener un puesto semejante en los países germano-parlantes.


Las tropas alemanas ingresan en Austria. 1938.


Un judío no es un ciudadano digno; que se vaya.   
Aunque mi padre estaba aún en edad de ser reclutado, dado que, por suerte, era "indigno" que un judío sirviera en las fuerzas armadas del Reich, fue eximido del servicio, quedando libre (?) para emigrar, según reza un certificado que también ha llegado a mi poder.

"Comando del distrito militar de Viena, 10 de Agosto de 1938
"A José Hübscher, nacido el 4.2.1900 en Zalszczyki, domiciliado en Viena XIX, "Obkirchergasee 42, se le certifica que, de acuerdo a los documentos presentados, es judío "completo y, de acuerdo al WG#15, no puede prestar servicio militar. Por parte del "Comando Militar no hay objeciones para su emigración."
   
Preparativos para la partida.
Sin demora, mis padres comenzaron los preparativos para abandonar Austria. En esa temprana época todavía era posible llevarse muebles, utensilios y ropa, por lo que se preparó todo lo posible para embalarlo. En esa época, en que los contenedores aún no se habían inventado, se estibó todo lo posible en un gran cajón cúbico de unos 3 o 4 metros de lado, que luego, al conocer nuestro destino definitivo, se despachó por una compañía transportadora.
Como solo estaba permitido llevar 20 DM ( unos 8 dólares ) en efectivo, mi padre pagó todos los pasajes y transportes antes de salir. Como todavía quedaba algo de dinero, decidió comprar algunas cosas de valor que pudiera llevar y que fueran medianamente convertibles en caso necesario.
Así fue que una tarde salí con mi mamá al centro, a una platería cuyo dueño era el cuñado de un tío de mi papá. Era un negocio relativamente pequeño, con las vidrieras y estanterías forradas con terciopelo rojo y llenos de los mas variados artículos de reluciente plata. Los nazis aún no habían pasado por allí: de lo contrario mis parientes ya no habrían estado en el negocio. Compramos un juego completo de cubiertos de plata y tres importantes candelabros, uno de ellos para tres velas montado en un pedestal cuadrado con una efigie de león en cada cara. Estos candelabros aún suelen adornar mi mesa en los días de fiesta.

 Casa natal de Roberto Hubscher en Viena. 2009. Arriba izq.: Roberto Hubscher (Abril 2013)


Hacia dónde?
Mi padre con una clara visión del futuro, trataba de acelerar lo mas posible nuestra partida. Si bien teníamos ya muchos parientes en Estados Unidos, en ese momento la emigración hacia ese país ya era muy dificultosa. Recuérdese la odisea del barco de refugiados judíos que partió de Hamburgo y que, después de recorrer puertos de varios países, incluyendo el de Nueva York, tuvo que regresar pues nadie autorizó el desembarco de los refugiados judíos. Cuando volvieron fueron despachados a campos de concentración en Alemania y Polonia.
Para obtener una visa de ingreso a EE.UU. había que obtener un "afidávit" (garantía) que debía ofrecer un residente norteamericano con holgada situación económica, lo que no era el caso de nuestros parientes, que trataban de conseguir amigos que se prestaran a ayudar a sus familiares a huir de la persecución racial.
Por ello, mi padre trató desde el principio de obtener visas para la Argentina por medio de una "llamada", ya que aquí ya residía hacía 10 años mi tío Adolfo. Pero en esa época había muchos filo-nazis en el gobierno argentino y era muy difícil obtener un permiso de emigración a la Argentina. Finalmente, después de una angustiosa espera, el 5 de Septiembre de 1938 obtuvimos las visas para mis padres y para mí, las últimas que emitió el consulado argentino en Viena. Mi abuela materna no pudo ser de la partida. Según escribe mi abuela Ietty en una carta de Mayo de 1939 desde Polonia, recordaba que mi padre había pagado desinteresadamente los gastos del viaje de mi tío Adolfo a Argentina en 1927 y que, gracias a eso, ahora podía retribuirnos en la situación de gran necesidad, salvándonos del exterminio. Escribe mi abuela: "Bendito sea Dios que he educado hijos que pueden vivir tan bien entre personas que ayudan a mis hijos; el Todopoderoso los recompense. (...) Bendito es el Gran Dios, que Adolfo consiguió sacarte a tiempo, eso es como escapar de la muerte."
Dos días más tarde, el 7 de Septiembre, llegábamos por ferrocarril a Trieste (puerto de Italia más cercano a Viena) y al día siguiente embarcábamos en la motonave Oceanía.
Cuando ya estábamos a bordo, llegó un telegrama de mi abuela informándonos que el consulado suizo nos había otorgado una visa de tránsito por 10 días, pensada para eventualmente seguir a Inglaterra, ruta que habían seguido muchos fugitivos judíos.
Pero la suerte ya estaba echada: para bien o para mal, nuestro destino sería la Argentina.

Roberto Hubscher
Exclusivo para Historias Lado B.

Datos biográficos de Roberto Hubscher:
Roberto Hübscher nació en Viena, Austria, el 13 de Abril de 1933. Su familia era originaria de la Galitzia del antiguo imperio austro-húngaro, que luego fue polaca y hoy forma parte de Ucrania. Insólitamente, sus ancestros paternos parecen haber llegado de España.
Reside en Buenos Aires, Argentina, desde 1938. Hizo aquí sus estudios y ejerció su profesión de Lic. en Química hasta, finalmente, retirarse en el año 2006. Actualmente trabaja en el armado del archivo histórico del Colegio Pestalozzi de Buenos Aires.